sábado, 17 de diciembre de 2011

Ateneo Hospital Pintos 14/12/2011. Mujer de 50 Años con Encefalopatía de Hashimoto.

Hospital "Ángel Pintos" de Azul.

Mujer de 50 años.

Motivo de Internación: Síndrome confusional crisis convulsiva.

Enfermedad actual: La paciente comenzó aproximadamente 30 días antes con cefalea de tipo tensional (habitual en ella), astenia, tendencia al sueño, dificultades para concentrarse en su trabajo, a lo que se agregó en el transcurso de los días un estado confusional, caracterizado por episodios de desubicación temporoespacial, sensación de despersonalización. A veces se miraba en el espejo y no se reconocía. Estos episodios se presentaban varias veces por día, pero no le impedían concurrir a su trabajo. Comenzó a presentar ilusiones paranoicas como por ejemplo la sensación de que todos criticaban su trabajo y que la evaluaban permanentemente. 

Consulta con su médico de cabecera quien realiza un examen físico el cual es negativo excepto por un temblor leve generalizado, temblor fino distal, y reflejos osteotendinosos vivos. Se solicitan estudios de laboratorio con perfil hepático, renal, tiroideo, VIH, FAN,  e imágenes (Rx de tórax y TC de cerebro), que son todos ellos normales.

Se indica clonacepan 0,5 mg tres veces por día y se deriva a consulta externa de neurología y psiquiatría.

La paciente evoluciona en los días siguientes  a un estado de somnolencia, agregando un episodio de pérdida de fuerzas en hemicuerpo derecho de 10 minutos de duración, disartria,  seguido de un episodio de convulsiones tónico-clónicas generalizadas por lo que se interna.

Antecedentes personales:

Paciente que no refiere haber padecido enfermedades de importancia, nunca ha estado internada.

Casada, dos hijos de 28 y 30 años vivos y sanos.

Trabaja como secretaria profesional.

Tabaco: fuma 10 cigarrillos diarios desde los 18 años.

Alcohol: no consume.

Nunca tomó anovulatorios.

Practica deportes habitualmente, habiendo participado de carreras de 10.000 metros en varias oportunidades, la última de las cuales fue dos meses atrás.

Madre fallecida de cáncer de mama a los 76 años.

Padre vivo y sano.

Hermanos: 1 hermana viva y con esclerosis múltiple desde los 36 años.



Examen físico:

Afebril, TA 112/86 mm Hg. Fcia cardíaca 88 por minuto.

Estuporosa, presentaba movimientos de tipo mioclónicos esporádicos, y un temblor grueso en ambos miembros superiores cuando se le hacía hiperextender los mismos.

Respondía a órdenes con evidente disartria, tartamudeo, y voz ininteligible.

Pares craneanos normales.Hiperreflexia generalizada.

Índice de masa corporal 22. Aspecto atlético.

Resto del examen físico normal.



Se solicitó TC que fue normal y una  RMN con gadolinio que mostró leves signos de atrofia cerebral, y leves alteraciones de la señal inespecíficas de la sustancia blanca subcortical.

Se realizó SPECT cerebral que fue informado como leve déficit difuso de perfusión. Angiografía digital normal.

Se realizó una punción lumbar que mostró un líquido cristal de roca. Se detectó ligera pleocitosis  (20 células, todas ellas de aspecto mononucleares). Proteínas 90 mg/dl,  con la presencia de una banda oligoclonal. Glucorraquia normal. Cloruros normales.

Proteína 14-3-3 fue negativa.


Electroencefalograma: enlentecimiento inespecífico del ritmo de base.

Evolución:

El primer día de internación la paciente refirió parestesias en hemicuerpo derecho seguido de hemiparesia leve de 30 minutos de duración que desapareció espontáneamente.

Se le administró carbamazepina en dosis anticomiciales.

El segundo día de internación la paciente presentaba estado estuporoso del cual se la podía despertar con estímulos sonoros intensos. No presentaba foco neurológico. Persistía la hiperreflexia generalizada. No había signos meníngeos. Temblor generalizado, mioclonías. Impresionaba encefalopatía metabólica.


Laboratorio.

Hemograma normal. VSG 55 mm/hora. PCR 22 mg/dl.  Función renal y función hepática normales.

VIH negativo.

Función tiroidea normal.

