El Dr. Rodolfo Defaz de Quevedo Ecuador, envía estas
imágenes con el siguiente texto:
Masculino de 25 años sin antecedentes de relevancia
presenta cuadro clínico de +\- 2 meses de evolución caracterizado por presentar
eritema generalizado en todo el cuerpo con mayor predominio en tórax y miembro
superior, paciente refiere que antes lo trataba como reacción alérgica y tomaba
antihistamínicos y el eritema cedía, sin embargo en la actualidad ha realizado
cambio de cama, ropa, productos de limpieza personal sin embargo aún presenta
dichas manifestaciones y pese al uso de antihistamínicos y el cambio de
posibles fuentes de contaminación.
Paciente se suele realizar exámenes de laboratorio los
cuales resultan normales.
Favor ayudar con posibles Dx o qué otra medida se
podría tomar
Dr. Rodolfo Defaz
Quevedo. Ecuador
Opinión: Las lesiones que presenta este paciente son placas
urticarianas distribuidas en forma amplia en tórax, abdomen y miembros. Las
mismas son eritematosas, elevadas y de diferente tamaño que van de 1 a varios
centímetros. El cuadro comenzó hace alrededor de 2 meses y por lo tanto podemos
clasificarla como URTICARIA CRÓNICA ESPONTÁNEA (más de 6 semanas de evolución).
En este caso no está presente (al menos no lo describe la historia),
angioedema, que suele acompañar a la urticaria en un tercio de los casos. La
urticaria está mediada por mastocitos y basófilos cutáneos en la dermis
superficial. La urticaria crónica espontánea (UCE) es un trastorno autolimitado
en la mayoría de los pacientes, con una duración promedio de la enfermedad de
dos a cinco años, de carácter benigno pero que puede alterar la calidad de
vida. Las lesiones urticarianas (también llamadas ronchas o habones) tienen
tres características típicas, la hinchazón central, prurito y un curso fugaz
que va de 30 minutos a 24 horas, no dejando secuelas, equimosis etc. Las
lesiones que duran más de 24 horas y las que son dolorosas, urentes más que
prurito o dejan hematomas residuales sugieren un proceso vasculítico. La UCE se
asocia con diversos trastornos atópicos y autoinmunes. Por ejemplo es común que estos pacientes tengan otros
trastornos atópicos como alergia alimentaria, rinitis alérgica, rinosinusitis
crónica, dermatitis atópica y asma. Estas asociaciones no se observaron en la
población adulta cuando fueron estudiadas por los mismos investigadores. Otros
pueden tener trastornos autoinmunes como trastornos tiroideos, enfermedad
celíaca, enfermedad de Sjögren, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide
y diabetes mellitus tipo 1. Frente a un paciente con UCE hay que interrogar
sobre cualquier medicamento recién administrado, incluyendo antibióticos,
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y terapias hormonales, viajes recientes, infecciones, cambios en el
estado de salud, otras afecciones atópicas, antecedentes sexuales y una
revisión completa de los sistemas. Interrogar asimismo sobre signos y síntomas
de enfermedades sistémicas, como fiebre, pérdida de peso, artralgias, artritis,
sensibilidad al frío o al calor, dolor abdominal y dolor óseo. Hay ciertos
factores que agravan la urticaria aunque no sean directamente la causa como por
ejemplo, el calor (duchas calientes, humedad extrema), la ropa o los tirantes
ajustados también pueden agravar los síntomas, los antiinflamatorios (AINE) que
empeoran los síntomas en el 25 al 50 por ciento de los pacientes con UCE, el
estrés, las variaciones en los hábitos alimentarios y consumo de alcohol. El
laboratorio generalmente es normal en estos pacientes. En cuanto al manejo de
la UCE en primer lugar hay que transmitir tranquilidad a los pacientes, los
cuales suelen sentirse frustrados y temerosos, y la tranquilidad es un
componente importante para un manejo exitoso. Hay que explicar que la UCE rara
vez es permanente y casi nunca es síntoma de una enferedad seria subyacente.
Casi el 50 % de los pacientes experimentan remisión en un año. Explicar a los
pacientes que deben evitar los factores exacerbantes mencionados antes. En
cuanto a los medicamentos útiles en UCE los antihistamínicos H1 no sedantes
como cetirizina 10 mg una vez al día, o levocetirizina 5 mg una vez al día, o fexofenadina
180 mg una vez al día, o loratadina 10 mg una vez al día, o desloratadina 5 mg
una vez al día. Si el cuadro no remite así, se puede agregar un antihistamínico
H2, como uno de los siguientes, como Famotidina 20 mg dos veces al día o cimetidina
400 mg dos veces al día. La hidroxicina 10 a 25 mg antes de acostarse suele
tener un efecto excelente por su efecto sedante agregado. Se puede agregar el
antagonista del receptor de leucotrienos montelukast (dosis para adultos: 10 mg
una vez al día por la noche). Pueden requerirse glucocorticoides sistémicos
periódicamente para lograr un control temporal de los síntomas durante las
exacerbaciones graves de la urticaria que afectan significativamente la calidad
de vida, por ej prednisona en dosis de 40 mg al día (por la mañana, con las
comidas) durante dos o tres días. Una vez controlados los síntomas, la dosis
debe reducirse gradualmente a 10 mg al día o menos, lo que generalmente puede
hacerse en incrementos de 10 mg.






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