miércoles, 30 de junio de 2010

Imágenes de la Sala. Mujer de 31 Años con Histiocitosis de célula de Langerhans.





Paciente de sexo femenino 31 años.
Motivo de Internación: sangrado hemorroidal con compromiso hemodinámico.

Enfermedad actual: Comienza con pérdidas hemáticas por hemorroides desde hace alrededor de 1 semana exacerbándose el cuadro en las últimas 48 hs, agregándose sensación de debilidad, mareos, por lo que decide consultar.

Antecedentes:
Tiene diagnóstico de histiocitosis X desde los 13 años. Su enfermedad actual comienza en febrero de 1993, cuando la paciente tenía 13 años, con alteraciones en la marcha a raíz de lo cual se le diagnostica radiológicamente una lesión osteolítica de cuello de fémur izquierdo. Se decide realizar biopsia que es informada como granulomatosis de células de Langerhans.

En ese momento, una estadificación clínico-radiológica, no mostró compromiso a otro nivel, por lo que se hizo diagnóstico de histiocitosis X ósea monostótica. Recibió como tratamiento metilprednisolona 40 mg/m2/día durante 4 semanas, asociado a radioterapia local con dosis de 900 cgy.
Continuó con seguimiento semestral sin demostrarse nuevas localizaciones hasta noviembre de 1998, momento en que consulta por dificultad respiratoria a un centro asistencial privado de la ciudad de Azul, diagnosticándose neumotórax espontáneo y realizándose drenaje del mismo con buena evolución y reexpansión completa.
La paciente había comenzado a fumar, 3 meses antes. Se solicita una TAC de tórax que muestra: “múltiples imágenes en vidrio esmerilado con zonas bullosas”. Se realiza una biopsia pulmonar que mostró granulomatosis de células de Langerhans tipo 1 (activa)
En esa internación presenta también alteración de la función hepática, hepatoesplenomegalia (elevación de TGO, TGP). Ecografía hepática sin dilatación de la vía biliar. Biopsia hepática negativa.
Se indica tratamiento con metilprednisolona/vinblastina por 6 semanas.

La evaluación a la semana 7 muestra mejoría clínica. TGO 55, TGP 50, GGT 49. Terminó tratamiento la semana 24, (18/06/1999).
En febrero de 2000 concurrió a la consulta con deterioro de la función pulmonar. Clínicamente grave. Se observaba progresión del compromiso intersticial en ambos campos pulmonares a predominio de campos superiores. Se decidió reinducir con vinblastina/metilprednisolona. Mantiene valores elevados de TGP, TGP, GGT. En el postratamiento, a la semana 7, mostró severa elevación de GGT (colangitis?).
Completó el tratamiento el 04/05/2001 asintomática, con TGO, TGP normales y GGT descendida. Ecografía sin dilatación de la vía biliar intrahepática.
Reingresa en setiembre de 2001 por neumotórax, que es drenado con buena evolución.
Se pierde contacto con la paciente hasta noviembre de 2005 en que se interna en la unidad de terapia intensiva de un sanatorio privado de Azul con un cuadro de alteraciones del sensorio, y debilidad muscular generalizada, constatándose una hipernatremia de 188 meq/L asociada a poliuria, diagnosticándose diabetes insípida. Se comienza tratamiento con expansión y se agrega desmopresina inhalada con buena respuesta.
Se solicita RMN de cerebro que informa: “se visualiza área polilobulada con realce de contraste EV en la región infundíbulo-hipotalámica con efecto de masa posterior. Sobre el quiasma óptico de 15 mm de diámetro aproximado”
Se deriva a centro de mayor complejidad en Capital Federal donde se diagnostica granuloma eosinófilo por biopsia estereotáxica de hipotálamo en junio de 2007.
El servicio de neurocirugía solicita interconsulta con servicio de hematología, para valorar indicación de quimioterapia vs radioterapia por granuloma eosinófilo. El servicio de hematología solicitó centelleograma óseo corporal total con Tc99, que mostró hipercaptación en calota craneal y huesos largos.
En junio de 2008 se realiza tratamiento con radiocirugía:

Tratamiento realizado: radiocirugía cerebral estereotáxica.
Procedimiento: “Se coloca el sistema referencial personalizado y una tomografía de cerebro con contraste. También se realiza una RMN de cerebro. En la fusión de imágenes de TAC y RMN se dibuja la lesión y los órganos de riesgo. Se elige la incidencia de los 7 haces de tratamiento, y se usan las facilidades de planificación inversa para verificar la mejor configuración de irradiación del volumen elegido y protecciónde las estructuras de riesgo. Lograda y aceptada la configuración deseada se transfieren los parámetros de la planificación al área de ejecución.
El tratamiento consistió en el empleo de ua dosis total de 30 Gy en la isodósica del 95% en 10 sesiones”.
Evoluciona el cuadro con deterioro de la función hepática, hepatoesplenomegalia dolorosa, heterogénea en las imágenes, con alteraciones del coagulograma que responden a la vitamina K.
Se comenzó tratamiento con quimioterapia. La paciente recibió tratamiento quimioterápico con cladribine durante una semana terminando la última dosis el día 08/08/2008, presentando como intercurrencia leucopenia sin neutropenia, rash y prurito. Alteró asimismo la función renal, con mejoría actual y episodios de hiper e hiponatremia.
En la evolución se agregó insuficiencia suprrarenal e hipotiroidismo.
En octubre de 2008 se realiza nueva biopsia hepática debido a alteraciones de la función hepática. La misma informa: “Microscopía: los cortes histológicos muestran tejido hepático con esteatosis moderada, balonización hepatocitaria, necrosis focal, e infiltrado inflamatorio predominantemente neutrofílico. Fibrosis portal con extensión pericelular, proliferación ductular reactiva. Presencia de canalículos dilatados con acúmulos biliares. Diagnóstico: Caracteres vinculables a esteatohepatitis moderada (grado 2 estadio 2). Colestasis canalicular. Ausencia de proliferación neoplásica.”
Una TAC de abdomen y pelvis realizada en octubre de 2008 mostró presencia de hepatoesplenomegalia con un hígado de densidad homogénea y de contorno polilobulado. En la TAC de columna de esa misma fecha se informa: “imagen de aspecto osteolítica en cuerpo de L4”
Actualmente recibe terapia hormonal de reemplazo con hidrocortisona oral y desmopresina inhalada. Había terminado su 4º ciclo con cladribina cuando comienza con el cuadro que motiva su internación actual.

