sábado, 31 de diciembre de 2022

Varón de 38 años con malestar precordial al esfuerzo...


Un hombre de 38 años fue evaluado en el servivio de cardiología de este hospital debido a molestias torácicas por esfuerzo.

 

El paciente había sido un atleta competitivo en el pasado y seguía siendo un ávido corredor. Aproximadamente 15 años antes de la presente evaluación, mientras corría, presentó episodios de rubefacción con tumefacción cutánea difusa en cara, labios, manos y tronco, junto con urticaria en abdomen y piernas y disnea asociada. El primer episodio ocurrió en otoño y el segundo episodio el verano siguiente. Después del segundo episodio, perdió el conocimiento mientras estaba sentado en un banco. Al día siguiente, fue evaluado en un centro de atención de urgencia. Se colocó un monitor Holter y se informó que un ecocardiograma transtorácico (ETT) fue normal. El paciente consultó con un alergólogo, quien hizo un diagnóstico de anafilaxia inducida por el ejercicio relacionada con los alimentos con reacciones a la soja, los garbanzos y el tahini, sobre la base de los alimentos que había ingerido antes de estos episodios y los resultados de las pruebas de radioalergoabsorción. Se prescribió un autoinyector de epinefrina para usar en futuros episodios, pero los síntomas de anafilaxia no se repitieron.

 

Aproximadamente 4 meses antes de la evaluación actual, durante un trote de 5 millas de rutina, el paciente tuvo una nueva sensación que describió como “el corazón se me sale del pecho”. Descansó y el síntoma remitió; completó su carrera. Un mes después, durante un paseo en bicicleta, presentó molestias tipo “calambres” en la parte anterior del tórax, que cedieron al dejar de andar en bicicleta. Dos semanas antes de la evaluación actual, durante un trote de varias millas, tuvo calambres en la parte anterior del tórax en el lado izquierdo que aumentó gradualmente durante un período de 5 minutos. Empezó a caminar y el dolor disminuyó; corrió durante 20 minutos adicionales sin recurrencia del dolor. Buscó una evaluación en la clínica de cardiología de este hospital para determinar la causa de sus síntomas y la seguridad de continuar con el ejercicio vigoroso.

 

En la evaluación en la consulta de cardiología, la revisión de sistemas fue negativa para disnea, síncope reciente, ortopnea, edema, tos, hemoptisis y síntomas alérgicos recientes. El paciente corría o montaba bicicleta cuatro veces por semana y había realizado previamente un maratón. Su historial médico incluía trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Cinco años antes, había ocurrido un episodio de síncope en el contexto de múltiples episodios de diarrea sin sangre, malestar abdominal y escalofríos. Su historial quirúrgico incluía dos polipectomías colónicas, una 6 años antes de esta evaluación y la otra 1 mes antes de esta evaluación; el examen patológico de los pólipos había revelado agregados linfoides y pólipos hiperplásicos. El paciente no tomaba medicamentos y no refirió reacciones adversas a los medicamentos.

 

El paciente trabajaba en el sector financiero y vivía con su esposa e hijos. No consumía tabaco, alcohol u otras sustancias. Múltiples parientes maternos habían tenido cáncer de colon y a un hermano mayor le habían extirpado pólipos de colon en su cuarta década de vida. Había antecedentes familiares de hipertensión.

 

En el examen, la presión arterial era de 122/84 mm Hg (medida en ambos brazos), la frecuencia cardíaca de 54 latidos por minuto y la saturación de oxígeno del 99% mientras el paciente respiraba aire ambiente. Había sibilancias espiratorias leves; El resto del examen era normal.

 

Un electrocardiograma (ECG) mostró bradicardia sinusal y anomalías de la onda T anterior, hallazgos que se habían observado en trazados obtenidos 5 años antes durante una evaluación de presíncope; un ETT obtenido en ese momento había sido normal. No se habían observado bradicardia sinusal ni anomalías de la onda T anterior en los trazados obtenidos 15 años antes ( Figura 1A, 1B y 1C). El recuento de glóbulos blancos y el recuento de plaquetas eran normales, al igual que los niveles sanguíneos de hemoglobina, electrolitos, calcio y tirotropina y los resultados de las pruebas de función renal. El nivel de troponina de alta sensibilidad fue de 10 ng por litro (rango de referencia, 0 a 14). Las metanefrinas plasmáticas eran indetectables y el nivel de normetanefrina era normal. Al día siguiente, una ETT no mostró anomalías en el tamaño y la función de las cavidades cardíacas ni evidencia de disfunción valvular.

 


Figura 1. Electrocardiogramas y Ecocardiogramas Transtorácicos.

Los electrocardiogramas (ECG) se obtuvieron 15 años antes de la presentación actual (Panel A), 5 años antes de la presentación actual (Panel B) y en el momento de la presentación actual (Panel C). Las anomalías de la onda T anterior de V 1 a V 3 están presentes en el ECG obtenido en el momento de la presentación actual y en el ECG obtenido 5 años antes, pero no en el ECG obtenido 15 años antes. Los ecocardiogramas transtorácicos obtenidos en la vista de eje corto paraesternal del corazón muestran orígenes normales de la arteria coronaria izquierda (Panel D, puntas de flecha) y de la arteria coronaria derecha (Panel E, puntas de flecha), así como otro vaso anterior a la aorta con un origen poco claro (Panel F, flechas). Ao denota aorta.

 

Un monitor cardíaco de parche ambulatorio, aplicado para evaluar el ritmo cardíaco durante un período de 2 semanas, reveló ritmo sinusal sin arritmia. Se realizó una prueba de esfuerzo cardiopulmonar; el paciente hizo ejercicio durante 19 minutos y 17 segundos de acuerdo con un protocolo de cinta rodante que aumentó progresivamente hasta el esfuerzo máximo con una relación de intercambio respiratorio de 1,12 y una frecuencia cardíaca máxima de 181 latidos por minuto (99 % del máximo previsto para la edad). En el esfuerzo máximo, la prueba de estrés no reprodujo los síntomas y se detuvo debido a la fatiga de las piernas. Un ECG mostró un descenso horizontal del segmento ST de 0,5 mm en las derivaciones III, aVF, V 3 y V 6, junto con extrasístoles ventriculares aisladas. La eficiencia ventilatoria fue normal.

 

Se realizaron pruebas de diagnóstico adicionales y se tomaron decisiones de manejo.

 

Diagnóstico diferencial

Este hombre de 38 años, que era físicamente activo y estaba en forma, se presentó con molestias torácicas episódicas por esfuerzo que habían ocurrido espontáneamente a lo largo de varios meses. El malestar aumentaba con el esfuerzo y disminuía con el reposo; por lo general, se desarrolló poco después de que comenzó a hacer ejercicio y se resolvió cuando continuó haciendo ejercicio después de un período de descanso. Los síntomas de presentación de este paciente eran clásicos y consistentes con un síndrome anginoso estable.

 

Antes de asumir que este hombre de 38 años de edad tenía una enfermedad cardíaca primaria, consideramos entidades fuera del corazón que pueden causar molestias torácicas por esfuerzo, incluidas la costocondritis y la fractura de costillas. Sin embargo, un examen físico cuidadoso de cada costilla no reveló anomalías. A continuación, consideramos los trastornos dentro del corazón, incluida la arritmia inducida por el ejercicio (taquicardia supraventricular o ventricular), la miocarditis y la miocardiopatía (p. ej., miocardiopatía hipertrófica o arritmogénica). Sin embargo, los resultados normales en la monitorización cardíaca ambulatoria con parche, los hallazgos estructuralmente normales en la ETT y el estado físico supranormal sin arritmia en el esfuerzo máximo durante la prueba de esfuerzo cardiopulmonar hicieron que estos diagnósticos fueran poco probables.

 

Debido a que el paciente presentaba un síndrome anginoso que empeoraba con el esfuerzo y mejoraba con el reposo, seguíamos teniendo un alto índice de sospecha de anomalía coronaria. La naturaleza crónica de los síntomas hacía poco probable un síndrome coronario agudo. Además, la enfermedad arterial coronaria aterosclerótica tradicional sería inusual en un hombre atlético relativamente joven y muy activo sin factores de riesgo ateroscleróticos o antecedentes familiares. El paciente no tenía antecedentes familiares de hiperlipidemia y previamente tenía un perfil lipídico normal.

