viernes, 26 de febrero de 2021

MUJER DE 58 AÑOS CON PÉRDIDA DE VISIÓN, CEFALEA Y ÚLCERAS ORALES.

Una mujer de 58 años fue ingresada en este hospital por pérdida de la visión en el ojo derecho, pérdida aguda progresiva de la visión en el ojo izquierdo, dolores de cabeza, y rash cutáneo.

Cuatro años antes de la admisión, un rash maculopapular marrón, no doloroso, no pruriginoso apareció en el tronco. Aproximadamente 4 semanas después, la erupción se había resuelto; sin embargo, habían aparecido pápulas eritematosas, dolorosas y descamativas en las manos y en los espacios interdigitales entre los dedos, y úlceras aftosas orales y nasales. Durante las siguientes semanas, las lesiones de la mano y las úlceras nasales  nariz se resolvieron espontáneamente. Las úlceras orales aumentaban y disminuían de tamaño  de forma intermitente.

Tres años y medio antes de la admisión actual, se identificaron pinguéculas temporales bilaterales   en el examen oftalmológico de rutina. Aproximadamente 18 meses después, desarrolló dolor y enrojecimiento en ambos ojos; la paciente recibió un diagnóstico de úlceras conjuntivales bilaterales y fueron prescriptos colirios de prednisolona. Cuatro semanas después, regresó a  oftalmología refiriendo dolores de cabeza en el lado derecho y 3 días de visión borrosa bilateral, fotofobia que la obligó a usar lentes de sol dentro de su casa, y enrojecimiento y dolor en el ojo derecho. Ella calificó el dolor ocular como 8 en una escala de 0 a 10, donde 10 indica el dolor más severo. Le recetaron gotas para los ojos de bromfenaco y la derivaron a un oftalmólogo especialista  en uveítis. El examen por el especialista en uveítis arrojó un diagnóstico de  escleritis en el ojo derecho y úlceras orales; se reanudaron las gotas para los ojos de prednisolona y se prescribió piroxicam oral.

Durante las siguientes 4 semanas, la visión borrosa y la fotofobia disminuyeron.

Cinco semanas después (21 meses antes del ingreso), se evaluó a la paciente en  reumatología de este hospital por agravamiento de úlceras bucales y  visión borrosa recurrente en el ojo izquierdo que había desarrollado a medida que se disminuía la dosis de glucocorticoides.

El examen fue notable por úlceras aftosas en la lengua y varia erosiones nasales. Niveles sanguíneos de electrolitos, nitrógeno ureico, creatinina, calcio, proteínas totales, albúmina, y globulina y los resultados de las pruebas de función hepática fueron normales. Pruebas de anticuerpos antinucleares, factor reumatoide, ANCA  y anti-péptido cíclico citrulinado fueron negativos; otros resultados de las pruebas de laboratorio se muestra en la Tabla 1.

 

 




Tabla 1.

 

Un mes después, la paciente regresó a la consulta de oftalmología para seguimiento. Ella refirió dolor en el ojo izquierdo (calificado como 7 de de 10), visión borrosa recurrente y fotofobia. El examen reveló nueva escleritis en el ojo izquierdo.

Durante los siguientes 6 meses, la paciente no  pudo eliminar completamente la terapia con glucocorticoide debido a asma crónica y empeoramiento de las ulceraciones orales que se producían con las reducciones de la medicación. Azatioprina,  adalimumab, y  glucocorticoides intravítreos fueron administrados  para la escleritis y las úlceras orales. Dado que un estudio para HLA-B51 fue positivo, se estableció un diagnóstico de  enfermedad de Behçet atípica.

Durante los siguientes  2 meses (13 a 12 meses antes del ingreso actual), se administraron dos dosis de rituximab para el dolor ocular persistente, visión borrosa, y fotofobia.

Durante los siguientes  10 meses (12 a 2 meses antes del ingreso), la paciente tuvo visitas de seguimiento mensual por dolor persistente en ambos ojos y enrojecimiento de los ojos  que empeoraba o mejoraba,  visión borrosa y fotofobia. Los tratamientos que se administraron incluida  terapia de pulso con glucocorticoides en dosis altas, dos dosis adicionales de rituximab con ciclofosfamida y ciclosporina, que causó un empeoramiento de las erupciones en las piernas y ulceraciones. Mientras el paciente estaba recibiendo rituximab, se obtuvo una muestra de sangre para estudios de citometría de flujo. Había 46 células T CD4 + CD3 +  por milímetro cúbico (rango de referencia, 419 a 1590) y 97 células T CD8 + CD3 + por milímetro cúbico (rango de referencia, 190 a 1140).  El porcentaje de linfocitos totales fue del 3%, y no se detectaron células B.

Dos meses antes del ingreso,  un examen oftalmológico  reveló nueva iridociclitis bilateral; los hallazgos fueron más prominentes en el ojo izquierdo que en el derecho.  Se administraron gotas de loteprednol y tocilizumab, para los ojos y la iridociclitis se resolvió.

Cuatro semanas después, la paciente notó una disminución de visión en su ojo derecho. El examen oftalmológico del ojo derecho reveló nueva panuveítis, con un grado celular de 2+ en la cámara anterior, un grado celular de 0.5+ en el vítreo anterior, y neblina vítrea, así como retinitis. Los resultados de la angiografía con fluoresceína fue normal. Se continuó con gotas de l y tocilizumab  para los ojos.

Dos semanas después, un examen oftalmológico del ojo derecho reveló un grado celular de 3+ en cámara anterior, un grado celular de 1+ en el vítreo anterior, un grado de neblina de 1+ en el vítreo, y nueva coriorretinitis; se comenzó con prednisona en dosis altas. Una semana después, aunque la iritis y la escleritis estaban disminuyendo en ambos ojos, había nueva retinitis en la cara inferior del ojo derecho (Fig. 1). Se colocó un implante de  dexametasona intravítrea  y se administró infliximab.

 


Figura 1. Fotografía del fondo de ojo.

Una fotografía de campo amplio obtenida en el examen funduscópico del ojo derecho muestra neblina central debido a vitreitis, atrofia de retina inferonasal y nasal retinitis punteada superficial (flecha).

 

Se muestran los resultados de las pruebas de laboratorio en la Tabla 1.