Examen Físico al Ingreso de la Actual Internación:
Paciente pálida e ictérica, lúcida, con tendencia a la somnolencia. TA 100/60 mmHg con ortostatismo, frecuencia cardíaca 95 x minuto regular.
Aspecto Cushingoide.
Abdomen Distendido, hepatomegalia aumentada de consistencia, se palpa polo de bazo.
Laboratorio:
Día 20/04/2010:
Gr 1240000/mm3. Hb 4,9. Hematocrito 15%. Leucocitos 1400/mm3. Plaquetas 124.000/mm3. Granulocitos 72% Linfocitos 23% Monocitos 5%.
Glucemia 166 mg/dl. Tiempo de protrombina 13 seg. Concentración de protrombina 100%.
TGO 94 UI/L. TGP 130 UI/L FAL 962 mg/dl. Bilirrubina total 2,24 mg/dl Bilirrubina directa 1,5 mg/dl.
Se decide transfundir 2 unidades de GR, y se comienza con factores estimulantes de colonias granulocíticas.
Día 22/04/2010: Gr 1940000 Hb 6. Hto 18,5%. Plaquetas 89000. TGP172 UI/L TGO 96 UI/L. FAL 1218 mg/dl. Bilirrubina total 13,9 mg/dl. Bilirrubina directa 9,3 mg/dl. Bilirrubina indirecta 4,59 mg/dl.
Día 24/04/2010.

TGO 129 mg/dl TGP 197 UI/L. FAL 1599. Bilirrubina total 4,85. Bilirrubina directa 3,25. Bilirrubina indirecta 1,6.









Histiocitosis de Células de Langerhans.
Los términos histiocitosis X, granuloma eosinofílico, enfermedad de Hand-Schuller-Christian, y retículoendoteliosis difusa se han eliminado para quedar aceptado el de histiocitosis de cálulas de Langerhans (HCL).
Este trastorno puede afectar un sitio único o múltiples órganos.
El término “histiocito” se refiere a varios tipos de células, incluyendo las células de Langerhans, monocitos/macrófagos, células dendríticas intersticiales. Estas células, tienen un progenitor común en la médula ósea que marca con CD34+, y dependiendo de las citoquinas que intervengan se pueden diferenciar en 2 vertientes principales:

A) Células CD14,que se diferencian en macrófagos, o células dendríticas intersticiales dérmicas.
B) Células CD14, que se transforman en células de Langerhans.

La célula de Langerhans.
La célula de Langerhans (CL) como las células dendríticas, son células derivadas de la médula ósea que se comportan como células presentadoras de antígeno. Difieren de otros histiocitos en que son células CD1a positivo. Esta característica, junto con la clásica histología (ver más abajo) son utilizadas para identificarlas en piel, ganglios, bazo, médula ósea, y pulmones. En el cerebro, las CL son CD1a negativos, y adoptan una forma cargada de lípidos de tipo xantogranulomatosa característica.
Las CL son S-100 positivas, hallazgo compartido con las células de la enfermedad de Rosai-Dorfman, aunque esta última es CD1a negativa.
El clásico hallazgo en la microscopía electrónica son los gránulos pentalaminares de Birbeck. Estas estructuras han sido identificadas como invaginaciones de la membrana celular, posiblemente debido al procesamiento antigénico. La proteína de los gránulos se ha aislado, y el gen de la misma proteína, llamada “Langerina” ha sido clonado. Una técnica tincional que usa un anticuerpo contra Langerina (CD207) es la forma definitiva de identificar CL en biopsia de tejidos.
Se ha implicado al herpes virus humano tipo 6 (HHV-6) y al virus de Epstein-Barr (EBV) como agente etiológico aunque no se ha probado.
La incidencia de la HCL es de 3 a 5 por millón

Presentación Clínica de la Histiocitosis de Células de Langerhans del Adulto.
La edad de presentación va desde 21 a 69 años con un promedio a los 32 años, aunque puede manifestarse mucho antes.
Los síntomas de presentación en oreden decreciente de frecuencia son: rash cutáneo, disnea o taquipnea, polidipsia y poliuria, dolor óseo, linfadenopatía, pérdida de peso, hipertrofia gingival, ataxia, y alteraciones de la memoria.
Muchos pacientes transcurren varios años hasta que se establece el diagnóstico correcto.

Diabetes Insípida
La diabetes insípida fue el síntoma de presentación en alrededor de 15% de los pacientes (“diabetes insípida aislada”). Ochenta por ciento de esos pacientes tienen deficiencia de otra hormona pituitaria dentro de los 5 años. Hay un hallazgo clásico en las imágenes de RMN en la pituitaria que es la pérdida de brillo, aunque este no es patognomónico. La glándula pituitaria aumentada de tamaño puede ser biopsiada para un diagnóstico definitivo, pero la remoción de toda la glándula debe ser evitada debido a que el manejo es más dificultoso.