 

Por lo tanto, además de la enfermedad arterial coronaria prematura, los diagnósticos clave para descartar en este paciente incluyeron una arteria coronaria anómala congénita, espasmo coronario con o sin puente miocárdico y una masa mediastínica compresiva. La angina también es común en pacientes con hipertensión pulmonar, pero se descartó esta posibilidad porque el paciente no tenía evidencia de dilatación o disfunción en el lado derecho del corazón en la ETT y tenía una eficiencia ventilatoria normal en la prueba de esfuerzo cardiopulmonar.

 

El patrón de malestar torácico que se desarrolló con el ejercicio inicial y se resolvió con la reanudación del ejercicio fue consistente con un fenómeno conocido como angina de calentamiento (warm-up angina). La angina de calentamiento se define como la angina que está presente en el esfuerzo inicial pero está ausente y no se reproduce en un segundo esfuerzo similar; a menudo se explica por el reclutamiento de flujo colateral coronario o el reclutamiento microvascular durante el ejercicio inicial. 1,2 Dado el dolor de esfuerzo y la ausencia de factores de riesgo ateroscleróticos, un síndrome con afectación coronaria, como una arteria coronaria anómala congénita, fue una consideración principal en este paciente.

 

ARTERIA CORONARIA ANÓMALA CONGÉNITA

Se desconoce la prevalencia precisa de las anomalías de las arterias coronarias, pero se estima que es aproximadamente del 1% o menos en la población general. 3 Se cree que la mayoría de las muertes asociadas con anomalías de las arterias coronarias ocurren con el ejercicio. 4 En los atletas, las anomalías de las arterias coronarias pueden manifestarse como síncope, presíncope o, en ocasiones, angina. La angulación aguda de un origen coronario aberrante, la compresión dinámica por estructuras adyacentes y la supuesta isquemia obstructiva son algunos de los mecanismos propuestos de angina y muerte súbita cardíaca que ocurren en el contexto del ejercicio. 5

 

En un gran estudio de autopsias que involucró a reclutas militares, se encontró que 1 de cada 3 casos de muerte súbita que ocurrieron en esta población atlética fueron causados ​​por anomalías de las arterias coronarias. 6 La arteria coronaria derecha normalmente surge del seno de Valsalva derecho de la raíz aórtica, y la arteria coronaria izquierda surge del seno de Valsalva izquierdo. En este estudio, la mayoría de los casos de muerte súbita se asociaron con la arteria coronaria izquierda que surge del seno de Valsalva derecho y luego discurre entre la arteria pulmonar y la aorta. Se han observado otras características que confieren un alto riesgo de anomalías de las arterias coronarias. 7

 

Las anomalías de las arterias coronarias pueden detectarse mediante ETT de origen coronario. Sin embargo, la angiografía por tomografía computarizada (TC) coronaria está cada vez más disponible y es la prueba de elección en las poblaciones adultas.

 

SÍNDROMES DE SOFOCOS (FLUSHING SYNDROMES)

Finalmente, consideramos si la historia de reposo de este paciente de anafilaxia y enrojecimiento inducidos por el ejercicio podría estar asociada con su presentación clínica. Consideramos enfermedades sistémicas, como el síndrome carcinoide, la mastocitosis sistémica y el feocromocitoma, que pueden causar enrojecimiento y angioedema con el ejercicio. Sin embargo, estos son diagnósticos poco comunes. No hubo evidencia de síndrome carcinoide en ETT, y los niveles de metanefrina y normetanefrina libres en plasma fueron normales.

 

Revisamos minuciosamente el ETT de este paciente. Aunque el estudio mostró orígenes coronarios normales, se identificó un espacio ecolúcido vascular anterior ( Figura 1D, 1E y 1F ). Realizamos una angiografía por TC coronaria para definir la anatomía coronaria del paciente y descartar anomalías de las arterias coronarias.

 

ESTUDIOS DE IMAGEN

La angiografía por TC coronaria, realizada antes y después de la administración de material de contraste intravenoso, no mostró evidencia de un origen anómalo en la arteria coronaria o placa aterosclerótica. Sin embargo, se detectó una masa intrapericárdica de 5 cm anterior al corazón y dentro del surco aortopulmonar. La masa mostraba realce heterogéneo intenso y tenía un nivel de atenuación de 50 unidades Hounsfield (UH) antes de la administración de material de contraste, 218 UH durante la fase arterial y 111 UH durante la fase tardía ( Figura 2A, 2B y 2C ). La arteria coronaria derecha proximal estaba encerrada por la masa ( Figura 2D ).

 


Figura 2. Angiografía coronaria por TC e imagen 123 I-MIBG SPECT.

Una imagen de TC axial obtenida durante la fase arterial (Panel A) muestra una masa intrapericárdica (flecha), anterior al corazón y dentro del surco aortopulmonar, con realce heterogéneo y un nivel de atenuación de 218 unidades Hounsfield (UH). El nivel de atenuación de la masa es de 50 HU en una imagen obtenida antes de la administración de material de contraste (Panel B, flecha) y de 111 HU en una imagen obtenida durante la fase tardía (Panel C, flecha). Una imagen de TC sagital (Panel D) muestra que la arteria coronaria derecha proximal está cubierta por la masa (flecha). Una imagen renderizada en volumen (Panel E) muestra la relación de la masa (en violeta) con las cámaras del lado derecho (en azul) y del lado izquierdo (en rojo) y con las arterias coronarias; hay evidencia de estrechamiento de la arteria coronaria descendente anterior izquierda (flecha negra), drenaje venoso prominente (flecha blanca) y vasos de alimentación que surgen de la arteria coronaria derecha (puntas de flecha). Una imagen axial de la TC de emisión de fotón único (SPECT) con 123 I-metayodobencilguanidina ( 123 I-MIBG) (Panel F) muestra una captación moderada del trazador en la masa (flecha).

 

Una imagen renderizada por volumen mostró múltiples vasos de alimentación diminutos que conducían a la masa que se originaba en la arteria coronaria derecha proximal y en la arteria coronaria descendente anterior izquierda media a distal. También había estrechamiento de la arteria coronaria descendente anterior izquierda media, un hallazgo compatible con el fenómeno de robo. El fenómeno de robo ocurre porque las arterias coronarias irrigan la masa y, en presencia de estenosis de las arterias coronarias, los períodos de vasodilatación (que pueden ocurrir durante el ejercicio) pueden conducir a la desviación (“robo”) del flujo sanguíneo a la masa, en lugar de a través de los vasos coronarios. Había un drenaje venoso prominente de la masa ( Figura 2E y Video 1, disponible con el texto completo de este artículo en NEJM.org). La estructura anterior a la aorta que se había observado en la ETT ( Figura 1F ) era probablemente un vaso colateral que irrigaba la masa. El diagnóstico diferencial radiológico incluyó paraganglioma y hemangioma.

 

Para reducir el diagnóstico diferencial, se realizó una TC de emisión de fotón único con 123I-metayodobencilguanidina ( Figura 2F ). El estudio mostró una captación moderada del trazador que correspondía a la masa observada en la angiografía coronaria por TC. El hallazgo fue inespecífico y no pudo diferenciar definitivamente entre paraganglioma y hemangioma.

 

A continuación, la resonancia magnética (RM) cardíaca mostró una masa heterogénea que era isointensa en las imágenes ponderadas en T1 e hiperintensa con focos internos hipointensos, lo que resultó en una apariencia de "sal y pimienta" en las imágenes ponderadas en T2. Después de la administración de material de contraste a base de gadolinio intravenoso, la masa mostró un realce intenso y temprano en las imágenes de perfusión de primer paso, un hallazgo que indicaba una alta vascularización ( Figura 3A, 3B y 3C ).

 

 


Figura 3. Resonancia magnética cardíaca.

En una imagen potenciada en T1 (Panel A), la masa heterogénea es predominantemente isointensa (flecha). En una imagen ponderada en T2 (Panel B), la masa es hiperintensa con focos punteados de hipointensidad, lo que da como resultado una apariencia de "sal y pimienta" (flecha). En una imagen de perfusión de primer paso obtenida después de la administración de material de contraste a base de gadolinio (Panel C), el realce es intenso y enérgico (flecha).