Estudio de hemostasia: no se demostró trombofilia.

FAN negativos. Látex AR. Rose Ragan negativo.


Los Diagnósticos diferenciales planteados fueron:

1)      Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

2)      Encefalomielitis diseminada aguda.

3)      Encefalopatía tóxico-metabólica.

4)      Meningoencefalitis.

5)      Encefalopatía de Hashimoto.

6)      Enfermedad psiquiátrica (depresión, ansiedad, psicosis)

7)      Meningitis carcinomatosa. Encefalitis paraneoplásica.

8)      Demencia degenerativa (Enfermedad de Alzheimer, demencia por cuerpos de Lewy, demencia frontotemporal).

9)      Ataque isquémico transitorio.

10)  Migraña hemipléjica o basilar.

11)  Vasculitis cerebral.


Se recibió  una prueba que fue diagnóstica:

Anticuerpos antiperoxidasa: +1/12.000

Anticuerpos antitiroglobulina: + 1/25.000


Se comenzó tratamiento con metilprednisona 100 mg por día durante los primeros tres días, bajándose la dosis a 80 mg al cuarto día.

Al cabo de 7 días de iniciado el tratamiento la paciente se encontraba recuperada de su estado. Vigil. Lúcida, ubicada en tiempo y espacio.

A los 14 días tenía una palabra y una marcha completamente normales, y habían desaparecido el temblor y las mioclonías.

Electroencefalograma: normal.

RMN normal

Presentaba amnesia de su estado previo.


ENCEFALOPATÍA DE HASHIMOTO.

Es un trastorno raro asociado a la tiroiditis de Hashimoto, descripto en 1966. (1) Se caracteriza por inicio subagudo de confusión con alterado nivel de conciencia, convulsiones y mioclonías. No tiene relación con el hipo ni el hipertiroidismo que pueden o no estar presentes, sino que se considera un trastorno inmunomediado.


PATOFISIOLOGÍA.

El mecanismo de la encefalopatías de Hashimoto (EH) es desconocido. No se relaciona con el hipotiroidismo ni con el hipertiroidismo, y de hecho la mayoría de los pacientes están eutiroideos.

El mayor peso de la evidencia apunta a un proceso vasculítico autoinmune, o a otro proceso inflamatorio, probablemente asociado a deposición de complejos inmunes, que posiblemente produzcan una disrupción de la microvasculatura cerebral: (2,5)

  • El examen anatomopatológico en la autopsia o en las biopsias de cerebro se ha identificado en algunos pacientes infiltración linfocitaria alrededor de las pequeñas arteriolas y vénulas. (3,6)
  • La mayoría de los pacientes con EH responden a los corticosteroides u otros inmunoupresores.
  • El trastorno es más común en mujeres, como también lo son las enfermedades autoinmunes. (2-4)
  • Elevado nivel sérico de anticuerpos antitiroideos es una hallazgo esencial en este trastorno.
  • En una serie, siete de ocho pacientes con EH tuvieron haplotipos HLA B8 DRw3, comparados con 30 por ciento de la población control. Este es un perfil común en pacientes con enfermedades autoinmunes.


La relación existente entre la tiroiditis de Hashimoto (TH)  y la EH no es clara. Algunos argumentan que la asociación es casual. Si bien elevados títulos de anticuerpos se correlacionan bien con tiroiditis en la anatomía patológica, 2 a 10 por ciento de la población joven sana y 5 a 20 por ciento de la población adulta sana puede tener anticuerpos elevados sin tiroiditis.

Hay quienes dicen que la relación entre TH y EH es la misma que existe entre trastornos autoinmunes en general. (3) La TH en si misma se asocia a enfermedades autoinmunes neurológicas y sistémicas incluyendo miastenia gravis, lupus eritematoso sistémico, y diabetes mellitus tipo 1. (7) Sostienen este argumento incluyen la observaciónde que los síntomas de la EH no son paralelos con los síntomas de tiroiditis. Además, cambios en el nivel de anticuerpos antitiroideos no se corresponden directamente con los síntomas neurológicos, ni el mejoramiento con tratamiento. Estos hallazgos conducen a la propuesta de que el término “encefalopatía con respuesta a los corticosteroides asociada a la tiroiditis de Hashimoto” como designación más apropiada para este trastorno. (9-11)