Tres días después (6 días antes de la admisión), la paciente tenía visión disminuida en el ojo izquierdo y empeoramiento de los dolores de cabeza, que se produjeron en una distribución bifrontal. Estos síntomas estaban  asociados con lagrimeo, dolor nasal y náuseas. Además, comenzó una erupción dolorosa y descamativa en la parte inferior de las piernas que se extendía proximalmente,  acompañado de una peladura ( peeling),  doloroso de sus manos. Los dolores de cabeza y los dolores en  manos y piernas no respondieron al ibuprofeno y paracetamol. Dos días antes de la admisión, la paciente tenía visión disminuida en ambos ojos con fotofobia asociada y dolor ocular punzante. Fue admitida en el servicio médico de este hospital.

La paciente tenía una historia de asma de 20 años que la había llevado a múltiples hospitalizaciones, así como a tratamiento con cursos prolongados de glucocorticoides, que se complicaron con osteoporosis e hiperglucemia. Ella había tenido espontáneo neumotórax a los 20 años, enfermedad por reflujo gastroesofágico, cambios fibroquísticos y fibroadenoma de mama e hipertensión. Su historia ocular también incluía disfunción de la glándula de Meibomio y deficiencia acuosa de las lágrimas, y se había sometido a queratomileusis in situ asistida por láser bilateral (LASIK) 12 años antes. Una revisión de sistemas fue notable por dolores de cabeza crónicos, dolor en las rodillas y los codos, epistaxis leve y  fenómeno de Raynaud. Ella no tenía fiebre, escalofríos anorexia, pérdida de peso, confusión, convulsiones, vértigo, tinnitus, pérdida de audición, caída del cabello, destellos oculares o floaters, claudicación de la mandíbula, secreción nasal, dolor en senos paranasales, rigidez matutina, patergia, historia de úlceras genitales, cambios en la piel o el cabello, o síntomas gastrointestinales o genitourinarios.

Los medicamentos eran prednisona, atovacuona, pantoprazol, teofilina y valganciclovir, así como un inhalador y nebulizador de albuterol, suspensión de lidocaína-difenhidramina, ibuprofeno, y tramadol según sea necesario. Gotas para los ojos incluidas brimonidina-timolol, latanoprost y prednisolona.

Las sulfamidas habían causado anafilaxia, ciclosporina había causado ulceraciones en la piel, azatioprina había causado hepatotoxicidad, y el látex había causado broncoespasmo.

La  paciente enseñaba en una institución académica en Nueva Inglaterra. Ella solo había fumado cigarrillos poco tiempo , cuando era adolescente; ella bebía vino una vez a la semana y no consumía drogas ilícitas. Estaba divorciada y vivía con su novio, con quien ella era monógama. Tenía un perro y recientemente había viajado a Nevada, donde fue atrapada en una tormenta de polvo; ella había viajado a Shanghai en el pasado. La familia de la paciente era de ascendencia italiana; su padre tenía  enfermedad de Crohn, su madre tenía glaucoma y cáncer de mama, una hermana tenía tiroiditis de Hashimoto, y la otra hermana había tenido cáncer endometrial.

La  paciente parecía sentirse inquieta. En el examen, la temperatura era de 36,4 ° C, la frecuencia cardíaca 98 latidos por minuto, la TA 157/99 mm Hg, la frecuencia respiratoria 20 por minuto y la saturación de oxígeno 97% mientras respiraba aire ambiente. El peso era de 54,5 kg, la altura de 160 cm y EL índice de masa corporal  21.3. Las escleróticas estaban eritematosas y la pupila derecha no reaccionaba a la luz. El examen neurológico fue notable por dos latidos de clonus en la  dorsiflexión de los tobillos. Había múltiples úlceras aftosas en la mucosa bucal y las superficies internas  de los labios, así como úlceras lineales en los bordes de la lengua. Había un rash eritematoso en las palmas (Fig.2A), con áreas de descamación  de fisuras curadas en los espacios interdigitales y pápulas eritematosas sensibles en ambos brazos. Había un rash eritematoso, maculopapular en las piernas (Fig.2B), con varias lesiones escamosas y con costras y áreas de atrofia epidérmica. Había linfadenopatía inguinal bilateral. No había eritema dolor o hinchazón articular. El resto del examen fue normal.

 

 



Figura 2. Fotografías clínicas.

Fotografías clínicas obtenidas en el examen físico muestran un rash eritematoso en las palmas, con descamación y áreas de curación de fisuras en los espacios interdigitales (Panel A), así como un rash eritematoso maculopapular en las piernas, con varias lesiones escamosas, con costras y áreas de atrofia epidérmica  (Panel B).

 

Niveles sanguíneos de electrolitos, nitrógeno ureico, creatinina, calcio, proteínas totales, albúmina y globulina y los resultados de las pruebas de función hepática fueron normales; se muestran otros resultados de pruebas de laboratorio en la Tabla 1.

Se obtuvieron estudios de imagen.

Tomografía computarizada (TC) de la cabeza, realizado sin la administración de material de contraste intravenoso, no reveló evidencia de hemorragia intracraneal, masa o infarto territorial agudo; había posible  hipoatenuación irregular en el mesencéfalo. Las imágenes de resonancia magnética (MRI) de la cabeza, que incluyeron venografía y arteriografía, no reveló ninguna anomalía intracraneal o intraocular, ni realce  anormal, no trombosis de la duramadre senos venosos o venas cerebrales profundas, y sin estenosis hemodinámicamente significativa, oclusión,  o aneurisma. Había una leve dilatación de las venas oftálmicas superiores que era mayor en el lado derecho que en el lado izquierdo. No había evidencia definida de realce anormal de la pared de los  vasos que  intracraneales proximales mayores. La resonancia magnética de la cabeza tampoco mostró  realces anormales en las órbitas.

Se administraron  hidromorfona, gabapentina y ketorolaco para el dolor. La paciente fue trasladado urgentemente a oftalmología de este hospital para evaluación, que reveló presiones intraoculares normales, agudeza visual de 20/25 en el ojo izquierdo, sólo percepción de luz en el ojo derecho, y un defecto pupilar aferente en el ojo derecho. El examen con lámpara de hendidura del ojo derecho reveló adelgazamiento escleral bilateral y esclerosis nuclear, un grado celular de 2+ en la cámara anterior, y un grado celular de 3+ y un grado de turbidez de 2+ en el vítreo. El examen funduscópico reveló lesiones redondas, circunferenciales, retinianas amarillas que eran consistentes con infección. Foscarnet y ganciclovir intravítreos fueron administrados, y se inició terapia con valaciclovir oral. Se continuó con gotas de rednisolona, ​​latanoprost, y colirios de brimonidina-timolol.