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DESPUÉS DE LA IMAGEN

Aunque no había una arteria coronaria anómala, era evidente una masa anómala que parasita las arterias coronarias. Los tumores del corazón son raros y, cuando ocurren, lo más probable es que se trate de una enfermedad metastásica que se originó fuera del corazón. 8 Los tumores primarios del corazón son extremadamente raros, con estimaciones de prevalencia en estudios de autopsia que van del 0,001 al 0,3%. 9,10 La mayoría de los tumores cardíacos primarios son benignos y el tipo más común es el mixoma cardíaco, que a menudo se origina en la aurícula izquierda. Otros tumores cardíacos benignos incluyen fibroelastoma, quiste mesotelial y teratoma. Los pocos tumores cardíacos primarios malignos consisten en linfoma y varios tipos de sarcoma, incluidos angiosarcoma y leiomiosarcoma. Dada la vascularización del tumor de este paciente, era importante considerar paraganglioma y hemangioma. Sin embargo, ambos son tumores cardíacos primarios raros, y cada uno ocurre en series de autopsias con frecuencias de 0 a 3,5%. 9 Los hemangiomas son benignos, pero los paragangliomas son menos predecibles, con formas benignas y malignas.

 

Una revisión del ECG del paciente mostró que las anomalías inespecíficas de la onda T habían progresado durante un período de aproximadamente 5 años. Inferimos que estas anomalías de la onda T eran la firma eléctrica del tejido tumoral o su efecto sobre la circulación de la arteria coronaria izquierda, un hallazgo que reflejaba el tamaño grande del tumor, la colateralización extensa y el crecimiento relativamente lento. Esperaríamos que las entidades malignas, como el sarcoma y el linfoma, se asocien con una invasión extensa y síntomas graves. Consideramos el vínculo potencial entre el historial de síntomas sistémicos del paciente y una masa secretora; Dadas las características de las imágenes, estábamos preocupados por el paraganglioma secretor. La rareza de esta entidad atenuó nuestra certeza diagnóstica. 9

 

Establecer el diagnóstico específico en este caso no fue una distinción sin una diferencia. Si el paciente tuviera sarcoma, el abordaje sería una biopsia confirmatoria y la administración de quimioterapia y radioterapia adyuvantes. En cambio, si el paciente tuviera sospecha de paraganglioma, el abordaje sería diferente, ya que la biopsia de esta estructura hipervascularizada y potencialmente secretora está relativamente contraindicada. Para el paraganglioma, el abordaje incluye embolización preoperatoria, bloqueo alfa farmacológico y resección agresiva en bloque.

 

La primera línea de prueba para descartar feocromocitoma y paraganglioma es la medición de metanefrinas libres en plasma. 11 En este paciente, los niveles de metanefrina en plasma y orina eran normales. Sin embargo, cuando la sospecha clínica es alta, puede ser útil un interrogatorio exhaustivo del metabolismo de las catecolaminas. Aunque los niveles urinarios de norepinefrina y epinefrina no estaban elevados en este paciente, el nivel de dopamina en plasma estaba notablemente elevado, a 1254 pg por mililitro (valor de referencia, <30).

 

El paraganglioma secretor de dopamina y con predominio de dopamina es un subtipo raro de paraganglioma. Los pacientes pueden presentar síntomas asociados con el exceso de dopamina vasodilatadora, como mareos, vómitos y sofocos. Estos síntomas son particularmente probables de ocurrir cuando la cosecreción de epinefrina y norepinefrina está ausente. 12,13 En este paciente con molestias torácicas episódicas por esfuerzo, un síndrome de rubefacción 15 años antes y una masa intracardíaca, planteamos la hipótesis de que el metabolismo intratumoral puede haberse alterado con el tiempo y quedar restringido a la producción de dopamina.

 

Con la asistencia de un equipo multidisciplinario de especialistas, incluidos especialistas en cardiología, cardiología intervencionista, oncología, oncología radioterápica, endocrinología, anestesia cardíaca y cirugía cardíaca, desarrollamos un plan para el manejo perioperatorio y a largo plazo.

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

PARAGANGLIOMA SECRETOR DE DOPAMINA.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO PREOPERATORIO

Al determinar el papel de la radioterapia, fue esencial considerar cómo el uso y la secuencia de cualquier tratamiento de radiación podrían afectar la enfermedad y el patrón de recurrencia al sopesar los riesgos potenciales. Se ha informado siembra iatrogénica de paraganglioma maligno y feocromocitoma 14; se carece de datos específicos para el paraganglioma secretor de dopamina y con predominio de dopamina. Sin embargo, una vez que ocurre la siembra y se desarrollan los implantes pericárdicos y pleurales, las opciones para la terapia de rescate localizada con radiación u otros métodos se vuelven limitadas debido a que la dosis de radiación a los órganos en riesgo, incluidos el corazón, los pulmones y el esófago, se vuelve prohibitiva. Algunos datos sugieren que la radioterapia preoperatoria administrada en dosis bajas, que oscilan entre 10 y 30 Gy, es eficaz para prevenir la siembra. Los datos disponibles, sin embargo, provienen de estudios retrospectivos, 15 muchos de los cuales incluyeron solo un número limitado de pacientes con varios tipos de tumores, 16-19 lo que impide sacar conclusiones firmes.

 

En este paciente, el tumor recubría la arteria coronaria derecha, por lo que la radiación se administró por medio de terapia de protones para reducir la dosis a las partes no afectadas del corazón, incluida la arteria coronaria izquierda, el miocardio ventricular y las válvulas cardíacas. El potencial de efectos tóxicos asociados con la radiación en estas estructuras ha sido bien establecido en el contexto del cáncer de mama, linfoma y cáncer torácico. 20-24 Una evaluación retrospectiva de la experiencia institucional en el tratamiento de 18 pacientes con sarcomas cardíacos primarios raros sugiere que es posible administrar de manera segura radiación enfocada a una porción del corazón con el uso de terapia de protones. 25 Este paciente fue tratado con terapia de protones dependiente de la respiración que tuvo en cuenta el movimiento cardíaco. 26Recibió terapia de protones preoperatoria a una dosis de 19,8 GyE (Gy equivalente en fotones con el uso de protones) en 11 fracciones diarias (1,8 GyE por fracción), con el objetivo de prevenir la siembra iatrogénica. 27

Debido a la naturaleza altamente vascular de este tumor ( Figura 4A y videos 2, 3 y 4 ) y los problemas asociados con la hemorragia perioperatoria, el paciente se sometió a una embolización percutánea del vaso colateral principal que irrigaba el tumor antes de la cirugía.

 

 


Figura 4. Angiografía Coronaria y Fotografía Obtenida en Cirugía.

Un angiograma coronario (Panel A) muestra múltiples vasos de alimentación, incluido un vaso colateral dominante (asterisco) que surge de la arteria coronaria izquierda y que irriga el tumor. Hay un rubor tumoral multilobulado (flechas). Una fotografía obtenida durante el procedimiento quirúrgico (Panel B) muestra el tumor (flechas) anterior a la aorta.

 

DISCUSIÓN DE MANEJO OPERATORIO

La anestesia para pacientes que se someten a una escisión de un paraganglioma aórtico es un esfuerzo multidisciplinario. Una revisión de un solo centro de la extirpación quirúrgica de paragangliomas cardíacos reveló que los desafíos interoperatorios comunes incluyen sangrado debido a la vascularización del tumor y la necesidad de una resección extensa, isquemia miocárdica debido a una lesión coronaria y vasoplejía después de la extirpación del tumor. 28Nuestro plan perioperatorio para este paciente fue diseñado para reducir los riesgos de estimulación y manipulación del tumor, sangrado con la extirpación, daño a las estructuras adyacentes y efectos hemodinámicos adversos después de la escisión. Se administró alfabloqueo farmacológico preoperatorio para reducir el riesgo de crisis hipertensiva asociada con la inducción de la anestesia y con la manipulación del tumor durante la escisión.

 

Durante la cirugía, hicimos un esfuerzo por preservar la raíz aórtica nativa quitando el tumor de la pared de la aorta ( Figura 4B ). Sin embargo, los márgenes resultaron positivos para células tumorales, por lo que realizamos una operación más radical, que implicó la resección de los senos de Valsalva y la válvula aórtica. La raíz aórtica se reconstruyó con un conducto de válvula mecánica.

