domingo, 16 de marzo de 2025

Mujer de 30 años con cefalea y disestesias

Una mujer de 30 años fue ingresada a este hospital por presentar dolor de cabeza y disestesia.

La paciente se encontraba en su estado habitual de buena salud hasta 8 días antes de la presentación actual, cuando desarrolló una sensación de ardor en los pies. Durante los siguientes 2 días, la sensación de ardor progresó hasta afectar las piernas y empeoró con el roce ligero. El tratamiento con ibuprofeno no alivió sus síntomas. Tenía fatiga concurrente, que atribuyó al desfase horario después de regresar de un viaje de 3 semanas que incluyó viajes a Tailandia, Japón y Hawái.

Cinco días antes de la presentación actual, la paciente fue evaluada en el departamento de emergencias de otro hospital debido a disestesia en las piernas. La temperatura temporal fue de 37,2 °C, la presión arterial de 120/60 mm Hg, el pulso de 106 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100% mientras respiraba aire ambiente. El examen fue normal. Los resultados de los análisis de sangre de la función renal fueron normales, al igual que los niveles sanguíneos de electrolitos y glucosa. El nivel sanguíneo de creatina quinasa fue normal, al igual que una prueba de detección de la enfermedad de Lyme. El recuento de glóbulos blancos fue de 8680 por microlitro (rango de referencia, 3900 a 11 000) y el recuento de eosinófilos fue de 870 por microlitro (rango de referencia, 0 a 450); los resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. La paciente fue dada de alta del departamento de emergencias con un plan de seguimiento con su médico de atención primaria.

 



Tabla 1. Datos de laboratorio.

 Tres días antes de la presentación actual, la disestesia progresó hasta afectar el tronco y los brazos, y se desarrolló dolor de cabeza. El paciente comenzó a tomar paracetamol con frecuencia, pero el dolor de cabeza empeoró. La temperatura temporal medida por el paciente en su hogar fue de 38,3 °C en una ocasión, 2 días antes de la presentación actual.

Un día antes de la presentación actual, la paciente fue evaluada en el departamento de emergencias de un segundo hospital debido al empeoramiento de la disestesia y el dolor de cabeza. La temperatura temporal fue de 36,4 °C, la presión arterial de 123/78 mm Hg, el pulso de 90 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100% mientras respiraba aire ambiente. El examen fue normal. Los resultados de los análisis de sangre de la función renal fueron normales. El nivel de dióxido de carbono en sangre fue de 19 mmol por litro (rango de referencia, 21 a 30), y el anión gap fue de 17 mmol por litro (rango de referencia, 7 a 16). El recuento de glóbulos blancos fue de 13.300 por microlitro (rango de referencia, 4200 a 10.200), y el recuento de eosinófilos fue de 1050 por microlitro (rango de referencia, 0 a 400). Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 . Tras el tratamiento con ketorolaco intravenoso y lorazepam, la cefalea remitió. La paciente fue dada de alta del servicio de urgencias con un plan de seguimiento con su médico de atención primaria.

Después de que la paciente llegó a su casa desde el departamento de emergencias, tomó zolpidem (que le habían recetado a un miembro de la familia) para ayudarla a dormir. El día de la presentación actual, se desarrolló confusión; por la mañana, cuando se despertó, pensó que debía hacer la maleta para las vacaciones y no pudo redireccionarla cuando su compañera de habitación intentó ayudarla a recostarse nuevamente en la cama. Cuando la confusión no se resolvió después de varias horas, la pareja de la paciente la llevó a este hospital para una evaluación adicional.

La historia clínica incluía síndrome del intestino irritable. Los medicamentos incluían diciclomina y linaclotida. La paciente vivía en una región costera de Nueva Inglaterra con una compañera de habitación. Trabajaba en una oficina. No fumaba tabaco, no bebía alcohol ni consumía drogas ilegales. La paciente había regresado de un viaje de 3 semanas 12 días antes de la presentación actual. Durante la primera semana del viaje, visitó Bangkok, Tailandia. Recorrió la ciudad y comió varios alimentos callejeros, pero no alimentos crudos. Durante los siguientes 5 días, estuvo en Tokio, Japón, donde pasó la mayor parte del tiempo en el hotel y comió varias comidas de sushi. Durante los últimos 10 días del viaje, estuvo de vacaciones en Hawái, donde nadó en el océano varias veces y con frecuencia comió tanto ensalada como sushi.

En el examen, la temperatura temporal era de 37,3 °C, la presión arterial de 131/96 mm Hg, el pulso de 62 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 24 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 93% mientras la paciente respiraba aire ambiente. El índice de masa corporal era de 26,3. Estaba alerta pero no orientada. Parecía inquieta y no respondía preguntas de manera consistente ni seguía órdenes. El cuello estaba flexible con movimiento normal. No había erupción cutánea. Se administró lorazepam intramuscular. Se colocó un catéter intravenoso periférico y se administraron líquidos intravenosos. Se obtuvieron estudios de laboratorio y de imagen. El examen microscópico de frotis de sangre gruesa y delgada no mostró parásitos. Se obtuvieron muestras de sangre para cultivo. La tomografía computarizada de la cabeza no mostró anomalías intracraneales agudas.

Se realizó una punción lumbar para evaluar el líquido cefalorraquídeo (LCR); la presión de apertura fue de 25 cm de agua (rango de referencia, 10 a 25). El análisis del LCR mostró 694 glóbulos blancos por microlitro (rango de referencia, 0 a 5), ​​de los cuales el 81% eran linfocitos, el 9% eran monocitos, el 8% eran eosinófilos y el 2% eran neutrófilos. El nivel de glucosa en el LCR fue de 36 mg por decilitro ( rango de referencia, 40 a 70 mg por decilitro), y el nivel de proteína total fue de 101 mg por decilitro (rango de referencia, 15 a 45). La tinción de Gram del LCR reveló muchos glóbulos blancos y ninguna bacteria. Se inició tratamiento con ceftriaxona intravenosa, vancomicina, aciclovir y dexametasona.

Se realizó una prueba diagnóstica.

 

Diagnóstico diferencial

Esta joven, previamente sana, inicialmente tenía disestesia, o síntomas sensoriales de ardor, que afectaban los pies. Los síntomas se exacerbaban con el contacto leve, una afección conocida como alodinia. Los síntomas sensoriales progresaron hasta afectar las piernas. En la evaluación inicial de estos cambios sensoriales, el hemograma completo mostró una eosinofilia leve.

 

Cambios sensoriales y eosinofilia

Si enmarcamos la representación del problema en este caso como una mujer previamente sana con un inicio subagudo de síntomas sensoriales y eosinofilia periférica, un primer paso razonable en el proceso de diagnóstico sería considerar los procesos patológicos que podrían explicar tanto sus síntomas sensoriales como su eosinofilia. Los síntomas sensoriales de rápida progresión de la paciente podrían ser compatibles con el síndrome de Guillain-Barré, que en casos raros puede estar asociado con eosinofilia. Sin embargo, el examen en el momento de la presentación inicial en el primer hospital fue aparentemente normal, lo que sugiere reflejos y fuerza intactos. Las personas con el síndrome de Guillain-Barré suelen tener una combinación de síntomas sensoriales y motores, y la hiporreflexia es un hallazgo característico en pacientes con esta enfermedad. Se ha informado del síndrome de Guillain-Barré puramente sensorial, pero es bastante raro. 1

El uso de ibuprofeno puede producir eosinofilia, y esta paciente tomó ibuprofeno al inicio de su enfermedad; sin embargo, los síntomas sensoriales asociados con el uso de ibuprofeno serían muy atípicos. 2 La granulomatosis eosinofílica con poliangeítis (EGPA) se asocia con eosinofilia y puede producir anomalías sensoriales que imitan las asociadas con el síndrome de Guillain-Barré. Sin embargo, la ausencia tanto de lesiones purpúricas en las piernas como de pansinusitis hace que el diagnóstico de EGPA sea poco probable. 3

 

Dolor de cabeza y fiebre

La evolución clínica de la paciente progresó hasta incluir cefalea, fiebre (medida por la paciente en su domicilio) y extensión de los síntomas sensoriales hasta afectar el tronco y los brazos. Se presentó en un segundo hospital, donde no tuvo fiebre, pero los estudios de laboratorio mostraron eosinofilia persistente, así como acidosis metabólica leve con brecha aniónica. La progresión de los síntomas sensoriales, además de la aparición de cefalea y fiebre (si bien medida en su domicilio), sugieren una enfermedad que podría afectar su sistema nervioso periférico o sistema nervioso central (SNC). En estas circunstancias, recomendaría una neuroimagen y una punción lumbar para la evaluación del LCR.