Piel y Mucosa Oral.
Muchos pacientes tienen un rash papular, con áreas marrones, rojas o costrosas, que van desde el tamño de una cabeza de alfiler hasta 1 o más cm. En cuero cabelludo el rash es similar a la seborrea. En la piel de la ingle, genitales, o alrededor del ano puede haber lesiones ulcerosas que no cicatrizan.
En la boca puede verse encías inflamadas o úlceras en carrilos, o lengua.

Huesos.
Los huesos afectados son en orden de frecuencia: mandíbula (30%), cráneo (21%), vértebras (13%), pelvis (13%) extremidades (17%), y costillas(6%). En los niños el cráneo es el área más frecuentemente comprometida (40%).
El dolor en la mandíbula y la pérdidad de piezas dentales puede ser el primer síntoma. Hay que evitar cirugías mutilantes ya que la quimioterapia puede revertir todo a lo normal.

Pulmones.
El compromiso pulmonar en HCL es ligeramente más prevalente en hombre y más en fumadores que en no fumadores. Los pacientes se presentan con tos, disnea, o dolor torácico, aunque casi el 20% de los adultos con compromiso pulmonar están asintomáticos. La presencia de dolor torácico puede indicar la presencia de neumotórax espontáneo.
Los resultados de los tests de función pulmonar son completamente variables; el más frecuente hallazgo es la capacidad reducida de monóxido de carbono (DLCO) en 70 a 90% de los casos. El test más sensible es la TAC de alta resolución (TACAR), que revela quistes y nódulos característicos de la HCL. La presencia de quistes en la TACAR es un hallazgo de mal pronóstico, y es predictor de progresión de la enfermedad.

Metabolismo de la Glucosa Alterado.
Se han descripto anormalidades en el metabolismo de la glucosa con intolerancia a la glucosa o diabetes franca por un mecanismo no conocido independientemente del tratamiento del hipopituitarismo.

Histiocitosis de Células de Langerhans en la edad pediátrica.
Nuestra paciente comenzó su enfermedad en la niñez, ya que a los 13 años se estableció el diagnóstico definitivo. En consecuencia las manifestaciones clínicas presentan algunas características diferentes a la HCL de comienzo en la edad adulta.
En este grupo etáreo la enfermedad puede manifestarse como forma multisistémica.

Compromiso del Hígado y Bazo.
La hepatoesplenomegalia en el contexto de HCL es un hallazgo preocupante. El compromiso hepático puede producir agrandamiento de aspecto tumoral o lesiones quísticas. A veces la hepatomegalia cursa con disfunción hepática que lleva a la hipoalbuminemia con ascitis, hiperbilirrubinemia, colangitis esclerosante, y alteraciones de la coagulación. La HCL puede presentarse ocasionalmente con hallazgos indistinguibles de la colangitis esclerosante primaria, con alteraciones colangiográficos idénticos. Puede haber fibrosis periductal, ductopenia y cirrosis biliar secundaria.
La esplenomegalia masiva puede conducir a citopenias debido a hiperesplenismo.

Compromiso de Médula ósea
El compromiso de la médula ósea es común en niños que tienen compromiso difuso del hígado, el bazo, ganglios y piel.

Compromiso Endocrinológico.
La diabetes insípida es la manifestación endocrina más frecuente en HCL. La enfermedad puede progresar a compromiso pituitario global.

Sistema Gastrointestinal.
Hay pocos pacientes con diarrea o trastornos malabsortivos.

Sistema Nervioso Central.
La diabetes insípida es la manifestación más común de los pacientes con compromiso de sistema nervioso central (SNC), y ocurre en 15% de los pacientes tratados con quimioterapia y en 36% de los pacientes con tratamientos menos agresivos. Un 1% de los pacientes desarrollará problemas mayores de SNC como lesiones de masa o granulomas en el parénquima cerebral o en los plexos coroideos que llevan al bloqueo de la circulación del líquido cefalorraquídeo.
La segunda manifestación más común de la HCL que compromete SNC es un cuadro neurodegenerativo caracterizado por lesiones simétricas en la RMN en el núcleo dentado del cerebelo o en los ganglios basales. Los pacientes afectados pueden tener ataxia, y disfunción cognitiva y conductual que puede ser irreversible, y puede manifestarse décadas después del diagnóstico inicial.

Tratamiento de la Histiocitosis de Células de Langerhans en el Adulto.
Los cambios en el tratamiento de la HCL durante las últimas décadas reflejan los conceptos cambiantes so¬bre la enfermedad. De hecho, las dificultades para desarrollar terapias más efectivas están directamen¬te relacionadas con las deficiencias en el estudio de la patogenia de la HCL.
Los estudios retrospectivos de Lahey demostraron que, si bien distintos órganos pueden tener infiltración por CL, la afectación es sola¬mente de importancia pronóstica si existe disfunción orgánica y anormalidades imagenológicas en pulmón, hígado y médula ósea o la presencia de numerosas CL en el aspirado de médula ósea no son evidencia suficiente de disfunción orgánica.En forma objetiva esta se demuestra por la presencia de tos, taquipnea, disnea, cianosis, neumotórax, derrame pleural no infeccioso, edema, ascitis, hipoproteinemia, hiperbilirrubinemia, anemia no ferropénica, leucopenia, neutropenia, trombocitopenia e hipercalcemia. Siguiendo este concepto, los pacientes po¬drían ser estratificados en distintos grupos de riesgo en función de la extensión de la enfermedad y el grado de disfunción orgánica(ver tabla 3).
Estudios cooperativos confirmaron dichos conceptos a la vez que identificaron un subgrupo de pacientes (definido por edad más de 2 años y ausencia de disfunción orgánica) con un pronóstico excelente a pesar de la afectación multisistémica y por el contrario la mayor mortalidad en los menores de 2 años con enfermedad multisistémica con OR+ (55- 60%).