 

Las imágenes coronarias preoperatorias habían mostrado un estrechamiento proximal de la arteria coronaria descendente anterior izquierda; la arteria torácica interna izquierda se utilizó para derivar la estenosis. La arteria coronaria derecha proximal estaba encerrada por el tumor y se sacrificó de manera planificada. La reconstrucción coronaria se realizó con un segmento de vena safena, en lugar de un segmento de arteria torácica interna derecha; si se requiere que la arteria torácica interna derecha transporte toda la carga circulatoria hasta que el vaso se haya dilatado y madurado, puede ocurrir hipoperfusión. El tumor afectaba el tracto de salida anterior del ventrículo derecho, que fue extirpado y reconstruido con un parche de pericardio bovino.

 

El destete y la salida del bypass cardiopulmonar se manejaron con la administración de norepinefrina adicional y transcurrieron sin incidentes. La ecocardiografía transesofágica reveló función normal de los ventrículos y de la válvula mecánica recién implantada. El paciente fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos.

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

La muestra tumoral resecada inicial se recibió en el laboratorio de secciones congeladas para la evaluación microscópica del margen entintado. El examen macroscópico de la muestra mostró una masa gomosa bien delimitada con una superficie exterior parcialmente brillante. El corte reveló una superficie de corte de color marrón sólido con una banda fibrótica central de color blanco tostado ( Figura 5A ). Una sección congelada de la lesión hasta el margen de resección mostró tumor en el margen entintado. Un espécimen enviado posteriormente que estaba etiquetado como "margen nuevo" se recibió solo para un examen histológico permanente.

 


Figura 5. Muestra de la masa resecada.

Una sección de la muestra macroscópica (Panel A) muestra fibrosis central y el margen de resección en tinta negra. La tinción con hematoxilina y eosina muestra arquitectura de zellballen (Panel B), esclerosis con nidos infiltrantes de células tumorales (Panel C), células tumorales dispersas con marcada atipia endocrina (Panel D) y cardiomiocitos infiltrados por células tumorales (Panel E). Una tinción para cromogranina A es fuertemente positiva en células tumorales (Panel F). Una tinción S100 resalta las células sustentaculares (Panel G).

 

La tinción con hematoxilina y eosina de los portaobjetos incluidos en parafina y fijados con formalina de la masa reveló un patrón de crecimiento bien anidado (zellballen), una característica característica del paraganglioma ( Figura 5B ). Había un área central de esclerosis con nidos intercalados de células tumorales ( Figura 5C ), que correspondía a la fibrosis central observada en el examen macroscópico. Las células tumorales eran predominantemente de forma redonda a poligonal y tenían abundante citoplasma eosinófilo, núcleos ubicados centralmente, cromatina finamente granular ("sal y pimienta") y nucleolos pequeños; Se identificaron células marcadamente pleomórficas dispersas con macronucleolos, un hallazgo consistente con atipia endocrina ( Figura 5D ). Se observó que el tumor invadía focalmente el miocardio adyacente (Figura 5E ). La tinción inmunohistoquímica reveló que las células tumorales tenían una fuerte positividad difusa para los marcadores neuroendocrinos CD56 y cromogranina A ( Figura 5F ). Una inmunotinción S100 resaltó las células sustentaculares que rodeaban los nidos tumorales ( Figura 5G ). El índice de proliferación Ki-67 fue variable pero focalmente elevado. El margen final presentado por separado fue negativo para células tumorales.

 

DIAGNÓSTICO PATOLÓGICO

PARAGANGLIOMA CARDIACO.

 

DISCUSIÓN DE LA GESTIÓN A LARGO PLAZO

Debido a que se administró radioterapia preoperatoria, el margen positivo en la sección congelada intraoperatoria inicial no fue una preocupación por la siembra y, en última instancia, se logró un margen negativo. No se indicó radioterapia adyuvante, dado el margen negativo final y los riesgos potenciales asociados con la administración de dosis más altas de radiación al corazón en este paciente.

 

Dado que hasta el 40 % de los pacientes con paraganglioma tienen un síndrome familiar, se recomiendan 29 pruebas genéticas para todos los pacientes afectados para determinar el enfoque de seguimiento. Si la prueba genética es positiva, el paciente se sometería a una evaluación a largo plazo adaptada al síndrome familiar específico. Se encontró que este paciente tenía una mutación en la línea germinal en el gen que codifica la subunidad C de la succinato deshidrogenasa ( SDHC ), que se asocia con el síndrome de paraganglioma familiar 3.

 

Para los pacientes que tienen una mutación SDHC de la línea germinal , se deben realizar anualmente estudios por imágenes del sitio del tumor original para descartar cualquier evidencia de recurrencia local (si se extirpó el tumor original) o crecimiento (si el tumor original no se ha eliminado). sido eliminado). Las imágenes de otras partes del cuerpo que no contenían tumor en el momento del diagnóstico inicial se deben realizar cada 2 o 3 años. 30Por lo general, la resonancia magnética se realiza para limitar la exposición a la radiación. Sin embargo, la resonancia magnética es un desafío en pacientes con válvulas cardíacas mecánicas porque las válvulas son metálicas. Finalmente, se debe realizar un estudio de imagen funcional dedicado, más comúnmente tomografía por emisión de positrones (PET) y CT, cada 5 años. Datos recientes sugieren que la técnica más efectiva (PET con fluorodesoxiglucosa versus PET con dotatato) puede variar, dependiendo del síndrome familiar específico. 31

 

También es importante que los pacientes que tienen una mutación SDHC de la línea germinal se sometan a pruebas bioquímicas anuales para detectar cualquier evidencia de recurrencia. Esto implica más comúnmente la medición de metanefrinas en plasma. Sin embargo, para tumores productores de dopamina, como el tumor de este paciente, se recomienda la medición de catecolaminas y metanefrinas fraccionadas en una muestra de orina de 24 horas. Finalmente, los pacientes deben controlar su presión arterial con regularidad y someterse a controles de presión arterial en todas las visitas de seguimiento.

 

SEGUIMIENTO

Este paciente completó la rehabilitación cardíaca sin complicaciones. Sobre la base de los resultados de la prueba de esfuerzo cardiopulmonar, se le dio al paciente una estrategia para reanudar la carrera que le permitió entrenar con éxito y completar una maratón. Cuatro años después del diagnóstico inicial, no ha tenido evidencia de recurrencia local o a distancia en la TC. Permanece asintomático y continúa tomando anticoagulación oral para su válvula aórtica mecánica.

 

El paciente: Recientemente completé la carrera número 125 del maratón de Boston. Un mes después de mi operación, solo podía correr media milla y, a los 2 años, solo podía correr 2 millas. Durante los últimos meses, trabajé en estrecha colaboración con mi cardiólogo y, con su guía, agregué 1 milla por semana a medida que avanzaba hacia el maratón.

 

DIAGNOSTICO FINAL

PARAGANGLIOMA CARDÍACO CON UNA MUTACIÓN GERMINAL EN EL GEN QUE CODIFICA LA SUBUNIDAD C DE LA SUCCINATO DESHIDROGENASA ( SDHC ).

 

 

 

 

Traducción de:

 "A 38-Year-Old Man with Exertional Chest Discomfort"

J. Sawalla Guseh, II, M.D., Anushri Parakh, M.D., Yen-Lin E. Chen, M.D., Thoralf M. Sundt, M.D., Michael G. Fitzsimons, M.D., Nikolaos Stathatos, M.D., and Cynthia Harris, M.D.

 

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2211360?query=featured_home

 

 

References (31)

1.Edwards SL, Beesley J, French JD, Dunning AM. Beyond GWASs: illuminating the dark road from association to function. Am J Hum Genet 2013;93:779-797.

 

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jueves, 29 de diciembre de 2022

Casos Clínicos: Lesiones eritematosas en palmas en mujer de 60 años de edad.

 


Paciente femenina de 60 años de edad acude a la consulta presentando estás lesiones eritematosas a nivel de región palmar de más o menos 6 días de evolución, no pruriginosas, con leve dolor a la dígito presión. No refiere causa aparente. Se dedica a quehaceres domésticos. Cuida a niños. No posee antecedentes patológicos de importancia. Niega alergias. Residen en zona urbana. Se la ha manejado únicamente con corticoide tópico. Posible Diagnóstico y Manejo.