En mi experiencia, a menudo hay dudas sobre la realización de una punción lumbar, tal vez por falta de experiencia en la realización del procedimiento, preocupación de que sea demasiado invasivo o los riesgos asociados. El riesgo de dolor de cabeza después de una punción lumbar es de aproximadamente el 5 al 10%, pero las complicaciones más graves, como la meningitis o el hematoma epidural, son muy poco frecuentes. 4 Cuando me preguntan sobre las circunstancias en las que recomendaría una punción lumbar, con frecuencia hago referencia al viejo adagio que dice que si piensas en algo, hazlo. La punción lumbar para descartar una infección del sistema nervioso central debe considerarse seriamente en cualquier paciente que presente un nuevo dolor de cabeza en presencia de fiebre.

 

Confusión

Esta paciente desarrolló confusión después de tomar una dosis de zolpidem. Aunque la confusión puede ser una reacción adversa al zolpidem, el desarrollo de confusión en este paciente con síntomas sensoriales, dolor de cabeza y posible fiebre intermitente sugiere la posibilidad de encefalitis y aumenta aún más la preocupación por una infección del sistema nervioso central. En este punto de la enfermedad del paciente, se realizó una punción lumbar. Los estudios del LCR fueron notables por pleocitosis (694 glóbulos blancos por microlitro, de los cuales el 8% eran eosinófilos), un nivel de glucosa ligeramente disminuido y un nivel elevado de proteínas; la presión de apertura estaba elevada.

 

Meningitis eosinofílica

Los estudios de LCR del paciente mostraron aproximadamente 56 eosinófilos por microlitro. Este hallazgo es compatible con la meningitis eosinofílica, que se define por la presencia de al menos 10 eosinófilos por microlitro de LCR o que los eosinófilos representen más del 10% de los leucocitos del LCR. 5

En el caso de esta paciente se pueden descartar rápidamente varias causas no infecciosas de meningitis eosinofílica, ya que no tenía una derivación de LCR ni signos o síntomas de cáncer. 6,7 Los medicamentos pueden causar meningitis eosinofílica, y el ibuprofeno (que esta paciente tomó poco después del inicio de su enfermedad) es uno de los medicamentos más comúnmente implicados asociados con la meningitis aséptica. En una revisión de 71 episodios de meningitis aséptica en 36 pacientes, la latencia entre el uso de ibuprofeno y el inicio del dolor de cabeza fue inferior a 24 horas en más de tres cuartas partes de los pacientes. La mayoría de los pacientes tenían dolor de cabeza, fiebre y estado mental alterado. El recuento medio de glóbulos blancos en el LCR fue de 280 por microlitro (rango de referencia, 9 a 5000), con predominio de neutrófilos en el 72% de los pacientes; se detectaron eosinófilos en solo 1 paciente. Además, el 61% de estos pacientes tenían un trastorno autoinmune subyacente del tejido conectivo. 8 En una revisión separada, se encontró que la afección subyacente más frecuente asociada con la meningitis aséptica inducida por fármacos era el lupus eritematoso sistémico. 9

 

Refinando la representación del problema

Las infecciones son la causa más común de meningitis eosinofílica y son un factor importante a considerar en esta paciente. Un aspecto clave de la presentación de esta paciente es su reciente viaje. Doce días antes de la presentación actual, regresó de un viaje de 3 semanas que incluyó estancias en Bangkok, Tokio y Hawai. Con esta información en mente, la representación del problema podría refinarse a una mujer joven previamente sana que viajó recientemente a regiones donde los parásitos son endémicos, presenta un inicio subagudo de cambios sensoriales progresivos y se descubre que tiene eosinofilia periférica y meningitis eosinofílica.

 

Meningitis eosinofílica en el viajero que regresa

Como neurólogo especializado en enfermedades infecciosas, me interesan especialmente las actividades, las exposiciones y la dieta que ha tenido un paciente en los países que visitó antes de la aparición de los síntomas neurológicos. Este paciente proporcionó antecedentes de haber consumido diversos alimentos callejeros (pero ningún alimento crudo) en Bangkok, varias comidas de sushi en Tokio y comidas frecuentes que incluían sushi y ensalada en Hawái. Su historial de viajes y dieta se puede utilizar para refinar aún más la lista de patógenos infecciosos que pueden producir meningitis eosinofílica.

Dada la amplia variedad de patógenos infecciosos que están presentes en todo el mundo, así como la variación temporal y el potencial de brotes de patógenos específicos, confío en varias fuentes para ayudar a determinar qué posibles infecciones debo considerar en los viajeros que regresan. Consulto fuentes como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que tienen una página web ( https://wwwnc.cdc.gov/travel ) que incluye una variedad de mapas útiles que muestran la distribución geográfica de los patógenos, así como información sobre los ciclos de vida de dichos patógenos y los enfoques de diagnóstico y tratamiento recomendados para muchas enfermedades infecciosas. La Red de Infecciones Emergentes de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos ( https://ein.idsociety.org/ ) tiene una lista de correo que sirve como red centinela para recopilar información epidemiológica y alertar a los miembros de brotes infecciosos. La Organización Mundial de la Salud tiene una página web ( https://who.int/emergencies/disease-outbreak-news ) que proporciona una herramienta de búsqueda de brotes de enfermedades infecciosas en cualquier área del mundo. Además, dada la red relativamente pequeña de médicos especialistas en enfermedades neuroinfecciosas en todo el mundo, a menudo es posible contactar a colegas por correo electrónico o WhatsApp (una aplicación para teléfonos inteligentes para videoconferencias) para averiguar a qué puede haber estado expuesto un paciente mientras visitaba una región o un país específico.

Los organismos asociados con la meningitis eosinofílica a los que esta paciente podría haber estado expuesta durante sus viajes se resumen en la Tabla 2. Muchas de las causas infecciosas de meningitis eosinofílica en los países tropicales y subtropicales que visitó esta paciente están asociadas con la ingestión de pescado poco cocinado o alimentos que contienen caracoles o babosas infectadas o han sido contaminados por ellos. La gnatostomiasis es causada por la infección con un organismo que es endémico tanto del sudeste asiático como del este de Asia, y esta paciente podría haber estado expuesta mientras comía sushi en Tokio. Sin embargo, no tenía un dolor radicular migratorio insoportable ni hinchazón cutánea migratoria, ambos característicos de la gnatostomiasis. La paragonimiasis es causada por la infección con un organismo que es endémico de Asia y África, y esta paciente podría haber estado expuesta si comió sushi de cangrejo en Tokio. Sin embargo, no tenía síntomas gastrointestinales, tos o hinchazón cutánea migratoria, hallazgos que son característicos de la paragonimiasis.

 


Tabla 2. Causas de meningitis eosinofílica consideradas en esta paciente.

La esparganosis es causada por una infección con larvas de la especie Spirometra, un organismo endémico de Japón. Los pacientes con esparganosis pueden presentar fiebre, fatiga, dolor de cabeza, convulsiones y parestesia. Aunque esta paciente tenía varios de estos síntomas, no informó haber ingerido serpientes crudas, ranas, carne de cerdo o pescado de agua dulce, animales que se sabe que albergan el organismo.

El contacto con agua contaminada durante las visitas de la paciente a Bangkok y Tokio podría haberla expuesto a Strongyloides stercoralis , el organismo causante de la estrongiloidiasis. Sin embargo, la ausencia de manifestaciones cutáneas de esta enfermedad en esta paciente hace que la estrongiloidiasis sea poco probable. La esquistosomiasis, causada por una infección con especies de schistosoma, también sería poco probable, dada la ausencia de síntomas cutáneos asociados con la esquistosomiasis en esta paciente y el hecho de que esta enfermedad ha sido casi erradicada en Tailandia y Japón.

La baylisascariasis es causada por una infección con Baylisascaris procyonis , un organismo endémico de Japón y otros países donde viven mapaches. Sin embargo, esta enfermedad es más común en niños que han ingerido tierra contaminada con heces de mapache.

La coccidioidomicosis y la criptococosis pueden causar meningitis eosinofílica. Sin embargo, la paciente no había viajado a zonas en las que Coccidioides immitis es endémica (como el oeste de los Estados Unidos y América Central y del Sur) y no se sabía que tuviera infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, lo que le conferiría un mayor riesgo de criptococosis.

 

Infección por Angiostrongylus cantonensis

La causa más común de meningitis eosinofílica es la angiostrongiliasis, que es causada por el nematodo (gusano redondo) Angiostrongylus cantonensis . La infección humana, que se describió inicialmente en Taiwán, ahora se distribuye en muchas regiones tropicales y subtropicales del sudeste asiático y las islas del Pacífico (incluido Hawái), con una distribución en expansión que ahora incluye infecciones adquiridas localmente en Europa, Australia, el sur de los Estados Unidos y el Caribe. 14 Solo se confirmaron cinco casos de angiostrongiliasis en Hawái en 2024; sin embargo, dado que entre 9 y 10 millones de turistas visitan Hawái cada año, muchas personas pueden estar expuestas a la infección, pero es posible que no presenten síntomas hasta después de salir de Hawái. 15 La infección se puede adquirir a través de múltiples fuentes: ingestión de caracoles o babosas infectados crudos o poco cocidos; ingestión de verduras o frutas contaminadas por caracoles, babosas o platelmintos infectados o por baba de caracoles o babosas que contiene larvas infecciosas; o ingestión de huéspedes paraténicos infectados (por ejemplo, cangrejos terrestres, camarones de agua dulce o ranas) que han consumido un caracol infectado ( Figura 1 ). 14 El período de incubación promedio es de 1 a 2 semanas después de la ingestión. 16

 


Figura 1. Ciclo de vida de Angiostrongylus cantonensis y síntomas de infección.