Una dosis de metilprednisona intravenosa fue administrada y luego se cambió a  prednisona oral (60 mg/día). Sobre el segundo día se realizó una punción lumbar; la presión de apertura fue de 22 cm de agua, y el líquido cefalorraquídeo (LCR) era incoloro, con un nivel de glucosa de 60 mg por decilitro (rango de referencia, 50 a 75 mg por decilitro) y un nivel total de proteína de 160 mg por decilitro (referenciarango, 5 a 55). Había 64 células nucleadas por milímetro cúbico (rango de referencia, 0 a 5), ​​de los cuales el 63% eran neutrófilos, el 16% linfocitos, y 21% de monocitos. Se llevó a cabo una biopsia con sacabocados de la erupción en la pierna izquierda y se comenzó un tratamiento con clobetasol crema  y pomada de tacrolimus.

En el segundo y tercer día, la paciente la temperatura alcanzó 37,3 ° C. Los análisis de sangre fueron negativos para anticuerpos contra el toxoplasma y para citomegalovirus (CMV) ADN y varicela-zóster ADN del virus (VZV). Las pruebas de LCR fueron negativas para antígeno criptocócico y para el ADN del herpes virus humano tipo 6, para el ADN virus del herpes simple (HSV) tipos 1 y 2, ADN de CMV y ADN de VZV. En líquido vítreo las pruebas fueron negativas para toxoplasma y para ADN de VHS, ADN de CMV y ADN de VZV.

Al quinto día, se repitió la aspiración vítrea, se se realizó con inyección intravítrea de foscarnet.

Al sexto día, se recibió un resultado de las pruebas diagnósticas realizadas.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

PONENTE

El diagnóstico diferencial de la enfermedad de esta mujer de 58 años podría abordarse desde muchas perspectivas. Dado que mi propia experiencia está en la relación entre inflamación ocular ocular y enfermedad sistémica, tengo elegido para abordar mi discusión desde este contexto.

 

ENFERMEDAD DE BEHÇET

¿Esta paciente tiene enfermedad de Behçet? Aunque este fue el diagnóstico de trabajo inicial, varias  características de la presentación clínica de esta paciente no son compatibles con la enfermedad de Behçet. Primero, ella no tuvo úlceras genitales. En segundo lugar, los pacientes con enfermedad de Behçet tiene una inflamación muy episódica, mientras que esta paciente tuvo un curso progresivo más lento; tenía escleritis, lo cual sería poco común, y se esperaría que la enfermedad respondiera bien a la prednisona y agentes biológicos como infliximab.1 En tercer lugar, la presencia de una erupción palmar no encaja con un diagnóstico de enfermedad de Behçet. Cuarto, la vasculitis retiniana, que es característica de la enfermedad de Behçet, estaba ausente en esta paciente incluso cuando había coriorretinitis. Finalmente, aunque la prueba de HLA-B51 fue positiva, esta prueba tiene una utilidad clínica mínima en pacientes en  Norteamérica.2

 

ESCLERITIS

La primera enfermedad ocular clínicamente significativa que ha ocurrido en esta paciente fue una escleritis, que es una condición rara. La esclerótica es la túnica blanca que rodea el ojo; raramente se biopsia  la esclerótica debido a la potencial  perforación del globo ocular. La escleritis puede ser una manifestación localizada de una vasculitis sistémica (Tabla 2) .3,4 Aunque la granulomatosis eosinofílica con poliangitis no suele causar escleritis, debe ser considerada en esta paciente, especialmente porque ella tenía antecedentes de asma. Sin embargo, la presencia de un rash, la ausencia de eosinofilia, la falta de de respuesta a la inmunosupresión, y la eventual retinitis y enfermedad del sistema nervioso central (SNC) argumentan en contra de este diagnóstico.

 

 



Tabla 2.

La escleritis a menudo se divide en tipos. La escleritis posterior es el tipo menos común y el más difícil de diagnosticar porque la esclerótica posterior puede inflamarse sin producir enrojecimiento. La escleritis posterior es una posible causa de los cambios retinianos que se observaron en el examen en esta paciente. La forma habitual de evaluar si hay escleritis posterior es  una ecografía del ojo. Aunque los resultados de una ecografía ocular no se han proporcionado, la escleritis posterior no explicaría algunos de las principales características de la enfermedad de esta paciente, tales como pleocitosis en LCR y erupción palmar.

 

UVEÍTIS

La úvea consta del iris, el cuerpo ciliar y la coroides. La uveítis se diagnostica cuando hay inflamación. de la úvea, como coriorretinitis, o cuando hay leucocitos en la cámara anterior del ojo o en el humor vítreo. La uveítis se clasifica según la porción inflamada de la úvea; los tipos incluyen uveítis anterior, intermedia y  posterior, así como panuveítis. Sobre la base de las conclusiones del examen, esta paciente tenía panuveítis. La causa de la uveítis está asociada con la ubicación de la inflamación en el tracto uveal. La escleritis ocasionalmente causa uveítis, pero sería inusual que ocurra escleritis y uveítis en diferentes momentos, como en este paciente. Enfermedades que tienden a causar escleritis y uveítis son enumerados en la Tabla 2. La única de estas enfermedades que normalmente causaría retinitis es la enfermedad de Behçet, que es un diagnóstico poco probable en este caso, como se discutió anteriormente.

Las causas de la uveítis se pueden dividir en amplias categorías, incluida la infecciones, las enfermedades inmunomediadas, reacciones  a la medicación, trauma y síndromes enmascarados o disfrazados de uveítis, como el cáncer (generalmente un linfoma de células B) (Tabla 2). Nada en la historia de este paciente sugiere exposición medicamentos que puedan causar uveítis, como bifosfonato intravenoso5 o un inhibidor del puesto de control inmunológico, 6 y no hay antecedentes de trauma.