 



Dr. Diego Ruiz. Machala Ecuador



Las lesiones básicas se pueden describir como pápulas, placas y nódulos eritematovioláceas, distribuidos simétricamente en ambas palmas, afectando principalmente las eminencias tenar e hipotenar. Hemos visto muchas veces este tipo de lesiones que nos han enviado colegas en todos estos años en “El Rincón”. Mi primera impresión fue de la de perniosis. Sin embargo, considerando que estamos en verano en el Hemisferio Sur, y la ausencia de prurito, aunque no descarta el diagnóstico, creo que se aleja un poco esa probabilidad y nos obliga a plantear otros diagnósticos. Siempre que aparece bruscamente y en forma atípica una perniosis, se debe considerar “perniosis secundaria”, como la que suele verse en pacientes con COVID-19, ya que la perniosis está descripta como manifestaciones cutáneas de COVID-19, las hemopatías tales como paraproteinemias (mieloma, macroglobulinemia), pero también en enfermedades  autoinmunes, hepatitis viral o malignidad. También hay que considerar enfermedad por crioaglutininas, criofibrinogenemias o anticuerpos antifosfolípidos. Tal vez la causa de perniosis secundaria más prevalente sea la asociada a lupus eritematoso, el llamado “chilblain lupus erythematosus” donde suele asociarse a la paniculitis lúpica.

El síndrome de Sweet y la hidradenitis écrina neutrofílica, pueden dar lugar a lesiones similares a la que presenta esta paciente, aunque la ausencia de síntomas sistémicos como fiebre, aleja la probabilidad de Sweet.  

Creo que el caso amerita un examen clínico general, una cuidadosa historia de la enfermedad actual, interrogar sobre exposiciones a ambientes fríos y húmedos, un examen exhaustivo de piel en busca de algunos elementos sugestivos de lupus (lupus discoide, paniculitis lúpica, eritema en vespertilio, síndrome de Raynaud etc), la presencia de organomegalias (hepatomegalia, esplenomegalia, sugestivas de hemopatías). En la primera consulta también se debe descartar COVID-19 con test rápido o PCR de una muestra obtenida de VAS. Si el proceso no se resuelve espontáneamente en algunos días, o si empeorase, un examen completo de laboratorio, con recuentos celulares, frotis de sangre periférica, pruebas de función hepáticas y renales, y eventualmente serologías para virus hepatotropos, investigación de FAN, electroforesis sérica con inmunofijación, FR, investigación de crioaglutininas, crioglobulinas, anticuerpos antifosfolípidos. Raramente está indicada la biopsia de piel, que en el caso de perniosis no expresa manifestaciones de especificidad, aunque sí cuando se sospecha lupus eritematoso, la inmunofluorescencia en la biopsia de piel y la investigación de la banda lúpica pueden esclarecer el diagnóstico.

En cuanto al manejo de las lesiones, si los estudios no aclaran o detectan perniosis secundaria, y se concluye en perniosis primaria idiopática, en general lo que se indica es la protección contra el frío evitando ambientes húmedos, cesación del hábito de fumar si existiese, los corticoides tópicos y la nifedipina oral pueden tener un lugar en el tratamiento en casos muy sintomáticos.

 

 

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Casos Clínicos: Hemorragia Subconjuntival.

Paciente masculino de 79 años de edad sin antecedentes patológicos de importancia, sólo en tratamiento con carbamazepina por neuralgia del trigémino, acude hoy por presentar “sensación de arena en el ojo izquierdo”. No refiere traumatismos ni nada parecido en el ojo.



Muchas gracias por la oportunidad de publicar el caso.



 

 Dr. Silvio Parolin.

Caracas. Venezuela.

 



Se trata de una hemorragia subconjuntival espontánea (ya que el paciente no refiere ningún evento traumático), en este caso afectando la conjuntiva bulbar. Para saber si existe también compromiso de la conjuntiva tarsal, debiéramos realizar la maniobra de eversión del párpado. Las hemorragias subconjuntivales son comunes en los ancianos, y muchas veces (probablemente la mayoría), no revisten gravedad ni mal pronóstico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchas veces también, expresan condiciones de base que pueden ser serias, y el pronóstico dependerá de la causa específica involucrada. Hay que tener en cuenta que en los pacientes jóvenes (menores de 40 años), las hemorragias subconjuntivales son debidas muchas veces a traumas menores como los que representa el uso de lentes de contacto. En los ancianos siempre se debe descartar enfermedades sistémicas como la hipertensión arterial, diabetes, y coagulopatías (anticoagulados!!!), así como hay que interrogar sobre causas de aumento de la presión venosa (maniobra de Valsalva), secundaria a tos, vómitos, constipación etc. Una causa rara aunque un poco más prevalente en ancianos es la amiloidosis, a través de las alteraciones de la hemostasia que presenta esta entidad. En niños de menos de un año y desde el período neonatal, la presencia de hemorragia subconjuntival, obliga a descartar maltrato infantil.

El criterio médico, basado en una correcta historia clínica, y averiguación de antecedentes, hará que el médico decida si cabe una consulta con oftalmología, lo cual está siempre indicada cuando existe sospecha de trauma con lesión del globo, penetración intraorbitaria, cuerpos extraños incrustados etc. Si no pasa nada de esto, y el paciente no presenta ninguna enfermedad o condición de base, no está anticoagulado etc, las hemorragias subconjuntivales espontáneas se resuelven solas y sin secuela en 2 o 3 semanas.

 


Figura. Anatomía de la Conjuntiva

La conjuntiva es un tejido delgado y transparente que cubre la superficie exterior del ojo. Consta de dos partes continuas, una en la superficie interna del párpado (la conjuntiva tarsal) y la otra sobre la esclerótica (la conjuntiva bulbar). Estos están delineados en el dibujo como una línea rosada delgada.

 

La conjuntiva se divide convencionalmente en dos secciones:

  • Conjuntiva bulbar que cubre la esclerótica
  • Conjuntiva tarsal que cubre el interior de los párpados.

La conjuntiva tiene múltiples funciones, incluida la producción de componentes de la película lagrimal y la función de barrera contra las infecciones.

martes, 27 de diciembre de 2022

Mujer de 39 años con dolor abdominal y fiebre durante el posparto.

 Una mujer de 31 años ingresó en este hospital 15 días después del nacimiento de su primer hijo debido a dolor abdominal y fiebre.

 

La paciente había recibido atención prenatal de rutina en este hospital. El cribado serológico durante el embarazo mostró inmunidad a la rubéola. El cultivo rectovaginal fue positivo para estreptococos del grupo B. Las pruebas para sífilis, antígeno de superficie del virus de la hepatitis B, gonorrea, clamidia y virus de la inmunodeficiencia humana fueron negativas.

 

Dieciséis días antes de este ingreso, la paciente entró en trabajo de parto a las 38 semanas 1 día de gestación. Ella fue ingresada en este hospital. El recuento de glóbulos blancos fue de 13.800 por microlitro (rango de referencia, 4500 a 11.000), y el nivel de hemoglobina fue de 14,0 g por decilitro (rango de referencia, 12,0 a 16,0); Se inició tratamiento con penicilina intravenosa. El día 2 del hospital, se administró un agente anestésico epidural. La ruptura artificial de las membranas reveló un líquido claro e inodoro y se inició la infusión de oxitocina. Seis horas después de la ruptura artificial de las membranas, la paciente dio a luz a un bebé sano por parto vaginal. Tres minutos más tarde, la placenta salió intacta. Inmediatamente después del parto ocurrió una hemorragia por atonía uterina; hubo una pérdida de sangre estimada de 500 ml. Se realizó masaje bimanual del útero, y se administraron oxitocina y metilergonovina; Posteriormente se logró la hemostasia. Se reparó una laceración perineal. La paciente inició lactancia materna y el día 1 posparto fue dada de alta.

 

Seis días antes de la admisión actual, el día 9 posparto, desarrolló dolor en el cuadrante superior izquierdo. El dolor era sordo, irradiado al flanco izquierdo y la espalda, y empeoraba con el movimiento y la respiración profunda. La paciente se presentó en una clínica local de atención de urgencia; se obtuvo orina para cultivo y se inició tratamiento empírico con amoxicilina-clavulánico.