La naturaleza autoinmune de la EH es especulativa y se basa en observaciones e investigaciones que han originado diferentes teorías:

  • La EH puede ser el resultado de una injuria neuronal mediada por anticuerpos. (12)
  • La EH puede representar vasculitis que resulta de ya sea inflamación endotelial, o de la deposición de complejos inmunes. Los hallazgos de déficits de perfusión en el SPECT son sugestivos de compromiso vascular. (3,7,13)
  • Un marcador específico de EH ha sido identificado como un autoanticuerpo expresado contra la fracción aminoterminal de la enzima alfa enolasa. El rol patogénico de este anticuerpo no ha sido determinado, sin embargo, la alfa enolasa es expresada por las células endoteliales lo que podría mediar una vasculitis.
  • La EH puede ser un proceso primariamente desmielinizante similar a la encefalomielitis diseminada aguda (ADEM). Esto se corrobora por anatomía patológica y por las imágenes de RMN en las cuales en algunos pocos pacientes las lesiones vistas en la EH son similares a las de la ADEM. (3,15) Sin embargo, los hallazgos de RMN en la sustancia blanca no son similares en la mayoría de pacientes con EH. Los casos “ADEM-like” podrían representar casos anómalos de enfermedad desmielinizante aguda en pacientes que incidentalmente tienen anticuerpos antitiroideos elevados.
  • La EH puede representar una enfermedad por complejos inmunes, dado que se han encontrado complejos inmunes en el LCR de pacientes con EH. (16) Sin embargo, no existe un título elevado de IgG en LCR  en EH.
  • Parece improbable que los anticuerpos antitiroideos jueguen un rol patogénico en la EH. No hay evidencias de antígenos en sistema nervioso central que sean reconocidos por esos anticuerpos. Por otro lado, los anticuerpos antitiroideos fueron identificados en LCR de seis de los seis pacientes con EH y en ninguno de los controles. (16) Esto, en ausencia de disrupción de la barrera hematoencefálica, sugiere probable síntesis intratecal de esos anticuerpos. Sin embargo, otros no han encontrado esos anticuerpos en el LCR de pacientes con EH. (5)

EPIDEMIOLOGÍA.

Una revisión sistemática publicada en 2006 identificó 121 casos de EH publicados. (21) Sin embargo, el síndrome puede estar siendo subdiagnosticado. (2) Un estudio de screening agresivo para EH en pacientes con síntomas neurológicos inexplicados estimó una prevalencia de 2,1/100.000. (22)


HALLAZGOS CLÍNICOS.

Las manifestaciones clínicas de la EH se caracterizan por un inicio agudo/subagudo de confusión con alteración de la conciencia. (2,5) Se han descripto dos patrones de presentación. 

  • Un patrón de múltiples episodios stroke-like, recurrentes, episodios agudos o subagudos de alteración de la conciencia. Aproximadamente un 25 por ciento siguen este curso. (3)
  • Un patrón difuso progresivo, caracterizado por trastornos cognitivos lentamente progresivos con demencia, confusión, alucinaciones, o somnolencia. (2,23) Algunos casos tienen una presentación más fulminante en que puede evolucionar rápidamente al coma. (2,79)

Esos patrones clínicos se superponen. Además de la confusión y los cambios en el estado mental, otros signos neurológicos son comunes en ambos grupos. Además, de la confusión y las alteraciones del estado mental, otros signos comunes son comunes en ambos grupos:

  • Aproximadamente dos tercios de los pacientes experimentan convulsiones tónico-clónicas generalizadas. (3,21,24,25) El status epiléptico se ve en 12 por ciento de los pacientes.
  • Mioclonías o temblor se ven en el 38 por ciento de los pacientes. (3,21)El mioclonus puede ser multifocal.
  • La hiperreflexia difusa y otros signos del haz piramidal están presentes de 85 por ciento de los pacientes. (2)
  • La psicosis, particularmente alucinaciones visuales, paranoias han sido reportadoas en 25 a 36 por ciento de los pacientes. (3,21)


El curso a largo plazo de le enfermedad puede ser autolimitado, remitente-recidivante, o curso progresivo. (26,27)

Raros síndromes han estado asociados con la EH incluyen cerebelopatía con o sin encefalopatía, mielopatía aislada, y corea. (28-32) El compromiso del sistema nervioso periférico con evidencias electrofisiológicas de ganglionopatía desmielinizante, polineuropatía, y/o amiotrofia ha sido descripta en casos individuales de EH. (33-35)

No hay síntomas sistémicos como fiebre, excepto raramente. (7) Los síntomas neurológicos pueden ocurrir en pacientes con diagnóstico de tiroiditis de Hashimoto conocidos. El desarrollo clínico de TH puede ocurrir hasta tres años después de la presnetación de la EH. (4)


LABORATORIO.