El linfoma de células B debe considerarse en esta paciente porque puede causar retinitis, uveítis bilateral, y pleocitosis del LCR.7 Puede progresar lentamente, durante un período de años, y no sería adecuadamente tratado con inmunosupresión. Es usual que ocurra  asociaciado a enfermedad en el cerebro. Sin embargo, los estudios de imágenes no mostraron hallazgos sugestivos de linfoma y además los linfomas por lo general, no causan rash ni escleritis.

 

UVEOMENINGITIS

En un expediente de caso publicado en 2002, hubo una discusión académica sobre la uveomeningitis8. Las potenciales causas de uveítis combinada con enfermedad del SNC3 incluyen sífilis, linfoma primario del SNC, Síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada y  esclerosis múltiples. El síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada causa uveomeningitis pero no se asocia con erupción palmar; también causa características elevaciones serosas de la retina pero no escleritis. La esclerosis  múltiple no explicaría la erupción ni la escleritis, y los pacientes con esclerosis múltiple típicamente tienen menos leucocitos en el LCR que esta paciente. El linfoma primario del SNC se ha descartado, pero la sífilis sigue siendo una posibilidad.

 

ERUPCIÓN PALMAR Y ENFERMEDAD OCULAR

Otro enfoque del diagnóstico diferencial de la enfermedad de este paciente sería relacionar la erupción palmar con la enfermedad del ojo. La mayoría de las erupciones respetan  las palmas. Causas de erupciones que involucran las palmas incluyen sífilis, psoriasis, artritis reactiva, la enfermedad de Kawasaki y la fiebre Manchada de las Montañas Rocosas. Cada una de estas entidades también causan uveítis, pero solo la sífilis puede causar coriorretinitis. Tanto la sarcoidosis como la tuberculosis pueden causar coriorretinitis, enfermedad neurológica y erupción pero son causas raras de escleritis; sarcoidosis generalmente responde a la prednisona. Ni sarcoidosisni la tuberculosis causaría el tipo de erupción que ocurrió en esta paciente.

 

SÍFILIS

La sífilis no suele causar escleritis, pero sí ciertamente puede. En un estudio reciente con pacientes con sífilis ocular, dos pacientes tenían escleritis aislada.9 La erupción del tronco que se desarrolló en esta paciente 4 años antes del ingreso y resuelto sin tratamiento es clásico para sífilis.10 Las aftas son manifestaciones bien descritas de sífilis.10 La erupción palmar es una localización clásica de sífilis y las anomalías del LCR se encuentran en la mayoría de los pacientes con sífilis ocular.11 La sífilis puede producir varias formas de uveítis; la coriorretinitis es relativamente común.12-15 La retina punctata, manchas periférica que se desarrollaron son especialmente características de la sífilis.13,14

 

VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA HUMANA

Esta paciente tenía inmunodepresión profunda y podría haber tenido infección avanzada por  el virus tipo 1 (VIH-1). Por lo tanto, ella podría haber tenido otra infección que involucrara el ojo, como la infección por CMV, 16 otra infección por herpesvirus o toxoplasmosis. La ausencia de ADN de CMV y VZV en sangre y del ADN del VHS en el LCR argumenta contra estas infecciones específicas pero no los descarta por completo.17 Los resultados de la aspiración vítrea descarta eficazmente CMV, VZV e infección por HSV. Una retinitis viral activa generalmente tiene un aspecto suave o esponjoso, mientras que la retina de este paciente parecía seca y granulosa. Yo creo que una  infección por VIH es más probable que el efecto de un medicamento como causa de linfopenia , dado que no creo que un medicamento revierta la proporción normal  de células T CD4 a CD8.

Me pregunto si este caso tuvo un sesgo implícito.18 El hecho de que la paciente fuera una mujer profesional de la enseñanza de unos 50 años podría haber disuadido a sus médicos de realizar pruebas de sífilis y VIH. Además, la presentación con escleritis generalmente no conduce a un screening de enfermedad de transmisión sexual.  Pareciera que cuando la  enfermedad pasó de escleritis a uveítis, los médicos pasaron por alto la necesidad de evaluar para  sífilis, que en mi opinión debería ser realizado en cualquier paciente que tenga una uveítis  llamada idiopática.19

Por lo tanto, creo que esta paciente tenía manifestaciones s oculares, de SNC, y cutáneas de sífilis. El diagnóstico se puede hacer por medio de una PCR de la piel, tinción para treponemas en una muestra de biopsia de piel, o pruebas de anticuerpos treponémicos en suero o LCR. En esta etapa de la sífilis, una VDRL o un test  rápido de reagina plasmática (RPR) sería útil pero no tan confiable como un test de absorción de anticuerpos fluorescentes  treponémicos, 20 que es consistente con neurosífilis. La paciente también debe ser examinada para detectar la infección por VIH.

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

SÍFILIS QUE AFECTA A LOS OJOS Y AL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL, POSIBLEMENTE EN EL CONTEXTO DE INFECCIÓN AVANZADA  POR VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA TIPO 1.

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

El examen de cortes histológicos de la muestra de biopsia de piel reveló paraqueratosis confluente que contenía neutrófilos. La epidermis era levemente acantósica y había un infiltrado intersticial de linfocitos, histiocitos, y células plasmáticas ocasionales en la dermis (Figura 3A). Una tinción para Treponema pallidum reveló muchas espiroquetas en la basal de la epidermis y en el epitelio anexial (Fig. 3B). Un ensayo de PCR fue positivo para T. pallidum y negativo para otros virus (CMV, HSV y VZV), hongos, toxoplasma y bacterias. Una  prueba de detección de sífilis fue positiva para anticuerpos treponémicos, y una prueba RPR posterior fue reactiva con un título de 1: 2. Pruebas de anticuerpos contra el VIH-1 y el VIH-2 y el antígeno p24 fueron negativos. Estos hallazgos, junto con las características histológicas, son diagnósticos de sífilis.

 

 



Figura 3. Muestra de biopsia de piel.

Una tinción de hematoxilina y eosina de una biopsia de piel muestra una epidermis acantóSica (Panel A); bajo la la epidermis HAY un infiltrado intersticial de linfocitos, histiocitos y células plasmáticas ocasionales en la dermis (recuadro). La inmunotinción para Treponema pallidum muestra espiroquetas en el epitelio anexial (Panel B).