 

Cinco días antes de este ingreso, el día 10 posparto, persistía el dolor abdominal y desarrolló fiebre con temperatura temporal de 38,3°C. La paciente buscó evaluación en el servicio de urgencias de este hospital. Calificó el dolor abdominal en 10 en una escala de 0 a 10, donde 10 indica el dolor más intenso. Una revisión de los sistemas se destacó por náuseas y loquios mínimos; no había diarrea, estreñimiento, disuria, hematuria o sensibilidad mamaria.

 

En el examen, el abdomen estaba blando y había una leve sensibilidad a la palpación del cuadrante superior izquierdo, el fondo uterino, la región suprapúbica y el ángulo costovertebral izquierdo. El examen pélvico, incluido el examen con el uso de un espéculo, no reveló dehiscencia, drenaje o hematoma en el sitio de la reparación de la laceración perineal ni secreción del orificio cervical; había leve sensibilidad al movimiento cervical. El recuento de glóbulos blancos fue de 20.700 por microlitro. El nivel de hemoglobina era de 11,4 g por decilitro. Se obtuvieron hemocultivos. El urocultivo obtenido en la clínica de urgencias fue positivo para estreptococo del grupo B. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. Se inició tratamiento con ceftriaxona y la paciente ingresó en el hospital por presunta pielonefritis. El día 3 del hospital, cuando la fiebre y el dolor abdominal desaparecieron, fue dada de alta para completar un ciclo de amoxicilina.

 


Tabla 1. Datos de laboratorio.

 

Durante los 2 días posteriores, continuó tomando amoxicilina en su domicilio, pero retornó la fiebre y el dolor abdominal y de flanco. El día 15 posparto, cuando el dolor no disminuyó después de tomar acetaminofén, regresó al servicio de urgencias de este hospital.

 

El historial médico del paciente incluía displasia cervical de alto grado que había llevado a un procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa 5 años antes, así como un quiste ovárico roto 3 años antes y nefrolitiasis en el lado izquierdo 5 meses antes. La paciente no había estado embarazada antes del embarazo reciente; antes de este embarazo había tomado anticonceptivos orales durante 12 años. Tomaba vitaminas prenatales, así como polietilenglicol, docusato, paracetamol e ibuprofeno según las necesidades. No tenía alergias conocidas a medicamentos. Vivía con su esposo y su bebé recién nacido en un área urbana de Nueva Inglaterra y trabajaba como gerente de oficina. No fumaba tabaco, no bebía alcohol ni consumía drogas ilícitas. Su madre tenía esclerosis múltiple y su padre enfermedad de las arterias coronarias; su hermano estaba sano.

 

En el examen, el abdomen estaba blando y había sensibilidad leve en el cuadrante superior izquierdo y en el ángulo costovertebral izquierdo. No había sensibilidad a la palpación del fondo uterino o de la región suprapúbica ni sensibilidad al movimiento cervical. El recuento de glóbulos blancos fue de 10.330 por microlitro. El nivel de hemoglobina fue de 11,2 g por decilitro, el nivel de alanina aminotransferasa (ALT) de 153 U por litro (rango de referencia, 7 a 33), el nivel de aspartato aminotransferasa (AST) de 44 U por litro (rango de referencia, 9 a 32) y el nivel de fosfatasa alcalina 194 U por litro (rango de referencia, 30 a 100). En la Tabla 1 se muestran otros resultados de pruebas de laboratorio . El paciente fue ingresado en este hospital. Al día siguiente, el nivel de hemoglobina disminuyó a 9,7 g por decilitro.

 

Se realizaron estudios adicionales y se hizo un diagnóstico.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

En el día 10 posparto, esta mujer de 31 años se presentó en el hospital con temperatura de 38,3 °C y dolor intenso en el cuadrante superior izquierdo. El diagnóstico diferencial para el dolor posparto y la fiebre es amplio. Las causas comunes generalmente se pueden agrupar en tres categorías principales: complicaciones posquirúrgicas, eventos trombóticos e infección.

 

COMPLICACIONES POSQUIRÚRGICAS

Es poco probable que esta paciente tuviera una complicación posquirúrgica después del parto vaginal. La mayoría de estas complicaciones (p. ej., dehiscencia uterina, hemorragia retroperitoneal o una lesión oculta en órganos cercanos) se deben al parto por cesárea. Aunque había tenido una laceración perineal, se encontró que la reparación estaba intacta.

 

EVENTOS TROMBÓTICOS

Una complicación trombótica también es improbable en este paciente. Aunque la probabilidad de eventos trombóticos es aproximadamente 20 veces más alta durante las primeras 2 semanas después del parto que 1 año después, 1 los antecedentes y los hallazgos del examen de esta paciente no sugieren trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. La tromboflebitis pélvica séptica y la trombosis de la vena ovárica son diagnósticos posibles, pero son más comunes después de un parto por cesárea que después de un parto vaginal y típicamente se manifiestan con dolor abdominal difuso o dolor en el cuadrante inferior derecho. La trombosis posparto de la vena ovárica es más común en el lado derecho que en el lado izquierdo debido a la compresión por la dextrorotación fisiológica del útero y la mayor longitud de la vena ovárica derecha, que drena directamente en la vena cava inferior.2

 

INFECCIÓN

¿La presentación de esta paciente podría deberse a una infección relacionada con la obstetricia, como la endometritis; infección asociada con retención de productos de la concepción, mastitis o absceso epidural; o infección en el sitio quirúrgico? Entre estos posibles diagnósticos relacionados con la infección, solo la endometritis es consistente con la historia y los hallazgos del examen de esta paciente; la tríada clásica de manifestaciones es fiebre, leucocitosis y dolor o sensibilidad abdominal. En pacientes con endometritis, el dolor o la sensibilidad generalmente se ubican cerca del fondo uterino y se asocian con secreción maloliente. Esta paciente no tiene factores de riesgo comunes para esta condición, como el parto por cesárea (que se asocia con un riesgo de endometritis de 10 a 30 veces mayor que el asociado con el parto vaginal) 3o trabajo de parto prolongado. 4

 

Varias infecciones no relacionadas con la obstetricia, como apendicitis, pielonefritis y colecistitis, también son comunes durante el período posparto. El dolor abdominal en el lado izquierdo de este paciente que se asocia con sensibilidad en el ángulo costovertebral, en combinación con un urocultivo positivo, es consistente con un diagnóstico de pielonefritis. La pielonefritis es común durante el embarazo debido a la relajación del músculo liso mediada por hormonas y la compresión uterina extrínseca, que aumentan la estasis urinaria. Esta paciente también tiene antecedentes de nefrolitiasis, lo que aumenta su riesgo de infecciones complicadas del tracto urinario, y el antibiótico oral que tomó esta paciente habría tratado muchas causas de cistitis. Sin embargo, el número de glóbulos blancos en la orina (20 a 50 por campo de gran aumento) no es tan alto como cabría esperar en un paciente con pielonefritis y no había nitritos en la orina. El cultivo de orina positivo para estreptococos del grupo B podría haber sido un reflejo de la colonización conocida de la paciente con estreptococos del grupo B, un hallazgo que se basó en el cultivo rectovaginal que se había obtenido durante el embarazo.

 

CAUSAS POCO FRECUENTES DE DOLOR ABDOMINAL

En el día 15 posparto, la paciente seguía teniendo dolor clínicamente significativo en el cuadrante superior izquierdo. En este punto, me preocuparían las causas poco frecuentes de dolor en el cuadrante superior izquierdo, como el infarto esplénico, la torsión debida a un bazo errante o la ruptura de un aneurisma de la arteria esplénica. Sin embargo, el paciente no tiene factores de riesgo de complicaciones esplénicas, como traumatismos, enfermedad de células falciformes o un trastorno del tejido conjuntivo, y los resultados de las pruebas de función hepática fueron anormales, lo que no esperaría en un paciente con una complicación esplénica. Aunque la fosfatasa alcalina es producida por la placenta y el nivel suele estar elevado durante el embarazo, vuelve rápidamente a un nivel normal después del parto. Además, el nivel de hemoglobina disminuyó de 11,2 g por decilitro a 9,7 g por decilitro durante el ingreso actual. En ausencia de sangrado vaginal en curso, que presumiblemente la paciente no tiene, me preocuparía mucho el sangrado interno y realizaría estudios de imagen abdominales.