Una rata ingiere un caracol infectado con la tercera etapa larvaria (L3) de Angiostrongylus cantonensis ; las larvas L3 migran al cerebro de la rata, donde maduran hasta convertirse en adultos (L4 y L5), y luego migran a los pulmones, donde ponen huevos que son tosidos por la rata, tragados y se convierten en larvas de primera etapa (L1) dentro del tracto gastrointestinal. Las larvas L1 se excretan en las heces de la rata y luego son consumidas por el caracol. Un caracol ingiere heces de rata que contienen las larvas L1. Dentro del caracol, las larvas se desarrollan en larvas de segunda etapa (L2) y luego en larvas L3. Algunas de las larvas L3 están presentes en la baba producida por el caracol y son infecciosas, aunque la dosis infecciosa de baba no está definida. Un ser humano se infecta de una de tres maneras: por la ingestión de verduras o frutas contaminadas por caracoles, babosas o platelmintos infectados o por baba infecciosa de caracoles o babosas; por la ingestión de caracoles o babosas infectados crudos o poco cocidos; o por la ingestión de un huésped paraténico crudo o poco cocido (p. ej., cangrejo de tierra, camarón de agua dulce o rana) que ha comido un caracol infectado. Después de un período de incubación de 1 a 2 semanas, un ser humano infectado con A. cantonensis puede tener síntomas gastrointestinales (GI), como dolor abdominal, náuseas o vómitos. Las larvas L3 se propagan hematógenamente al músculo y al cerebro, donde pueden desarrollarse en larvas L4 y L5, pero no migran a los pulmones ni producen huevos. Una vez en el músculo, el parásito ingresa a un nervio periférico y puede migrar a través del nervio a la médula espinal, lo que a menudo resulta en anomalías sensoriales migratorias que pueden ser dolorosas o evocar una sensación de hormigueo; Estas anomalías no suelen presentarse siguiendo un patrón dermatomal. Cuando se ve afectada la médula espinal, pueden producirse disfunciones intestinales o vesicales. Una vez que el parásito entra en el sistema nervioso central, los síntomas iniciales suelen incluir dolor de cabeza y meningismo, que luego se acompañan de confusión, encefalopatía, convulsiones, neuropatía craneal o afectación ocular.


En un modelo animal de meningitis eosinofílica después de una infección experimental con A. cantonensis , las larvas ingeridas migraron al SNC por propagación hematógena, y algunas aparecieron en el cerebro dentro de las 4 horas posteriores a la ingestión. En menos de 2 semanas, las larvas aparecieron en el espacio subaracnoideo de la fosa posterior y luego se propagaron gradualmente a los hemisferios cerebrales. Después de varios meses, las larvas provocaron una reacción inflamatoria aguda grave que involucró principalmente a los eosinófilos. Después de que el parásito murió, se formaron granulomas en la superficie de los hemisferios cerebrales o cerebelosos. Se detectaron parásitos en el espacio subaracnoideo sin una reacción inflamatoria circundante, un hallazgo que sugiere que los parásitos todavía estaban vivos después de 3 meses de infección. 17

En los seres humanos, los síntomas generales de la meningitis eosinofílica debida a la angiostrongiliasis incluyen dolor de cabeza, náuseas, vómitos y fiebre. Si la ruta de entrada del parásito en los seres humanos es similar a la observada en ratas y en terneros infectados experimentalmente, los síntomas neurológicos aparecen después de que el parásito abandona el torrente sanguíneo, entra en el músculo, migra a los nervios periféricos y luego entra en el SNC. Las anomalías sensoriales migratorias resultantes pueden ser dolorosas (disestesia o alodinia) o provocar una sensación de hormigueo (parestesia) y pueden incluir disfunción intestinal o vesical. 18 El parásito puede entrar en el SNC ya sea a través de la migración a lo largo del nervio periférico o por propagación hematógena directa; ambas vías pueden provocar dolor de cabeza, confusión, encefalopatía, convulsiones o afectación ocular. 18

Se puede hacer un diagnóstico presuntivo de angiostrongiliasis del sistema nervioso central en un paciente con meningitis eosinofílica que haya viajado o vivido en una zona endémica de A. cantonensis y que presente síntomas y signos característicos. 19 En el caso de esta paciente, dado que viajó a una zona endémica del parásito (Hawái), la presencia de síntomas y signos característicos y un diagnóstico de meningitis eosinofílica realizado sobre la base del análisis del LCR, cumple los criterios para un diagnóstico presuntivo de angiostrongiliasis. Se podría hacer un diagnóstico definitivo mediante la identificación de larvas de A. cantonensis en el LCR o mediante pruebas confirmatorias con un ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas, pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) o secuenciación de nueva generación. 20-22

Diagnóstico Presuntivo

Meningitis eosinofílica debida a infección por Angiostrongylus cantonensis .

 

Pruebas de diagnóstico

El diagnóstico temprano y preciso de la angiostrongiliasis es crucial para orientar el tratamiento. Aunque la historia clínica, la evaluación y la eosinofilia en el LCR de este paciente brindaron pistas, no se detectó el parásito en el examen microscópico de la sangre periférica o el LCR. La falta de detección en los frotis no fue inesperada, dada la baja sensibilidad y especificidad de este enfoque de diagnóstico convencional. 23,24

Por el contrario, la NAAT ha surgido como una herramienta de diagnóstico prometedora para la identificación de la infección por A. cantonensis debido a su alta sensibilidad y especificidad. 21,25–27 El uso de NAAT para identificar secuencias específicas de genes de A. cantonensis permite la detección directa del ADN del parásito en el LCR. Esta técnica de diagnóstico molecular ofrece la ventaja de detectar cargas parasitarias bajas, lo que es particularmente valioso en pacientes con infecciones en etapa temprana o presentaciones atípicas. Los estudios han demostrado que la sensibilidad diagnóstica de NAAT puede superar el 90%, lo que facilita sustancialmente el diagnóstico temprano y reduce la dependencia de procedimientos invasivos como la biopsia cerebral. Además, estos ensayos pueden diferenciar entre A. cantonensis y otras causas parasitarias de meningitis eosinofílica, mejorando así la precisión del diagnóstico. Por lo tanto, la muestra de LCR de este paciente se envió a los Institutos Nacionales de Salud para NAAT, que reveló la presencia de ADN de A. cantonensis en el LCR.

Sin embargo, la implementación de la prueba NAAT en la práctica clínica habitual enfrenta desafíos, incluida la necesidad de equipo de laboratorio especializado y experiencia técnica. Como tal, solo unos pocos laboratorios especializados (incluida la División de Laboratorios Estatales del Departamento de Salud del Estado de Hawái) tienen la capacidad de realizar este ensayo, lo que genera mayores tiempos de respuesta. No obstante, la prueba NAAT para A. cantonensis en LCR es un avance clínicamente significativo en el panorama diagnóstico de la angiostrongiliasis; este tipo de pruebas proporciona a los médicos una herramienta altamente sensible y específica para confirmar la infección y guiar las intervenciones terapéuticas oportunas.

Diagnóstico microbiológico

Meningitis eosinofílica debida a infección por Angiostrongylus cantonensis.

 

 

Discusión sobre la gestión

Sobre la base de los antecedentes de viajes del paciente, el recuento de células en el LCR y los niveles de glucosa y proteína total en el LCR, se realizó un diagnóstico presuntivo de meningitis eosinofílica debido a una infección por A. cantonensis . Se suspendió el tratamiento antibacteriano y, después de que la prueba de amplificación de ácidos nucleicos en el LCR para los virus del herpes simple y el virus de la varicela-zóster arrojara resultados negativos, también se suspendió el tratamiento con aciclovir.

Se dispone de datos limitados que ayuden a orientar el tratamiento de la meningitis debida a la infección por A. cantonensis . La mayoría de los estudios han excluido a las personas con cuadros graves, incluidos los cambios cognitivos. Por tanto, los resultados de los estudios existentes se extrapolan al tratamiento de dichas personas. Se ha demostrado que los glucocorticoides son eficaces para resolver rápidamente los síntomas de la meningitis debida a la infección por A. cantonensis 28,29 ; por lo tanto, en este paciente se inició un tratamiento de 14 días con prednisona en dosis altas. Los datos son menos claros en cuanto al beneficio de los agentes antihelmínticos, aunque muchos expertos recomiendan utilizarlos junto con los glucocorticoides. Entre los antihelmínticos, el albendazol se considera el agente de elección porque cruza la barrera hematoencefálica y alcanza niveles terapéuticos razonables en el LCR. 30 Los resultados de un estudio de albendazol solo para el tratamiento de la angiostrongiliasis mostraron ligeramente menos pacientes con síntomas a los 14 días en el grupo de albendazol que en el grupo placebo. 31 Los resultados de otro estudio no mostraron ninguna diferencia sustancial en el número de pacientes con síntomas a los 14 días entre el grupo tratado con glucocorticoides y el grupo tratado con albendazol más glucocorticoides. 16 No se debe utilizar tratamiento antihelmíntico sin tratamiento concomitante con glucocorticoides .