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

Este paciente comenzó un tratamiento de 14 días de penicilina intravenosa, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades directrices para el tratamiento de la sífilis que involucran los ojos y el SNC.21 Su tratamiento de inmunosupresión se redujo. Hacia  el final del  curso de penicilina, su erupción se había resuelto y su nivel de energía era mucho más alto; sin embargo, ella tenía un empeoramiento de los dolores de cabeza que coincidían con el  destete de la prednisona. Su visión era solo marginalmente mejor, y el título de RPR fue 1:16.

Debido a las preocupaciones sobre la infección en curso en el contexto de inmunosupresión extrema, la  paciente fue tratado con 14 días adicionales de penicilina intravenosa. La penicilina se redujo la dosis, dada la posibilidad de que una dosis alta contribuyera a sus dolores de cabeza.

Al final del tratamiento, continuó con dolores de cabeza y mala visión (percepción de la luz sólo) en el ojo derecho, pero la retinitis tenía  se había reducido sustancialmente y el título de RPR había disminuido a 1: 8.

El novio de la paciente de los últimos 7 años se sometió a pruebas de sífilis; la prueba fue positiva, con un título RPR de 1: 128. Tanto él como la paciente informaron no tener otras parejas sexuales.  La fuente y momento de la infección de la paciente permaneció incierto. Su título bajo de RPR en el momento del diagnóstico se atribuyó a una profunda inmunosupresión, incluido el tratamiento con rituximab 3 a 4 meses antes de la prueba de sífilis, aunque hay información limitada en la literatura sobre el efecto de los diversos inmunosupresores esta paciente había recibido por encima de la capacidad para montar un título RPR.12

Después de la hospitalización de esta paciente y tratamiento con agentes antibióticos para la sífilis ocular, regresó a la clínica de uveítis. La erupción y la retinitis se habían resuelto, pero la escleritis y la iritis permaneció activa, al igual que las úlceras bucales. Fue tratada con glucocorticoides tópicos, y nuevamente recibió infliximab, dadas las preocupaciones sobre la enfermedad de Behçet subyacente.

Seis semanas después, se desarrolló un desprendimiento de retina en el ojo derecho y la paciente fue intervenida. Cuatro meses después, su retina se desprendió nuevamente, y tuvo una segunda cirugía. Su dosis de infliximab se aumentó  y la escleritis se convirtió en inactiva.

Un año después de la admisión, la visión de la paciente se reducía  a contar los dedos periféricamente en el ojo derecho y 20/20 en el ojo izquierdo, con presiones intraoculares normales. Su escleritis está inactiva, y tiene iritis crónica leve en el ojo derecho. Su retina tiene cicatrices pero permanece adherida bajo aceite de silicona. Ella está recibiendo en curso tratamiento con glucocorticoides tópicos, prednisonaoral y una infusión de infliximab.

El análisis de LCR más reciente fue notable por un nivel de proteínas totales de 83 mg por decilitro (en comparación con 160 mg por decilitro en el momento del diagnóstico) y un recuento de células nucleadas de 3 por milímetro cúbico (en comparación con 64 por milímetro cúbico en el momento del diagnóstico), hallazgos que sugieren que el paciente tuvo una respuesta adecuada a la terapia antimicrobiana.

 

DIAGNOSTICO FINAL

SÍFILIS OCULAR.

 

 

Traducción de:

A 58-Year-Old Woman with Vision Loss, Headaches, and Oral Ulcers

James T. Rosenbaum, M.D., Lana M. Rifkin, M.D., Karen A. Buch, M.D., Miriam B. Barshak, M.D., and Mai P. Hoang, M.D.

NEJM

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc1810395?query=TOC

 

 

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jueves, 25 de febrero de 2021

VARÓN DE 68 AÑOS CON DELIRIUM E INSUFICIENCIA RENAL..

Un hombre de 68 años fue trasladado a este hospital por deterioro neurológico, insuficiencia renal progresiva y leucopenia.

Siete meses antes de este ingreso, el paciente fue ingresado en otro hospital después de que las pruebas de laboratorio de rutina identificaron anomalías, incluido un nivel de creatinina de 3,2 mg/dl ( rango de referencia, 0,50 a 1,40 mg/dl), un nivel de nitrógeno ureico en sangre de 54/dl (rango de referencia, de 7 a 30 mg/dl) y un nivel de calcio de 12,1 mg/dl ( intervalo de referencia, 8,8 a 10,6 mg/dl). Doce meses antes, el nivel de creatinina había sido de 1,7 mg/dl. Al ingresar en el otro hospital, refirió pérdida de peso no intencional de 14 kg durante los 12 meses anteriores, malestar general, despertarse cada 2 horas para vaciar la vejiga, y nueva disnea de esfuerzo leve. La temperatura era de 36,6 ° C, la frecuencia cardíaca de 92 latidos por minuto, la presión arterial de 117/74 mm Hg y la saturación de oxígeno del 96% mientras respiraba aire ambiente. El peso fue de 68 kg y el índice de masa corporal  de 23,5. El examen fue notable por caquexia y hepatoesplenomegalia (con el hígado y el bazo palpables 6 cm por debajo del borde costal) sin linfadenopatía. Según los informes, el resto del examen fue normal. Los niveles sanguíneos de magnesio, bilirrubina, globulina, creatina quinasa, ácido úrico y péptido natriurético N-terminal pro-tipo B fueron normales; otros resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en y la saturación de oxígeno del 96% mientras respiraba aire ambiente.; otros resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 . Los resultados de la electroforesis de proteínas séricas fueron normales; La electroforesis de proteínas en orina reveló bandas policlonales de cadenas ligeras.

 

 





Tabla1.

 

La tomografía computarizada (TC) del abdomen y la pelvis, realizada sin la administración de material de contraste intravenoso, reveló un engrosamiento focal nodular de los tejidos blandos a lo largo del arco aórtico, la aorta torácica descendente y la aorta abdominal. Se presentaron esplenomegalia y adenopatía paraaórtica izquierda. Se observaron pequeños nódulos pulmonares y consolidación parcheada, junto con un pequeño derrame pleural izquierdo.

 

Después del tratamiento con solución salina normal intravenosa y furosemida, el nivel de calcio se normalizó y el nivel de creatinina disminuyó a 2,3 mg por decilitro. El paciente fue dado de alta al cuarto día de hospitalización.

 

Una biopsia de médula ósea realizada 2 semanas después en el primer hospital reveló médula hipercelular y múltiples granulomas no necrotizantes. La tinción para bacilos acidorresistentes y hongos fue negativa. No se obtuvieron cultivos.