En la actualidad, el tratamiento de pacientes con HCL es individualizado y adaptado al riesgo: pacientes con enfermedad en un sistema único con lesión única generalmente requieren solamente terapia local u observación; pacientes con enfermedad más extensa (lesiones óseas o linfadeno¬patías múltiples) generalmente requieren terapia sistémica. La mejor opción terapéutica en esos casos no ha sido definida; se pueden observar respuestas con ciclos cortos de corticoides con o sin la adición de agentes quimioterápicos. El tratamiento recomendado por la Sociedad del Histiocito para este grupo de pacientes incluye una inducción de 6 semanas con prednisona y vinblastina, seguida de un tratamiento de continuación con pulsos de los mismos agentes cada tres semanas. El pronóstico para este grupo de pacientes es generalmente excelente, si bien aproximadamente el 30% de los pacientes sufren reactivaciones que siguen respondiendo a tratamiento.
Siete estudios cooperativos han estudiado el tratamiento de pacientes con enfermedad multisistémica: el protocolo Italiano AIEOP-CNR-HX 83 Protocol, el protocolo Austriaco/Alemán DAL-HX 83/906, el protocolo del Grupo Japonés de HCL-968 y los tres estudios de la Sociedad del Histiocito: LCH I (1991–5) confirmo en LCH MSRO+ con mala respuesta en las primeras 6 semanas de tratamiento se asociaba con mal pronóstico y también demostró que no había ventaja respecto al tratamiento con etoposido sobre vinblastina;
LCH II (1996– 2000) tampoco demostró beneficio de combinarlos comparados con vinblastina sola, confirmó el tema de la mala respuesta en forma precoz y estableció que la edad de 2 años no fue un predictor independiente de mal pronóstico. Aunque no reportado en su momento, una comparación histórica entre LCHI y II publicada recientemente ha sugerido que los niños que recibieron las dos drogas pueden haber evolucionado mejor;
LCH III (2001–8), investigó adicionando metotrexato a vinblastina para LCH MSRO+, y comparó eficacia entre 6 meses vs 12 meses de tratamiento en términos de prevenir reactivación en estos pacientes observandose mejores resultados en el tratamiento de 12 meses
Todos estos protocolos fueron adaptados al riesgo y se basaron en distintas combinaciones de prednisona, vinblastina, etopósido, metotrexato, ARA-C y 6-mercaptopurina. En todos estos estudios, las tasas de supervivencia fueron superiores al 90% para pacientes con enferme¬dad multisistémica sin afectación de órganos de riesgo.
La afectación de ór¬ganos de riesgo acarrea un peor pronóstico. Este grupo de pacientes está caracterizado por presentación a edad temprana (generalmente más de 2 años), y diferentes grados de afectación de hígado, bazo, sistema hematopoyético y pulmón. Estos pacientes responden pobremente al tratamiento, y la mortalidad es elevada. En el estudio LCH-III, estos pacientes fueron aleatorizados a un tratamiento basado en prednisona, vinblastina y 6-mercaptopurina con o sin metotrexato. Los resultados preliminares indican que la inclusión de metotrexato no es beneficiosa. Tratamiento de la HCL recurrente o refractaria La reactivación de la enfermedad es común en pacientes con HCL, y parecen identificarse dos grupos: 1. Pacientes con reactivaciones de “bajo riesgo”. Este grupo está formado por pacientes que presentan reactivación de enfermedad multifocal ósea o de enfermedad multisistémica de bajo riesgo (sin afectación de órganos de riesgo). En estos casos, las reactivaciones ocurren en aproximadamente una tercera parte de los pacientes y suelen responder bien a las terapias de segunda línea. Varios regímenes han demostrado eficacia en estas situaciones, incluyendo 6-mercaptopurina y metotrexato orales, indometacina, bisfosfonatos y cladribina. 2. Pacientes con reactivaciones de “Alto riesgo”. Este grupo está caracterizado por la presencia de afectación de órganos de riesgo y pobre respuesta a la terapia inicial. La mortalidad es elevada, y estudios recientes sugieren que un régimen intenso con cladribina y altas dosis de ARA-C pueden ser efectivos. El trasplante alogénico de células madre hemato¬poyéticas también ha demostrado eficacia en estos casos. Tratamiento de la HCL recurrente o refractaria con análogos de nucleósidos La enzima adenosina-deaminasa (ADA) juega un papel esencial en la degradación de los nucleósidos de purina derivados del procesamiento del ADN. En las células deficientes en ADA, la deoxiadenosina es me¬tabolizada por la deoxicitidina cinasa (dCk), lo cual da lugar a concentraciones elevadas de deoxiadenosi¬na mono-, di- y trifosfato (dAMP, dADP y dATP), que son tóxicas para las células. La 2-clorodeoxiadenosi¬na (2-CdA, cladribina) es un análogo de las purinas resistente a la ADA pero no a la dCk. Ello da lugar a una acumulación de nucleótidos de deoxiadenosina clorinada que pueden ser eventualmente incorporados al ADN de las células en división, lo cual da a lugar a un arresto en la fase S del ciclo celular y sub¬siguiente activación de la apoptosis. Sin embargo, en contraste con los antimetabolitos convencionales, la cladribina es extremadamente tóxica para linfocitos maduros que no están en fase de división. Las elevadas concentraciones de deoxinucleótidos podrían interferir con la reparación de las rupturas en las cadenas de ADN e iniciar así el proceso de muerte celular programada. En niños, la cladribina ha sido utilizada principalmente en el tratamiento de la leucemia aguda mieloide, donde se han obtenido respuestas cercanas al 60%. Los linfocitos y monocitos maduros expresan altos niveles de dCk. Estudios in vitro han demostrado que la cladribina es un agente muy selectivo contra monocitos, causando una disminución de la función y viabilidad de los monocitos, así como una disminución de las secreción de IL-6. Dado que los histiocitos tisulares son derivados de la misma célula madre que los monocitos circulantes, la cladribina ha sido investigada en el tratamiento de pacientes con enfermedades histiocíticas. Respuestas clínicas excelentes, con respuesta global del 82%, han sido descritas en adultos con HCL recurrente. En niños, el papel de la cladribina ha sido evaluado en dos situaciones clínicas: a) En pacientes con reactivaciones de ‘bajo riesgo’, la cladribina ha dado lugar a respuestas en más del 90% de los pacientes, si bien nuevas reactivaciones todavía pueden ocurrir. Un beneficio adicional de la cladribina es su efecto sobre la enfermedad del SNC (una complicación común en HCL). Una limitación importante del uso de la cladribina es su limitación a un curso corto de tratamiento: más de 4 o 6 ciclos han sido asociados a mielosupresión prolongada, ocasionando un cuadro similar a la mielodisplasia.
b) Para pacientes con reactivación de ‘alto riesgo’, la cladribina como fármaco único tiene poco efecto, y es necesario
Un régimen más intensivo. La combinación de altas dosis de cladribina (9 mg/m2/d × 5 días) con citarabina (1 gr/m2/d × 5 días) ha demostrado inducir respuestas en pacientes con enfermedad refractaria. Si bien este tratamiento parece ser efectivo, está asociado a alta morbilidad, y una mortalidad asociada a toxicidad superior al 20%.
La clofarabina, un miembro de la segunda generación de análogos de la deoxiadenosina, está siendo investigada actualmente en la situación de enfermedad refractaria. Estudios preliminares sugieren que la clofarabina puede tener un efecto superior a la cladribina.
En conclusión, la HCL es una enfermedad proliferativa de las CL con manifestaciones clínicas heterogéneas. El factor pronóstico más importante es la presencia de enfermedad en los órganos de riesgo y, para este grupo de pacientes, nuevas terapias deben ser desarrolladas.