Después de analizar con el paciente las incertidumbres, los posibles beneficios y los posibles inconvenientes del tratamiento antihelmíntico, se tomó la decisión de añadir albendazol al plan de tratamiento. Se inició un tratamiento de 14 días con albendazol, junto con prednisona. La punción lumbar seriada puede ser útil en pacientes con presión intracraneal elevada de forma persistente o dolores de cabeza continuos. Sin embargo, en este paciente, se determinó que no era necesario el uso de la punción lumbar seriada para el tratamiento de los síntomas.

La cefalea y la disestesia remitieron con una combinación de terapia dirigida (albendazol y prednisona) y gabapentina y amitriptilina (indicada para disestesias). Al sexto día de hospitalización, la paciente fue dada de alta.

 

Diagnóstico final

Meningitis eosinofílica debida a infección por Angiostrongylus cantonensis .

 

Traducido de:

Case 5-2025: A 30-Year-Old Woman with Headache and Dysesthesia

Authors: Joseph Zunt, M.D., M.P.H., Amy K. Barczak, M.D., and Daniel Y. Chang, M.D., Ph.D.Author Info & Affiliations

Published February 12, 2025N Engl J Med 2025;392:699-709DOI: 10.1056/NEJMcpc2412514 VOL. 392 NO. 7

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2412514

 

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sábado, 15 de marzo de 2025

Casos Clínicos: Varón de 16 años con dermatitis en la región facial.

 

Un colega de Ecuador envía esta imagen con el siguiente texto:

Hola doctor Macaluso, tengo un paciente problema y pensé en si me podría ayudar, especialmente a través del grupo que creo es de gran ayuda en casos clínicos. Le pido si por favor puede subirlo de forma anónima. Trato un paciente de 16 años que vive en una casa hogar, por lo que no cuenta con atención médica ni seguro médico, hace un tiempo como unos 2 años, apareció una lesión debajo de su labio inferior, algo como dermatitis perioral, es lo primero que pensé ya que luego se extendió a los surcos de la nariz, es de entre un tinte colorado y de color rojo. Le indiqué betametasona pero empeoró francamente la situación, luego use Metronidazol pero tampoco ayudó mucho,  probé con ketoconazol esperando que se tratase de dermatitis seborreica pero esperaba la situación, por último vengo a pedirle ayuda a usted, sigo el grupo hace un tiempo y me encanta su comunidad, espero que me pueda ayudar

 


 

Opinión: Hay lesiones de aspecto eritematoso pero sobre todo de color amarronado,especialmente en el pliegue nasolabial. Hay lesiones grasosas, queratósicas  y descamativas. Hubiese sido importante tener imágenes también de las regiones de la frente, debajo de la línea del cabello, las cejas y la glabela y los párpados, pero aun así, el cuadro es compatible con DERMATITIS SEBORREICA. Generalmente en este cuadro existe colonización por el hongo Malassezia (antes conocido como Pityrosporum ovale ), sobre todo de las glándulas sebáceas. Malassezia es un saprófito de la piel normal que prospera en los sitios de predilección por la dermatitis seborreica  Siempre que se diagnostica dermatitis seborreica sobre todo cuando esta es difícil de tratar, hay que pensar en infección por VIH, ya que estos pacientes son más susceptibles a la dermatitis seborreica. En cuanto al manejo de este cuadro, los antimicóticos tópicos ( ketoconazol , otros azoles, ciclopirox) están bien establecidos en el tratamiento de la dermatitis seborreica del cuero cabelludo y la cara debido a su capacidad para disminuir la población de Malassezia furfur en la piel afectada y su propiedad antiinflamatoria. Los corticoesteroides tópicos, y los inhibidores tópicos de la calcineurina también se utilizan con frecuencia para la dermatitis seborreica solos o en combinación con antimicóticos tópicos en cursos de menos de dos semanas

 

 

 

viernes, 14 de marzo de 2025

Casos Clínicos: Varón de 75 años con disnea clase funcional III/IV y anemia severa.

 

El Dr. Diego G Guzman, de Cochabamba, Bolivia, envía estas imágenes con el siguiente texto:

Buenas noches Doctor, un placer dirigirme a usted. A manera de ejercicio me gustaría plantear y comentar un caso de un paciente:

Paciente masculino 75 años de edad antecedentes patologicos :  DM 2; HTA,  ACV Isquémico hace 4 años  mono paresia mmss derecho, EPOC, Fumador cronico 2 cajetillas  hasta antes de evento isquemico.

Medicacion no la administra desde 4 meses atrás,

Es traído por cuadro clínico de 4 días de evolución presentando disnea funcional grado III-IV  alzas térmicas no cuantificadas, diaforesis astenia adinamia anorexia malestar general deposiciones líquidas melénicas guayaco positivo, dolor torácico con accesos de tos productiva flemas blanquecinas acompañado de cefalea y debilidad general

Laboratorios hematocrito de 20% hemoglobina 7.5 gramos decilitro leucocitos 14,300 plaquetas 260,000 sodio 138 miliequivalentes potasio 3.2 miliequivalentes adjunto imagen tomográfica de paciente



Cuáles serían los posibles diagnósticos y la conducta frente al cuadro.

 






Dr. Diego G Guzman.

Cochabamba, Bolivia

 

 

 

Opinión: Creo que faltan datos importantes en la historia, como datos del estado hemodinámico del paciente, tensión arterial, frecuencia cardíaca, ritmo cardíaco (regular, irregular), presencia o no de ortostatismo etcétera. Por otro lado, es importante describir el aspecto del paciente, impresión y aspecto general (aunque suponemos que este paciente tiene compromiso del estado general), si hay signos de falla cardíaca, semiología respiratoria (en este caso sospechamos por ejemplo un silencio respiratorio en hemitórax izquierdo). Una radiografía de tórax y un electrocardiograma en un paciente diabético, hipertenso, portador de EPOC y con antecedentes de ACV isquémico, con disnea y dolor torácico son parte de los elementos que obligatoriamente deben ser obtenidos al ingreso.

Más allá de eso digamos que este paciente tiene una anemia severa en el contexto de probable hemorragia digestiva (alta?), por lo que creo que el paciente requiere urgencia en el control hemodinámico y probablemente transfusión de glóbulos rojos dado los antecedentes vasculares por lo cual asumimos baja tolerancia tisular a la anemia.  Creo que una vez estabilizado hemodinámicamente el paciente debe ser sometido al estudio endoscópico del tubo digestivo empezando con VEDA, y eventual colonoscopía. En la tomografía de tórax es visible la ocupación de casi la totalidad del hemitórax  izquierdo por lo que parece ser un derrame pleural que impresiona crónico y tabicado cuyos bordes parecen tener densidad aumentada (peel pleural?). A su vez el hemitórax izquierdo tiene signos de retracción y disminución de volumen. Obviamente el supuesto derrame pleural deberá ser resuelto con drenaje y eventual toracoscopía (decorticación?), a su debido tiempo, cuando las condiciones del paciente sean de mayor estabilidad y se haya establecido el origen y controlado el sangrado digestivo. El paciente tiene probablemente fiebre aunque esta no esté cuantificada por lo que deben obtenerse muestras de sangre y orina para cultivos. Eventual muestra de líquido pleural obtenida por punción dirigida por ecopleura. Hay que tener en cuenta también que, una vez descartadas las causas más prevalentes de infección en estos pacientes, lasangre en el tubo digestivo como producto de sangrado a cualquier nivel, puede ser causa de fiebre en sí mismo.

Como comentario final, ante un cuadro de estas características con anemia severa, diaforesis y melena, una generalmente establece el reconocimiento del patrón de sangrado digestivo como explicación unificadora. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un paciente de 75 años con los antecedentes de este, puede tener una multicausalidad en cuanto a la explicación de su anemia. Por empezar no sabemos cómo está la función renal, la cual en un  paciente añoso, hipertenso, diabético y con antecedentes vasculares (ACV isquémico), es probable que presente un fallo renal crónico como parte del cuadro, además de una anemia de trastornos crónicos probablemente relacionada con su patología “pleuropulmonar”. Hay que decir también que si la anemia  es consecuencia de sangrado digestivo, esta, probablemente tenga cierto tiempo de evolución (anemiasubaguda), ya que uno no esperaría un hematocrito de 20% y una Hb de 7,5 g/l en un sangrado agudo.