 

El nivel de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) fue de 89 U por litro (rango de referencia, 9 a 67). Se consideró el diagnóstico de sarcoidosis y se inició tratamiento con prednisona oral en dosis altas.

 

Un mes después, el nivel de ACE disminuyó a 41 U por litro y el nivel de energía y el apetito del paciente mejoraron. Los intentos de reducir la dosis de prednisona no tuvieron éxito debido al aumento de la fatiga y la disnea de esfuerzo.

 

Tres meses después, el paciente fue evaluado por un neumólogo en el primer hospital por sarcoidosis pulmonar. Se inició trimetoprima-sulfametoxazol para la profilaxis contra neumocistis mientras el paciente continuaba recibiendo prednisona en dosis altas. Las pruebas de función pulmonar mostraron obstrucción leve, con una respuesta clínicamente significativa tras el uso de un broncodilatador, y restricción moderada, con capacidad de difusión del pulmón moderadamente reducida para el monóxido de carbono. Un segundo intento de disminuir gradualmente la dosis de prednisona no tuvo éxito debido al aumento de la fatiga y la disnea de esfuerzo.

 

Durante los siguientes 2 meses, se desarrolló confusión intermitente, debilidad progresiva en las piernas, pie derecho e inestabilidad creciente e inestabilidad de la marcha; el paciente comenzó a usar un andador para deambular. También tuvo al menos dos caídas. Necesitaba ayuda de su esposa para realizar las actividades de la vida diaria, como bañarse y vestirse.

 

El paciente fue evaluado por un reumatólogo en el primer hospital. Los niveles de complemento fueron normales, al igual que el nivel de factor reumatoide. Las pruebas de anticuerpos antinucleares (ANA), anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos (ANCA) y anticuerpos antipéptido citrulinado anticíclico fueron negativas. Se inició tratamiento semanal con metotrexato oral y ácido fólico por presunta sarcoidosis.

 

Once días después, el paciente se presentó en un segundo hospital con una nueva desviación facial en el lado izquierdo, dificultad para hablar y confusión. La temperatura era de 36,4 ° C, la frecuencia cardíaca de 102 latidos por minuto, la presión arterial de 141/86 mm Hg y la saturación de oxígeno del 99% mientras recibía oxígeno suplementario a través de una cánula nasal a una velocidad de 2 litros por minuto. El peso fue de 63 kg y el IMC de 21,9. El paciente estaba orientado en persona,  lugar y  tiempo.  El examen neurológico se destacó por una leve caída facial en el lado izquierdo, tono muscular levemente aumentado, pie derecho caído y debilidad simétrica leve en los brazos y la parte superior de las piernas. Se observaron caquexia, taquicardia y esplenomegalia. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 .

 

La resonancia magnética (MRI) de la cabeza reveló un higroma subdural derecho de 12 mm con un desplazamiento de la línea media de 10 mm, una malformación cavernosa cerebelosa derecha y numerosos focos puntiformes (en la protuberancia, cerebelo izquierdo, lóbulo occipital derecho y tálamo izquierdo) caracterizado por hiperintensidad en las imágenes de recuperación de inversión atenuada por líquido (FLAIR) y restricción de la difusión.

 

Se iniciaron clopidogrel y levetiracetam. La ecocardiografía no mostró trombos intracardíacos ni comunicaciones; la ecografía carotídea no mostró estenosis. La electromiografía reveló evidencia de radiculopatía leve L5-S1 y neuropatía cubital derecha y mediana, pero no había evidencia de miopatía o enfermedad de la neurona motora superior. Debido a la leucopenia progresiva (recuento de glóbulos blancos, 1390 por microlitro) y trombocitopenia (recuento de plaquetas, 51.000 por microlitro), se suspendieron el metotrexato, clopidogrel, levetiracetam y trimetoprim-sulfametoxazol; se inició cianocobalamina.

 

En el cuarto día de hospitalización, se desarrolló una fiebre con una temperatura de 38,3 ° C; Se obtuvieron muestras de sangre y orina para cultivo y se inició vancomicina y cefepima intravenosas. El nivel de proteína C reactiva fue de 101,8 mg por litro. Análisis de sangre para ANA, ANCA, factor reumatoide, antígenos de influenza tipo A y B, antígeno p24 del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tipo 1, anticuerpos contra el VIH tipos 1 y 2, antígeno de superficie del virus de la hepatitis B, anticuerpos del núcleo del virus de la hepatitis B, ADN del citomegalovirus , El ADN del virus de Epstein-Barr y la IgM del parvovirus fueron negativos, al igual que las pruebas de orina para antígeno de legionella y antígeno de histoplasma. Una prueba rápida de reagina plasmática fue negativa y un ensayo de liberación de interferón-γ para la detección de Mycobacterium tuberculosis se informó como indeterminado.

 

La tomografía computarizada del tórax, abdomen y pelvis, realizada sin la administración de material de contraste intravenoso, reveló opacidades en vidrio esmerilado dispersas en los pulmones, opacidades nodulares y consolidativas en los pulmones, ganglios linfáticos mediastínicos levemente agrandados, pequeños derrames pleurales y esplenomegalia (con el bazo midiendo 16 cm en la dimensión cefalocaudad; longitud normal, menos de 13 cm). También se observó engrosamiento focal de los tejidos blandos a lo largo del arco aórtico y la aorta torácica descendente y  prominencia del tejido blando que rodea la aorta abdominal infrarrenal.

 

Al día siguiente se realizó una angiografía por resonancia magnética. Una imagen con saturación grasa ponderada en T2 ( Figura 1A ) mostró hiperintensidad de señal en el tejido blando alrededor de la aorta infrarrenal y en los ganglios linfáticos paraaórticos izquierdos adyacentes que era indicativa de adenopatía, con un pseudoaneurisma aórtico abdominal focal observado en las imágenes de tiempo de vuelo imágenes ( Figura 1B ).

 

 


Figura 1. Estudios de imagen inicial de abdomen y tórax.