Anticuerpos Antitiroideos.

Un nivel elevado de anticuerpos antiperoxidasa  y/o antitiroglobulina es un hallazgo esencial en la EH. Sin embargo, no está claro la relación entre la severidad de los síntomas neurológicos y el tipo  o concentración sérica de anticuerpos; además, el nivel de anticuerpos puede o no disminuir después del tratamiento. (3,7,11,21,22) Dado la prevalencia de esos anticuerpos en la población general sana (2 a 20 por ciento) estos no pueden ser considerados específicos de EH.   

Los anticuerpos antitiroideos se miden raramente en LCR. En una serie de casos se encontró que 9 de 12 pacientes con encefalopatía y niveles séricos  elevados de anticuerpos antitiroideos tenían títulos de anticuerpos elevados también en LCR. (22) Sin embargo hasta ahora no se aceptan como elemento diagnóstico por carecer de especificidad y sensibilidad de acuerdo a otros estudios. (5)

Hormonas Tiroideas.

El status tiroideo varía entre pacientes con EH reportada, y existen pacientes con hipotiroidismo franco hasta pacientes francamente hipertiroideos. En una revisión sistemática, 23 de 35 pacientes con EH tuvieron hipotiroidismo subclínico, y 17 de a 20 por ciento tuvieron hipotiroidismo declarado.


Líquido Cefalorraquídeo.

El análisis del LCR es anormal en cerca de 80 por ciento de los pacientes con EH. (2) Se pueden encontrar los siguientes hallazgos:

  • La anormalidad más común es una elevada concentración de proteínas (rango 48 a 298 mg/dL), que ocurre en aproximadamente 75 por ciento de los pacientes. Niveles mayores de 100 mg/dL son raros y ocurren en alrededor de 20 por ciento de los casos.
  • Una pleocitosis linfocitaria (8 a 169 células) está presente en 10 a 25 por ciento de los pacientes. (2,21)
  • La glucorraquia es normal.
  • Tanto la presencia como la ausencia de bandas oligoclonales ha sido reportada. (2)
  • Proteína 14-3-3, hallazgo asociado a la enfermedad de Creutzfeld-Jakob ha sido reportada en EH pero no es un hallazgo universal. (21,27,36)


Electroencefalografía.

Alteraciones electroencefalográficas inespecíficas han sido reportadas en 90 a 98 por ciento de los casos, demostrándose una actividad de fondo inespecífica. (2,7,9,37) Ondas agudas y actividad epiléptica transitoria es menos común. Ondas trifásicas y actividad delta rítmica intermitente ha sido descripta.

Hay reportes que refieren que las alteraciones electroencefalográficas revierten rápidamente con la administración de esteroides (9), mientras que otros refieren que las reversión es posterior a la mejoría clínica. (7,38)


Neuroimágenes.

La RMN en pacientes con EH es usualmente normal, pero puede demostrar atrofia o alteraciones inespecíficas de la señal en T2 en la sustancia blanca subcortical. (3) Esto último ha sido descripto en la mitad de los pacientes, y no se ve realzada con gadolinio. (2,3,7) Esto puede ser un hallazgo incidental aunque algunos reportes han mostrado resolución de los mismos después del tratamiento. (3)

En casos excepcionales de EH, los hallazgos de RMN de cambios difusos de la sustancia blanca son sugestivos de enfermedad desmielinizante. (3,15,39,40) Otros hallazgos han reportado realce meníngeo (40) y anormalidades en T2 en ambos hipocampos. (39)

La angiografía cerebral cuando se lleva a cabo es normal. (2) El SPECT (Single photon emission computed tomography) puede mostrar hipoperfusión focal o multifocal. (3,7,13)


Otros.