Creo que este paciente debiera estar internado en una unidad de cuidados intensivos, para controlar su estado hemodinámico, debiéndose obtener obviamente un ECG, un ecocardiograma para valorar función así  como defectos parcelares de la motilidad, valorar asimismo por este método el estado de hidratación, determinar si existen signos de repleción o sobrecarga de líquidos  además de enzimas cardíacas seriadas,función renal, hepática etcétera. De acuerdo al criterio clínico, como resultado de una evaluación general, y documentada la fiebre, debiera considerarse cobertura antibiótica empírica, una vez obtenidas todas las muestras mencionadas antes. Como último comentario, en estos pacientes con anemia de causa no totalmente determinada, un frotis de sangre periférica, puede servir de orientación. Por ejemplo, una severa anemia microcítica hipocrómica, en un paciente adelgazado como este debiera sugerir una pérdida crónica por el tubo digestivo (por ejemplo de etiología neoplásica de colon). Una normocitosis sin reticulocitosis adecuada puede sugerir anemia hiporregenerativa (anemia de los trastornos crónicos, fallo renal entre otras cosas), una macrocitosis con sideroblastos pueden sugerir mielodisplasia etcétera.

jueves, 13 de marzo de 2025

Casos Clínicos: Mujer de 52 años con adelgazamiento de 4 meses de evolución y anasarca en los últimos 15 días.

 

La Dra. Higia Radexman de Cuenca Ecuador envía estas imágenes con el siguiente texto:

Buenos días estimado Dr.

Por comentarle acerca de un caso clínico. Paciente femenina de 52 años de edad , ocupación: jornalera . Sin antecedentes previos clínicos , ni quirúrgicos de importancia. Acude a consulta refiere que hace aproximadamente 4 meses nota pérdida de peso, hace unos 15 días presenta edema de cara, manos y extremidades inferiores de gran importancia ( fovea ++\+++), disnea nocturna moderada, decaimiento, palpitaciones. Por lo que acude a consulta y trae resultados decaimiento laboratorio. Un eco abdominal que reporta: esteatosis hepática grado 2, litiasis renal bilateral. Riñón derecho: cálculo de 4,5 mm. Riñón izquierdo: cálculo de 5,5 mm. Refiere que toma agua y conserva diuresis adecuada.

Al Examen físico: paciente con facies álgica, edema descrito, T/A: 118/70. Fc: 115 x minuto. Temperatura:36,4.

Adjunto exámenes de laboratorio.

Por favor me guíen. Un saludo grande Dr. Muchas gracias








Dra. Higia Radexman 

Cuenca Ecuador

 


Opinión: Esta paciente de 52 años de edad presenta desde hace aproximadamente 4 meses, un síndrome de repercusión general a lo que se agrega hace 15 días edema generalizado (facies, miembros superiores y miembros inferiores). La historia refiere que existe una facies “álgica”, pero no hace referencia acerca de qué le duele. Cuando estamos frente a un paciente con edema subcutáneo generalizado, debemos determinar la causa del mismo, así como el mecanismo fisiopatológico involucrado. Personalmente frente a estos cuadros, una vez confirmado la presencia de edema blando con fóvea, lo primero que hago es examinar el cuello del paciente en busca de ingurgitación yugular. Si esta está ausente podemos descartar con bastante tranquilidad, CAUSAS CARDÍACAS, INSUFICIENCIA CARDÍACA CONGESTIVA, INSUFICIENCIA CARDÍACA IZQUIERDA, HIPERTENSIÓN PULMONAR, PERICARDITIS CONSTRICTIVA, DERRAMES PERICÁRDICOS etc como causa de anasarca. De esta manera, estamos descartando uno de los mecanismos fisiopatológicos de edema que es la alteración de la hemodinámica capilar que favorece el movimiento de líquido desde el espacio vascular hacia el intersticio (ley de Starling). La retención hidrosalina consecuencia de fallo renal, cirrosis descompensada, se descartan con una historia clínica y laboratorios ad hoc. Por supuesto el laboratorio debe incluir la búsqueda cuantitativa o semicuantitativa de proteínas en orina para descartar SÍNDROME NEFRÓTICO como causa de hipoproteinemia y anasarca

El perfil humoral de laboratorio en esta paciente es interesante porque en el contexto de un cuadro de adelgazamiento, es que aparece este cuadro de ansarca y como digo, en el laboratorio se combinan ANEMIA E HIPOPROTEINEMIA, HIPOCALCEMIA Y FAL ELEVADA. Estos hallazgos son compatibles con SÍNDROME DE MALABSORCIÓN, y entre las causas de malabsorción, la ENFERMEDAD CELÍACA debe ser descartada, además de otras causas intestinales de malabsorción. Personalmente me ha tocado ver una paciente con anasarca y los elementos de laboratorio similares a los de esta paciente que padecía una enfermedad celíaca no habiendo tenido diarrea ni ninguna característica especial en la materia fecal.

Por lo tanto, yo, una vez completada la historia clínica que incluya todos los antecedentes de la paciente, sobre todo tóxicos (alcohol, drogas), y después de eso solicitaría serología para enfermedad celíaca, el anticuerpo IgA contra la transglutaminasa tisular (tТG), IgA e IgG antigliadina, mediría el nivel sérico de IgA, para descartar déficit de IgA que dé un falso negativo en la prueba de transglutaminasa, IgA antiendomisio. Solicitaría elastasa fecal para descartar mala digestión debida a insuficiencia pancreática. Investigación de grasa en materia fecal. Obviamente investigación de VIH como en todo paciente con adelgazamiento no deseado como esta paciente.  También solicitaría investigación de gamaglutamil transpeptidasa y FAL ósea para determinar el origen de la FAL.

 

 

miércoles, 12 de marzo de 2025

Casos Clínicos: Paciente con lesiones dermatológicas en codo y antebrazo

 






El Dr. José Guillermo Clemente de Caracas Venezuela envía estas imágenes con el siguiente texto:

Dr Macaluso, gracias por su atención. La foto es de un paciente que refiere inicio hace 1 año con lesión en brazo, inicialmente describe como de color oscuro? No duelen no pican me informa por esta vía, lo veré personalmente y por primera vez mañana, haré exhaustivo interrogatorio y examen. Hasta ahora solo me ha enviado sus fotos para solicitar mi atención. Desde hace un mes aproximadamente tiene esta característica, con aparición en otras regiones del cuerpo con lesiones papulares casi vegetantes, ya le envío una adicional, en mi opinión corresponden a otro proceso, quisiera su discusión.

 



 



Dr. José Guillermo Clemente.

Caracas. Venezuela.




Opinión: Efectivamente parecen no tener relación entre sí las imágenes mostradas. La lesión del codo impresiona como elevada a expensas de una infiltración eritematosa de la dermis o del tejido celular subcutáneo, coexistiendo con zonas de hipopigmentación. Este tipo de lesión me recuerda a la infiltración linfática con “piel de naranja”.  No coincide con el olecranon sino que es más proximal aparentemente. Si coincidiera con el olecranon, habría que pensar en bursitis.  Creo que habría que hacer un buen interrogatorio y sobre todo preguntar sobre antecedentes traumáticos en la zona, si apoya mucho tiempo el codo en su actividad laboral o hobbies.

Respecto a las lesiones del antebrazo son lesiones elevadas, de aspecto papular, de diversos tamaños y superficie lisa que evocan neurofibromas (buscar en otras zonas así como buscar “café au lait spots”). Lipomatosis múltiple, angiolipomas, dermatofibromas, poromas, quistes epidermoides (aunque debieran tener un mínimo orificio en su cúpula), son algunos de los diferenciales a plantear.

 

 

martes, 11 de marzo de 2025

Casos Clínicos: Paciente con alteración ungueal en el dedo medio de la mano.

 

Un colega de Argentina envió esta imagen con el siguiente texto:

Buenos días Juan Pedro, te envío esta imagen de la uña de un paciente/amigo que me envía por mensaje. No sé ningún otro dato del caso.

¿A qué especialidad te parece que lo derive el caso?

 


 

Opinión: Lo que se observa es ONICOMADESIS, en el dedo medio. El lecho ungueal proximal desnudo, presenta un surco longitudinal en la línea media, que amerita estudiar la zona del pliegue ungueal proximal.  No se ve todavía regeneración de uña nueva de buena calidad. La onicomadesis consiste en el desprendimiento de la placa ungueal del pliegue ungueal proximal por un surco transversal de espesor completo  que literalmente “corta la uña”, como resultado de una  interrupción temporal o no, de la formación de la placa  ungueal. Se podría decir que la onicomadesis es un grado extremo de una línea de Beau. La grave lesión de la matriz ungueal puede obedecer a diversas causas que incluyen: trauma (por ejemplo  por manicuría, onicotilomanía, golpes de intensidad variada en la zona de la matriz sobre todo de carácter repetitivo, presión), dermatitis, paroniquia, drogas (retinoides, quimioterápicos, infecciones virales (enterovirus, parecovirus, síndrome de manos pies y boca etc), pénfigo, síndrome de Stevens-Johnsons, enfermedad de Kawasaki etc. También se han reportado casos familiares de onicomadesis. El diagnóstico de la onicomadesis es eminentemente clínico, y es fundamental realizar una exhaustiva historia clínica. Interrogar sobre factores traumáticos a nivel de la matriz ungueal, sobre todo en casos como este que parece afectar un solo dedo (no sabemos cómo está la otra mano), ya que uno esperaría que si la causa es sistémica como cualquier enfermedad infecciosa bacteriana o viral, o de otro tipo, la afectación debería incluir más dedos  y no solo uno, que obliga a descartar causas locales.