Una imagen de saturación grasa ponderada en T2 de la resonancia magnética abdominal realizada en el segundo hospital antes de este ingreso muestra una lesión hiperintensa  a lo largo de la aorta torácica descendente (Panel A, flecha) e hiperintensidad en los ganglios linfáticos paraaórticos izquierdos que es indicativa de adenopatía. (Panel A, punta de flecha). Una imagen de tiempo de vuelo muestra un pseudoaneurisma focal a lo largo de la pared posterior de la aorta descendente. (Panel B, flecha). Imágenes de tomografía por emisión de positrones y TC de tórax y abdomen tras el ingreso en este hospital muestran pequeños nódulos pulmonares (Panel C, flecha derecha), consolidación parcheada en el pulmón (Panel C, flecha izquierda) y un pequeño derrame pleural izquierdo. Hay avidez de 18F-fluorodesoxiglucosa (FDG) en los sitios de nodularidad de los tejidos blandos a lo largo de las paredes del arco aórtico (Panel D, flecha), aorta torácica descendente (Panel E, flecha) y aorta abdominal (Panel F, flecha) y en los sitios de erosión ósea en el manubrio y en el cartílago costal anterior izquierdo (Panel D, puntas de flecha), así como en los ganglios linfáticos paraaórticos izquierdos (Panel F, punta de flecha).

 

Al octavo día de hospitalización se realizó una biopsia de médula ósea. Al noveno día, el paciente fue trasladado a este hospital.

A la llegada del paciente, la revisión de los sistemas fue limitada debido al delirio y los antecedentes se obtuvieron en parte de la familia del paciente. La revisión fue notable por meses de fatiga, malestar general, debilidad de la pierna, pie derecho caído, confusión creciente y menguante, disnea de esfuerzo e incapacidad para caminar y realizar actividades de la vida diaria. Palpitaciones, tos seca, moretones fáciles y vejiga irritable estaban presentes, pero no tenía escalofríos, anorexia, dolor articular, eritema, erupciones, nódulos, mialgia, dolor en el pecho, mareos, tos productiva, hemoptisis, ortopnea, sibilancias, síntomas gastrointestinales, disuria, hematuria, síntomas oculares o nasales, cambios en la piel o las uñas o dolor de cabeza.

La historia clínica del paciente se destacaba por hipotiroidismo, hipertensión, hipercolesterolemia, enfermedad renal progresiva, enfermedad articular degenerativa de la columna lumbar, escoliosis, adenoma tubular y leucopenia. Ocho años antes de este ingreso, se observó en la ecografía una masa en la vejiga que medía 4,5 cm por 4,0 cm, que se había realizado para la evaluación de la hematuria. La resección transuretral del tumor de vejiga se realizó en otro hospital, pero al parecer la resección fue incompleta. El examen histológico reveló carcinoma urotelial papilar no músculo invasivo. Se repitió la cistoscopia y la resección transuretral, realizadas 3, 8 y 16 meses después de los procedimientos iniciales, cada una reveló fragmentos de carcinoma urotelial papilar no músculo invasivo y se administró bacilo de Calmette-Guérin (BCG) intravesical.

 

Los medicamentos ambulatorios incluían prednisona, metotrexato, ácido fólico, aspirina, levotiroxina, simvastatina, tamsulosina, colecalciferol, bicarbonato de sodio, carbonato de calcio, omeprazol, trimetoprim-sulfametoxazol, fluticasona-salmeterol y albuterol inhalado según sea necesario. La penicilina había provocado una reacción desconocida.

 

El paciente era farmacéutico jubilado y vivía con su esposa. Tenía un historial remoto de fumar medio paquete de cigarrillos al día durante 2 años y bebía alcohol con poca frecuencia. No había viajado recientemente y no había tenido exposiciones ambientales, animales o tóxicas. No había antecedentes familiares de trastornos autoinmunitarios, neurológicos, infecciosos o pulmonares.

 

La temperatura era de 36,8 ° C, la frecuencia cardíaca de 100 latidos por minuto, la presión arterial de 122/76 mm Hg, la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 94% mientras el paciente recibía oxígeno suplementario a través de una cánula nasal a una tasa de 2 litros por minuto. El peso era de 54 kg y el IMC de 18,8. Estaba ansioso, caquéctico y parecía tener una enfermedad crónica. Informó correctamente su nombre, ubicación, hora y fecha; sin embargo, no pudo seguir órdenes simples de dos pasos. El examen de los pares craneales reveló una sutil caída facial en el lado izquierdo. Había temblores en brazos y piernas en reposo y con movimiento, así como pie derecho caído y tono aumentado difusamente. La prueba dedo-nariz-dedo mostró dismetría. Se escucharon crepitantes bibasilares (mayores en el pulmón izquierdo que en el derecho) en la auscultación pulmonar. Estaba presente hepatoesplenomegalia. Había equimosis difusas en tronco, brazos y piernas. El resto del examen era normal.

 

El RIN y los niveles sanguíneos de amoníaco, bilirrubina, creatina quinasa, ácido fólico, globulina, haptoglobina, lactato deshidrogenasa, ácido láctico y magnesio fueron normales. El nivel de ACE fue de 36 U por litro (rango de referencia, 8 a 53). La electroforesis de proteínas séricas no mostró bandas, pero se observó una disminución leve y difusa de la globulina. El nivel de cadena ligera kappa libre en orina fue 134,2 mg por decilitro (rango de referencia, 0,4 a 15,1), y el nivel de cadena ligera lambda libre en orina fue 35,6 mg por decilitro (rango de referencia, 0,8 a 10,1), con una relación normal ( 3,77; rango de referencia, 0,50 a 4,00). Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. Se obtuvieron cultivos de sangre, orina y esputo. Durante los primeros 3 días de esta admisión, el paciente se volvió letárgico; cuando se despertó, su discurso era incoherente y disártrico.

 

En el tercer día de hospitalización, la resonancia magnética de la cabeza ( Figura 2 ) con angiografía por resonancia magnética reveló un higroma subdural derecho estable con un desplazamiento de la línea media de 10 mm, así como una malformación cavernosa cerebelosa derecha estable. Había focos puntiformes y parcheados caracterizados por hiperintensidad en las imágenes FLAIR y difusión restringida en el mesencéfalo, la protuberancia, la médula, el cerebelo izquierdo, el lóbulo occipital derecho y el tálamo izquierdo; los focos habían aumentado de tamaño y extensión desde el estudio anterior.

 

 


Figura 2. Resonancia magnética de la cabeza.