Para más información consultar con la siguiente dirección:
http://www.histio.org/


Mujer de 31 Años con Cefalea y Dolor en Ojo Izquierdo. Miositis Orbitaria.


Una mujer de 31 años se presentó con una historia de 1 día de cefalea severa a predominio izquierdo y dolor en ojo izquierdo de inicio agudo. No había antecedentes de trauma, y ella estaba afebril. Los síntomas se agravaban con el movimiento de los ojos. El examen reveló edema indurado del párpado izquierdo y mínima inyección conjuntival con leve proptosis del ojo izquierdo. Los movimientos oculares no estaban limitados. Los resultados de laboratorio no mostraban alteraciones. Se diagnosticó una celulitis orbitaria post septal, y a la paciente se le indicó antibióticoterapia parenteral. Sus síntomas no mejoraron, y su proptosis empeoró en las siguientes 36 horas.




Una RMN de órbitas reveló engrosamiento del recto interno izquierdo (Figura 1 flecha) y compromiso de la grasa post septal.










Cuál es el Diagnóstico?










Se consideró el diagnóstico de miositis orbitaria, y se comenzó con terapéutica con corticosteroides sistémicos. Los síntomas de la paciente mejoraron dramáticamente en los siguientes 2 días lo cual confirmó el diagnóstico.
La inflamación orbitaria idiopática, o pseudotumor inflamatorio orbitario, es un proceso no neoplásico, no infeccioso, inflamatorio, ocupante de espacio sin causa local ni sistémica identificable. La condición es llamada miositis orbitaria cuando afecta los músculos extraoculares.
















Figura 1. Miositis orbitaria o pseudotumor de órbita.



Es la tercera causa más común de tratorno orbitario siguiendo a la orbitopatía asociada a enfermedad tiroidea y a enfermedad linfoproliferativa, y da cuenta del 5% de los trastornos orbitarios. (1) La miositis orbitaria ocurre principalmente en adultos jóvenes, y típicamente se presenta con un desplazamiento anterior del globo ocular (proptosis), edema conjuntival (quemosis) y limitación a los movimientos oculares, a menudo es unilateral. La cefalea, como ocurrió en esta paciente, es un síntoma poco frecuente de presentación y a menudo se lo confunde con la cefalea histamínica o “cluster headache” debido a los hallazgos inflamatorios asociados. (2) El diagnóstico diferencial incluye infección (celulitis orbitaria, absceso orbitario), oftalmopatía tiroidea, vasculitis, sarcoidosis, neoplasias y malformaciones arteriovenosas. Aunque benigna, la miositis orbitaria puede llevar a disfunción oculomotora y pérdida de la visión. Los corticosteroides sistémicos son la piedra angular del tratamiento e inducen una rápida y dramática remisión del cuadro inflamatorio; sin embargo, tiene una alta tasa de recurrencia. Un alto índice de sospecha y un estudio radiológico urgente son las claves para el diagnóstico y el tratamiento tempranos.