 

Imágenes abdominales

Una ecografía transversal del lóbulo hepático izquierdo ( Figura 1A ) mostró una gran lesión heterogénea exofítica. La tomografía computarizada (TC) ( Figura 1B y 1C ), realizada antes y después de la administración de contraste oral e intravenoso, confirmó la presencia de una masa exofítica que surge del lóbulo hepático izquierdo y ejerce un efecto de masa sobre el estómago. La masa medía 11,1 cm por 9,5 cm por 10,8 cm y contenía material espontáneamente hiperdenso que no realzaba tras la administración de material de contraste, hallazgo compatible con hematoma. Dentro de la masa también se observaron un gran componente sin realce, que probablemente era necrótico, y algunos componentes periféricos que realzaban vívidamente.

 

No había dilatación biliar en el lóbulo hepático izquierdo. No se identificaron signos radiológicos de cirrosis, linfadenopatía o metástasis peritoneales o de otro tipo.

 


Figura 1. Estudios de Imagen del Abdomen.

Una imagen ecográfica transversal del lóbulo izquierdo del hígado (Panel A) muestra una gran lesión heterogénea exofítica (flechas). Las imágenes de TC obtenidas antes (Panel B) y después (Panel C) de la administración de material de contraste oral e intravenoso confirman una gran masa exofítica (flechas) que surge del lóbulo hepático izquierdo y ejerce un efecto de masa sobre el estómago. La masa contiene material espontáneamente hiperdenso que no realza después de la administración del material de contraste (asteriscos) y es consistente con un hematoma, un componente grande que no realza y que muy probablemente es necrótico (círculos) y algunos componentes periféricos que realzan vívidamente (puntas de flecha).

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DESPUÉS DE IMÁGENES ABDOMINALES

Las complicaciones hepáticas que son específicas del embarazo incluyen la preeclampsia con características graves, el síndrome HELLP (hemólisis, niveles elevados de enzimas hepáticas y recuento bajo de plaquetas) y el hígado graso agudo del embarazo.

 

SÍNDROME HELLP

El síndrome HELLP puede complicarse con la formación de un hematoma subcapsular, aunque tal evento es raro (<1% de los casos). 6 Se cree que el proceso fisiopatológico de formación de hematoma subcapsular comienza con microangiopatía y vasoespasmo que a su vez conducen al desarrollo de lesiones intrahepáticas isquémicas. La neovascularización se complica con hemorragia en el contexto de hipertensión lábil. Esta sangre intrahepática se acumula en el espacio subcapsular, lo que puede causar dolor a medida que la cápsula de Glisson se estira e incluso puede provocar la ruptura de la cápsula con una hemorragia intraabdominal potencialmente catastrófica. 6-8¿Podría este paciente tener un hematoma subcapsular como resultado del síndrome HELLP? Este diagnóstico es poco probable, dado que no tiene otras características de preeclampsia severa o síndrome HELLP; ella es normotensa y no tiene otras anomalías de laboratorio, como hemólisis (el nivel de bilirrubina total es normal) o trombocitopenia. Además, este ingreso es de 15 días después del parto; aunque la preeclampsia severa y el síndrome HELLP pueden ocurrir durante el puerperio, su aparición como primera presentación sería inusual más de 2 semanas después del parto.

 

HÍGADO GRASO AGUDO DEL EMBARAZO

El hígado graso agudo del embarazo es una complicación poco común: ocurre en 1 de cada 1000 a 1 de cada 35 000 partos 9— que resulta de una acumulación de metabolitos de ácidos grasos en los hepatocitos debido a defectos en el metabolismo de los ácidos grasos. El hígado graso agudo del embarazo puede asociarse con deficiencia fetal de 3-hidroxiacil-coenzima A deshidrogenasa de cadena larga. Si el feto es homocigoto para la mutación genética que causa esta deficiencia enzimática y, por lo tanto, la madre es portadora obligada, los metabolitos de ácidos grasos se acumulan en el hígado fetal y, en última instancia, en el hígado materno. El diagnóstico de hígado graso agudo del embarazo es poco probable en esta paciente porque se diagnostica con mucha más frecuencia en el tercer trimestre o durante el posparto inmediato. Además, los hallazgos de imagen de la paciente no son consistentes con este diagnóstico, ya que hubiera esperado la presencia de un infiltrado graso difuso. Es más, los resultados de sus pruebas de laboratorio no son consistentes con este diagnóstico; El hígado graso agudo del embarazo se asocia con disfunción hepática marcada que conduce a hipoglucemia clínicamente significativa, niveles elevados de bilirrubina, trombocitopenia y elevaciones en los resultados de las pruebas de función hepática, que suelen ser muchas veces superiores al límite superior del rango normal.10

 

INFARTO HEPÁTICO

¿Qué pasa con otras enfermedades del hígado que no son específicas del embarazo? Consideraría cuatro categorías principales: lesiones benignas, cáncer, infección e infarto. ¿Podría este paciente tener un infarto hepático? Tuvo un aumento del sangrado posparto y es posible que haya desarrollado un infarto isquémico. Sin embargo, no tiene otras complicaciones hipovolémicas, como el síndrome de Sheehan (necrosis de la glándula pituitaria anterior después de una hemorragia posparto), y si tuviera un infarto hepático, hubiera esperado un patrón en forma de cuña en las imágenes.

 

ABSCESO HEPÁTICO

¿Podría haberse desarrollado un absceso hepático en este paciente? Este diagnóstico parece poco probable; ella no tiene factores de riesgo de absceso hepático (tuvo un parto vaginal sin infección pélvica), y una lesión grande como la que se observa en esta paciente normalmente ocurriría junto con múltiples abscesos intrabdominales, un alto grado de leucocitosis y sepsis.

 

NEOPLASIAS

Esta paciente no tiene antecedentes de cáncer, lo que hace que la enfermedad hepática metastásica sea poco probable, y no tiene factores de riesgo (como cirrosis o hepatitis crónica) para el carcinoma hepatocelular. Es posible que tenga un cáncer primario raro, como linfoma o colangiocarcinoma, pero yo esperaría que una paciente con cáncer presente ictericia o una masa incidental en lugar de dolor y fiebre. Además, la masa es hemorrágica, lo que también sería inusual para el cáncer.

 

LESIONES BENIGNAS

Por lo tanto, el diagnóstico más probable en este paciente es una lesión hepática benigna, como hemangioma, hiperplasia nodular focal o adenoma. Aunque los hemangiomas y la hiperplasia nodular focal del hígado pueden crecer como resultado de la exposición a los estrógenos durante el embarazo, los hallazgos de imagen de la paciente no son característicos de estas lesiones y tales lesiones no tienden a sangrar.

 

Los adenomas hepáticos, aunque poco comunes en general, son más comunes entre las mujeres que entre los hombres y son hasta 30 o 40 veces más comunes entre los usuarios a largo plazo de anticonceptivos orales que entre los que no usan anticonceptivos orales. 11 Esta paciente usó anticonceptivos orales durante 12 años. También se sabe que los adenomas hepáticos crecen como resultado de la exposición a los estrógenos durante el embarazo y se complican con sangrado en hasta el 30% de todos los casos. Los factores de riesgo de sangrado incluyen el embarazo y una lesión grande; se considera que las lesiones mayores de 5 cm confieren un mayor riesgo, y la lesión de este paciente tenía más del doble de ese tamaño. Además, los adenomas del lado izquierdo del hígado (segmentos 2 y 3) tienen más del doble de probabilidades de sangrar que los del lado derecho, lo cual es consistente con el dolor abdominal del paciente en el lado izquierdo. La leucocitosis y la fiebre podrían explicarse por la inflamación general de la hemorragia, pero también podrían ser compatibles con un subtipo inflamatorio de adenoma hepático.