El tratamiento obviamente reside en corregir la causa y esperar a que la matriz ungueal haga su trabajo con la formación de una placa ungueal nueva y sana. Para eso debemos asegurarnos que no persistan los factores que originaron el proceso, y lógicamente manteniendo limpia la zona para dar el marco adecuado a la regeneración ungueal que en en condiciones normales se producirá entre 6 y 12 semanas. Si la matriz ungueal ha sufrido un daño severo e irreversible, esto puede dar lugar a una distrofia ungueal permanente

 

lunes, 10 de marzo de 2025

Compañeros de viaje...

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

 

Un hombre de 29 años se presentó al servicio de urgencias con fiebre, escalofríos y dolor e hinchazón en el codo. Refirió haber tenido múltiples parejas sexuales masculinas y haber consumido drogas inyectables. Un mes antes había presentado fiebre, escalofríos y dolor en el tobillo derecho. En ese momento, fue evaluado en el servicio de urgencias de otro hospital; la única información disponible del otro hospital era una radiografía de su tobillo, que no mostraba ninguna fractura. Sus síntomas se manejaron con cuidados paliativos y se resolvieron en el transcurso de unos días. Dos días antes de la presentación actual, reaparecieron la fiebre y los escalofríos, seguidos de dolor e hinchazón en el codo izquierdo. Su compañero de habitación había recibido un diagnóstico de shigelosis 3 semanas antes; nuestro paciente no había tenido diarrea.

 

Ponente

La presentación subaguda de fiebre y artritis poliarticular es sugestiva de infección, especialmente en un paciente con factores de riesgo subyacentes, incluyendo exposición sexual y uso de drogas inyectables. Las infecciones de transmisión sexual (ITS), como la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la sífilis y la gonorrea pueden causar artritis. También debe considerarse la artritis reactiva, quizás causada por clamidia o shigelosis; es más probable que la clamidia se presente sin diarrea que la shigelosis. La reducción del dolor en el tobillo derecho antes de la afectación del codo izquierdo sugiere un patrón migratorio. La poliartritis migratoria puede ocurrir con infecciones o enfermedades reumáticas.

 

Evolución

El paciente también informó de un sarpullido no doloroso y no pruriginoso en la mano izquierda, ambos brazos, el pecho y la espalda que había aparecido el día anterior a la presentación actual. La prueba del antígeno 2 del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo fue negativa. El paciente no tenía alergias a medicamentos conocidas. Su abuela tenía artritis reumatoide; no había otros antecedentes familiares de enfermedad autoinmune. Pasaba poco tiempo al aire libre o cerca de animales. No informó de ningún viaje reciente fuera de Nueva Inglaterra.

 

Ponente

El exantema, la fiebre y la artritis sugieren la posibilidad de una ETS subyacente. La sífilis secundaria temprana se manifiesta por un exantema macular transitorio en el torso y las extremidades, mientras que la sífilis secundaria tardía suele caracterizarse por un exantema morbiliforme o pustuloso no pruriginoso en las palmas y las plantas de los pies. Las infecciones gonocócicas diseminadas suelen asociarse a un exantema petequial o pustuloso difuso que no palidece en el torso y las extremidades. La infección por salmonela, campylobacter o yersinia (entre otras, incluidas clamidia y shigella, como se señaló anteriormente) puede precipitar una artritis reactiva, que se asocia a lesiones hiperqueratósicas en las palmas y las plantas de los pies. También debe considerarse la enfermedad de Lyme, aunque la manifestación cutánea clásica asociada es una lesión en diana. Una enfermedad autoinmune, como el lupus eritematoso sistémico o la vasculitis, es una posibilidad, debido a los antecedentes familiares del paciente. El cáncer y las reacciones a medicamentos siempre deben tenerse en cuenta, pero son poco probables dada la evolución aguda y la ausencia de uso de nuevos medicamentos.

 

Evolución

El paciente informó que consumía metanfetaminas intravenosas, que se inyectaba dos veces al mes en la fosa antecubital. Su última inyección, que se había administrado en el brazo derecho, se había realizado dos semanas antes. En ocasiones reutilizaba sus propias agujas, pero nunca compartía los suministros para la inyección con otras personas. Informó que no bebía alcohol ni consumía tabaco ni otras drogas.

 

Ponente

El consumo de drogas lo pone en riesgo de contraer infecciones en el lugar de la inyección. Las infecciones locales suelen limitarse a la piel y los tejidos blandos. La artritis séptica resultante del consumo de drogas inyectables se produce por inoculación directa de bacterias en el torrente sanguíneo o por propagación de una infección de tejidos blandos a un lecho vascular local. La reutilización de agujas aumenta el riesgo de infecciones de tejidos blandos. Compartir suministros para inyecciones aumenta el riesgo de infecciones transmitidas por la sangre, como la infección por VIH, la infección por el virus de la hepatitis B y la infección por el virus de la hepatitis C. Además, los adulterantes de los medicamentos pueden causar erupciones en los lugares de inyección, aunque clásicamente causan llagas y úlceras.

 

Evolución

El paciente era sexualmente activo con múltiples parejas masculinas. Practicaba sexo oral y anal tanto insertivo como receptivo. Su último encuentro sexual fue 2 meses antes de la presentación actual. Tomaba emtricitabina-fumarato de disoproxilo de tenofovir a diario como profilaxis previa a la exposición contra la infección por VIH. No usaba condones ni tomaba doxiciclina como profilaxis posterior a la exposición. No tenía antecedentes de ITS. No refería diarrea, disuria, dolor abdominal, náuseas, vómitos ni cambios en la visión.

 

Ponente

Aunque el uso de emtricitabina-tenofovir disoproxil fumarato reduce el riesgo de infección por VIH, la infección por VIH aguda o crónica sigue siendo un diagnóstico diferencial; se debe realizar un ensayo de antígeno-anticuerpo de cuarta generación y un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para el ARN del VIH (para evaluar la carga viral). Su falta de uso de preservativo durante la actividad sexual aumenta el riesgo de infección por VIH aguda o crónica y otras ETS. Se le deben realizar pruebas de detección de sífilis, así como de gonorrea y clamidia en todos los sitios potenciales de infección en función de su actividad sexual. Se puede considerar la profilaxis posterior a la exposición con doxiciclina para una protección futura contra las ETS bacterianas.

 

Evolución

En el examen físico, el paciente estaba afebril. Su frecuencia cardíaca era de 80 latidos por minuto, su presión arterial de 109/64 mm Hg, su frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y su saturación de oxígeno del 99% mientras respiraba aire ambiente. No tenía linfadenopatía palpable. Los exámenes cardíaco, pulmonar y abdominal no revelaron nada destacable. La cara posterior de su codo izquierdo estaba moderadamente hinchada y dolorosa a la palpación. No había eritema. El rango de movimiento de su codo izquierdo estaba limitado por el dolor. Su tobillo derecho estaba mínimamente hinchado, sin dolor ni eritema. No había hinchazón, dolor ni eritema en ninguna de sus otras articulaciones. No había daño en la piel ni estigmas de uso de drogas intravenosas. Se observó una erupción macular difusa, tenue, eritematosa, que no palidecía en su pecho, espalda y brazos, pero estaba ausente en sus palmas y plantas ( Figura 1 ). No tenía cambios en las uñas. No se observaron hallazgos neurológicos focales. Se postergó el examen genital debido a la preferencia del paciente y la ausencia de síntomas.

 


Figura 1. Fotografía clínica de erupción.

En la fotografía se observa una erupción macular eritematosa, difusa, tenue y que no desaparece en la espalda del paciente. La erupción también se observaba en el pecho y los brazos, pero no en otras zonas.

 

 

Ponente

En conjunto, la erupción cutánea generalizada y difusa y la artritis en el codo izquierdo sugieren un proceso inflamatorio sistémico. Aunque se debe considerar la posibilidad de una endocarditis infecciosa, dado el historial de consumo de drogas inyectables del paciente, ningún hallazgo en el examen físico fue compatible con dicha afección (es decir, no se observaron soplos nuevos, hemorragias en astilla, lesiones de Janeway ni nódulos de Osler).