Fuente:
CMAJ • January 16, 2007; 176 (2). doi:10.1503/cmaj.060772.

Conclusiones del Caso.


En esta mujer de 31 años se estableció inicialmente el diagnóstico de celulitis orbitaria (postseptal) en base a edema indurado del párpado izquierdo y mínima inyección conjuntival con leve proptosis del ojo izquierdo. La RMN fue de gran ayuda, ya que mostró compromiso del músculo recto interno además de la grasa postseptal. El septum orbitario es una fina estructura laminar fibrosa, flexible, que une el reborde orbitario con los bordes periféricos de los tarsos, y se divide en dos ligamentos anchos, el superior y el inferior, uno para cada párpado. (Figura)



























Figura 2.
Diagrama que muestra la proximidad del periostio en relación al septum orbitario. La celulitis orbitaria asienta por detrás del septum orbitario.



El gran diagnóstico diferencial de la miositis orbitaria es la celulitis orbitaria o postseptal, esta última a su vez, hay que diferenciarla de la celulitis periorbitaria o preseptal. La celulitis orbitaria o postseptal está localizada detrás del septum orbitario, afecta la grasa y músculos contenidos dentro de la órbita ósea. En contraste, la celulitis preseptal o periorbitaria se localiza anteriormente al septum orbitario, por fuera de la órbita ósea. (Figura 2)




La sinusitis es el factor de riesgo más común de celulitis orbitaria tanto en pediatría como en la edad adulta. En cambio la celulitis preseptal es menos frecuente como complicación de sinusitis.Los senos son los mayores componentes de las paredes de la órbita, y las láminas papiráceas forman una fina barrera ósea entre los senos (especialmente los senos etmoidales) y el espacio orbitario (Figura 3 )




























Figura 3.
Nótese la proximidad del los seno frontal, etmoidal, y maxilar al espacio orbitario. La lámina papirácea es vista como una fina pared ósea en la superficie de las celdas aéreas etmoidales.












Las venas oftálmicas superior e inferior proveen un sistema no valvulado entre los senos, la órbita y la cara. (Figura 4)

























Figura 4.
El diagrama muestra la comunicación entre los senos etmoidales, la órbita, y los senos cavernosos.


Aprovecharemos el caso para hacer un breve repaso de la celulitis orbitaria y periorbitaria que, aunque ocurren predominantemente en niños, también se ven en adultos.



Celulitis Periorbitaria o Preseptal.

Es mucho más común que la celulitis orbitaria aunque a veces es difícil distinguir entre ambas. El diferenciar entre ambas es crucial por la severidad de la celulitis orbitaria que puede evolucionar a la muerte en 1 a 2% de los casos y a la ceguera en 3 a 11%, y por lo tanto requiere un cuidadoso monitoreo e intervención rápida y precoz. En cambio en la celulitis preseptal es rara la pérdida de la visión.
Ambas entidades se presentan con inflamación y eritema de los tejidos que rodean la órbita con o sin fiebre.
La celulitis preseptal asienta sobre una infección contigua de partes blandas de la cara, párpados, secundaria a trauma local, picadura de insectos, mordeduras de algún animal, o cuerpo extraño. También la dacriocistitis, algunas sinusitis o la cirugía facial son factores predisponentes. Es raro que progrese a la celulitis orbitaria por extensión local aún cuando no se trate correctamente. Sin embargo, la celulitis orbitaria puede ser clínicamente indistinguible al comienzo, de la celulitis preseptal, dando la falsa apariencia de que hubo extensión de la celulitis preseptal a celulitis orbitaria. 


























Figura 5.
Celulitis preseptal: Paciente de 8 años que se presentó con inflamación unilateral y eritema del párpado.



























Figura 6.
Celulitis preseptal.
Intensa inflamación y edema bipalpebral






Los gérmenes más comúnmente involucrados en la celulitis preseptal son Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus, otras especies de estreptococos y anaerobios. Antes de 1990 el Haemophilus influenzae tipo B era la causa más común en niños hasta que se implementó la vacunación de rutina. Otros gérmenes que pueden ocasionarla son: Acinetobacter spp, Nocardia brasiliensis, Bacillus anthracis, Pseudomonas aeruginosa, Neisseria gonorrhoeae, Proteus spp, Pasteurella multocida, M. tuberculosis, y Trichophyton spp.
El tratamiento de las formas leves puede ser ambulatorio y empírico cubriendo el espectro de los gérmenes que más frecuentemente producen la entidad.
Generalmente se usa: amoxicilina-clavulánico 875/12 hs, cefpodoxime 200 mg/12 hs durante 7 a 10 días.


Celulitis Orbitaria.
Factores Predisponentes:
Un número de factores pueden predisponer al desarrollo de celulitis orbitaria, siendo la causa más común las sinusitis agudas.
Las sinusitis agudas se complican con celulitis orbitaria en 1 a 3% de los casos. Por otro lado, el 73 a 94% de los pacientes con celulitis orbitaria presentan sinusitis. Las sinusitis que con mayor frecuencia se complican con celulitis orbitaria son las sinusitis etmoidales y las pansinusitis.La cirugía oftálmica es una causa poco frecuente de celulitis orbitaria, habiendo sido reportada en cirugía del estrabismo, blefaroplastia, queratotomía, cirugía retiniana y siguiendo a la anestesia peribulbar.
Otras causas incluyen: trauma orbitario con fractura o cuerpo extraño, dacriocistitis, e infección dentaria, otitis media o infección de la cara. Un mucocele sinusal (colección de moco dentro de un seno obstruído) que afecta la órbita puede causar celulitis orbitaria.