 

Hay tres subtipos principales de adenomas hepáticos: el subtipo asociado con la mutación de HNF1A (el gen que codifica el factor nuclear 1A del hepatocito), el subtipo asociado con la activación de beta-catenina y el subtipo inflamatorio. El subtipo inflamatorio está asociado con niveles elevados de marcadores inflamatorios en la sangre y también es el subtipo que es más probable que cause sangrado. 13 Los adenomas hepáticos son típicamente lesiones indoloras, pero en el contexto de sangrado agudo y estiramiento de la cápsula hepática, esperaría que hubiera dolor. Dada la gran lesión y la hemorragia asociada, recomendaría la resección quirúrgica de la lesión.

 

IMPRESIÓN CLÍNICA Y MANEJO

Los aspectos de la presentación inicial de la paciente eran confusos. La bacteriuria por estreptococos del grupo B, la temperatura de 38,3 °C, el recuento de glóbulos blancos de 20.700 por microlitro, el dolor en el costado izquierdo y la aparente sensibilidad en el ángulo costovertebral sugerían pielonefritis. Aunque el análisis de orina inicial no reveló tantos glóbulos blancos como sería típico de una pielonefritis, la paciente había iniciado un ciclo de tratamiento empírico con amoxicilina-clavulanato después de su visita de urgencias (6 días antes de la admisión actual), por lo que era posible que la infección fue parcialmente tratada. Aunque la leve sensibilidad a la palpación del fondo uterino podría haber sido indicativa de endometritis, el parto vaginal, la ausencia de ruptura artificial prolongada de las membranas, el parto espontáneo de una placenta intacta, y la ausencia de sensibilidad al movimiento cervical en el examen hizo que el diagnóstico de endometritis fuera poco probable. Durante el ingreso inicial por sospecha de pielonefritis en el día 10 posparto, la paciente fue tratada con ceftriaxona intravenosa y el dolor y la fiebre se resolvieron inicialmente. Fue dada de alta a su casa el día 3 del hospital para completar el resto de un curso oral de amoxicilina, pero regresó al hospital después de que reapareciera el dolor abdominal y la fiebre, a pesar del uso continuado de amoxicilina.

 

Luego de que la paciente presentara por tercera vez estos síntomas, el día 15 posparto se realizó TAC de abdomen y pelvis; se identificó una masa heterogénea con atenuación mixta en el lóbulo hepático izquierdo. El recuento de glóbulos blancos fue de 10 330 por microlitro en la readmisión, una disminución de un nivel de 20 700 por microlitro obtenido 5 días antes. Esta disminución en el recuento de glóbulos blancos puede haber sido el resultado del tratamiento parcial de una infección del tracto urinario superpuesta. El nivel de hemoglobina fue de 11,2 g por decilitro al ingreso el día 15 posparto, pero disminuyó a 9,7 g por decilitro en la repetición de la prueba, un hallazgo que se pensó que indicaba una hemorragia en la masa hepática, dado el aumento del dolor abdominal y no se identificó otra fuente de sangrado. . Los niveles en sangre de marcadores tumorales (incluyendo alfa-fetoproteína, antígeno carcinoembrionario, y el antígeno carbohidrato 19-9) resultaron ser normales, lo que redujo, pero no eliminó, la posibilidad de cáncer. Los resultados de las pruebas de función hepática fueron elevados, con un nivel de AST de 44 U por litro y un nivel de ALT de 153 U por litro. La revisión de los resultados de las pruebas de función hepática de la paciente obtenidos 3 años antes, fuera del embarazo, también revelóniveles elevados de AST y ALT (44 U por litro y 40 U por litro, respectivamente), lo que sugiere la posibilidad de un proceso prolongado con un cambio relativamente reciente en el embarazo.

 

Después de considerar los hallazgos en las imágenes abdominales y los niveles normales de marcadores tumorales, el diagnóstico de sospecha fue adenoma hepático. Se consultó al servicio de cirugía general. Dado el tamaño de la masa y la disminución del nivel de hemoglobina, hallazgos que sugerían hemorragia intralesional, se recomendó la resección quirúrgica. El segundo día de hospitalización, el paciente se sometió a laparotomía exploratoria, segmentectomía lateral izquierda y resección de una masa hepática (que medía 16 cm por 13 cm) que afectaba el segmento lateral izquierdo del hígado y el hemidiafragma izquierdo. La transfusión de sangre se consideró innecesaria. Se recuperó bien y fue dada de alta a su casa el día 5 del hospital.

 

DIAGNOSTICO CLÍNICO PRESUNTIVO

ADENOMA HEPÁTICO, MUY PROBABLEMENTE UN SUBTIPO INFLAMATORIO.

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

Recibimos una muestra de resección que comprende una porción del hígado (con un peso de 760 gy una longitud de 15,9 cm) y el hemidiafragma adjunto ( Figura 2 ). La superficie capsular hepática era lisa y sin brillo. La sección del espécimen reveló una masa de 15,9 cm que era predominantemente hemorrágica con una superficie de corte necrótica central, suave, de color canela a amarillo; la masa se localizaba a 0,2 cm del margen hepático seccionado ya 0,3 cm del margen diafragmático. El cincuenta por ciento de la masa era hemorrágica y aproximadamente el 30% estaba necrótica, con posible tumor viable a lo largo de la periferia de la muestra.

 


Figura 2. Muestra de resección hepática para examen macroscópico.

En el examen macroscópico, la masa resecada solitaria mide 15,9 cm de longitud, es hemorrágica y se encuentra confinada al hígado (Panel A). La superficie cortada es de bronceado a amarillo, suave y centralmente necrótica (Panel B).

 

El examen histológico reveló un tumor hepático benigno microscópicamente encapsulado con vasos de paredes gruesas no apareados ( Figura 3A y 3B ). Las trabéculas hepáticas en el tumor eran uniformemente de 1 a 2 células de espesor sin atipia citológica y sin mitosis discernibles. Se realizó una tinción inmunohistoquímica para caracterizar aún más el tumor. Las células tumorales mostraron expresión retenida de la proteína de unión a ácidos grasos del hígado (no se muestra), expresión membranosa de beta-catenina (no se muestra), tinción focal mínima perivascular y parenquimatosa con glutamina sintetasa en la periferia del tumor ( Figura 3C ) y tinción irregular con amiloide sérico A ( Figura 3D). Las características morfológicas generales y los hallazgos inmunohistoquímicos respaldaron el diagnóstico de adenoma hepático de tipo inflamatorio con necrosis isquémica asociada y hemorragia extensa. El tumor estaba confinado al hígado, con adherencias entre la cápsula hepática y el diafragma.

 


Figura 3. Muestra de resección hepática para examen microscópico.

En el examen microscópico, la tinción con hematoxilina y eosina muestra un tumor hepático benigno microscópicamente encapsulado (Panel A). Se identifican numerosos vasos de paredes gruesas no apareados en el tumor (Panel B). Se observa que las trabéculas hepáticas tienen un grosor de 1 a 2 células. Las inmunotinciones muestran positividad de células tumorales muy focalizadas para la glutamina sintetasa (Panel C) y tinción irregular con amiloide A sérico (Panel D).

 

DIAGNÓSTICO PATOLÓGICO

ADENOMA HEPÁTICO, TIPO INFLAMATORIO, CON NECROSIS ISQUÉMICA ASOCIADA Y HEMORRAGIA EXTENSA.

 

SEGUIMIENTO

La paciente fue vista en la clínica 8 semanas después del parto. No refirió dolor abdominal ni otros síntomas. Debido a que la anticoncepción que contenía estrógenos estaba contraindicada dado el diagnóstico de adenoma hepático, 14 se colocó un implante de etonogestrel (solo progesterona) para la anticoncepción posparto. El paciente continuó teniendo resultados ligeramente elevados en las pruebas de función hepática; el nivel de ALT fue de 48 U por litro y el nivel de AST de 33 U por litro. El servicio de cirugía general recomendó repetir la resonancia magnética o la TC si la paciente se vuelve sintomática, y el servicio de obstetricia recomendó la resección de cualquier adenoma más grande (es decir, una lesión > 5 cm) antes de cualquier embarazo posterior.

 

DIAGNOSTICO FINAL

ADENOMA HEPÁTICO.

 

Traducción de:

A 31-Year-Old Woman with Postpartum Abdominal Pain and Fever

Sarah E. Little, M.D., M.P.H., Onofrio A. Catalano, M.D., Ph.D., Andrea G. Edlow, M.D., and Stuti G. Shroff, M.B., B.S., Ph.D.

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2211363

 

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