 

Evolución

Su recuento de glóbulos blancos era de 8000 por microlitro; el 44% de las células eran neutrófilos y el 44% eran linfocitos). Su nivel de hemoglobina era de 12,4 g por decilitro y su recuento de plaquetas era de 330.000 por microlitro. Un panel metabólico completo era normal. El nivel de proteína C reactiva estaba elevado (119 mg por litro; valor normal, <10), al igual que la velocidad de sedimentación globular (42 mm por hora; valor normal, <15). Los análisis de sangre para antígeno y anticuerpos del VIH fueron negativos; un ensayo de PCR para ARN del VIH también fue negativo. Los análisis de sangre para IgM del virus de la hepatitis A, IgM del core del virus de la hepatitis B, antígeno de superficie del virus de la hepatitis B y anticuerpos del virus de la hepatitis C fueron todos negativos. Las pruebas de PCR para babesia, ehrlichia y anaplasma fueron negativas. No se detectaron anticuerpos contra la enfermedad de Lyme. Las pruebas de anticuerpos antinucleares y anticuerpos antipéptidos citrulinados cíclicos fueron negativas. Un cultivo de heces para especies de Campylobacter, especies de Shigella y enterovirus fue negativo, al igual que la prueba de una muestra de heces para detectar la toxina Shiga.

Una radiografía mostró una leve hinchazón de los tejidos blandos en la cara posterior del codo izquierdo ( Figura 2A ). Una radiografía del tobillo derecho mostró una leve hinchazón de los tejidos blandos y sugirió la presencia de un pequeño derrame en la articulación tibioastragalina ( Figura 2B ). Un ecocardiograma transtorácico no mostró vegetaciones ni disfunción valvular.

 


Figura 2. Radiografías del codo y el tobillo.

Una radiografía del codo izquierdo (Panel A) no muestra fracturas desplazadas, así como una alineación y espacios articulares normales. No se observan derrames. Hay una hinchazón leve en la cara posterior del codo (flecha). Una radiografía del tobillo derecho (Panel B) no muestra fracturas desplazadas, junto con una alineación y espacios articulares normales. Se observa una hinchazón leve de los tejidos blandos. Además, se observa una densidad sutil de los tejidos blandos que sugiere un posible derrame articular tibioastragalina pequeño (flecha).

 

Las pruebas para clamidia y gonorrea realizadas en una muestra de orina, un hisopado orofaríngeo y un hisopado rectal dieron resultados negativos. Un análisis de sangre para anticuerpos treponémicos dio positivo, y una prueba rápida de reagina plasmática (RPR) dio positivo con un título de 1:8. El paciente fue tratado con una dosis única de penicilina (2,4 millones de unidades) administrada por vía intramuscular.

 

Ponente

Los resultados positivos de las pruebas de anticuerpos treponémicos y RPR confirman el diagnóstico de sífilis. La fiebre y el exantema macular difuso del paciente son compatibles con la sífilis secundaria, y su artritis probablemente refleje una diseminación hematógena. Los niveles elevados de marcadores inflamatorios son compatibles con la sífilis secundaria, pero no son específicos. Una sola inyección intramuscular de penicilina es muy eficaz para el tratamiento de la sífilis secundaria.

 

Evolución

En la segunda noche de ingreso, el dolor en el codo izquierdo empeoró repentinamente y volvió a presentar un dolor intenso en la muñeca izquierda. El codo izquierdo estaba eritematoso, caliente y más hinchado. Dos series de hemocultivos que se habían obtenido en el momento del ingreso fueron negativos para bacteriemia. Se realizó una artrocentesis del codo izquierdo, la muñeca izquierda y el tobillo derecho. El análisis del líquido sinovial obtenido del codo izquierdo reveló 84.090 glóbulos blancos por microlitro, el 91% de los cuales eran neutrófilos. El análisis del líquido de la muñeca izquierda reveló 220 glóbulos blancos por microlitro, el 34% de los cuales eran neutrófilos (aspirado coagulado), y el análisis de la muestra del tobillo derecho mostró 460 glóbulos blancos por microlitro, el 45% de los cuales eran neutrófilos. Las muestras obtenidas del codo y la muñeca eran purulentas, pero la muestra obtenida del tobillo no mostró purulencia. La tinción de Gram del líquido sinovial del codo izquierdo reveló cocos grampositivos. Las tinciones de Gram del líquido de la muñeca izquierda y del tobillo derecho fueron negativas. No se observaron cristales. Se irrigaron y desbridaron el codo y la muñeca izquierdos, y se inició el tratamiento con ceftriaxona y vancomicina.

 

Ponente

El hecho de que la muestra de líquido sinovial obtenida del codo izquierdo del paciente contuviera más de 50.000 glóbulos blancos por microlitro es altamente indicativo de artritis séptica. Sin embargo, los recuentos bajos de glóbulos blancos en el líquido sinovial no descartan la artritis séptica y pueden observarse en pacientes con infección gonocócica diseminada, un recuento bajo de glóbulos blancos en sangre periférica o reemplazo articular. El tratamiento empírico con agentes antibióticos debe cubrir los cocos grampositivos (algunos de los tipos de bacterias más comunes), además de los organismos gramnegativos como Neisseria gonorrhoeae , así como Pseudomonas aeruginosa (que es relevante dado el historial del paciente de uso de drogas inyectables).

 

Evolución

En los cultivos del líquido obtenido del codo y la muñeca izquierdos se observó un crecimiento de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SAMR). El cultivo del líquido obtenido del tobillo derecho siguió siendo negativo. Los antibióticos que había estado recibiendo se redujeron a vancomicina, que recibió durante 5 días. Dado su consumo de drogas inyectables, se consideró que no era seguro darle de alta a su domicilio con un catéter central de inserción periférica para la administración de vancomicina. En su lugar, recibió una dosis intravenosa de dalbavancina (a una dosis de 1,5 g) inmediatamente antes del alta, con planes de recibir una segunda dosis 2 semanas después.

 

Ponente

Aunque el tratamiento antibiótico típico para la artritis séptica por SAMR es un ciclo de 3 semanas de vancomicina intravenosa, en este paciente se evitó este enfoque, dado su uso de drogas inyectables. La dalbavancina, un antibiótico lipoglicopéptido, tiene una excelente cobertura contra el SAMR con una vida media muy larga (aproximadamente 2 semanas), lo que la convierte en una gran opción en este caso.

A las dos semanas del alta el paciente se encontraba bien, sin dolor ni inflamación articular. Dada la mejoría, se decidió postergar una segunda dosis de dalbavancina y en su lugar recibió doxiciclina oral a dosis de 100 mg dos veces al día durante 1 mes.

 

Comentario

Este paciente presentó fiebre, escalofríos, artritis y un exantema difuso; se diagnosticaron tanto sífilis secundaria como artritis séptica. Los médicos que se enfrentan a un caso con signos y síntomas dispares suelen intentar elaborar un único diagnóstico unificador, de acuerdo con la ley de la parsimonia. Esta estrategia corre el riesgo de cerrar el caso de forma prematura y, en este caso, retrasó el diagnóstico de la artritis séptica del paciente.

La sífilis es causada por la infección con la espiroqueta Treponema pallidum y se transmite por vía sexual o vertical. La incidencia de la sífilis ha aumentado desde 1950, con un récord de 207.255 casos diagnosticados en los Estados Unidos en 2022. 1 Las personas infectadas con T. pallidum siguen un curso de enfermedad predecible que se puede dividir en cuatro etapas: primaria, secundaria, latente y terciaria. La sífilis primaria y secundaria son las etapas de transmisión sexual. La sífilis primaria se caracteriza por una (o menos comúnmente, más de una) úlcera indolora (chancro) en el sitio de inoculación, generalmente los genitales o la boca. 2 El período de incubación habitual es de aproximadamente 3 semanas a 3 meses. El chancro generalmente se resuelve en 2 a 6 semanas, incluso sin terapia con antibióticos. 3

La sífilis secundaria se manifiesta típicamente con mialgias y una erupción maculopapular diseminada y no pruriginosa, a menudo en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Otras manifestaciones pueden incluir alopecia, periostitis, hepatitis, nefritis y (con poca frecuencia) artralgias. 2 El dolor previo en el tobillo derecho de este paciente puede haber surgido de una tenosinovitis debido a la propagación hematógena de T. pallidum en su tendón, como se ha descrito en informes de casos. 4 La sífilis secundaria dura un promedio de 3,6 meses y luego se resuelve o evoluciona a una infección latente (asintomática). 5

El alto porcentaje de pacientes en los que se diagnostica sífilis latente en comparación con las etapas más tempranas indica que muchos casos de sífilis primaria y secundaria no reciben tratamiento o no se diagnostican. 2 La sífilis latente puede durar toda la vida o puede progresar a sífilis terciaria. Los estudios de historia natural han demostrado que la sífilis terciaria ocurre en el 15 al 40% de los pacientes no tratados, y el inicio varía de 1 año a décadas después de una infección inicial. La sífilis terciaria se subdivide clásicamente en sífilis gomosa (que afecta la piel, los huesos u otros órganos), que representa aproximadamente la mitad de los casos; sífilis cardiovascular (p. ej., aneurismas aórticos, miocarditis o arteritis coronaria), que representa aproximadamente un tercio de los casos; y síndromes de neurosífilis tardía (por ejemplo, alteraciones de la marcha, demencia, paresia general o tabes dorsal), sífilis ótica o sífilis ocular, que representan los casos restantes. 2