Manifestaciones Clínicas.

Tanto la celulitis preseptal como la celulitis orbitaria pueden presentarse con inflamación y eritema. El dolor con los movimientos oculares es más común en la celulitis orbitaria, pero también puede verse en la celulitis preseptal. Quemosis (inflamación conjuntival) es mucho más común en la celulitis orbitaria pero también se ha observado en las celulitis preseptales.
Los elementos semiológicos presentes en las celulitis orbitaria pero que no se ven en las celulitis preseptales son:
Proptosis.
Desplazamiento del globo ocular.
Limitación de los movimientos oculares.
Visión doble.
Pérdida de visión (indica compromiso del apex orbitario).

























Figura 7. 
Un paciente varón con celulitis orbitaria. Proptosis, oftalmoplejía, y edema y eritema de párpados. El paciente también presentaba dolor en el movimiento de los ojos, fiebre, cefalea y quebrantamiento general.




Microbiología de las Celulitis Orbitaria.S aureus y estreptococos son los gérmenes más comúnmente identificados en las celulitis con cultivos positivos. Causas menos comunes son H influenzae y anaerobios no formadores de esporas. Sin embargo, hay gérmenes mucho menos frecuentes que han sido identificados como Eikenella corrodens, que es un agente dificultoso para aislar. Este es el motivo de que algunos agregan ampicilina al régimen empírico inicial que cubre este patógeno.





















Fig 8.
Un paciente varón con celulitis orbitaria que mostraba proptosis, oftalmoplejía, y edema de párpados. El paciente también presentaba quemosis y resistencia a la retropulsión del ojo.


Otros microorganismos menos comunes que causan celulitis orbitaria incluyen Aeromona Hydrophila, P aeruginosa, hongos, y micobacterias tales como Scedosporium apiospermun, M tuberculosis y Mycobacterium avium complex.
Aunque H influenzae era antiguamente la causa más común de celulitis orbitaria, actualmente es poco frecuente, y con la disminución de su frecuencia han disminuído la de otros patógenos para los cuales H influenzae sería facilitador de su patogenicidad.

Diagnóstico.El examen físico, que incluya el examen de la agudeza visual y la motilidad ocular, es clave en el diagnósyico de celulitis orbitaria.

Estudios Radiológicos.Tomografía Computada. Es útil para confirmar la extensión de la inflamación a la órbita, para detectar enfermedad de senos paranasales coexistentes, y para diagnosticar absceso orbitario o subperióstico.
Ultrasonografía de la órbita. Provee detalles de mayor resolución sobre el contenido de la órbita, y es útil el seguimiento secuencial de un absceso (o drenaje de un absceso) son requeridos. Sin embargo este método diagnóstico no está ampliamente disponible, y además requiere de un operador altamente entrenado y con experiencia.
Resonancia nuclear magnética. Es superior a la TAC en la resolución de enfermedad de enfermedad de partes blandas; sin embargo, no es llevada a cabo debido a que en pacientes pediátricos es necesaria la sedación y que casi nunca está inmediatamente disponible.

Es controversial si todo paciente con sospecha de celulitis orbitaria requiere una TAC. Algunos expertos sugieren que la TAC debe ser llevada a cabo solo si el paciente no responde después de 24 hs de antibióticos. La mayoría de los pacientes responden bien como se verá más abajo en tratamiento.
Una revisión sobre manejo de la celulitis orbitaria del Reino Unido recomienda las siguientes indicaciones de TAC:
Incapacidad de poder evaluar con precisión la visión del paciente (generalmente niños)
Proptosis muy significativa, oftalmoplejía, edema bilateral, o deterioro de la agudeza visual.
No mejoramiento a pesar de 24 horas de antibióticos intravenosos.
Signos o síntomas de compromiso de sistema nervioso central.

Además de esas indicaciones, se recomienda TAC en todo paciente en quien se considere un drenaje quirúrgico.

Estudios Microbiológicos.Los organismos causales en la celulitis orbitaria pueden ser dificultosos de identificar debido a contaminantes de la flora normal, infecciones mixtas y terapia previa con antibióticos. Los cultivos (tanto para aerobios como para anaerobios) pueden ser obtenidos de la sangre, aspirado de senos, y abscesos. Los hemocultivos son positivos con mayor frecuencia en los individuos muy jóvenes. Debido a que los hemocultivos en adultos son generalmente negativos, algunos clínicos obtienen cultivos de las secreciones de los ojos o cultivos faríngeos, aunque estos últimos muestran generalmente contaminación con la flora orofaríngea normal. Los datos más confiables son las muestras recuperadas de drenaje quirúrgico de un absceso orbitario o senos comprometidos, así como un hemocultivo positivo.
En general se recomienda en todo paciente en quien se sospecha celulitis orbitaria, que se obtengan muestras para hemocultivo antes de comenzar tratamiento antibiótico. Si se lleva a cabo un drenaje quirúrgico de un absceso o contenido de senos, el material obtenido debe ser enviado para investigación de aerobios, anaerobios, y hongos.

Diagnóstico Diferencial.
Varias enfermedades pueden mimetizar celulitis orbitaria. Ellas incluyen:
Tumores (retinoblastoma, neuroblastoma, rabdomiosarcoma).
Escleritis posterior.
Quiste dermoide periocular.
Granulomatosis de Wegener de la órbita.
Pseudotumor orbitario.
Trauma, incluyendo picaduras de insectos.
Reacciones alérgicas a alergenos.
Orzuelo.
Absceso de la glándula de Meibomio.
Conjuntivitis.
Lesión secundaria a herpes o varicela.