La proteína C reactiva (PCR) y la eritrosedimentación globular (VSG) están elevadas en algunos pacientes. (40) En una serie se observó aumento de las enzimas hepáticas en 12 a 20 por ciento de los pacientes. (40)


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL.

Cualquier enfermedad asociada con un síndrome confusional (delirium), o demencia rápidamente progresivos puede ser confundido con la encefelopatía de Hashimoto. Estos cuadros incluyen:

  • Enfermedad de Creutzfeld-Jakob.
  • Encefalomielitis diseminada aguda.
  • Encefalopatías tóxico-metabólicas.
  • Meningoencefalitis.
  • Enfermedades psiquiátricas (depresión, ansiedad, psicosis).
  • Carcinomatosis linfangítica.
  • Encefalitis paraneoplásica.
  • Demencias degenerativas (Enfermedad de Alzheimer, demencia con cuerpos de Lewy, demencia fronto-temporal)
  • Stroke, accidentes isquémicos transitorios.
  • Migraña basilar o hemipléjica.
  • Vasculitis cerebral.

DIAGNÓSTICO.

El hallazgo de anticuerpos anti-peroxidasa (TPOAb), o anti-tiroglobulina (TgAb) en pacientes con un cuadro clínico compatible, es condición sine qua non  para el diagnóstico de EH. Estos dos elementos, sumados a la respuesta al tratamiento con corticosteroides definen al síndrome.

Los estudios diagnósticos necesarios para descartar otras entidades incluyen:

  • Punción lumbar para descartar infección por bacterias, hongos, virus, y micobacterias.
  • Electroencefalografía.
  • RMN con gadolinio.
  • Tests de laboratorio tendientes a descartar las innumerables causas de delirium o estados confusionales.
Dado que el tratamiento de la EH consiste en terapia inmunosupresora, es especialmente importante excluir infección. Otros tests diagnósticos menos rutinarios incluyen la investigación de la proteína 14-3-3 (por posible enfermedad de Creutzfeld-Jakob), citología en LCR, estudios para descartar neoplasias (por la posibilidad de encefalopatía paraneoplásica) etc.


TRATAMIENTO.

La EH se trata usualmente con corticosteroides, y, si existe, tratamiento del hipo o hipertiroidismo. La dosis de corticosteroides no ha sido definida. Generalmente se empieza con prednisona oral 50 a 150 mg por día. (2) Se ha probado con metilprednisolona intravenosa pero no hay estudios comparativos respecto de prednisona oral.

La mayoría (90 a 98 por ciento) de los pacientes responden a la terapia esteroidea. Los síntomas típicamente mejoran o se resuelven en pocos meses. La duración del tratamiento, y el ritmo de descenso de la dosis de corticosteroides generalmente se va titulando de acuerdo a la respuesta. En algunos pacientes  puede dura hasta dos años. 

Algunos pacientes han sido tratados con otros inmunosupresores como azatioprina y ciclofosfamida. (5,7,41) Esto se reserva para pacientes que no toleran o no responden a los corticosteroides, o que recidivan después de la suspensión. El mejoramiento clínico después de plasmaféresis (43-45) ha sido reportado en casos individuales. 

El tratamiento de las convulsiones con medicación anticomicial tal como fenitoína, puede ser necesario como medida temporaria. (7)


PRONÓSTICO.

El pronóstico de la EH es generalmente pero no siempre bueno. El retraso en comenzar el tratamiento se asocia a recuperaciones menos completas. A veces se ha reportado mejorías varios años después del tratamiento. Sin embargo en 25 por ciento de los pacientes persisten alteraciones cognitivas residuales cuando la enfermedad pasa largo tiempo sin tratamiento. (7,37,40)

Puede ocurrir en algunos casos recuperación espontánea. (22,37) Sin embargo, la mayoría de los reportes de seguimiento a largo plazo es en pacientes tratados. (2,3) Muchos de esos pacientes permanecen libres de enfermedad  después de discontinuar el uso de corticosteroides por un período de seguimiento de años. En una serie de 20 pacientes, ocho discontinuaron el tratamiento después de haber sido tratados con esteroides y no recidivaron, tres recidivaron por lo que se recomenzó el tratamiento, y nueve requirieron tratamiento continuo con esteroides u otros inmunomoduladores para mantener la remisión. (40)

 Bibliografía.

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