La sífilis se diagnostica mediante pruebas treponémicas y no treponémicas. Ambos tipos de pruebas son necesarios, ya que las pruebas serológicas (especialmente las pruebas no treponémicas) pueden estar asociadas con resultados falsos positivos. Las pruebas treponémicas detectan anticuerpos contra T. pallidum ; son muy específicas, pero no pueden distinguir las infecciones activas de las inactivas. Las pruebas no treponémicas (es decir, la prueba del Laboratorio de Investigación de Enfermedades Venéreas y la prueba RPR) cuantifican la cantidad de anticuerpos y, por lo tanto, son útiles para detectar la infección activa y hacer un seguimiento de la respuesta al tratamiento. La evaluación de los títulos no treponémicos debe repetirse 6 y 12 meses después del inicio del tratamiento. Con un tratamiento exitoso, los títulos de RPR deben disminuir al menos en un factor de 4 en 6 a 12 meses. 6,7

La penicilina es la base del tratamiento de la sífilis. La sífilis primaria, secundaria y latente temprana (infección en el último año) se tratan normalmente con una única inyección intramuscular de 2,4 millones de unidades de penicilina G benzatínica. La sífilis latente tardía y terciaria se tratan normalmente con tres inyecciones semanales de 2,4 millones de unidades de penicilina G benzatínica. A los pacientes, especialmente a los que presentan sífilis temprana (es decir, sífilis primaria, secundaria o latente temprana adquirida en los 12 meses anteriores), se les debe advertir que pueden desarrollar fiebre, escalofríos, mialgias y dolores de cabeza dentro de las 24 horas posteriores al tratamiento debido a la liberación de citotoxina a partir de la descomposición de las espiroquetas, conocida como reacción de Jarisch-Herxheimer. 7

En los pacientes que no pueden recibir penicilina debido a una alergia o a la escasez del medicamento (como ha ocurrido recientemente), se pueden utilizar tratamientos alternativos con tasas de curación similares a las de la penicilina; estos incluyen doxiciclina oral y ceftriaxona intramuscular. 8 Las pacientes embarazadas con alergia a la penicilina y los pacientes con neurosífilis deben someterse a una desensibilización seguida de un tratamiento con penicilina. 2

El segundo diagnóstico del paciente fue artritis séptica. La artritis séptica surge con mayor frecuencia de una bacteriemia oculta. Pequeñas heridas en la piel, como las que se producen por el uso intravenoso de drogas, pueden permitir que la flora cutánea (más comúnmente especies de estafilococos y estreptococos) ingrese al torrente sanguíneo; de manera similar, las infecciones gastrointestinales y genitourinarias pueden permitir que especies predominantemente gramnegativas ingresen al torrente sanguíneo. 9 El antecedente de uso intravenoso de drogas de este paciente aumentó su riesgo de bacteriemia transitoria por inoculación directa de bacterias en su torrente sanguíneo o por entrada bacteriana a través de pequeñas heridas en su piel. Otros factores de riesgo reconocidos para la artritis séptica incluyen enfermedad articular preexistente e inmunodepresión. 10 Este paciente no tenía enfermedad articular preexistente conocida, aunque la tenosinovitis debido a sífilis secundaria puede haber sido susceptible a la siembra a partir de bacteriemia transitoria. 1,4–11

La artritis séptica se manifiesta clásicamente por fiebre y una articulación caliente, hinchada y extremadamente dolorosa; sin embargo, en una serie de pacientes del Reino Unido que tenían artritis séptica, sólo el 58% tenía fiebre y sólo aproximadamente la mitad tenía leucocitosis. 12 Aunque la mayoría de los casos eran monoarticulares, la afectación de más de una articulación se produjo en hasta el 20% de los pacientes y fue más frecuente entre los pacientes con artritis inflamatoria, inmunodepresión o bacteriemia sostenida. Una velocidad de sedimentación globular elevada y un nivel elevado de proteína C reactiva son muy frecuentes entre los pacientes con artritis séptica, pero no son específicos. 13 Se deben obtener hemocultivos antes de iniciar los antibióticos, aunque son positivos sólo en el 50 a 70% de los pacientes con artritis séptica no gonocócica. 10 La causa más común de artritis séptica es S. aureus , seguida de especies de estreptococos. 9

La evaluación de la artritis séptica incluye el análisis y la tinción de Gram del líquido sinovial, cultivos aeróbicos y anaeróbicos del líquido sinovial y la medición del recuento de glóbulos blancos y el recuento diferencial en el líquido sinovial. Un recuento de glóbulos blancos que supere los 50.000 por microlitro es altamente sugestivo, pero no diagnóstico, de artritis séptica. Las tinciones de Gram son positivas en el 60 a 80% de los casos, y los cultivos son positivos en más del 90% de los casos. 13 No hay hallazgos de imagen patognomónicos asociados con esta infección, pero se recomienda una radiografía simple basal para descartar enfermedad ósea o articular. 13

El tratamiento de la artritis séptica implica el uso de antibióticos, junto con el drenaje articular mediante aspiración con aguja cerrada, artroscopia o artrotomía (un procedimiento abierto). El tratamiento empírico con antibióticos dirigidos a S. aureus (incluido MRSA) y especies de estreptococos debe iniciarse inmediatamente después de obtener líquido sinovial y luego adaptarse en función de los resultados de las pruebas microbiológicas. Los regímenes empíricos suelen incluir vancomicina o daptomicina (para la cobertura de MRSA) más una cefalosporina de tercera o cuarta generación (para la cobertura de organismos gramnegativos). Para pacientes con factores de riesgo para la infección por pseudomonas (p. ej., inmunosupresión o uso de drogas inyectables), se debe utilizar una cefalosporina con actividad antipseudomonas. 10-13 El control de la fuente mediante desbridamiento quirúrgico o artrocentesis es vital para la descompresión articular, la eliminación de bacterias y la mejora del flujo sanguíneo. Un cambio a antibióticos orales con alta biodisponibilidad (es decir, fluoroquinolonas o doxiciclina) después del control de la fuente se asocia con buenos resultados clínicos y evita la necesidad de un acceso intravenoso duradero. 14 En un estudio observacional retrospectivo, se observó una alta tasa de curación para infecciones graves por grampositivos con dalbavancina, pero los datos prospectivos que comparan dalbavancina con la atención estándar son limitados. 15 La duración típica del tratamiento con antibióticos para la artritis séptica no gonocócica es de 2 a 4 semanas.

Este caso pone de relieve la importancia de considerar diagnósticos adicionales cuando el cuadro clínico no es claro. Además, este caso nos recuerda que debemos tener en cuenta las variadas manifestaciones clínicas de la sífilis, por las que se le ha ganado el nombre de “la gran imitadora”, así como las múltiples complicaciones asociadas al uso de drogas inyectables.

 

 

Traducido de:

Traveling Companions

Authors: Rachel K. Gardner, M.D., Daniel A. Solomon, M.D., Allison S. Bloom, M.D., Yee-Ping Sun, M.D., and Bruce D. Levy, M.D.Author Info & Affiliations

Published February 5, 2025 N Engl J Med 2025;392:600-606 VOL. 392 NO. 6

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2402893



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domingo, 9 de marzo de 2025

Casos Clínicos: Mujer de 67 años con tos y expectoración de 3 semanas y anomalías en la Rx de tórax

 


El Dr. José Guillermo Clemente de Caracas Venezuela envía esta imagen con el siguiente texto:

Paciente femenina de 67 años portadora de escleroenfisema. Desde hace 3 semanas disnea tos expectoracion mucosa.

 



  



Dr. José Guillermo Clemente.

Caracas. Venezuela.



Opinión: Se observa un hábito enfisematoso, con descenso de las bases, aumento de diámetro de vasos pulmonares especialmente la AP derecha y pobreza vascular periférica como corresponde a una paciente con enfisema. El pulmón izquierdo tiene menor volumen que el derecho (más de lo normal), probablemente como consecuencia de patología pleural. A nivel de la base pulmonar izquierda no se distingue bien el hemidiafragma por probable secuela pleural. A nivel del tercio superior pulmonar izquierdo se observa un aumento de densidad que adopta un tinte cálcico en algunas zonas especialmente a nivel de la pleura mediastínica. No se puede descartar un proceso orgánico pulmonar sólo con esta radiografía dado que hay mucha superposición ósea sobre todo de la cabeza clavicular izquierda. Podría tratarse de un engrosamiento pleural antiguo, secundario a un proceso muy probablemente tuberculoso, que obliga a descartar reactivación actual. También a nivel del vértice izquierdo hay una imagen cilíndrica de orientación vertical que recuerda una costilla cervical (costilla de Eva). Abajo muestro una imagen tomada de la web de costilla cervical, vista en una TC con reconstrucción 3D.

Creo que habría que realizar baciloscopía en esputo seriada, y eventualmente una TC que podría aportar luz al cuadro.

 

 

                                                     Costilla cervical ("Costilla de Eva")