Complicaciones.Las complicaciones de la celulitis orbitaria puede desarrollar rápidamente. El monitoreo cercano está indicado, que incluya la exploración de la función visual al menos 1 vez por día!!! (agudeza visual y respuesta pupilar a la luz). La celulitis orbitaria puede evolucionar a absceso localizado incluyendo absceso subperióstico y colección orbitaria. Una complicación de la formación del absceso puede raramente evolucionar a oclusión de la arteria central de la retina. El absceso subperióstico puede ser consecuencia directa de una sinusitis sin pasar por la etapa de celulitis orbitaria.

Absceso subperióstico.
Aunque el desplazamiento del globo ocular es un hallazgo sugestivo de absceso subperióstico, este dato no sirve para difernciarlo de la celulitis orbitaria desde el punto de vista clínico. Imágenes de la órbita se requieren para el diagnóstico. Sin embargo, la TAC no es infalible. En una serie, este método falló en detectar absceso subperióstico en 16% de los pacientes. El absceso subperióstico no es, como ya se dijo, necesariamente el resultado de la progresión de una celulitis orbitaria al espacio subperióstico, ya que puede ser consecuencia de la extensión directa de una infección sinusal dentro de la órbita. Un absceso subperióstico puede, a su vez romperse y producir una celulitis orbitaria.
En una revisión de celulitis orbitaria, el absceso subperióstico fue observado en 15% de los casos.
La infección polimicrobiana es la regla en adultos con absceso subperióstico, quienes por lo tanto más probablemente requieran drenaje
Se han visto S. aureus, estafilococos coagulasa negativos, H. influenzae, estreptococos, Moraxella catarrhalis, Klebsiella pneumoniae, y E. corrodens como patógenos.
La TAC es importante de entrada en presencia de absceso para comparar con una posterior al uso de antibióticos. Si un paciente con absceso subperióstico no comienza a mostrar signos de mejoramiento clínico en 24 hs de tratamiento se sugiere repetir TAC. En aquellos pacientes con empeoramiento o sin mejoramiento en la TAC se indica el drenaje quirúrgico.

Absceso orbitario.El absceso orbitario puede ser clínicamente indistinguible de la celulitis orbitaria. Proptosis y desplazamiento del globo ocular tienden a ser más severos en el absceso orbitario que en la celulitis orbitaria, y los pacientes suelen estar más comprometidos. El diagnóstico de absceso se confirma por imágenes o con cirugía. Los organismos más comúnmente aislados del drenaje del absceso son estafilococos y estreptococos, en la misma forma que en la celulitis orbitaria.

Extensión extraorbitaria.
La infección puede extenderse hasta el apex orbitario causando pérdida de la visión, o intracranealmente, causando absceso intracraneal, meningitis, o tromboflebitis séptica del seno cavernoso. El compromiso intracraneal puede ser precedido por oftalmoplejía, cambios en el status mental, parálisis de nervios craneales contralaterales, o celulitis orbitaria bilateral.

TratamientoDebido a la creciente incidencia de infecciones por S. aureus meticilino resistente (SAMR) se comienza con terapia empírica con vancomicina (15 mg/kg/12 hs en adultos con dosis máxima de 4 grs por día).
Más uno de los siguientes agentes:
• Ampicilina-sulbactam (3 gr IV/6hs en adultos. Dosis máxima 12 Grs ampicilina –sulbactam que son 8 grs de ampicilina).
• Ticarcilina-clavulánico 3,1 Grs IV/4 hs en adultos).
• Piperacilina-tazobactam (4,5 g IV/6 hs en adultos).
• Ceftriaxona (2 gr/12 en adultos).
• Cefotaxime (2 gr/4 hs en adultos. Máximo 12 gs/día).

Los alérgicos a penicilina deben ser tratados con vancomicina y una fluoroquinolona.
La duración del tratamiento debe ser 2 a 3 semanas. Se comienza el tratamiento por vía intravenosa con el paciente internado, y se rota a la vía oral después que el paciente se torne afebril y los hallazgos cutáneos comiencen a resolverse, lo que habitualmente toma 3 a 5 días. Más de 3 semanas de tratamiento se sugiere en pacientes con sinusitis etmoidal asociada con destrucción ósea.
Aunque el tratamiento puede consistir exclusivamente en antibióticos solamente, se debe consultar al otorrinolaringólogo y al oftalmólogo.
La cirugía orbitaria está indicada si el paciente:
No responde clínicamente.
Hay un deterioro clínico a pesar del tratamiento.
Empeoramiento de la agudeza visual o cambios pupilares.
Desarrollo de un absceso, excepto en pacientes seleccionados como los pacientes pediátricos en los que un absceso subperióstico puede responder al tratamiento médico.


Referencias.

1) Weber AL, Romo LV, Sabates NR. Pseudotumor of the orbit: clinical, pathologic, and radiologic evaluation. Radiol Clin North Am 1999;37:151-68.[CrossRef][Medline]
2) Lee MS, Lessell S. Orbital myositis posing as cluster headache. Arch Neurol 2002;59:635-6.[Abstract/Free Full Text]
3) Yuen SJ, Rubin PA. Idiopathic orbital inflammation: distribution, clinical features, and treatment outcome. Arch Ophthalmol 2003;121:491-9.[Abstract/Free Full Text]

Las fuentes consultadas para el tópico “Conclusiones del Caso” son UpToDate, Emedicine.com, The New England Journal of Medicine.