Las imágenes ponderadas en difusión obtenidas el tercer día de hospitalización muestran focos hiperintensos puntiformes en la médula (Panel A, flecha), cerebelo izquierdo (Panel B, punta de flecha), protuberancia (Paneles B, C y D, flechas), lóbulo occipital derecho (Panel E, punta de flecha), mesencéfalo (Panel E, flecha) Y tálamo izquierdo (Panel F, flecha).

 

 

La tomografía por emisión de positrones (PET) -TC ( Figura 1D a 1F ) reveló múltiples focos de captación de 18 F-fluorodesoxiglucosa (FDG) en tejidos blandos periaórticos y ganglios linfáticos paraaórticos, en el esqueleto axial (cuerpo vertebral cervical, costillas). , manubrio y sacro) y en el testículo izquierdo.

 

Los análisis de sangre para alfa-fetoproteína, 1,3-β- d -glucano, anticuerpos coxiella, citomegalovirus IgM e IgG, antígeno criptocócico, gonadotropina coriónica humana y anticuerpos contra Treponema pallidum fueron negativos, al igual que una prueba antígeno en orina para histoplasma.  La monitorización electroencefalográfica mostró descargas frecuentes delta y theta irregulares y agudas; Se inició tratamiento con levetiracetam.

 

Al cuarto día de hospitalización, la temperatura era de 38,3 ° C. Las imágenes ecográficas mostraron testículos de tamaño normal y ecotextura sin lesiones focales, pero los epidídimos estaban agrandados y heterogéneos. Los riñones eran de tamaño normal, con parénquima ecogénico difuso y un cálculo vesical de 19 mm. Un ecocardiograma transtorácico mostró una función ventricular normal, sin evidencia de enfermedad valvular clínicamente significativa y una aorta levemente dilatada. La citometría de flujo mostró un recuento de células T CD4 + notablemente reducido (11 por microlitro; rango de referencia, 348 a 1456). Las pruebas de anticuerpos para bartonella y brucella fueron negativas.

 

La somnolencia progresó y, al quinto día de hospitalización, se observó que la pupila derecha era un poco más grande que la izquierda y el paciente había aumentado el temblor. Se inició tratamiento con fosfenitoína y fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos neurológicos. La saturación de oxígeno se redujo al 90% mientras estaba recibiendo oxígeno suplementario a través de una cánula nasal a una velocidad de 3 litros por minuto, y se observó un patrón de respiración de Cheyne-Stokes. Se intuba la tráquea y se inicia la ventilación mecánica.

 

Se hizo un diagnóstico.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

En el transcurso de casi 2 años, este hombre de 68 años perdió casi el 35% de su masa corporal; sufrió graves daños en sus pulmones, cerebro, bazo, hígado, médula ósea, testículos, sistema vascular y huesos; y se volvió incapaz de pensar con claridad, comunicarse con eficacia y cuidar de sí mismo. Este deterioro sin duda lo alarmó a él, a su familia y a sus médicos y generó una urgente necesidad de establecer el diagnóstico correcto.

 

Un enfoque eficaz para la abrumadora tarea de establecer un diagnóstico en un paciente con una enfermedad tan complicada es seleccionar primero la característica única que tiene el diagnóstico diferencial más limitado y luego considerar cómo la otra información clínica proporcionada en la historia clínica afecta la probabilidad de los diagnósticos que se están considerando. Creo que el hallazgo de aortitis proporciona el mejor punto focal para construir mi diagnóstico diferencial y espero que sea la clave para desentrañar este desafiante caso.

 

AORTITIS Y ANEURISMA MICÓTICO

Este paciente tiene aortitis, hallazgo respaldado por múltiples estudios de imagen ( Figura 1). Las pistas de imágenes de aortitis causada por infección incluyen afectación excéntrica en lugar de circunferencial de la aorta, múltiples "áreas salteadas" (“skip áreas”), o focos de inflamación aórtica (en lugar de tramos continuos de enfermedad aórtica), efusiones saculares en la aorta, captación intensa focal de FDG en PET y masas de tejidos blandos o inflamación alrededor de la aorta. Todas estas características ocurrieron en este paciente. Otros indicios de imágenes de aortitis causada por infección, que no se observan en todos los casos, incluyen la rápida progresión de la aortitis y la presencia de aire paraaórtico. Aunque estas últimas características estaban ausentes en este paciente, los hallazgos de imagen extensos indican fuertemente que tiene una aortitis causada por una infección y que las efusiones aórticas observadas en este paciente representan aneurismas micóticos.Tabla 2 ). 1

 

 


Tabla 2. Clasificación de la aortitis.

 

Algunos médicos reservan el término "aneurisma micótico" para los aneurismas infectados asociados con la endocarditis, mientras que otros usan el término de manera más general, como yo, para cualquier aneurisma infectado. Micótico es un nombre inapropiado, ya que las bacterias, en lugar de los hongos, causan la mayoría de los aneurismas micóticos. Antes del uso generalizado de la terapia antimicrobiana, la sífilis era la causa más común de aneurisma aórtico infectado; ahora, el estafilococo y la salmonela son las causas más comunes. Las infecciones causan aneurismas aórticos micóticos a través de la siembra de ulceraciones ateroscleróticas, la producción de una endarteritis obliterante de los vasa vasorum o la diseminación contigua desde un ganglio linfático paraaórtico infectado o desde un cuerpo vertebral.

 

HIPERCALCEMIA

El hallazgo de hipercalcemia ayuda a estrechar aún más el diagnóstico diferencial en este caso. Aproximadamente el 90% de los pacientes con hipercalcemia tienen hiperparatiroidismo o cáncer. Sin embargo, el bajo nivel de hormona paratiroidea de este paciente hace que sea poco probable el diagnóstico de hiperparatiroidismo. Aunque la ligera elevación en su nivel de proteína relacionada con la hormona paratiroidea sugiere que puede tener hipercalcemia humoral de malignidad, los niveles normales altos de fósforo y 1,25-dihidroxivitamina D indican que su hipercalcemia es probablemente causada por la presencia de macrófagos activados capaces de acelerar la conversión de 25-hidroxivitamina D en 1,25-dihidroxivitamina D. Los macrófagos activados y la hipercalcemia se pueden observar en casos de sarcoidosis, linfoma e infecciones granulomatosas.

 

SARCOIDOSIS

En casos muy raros, el linfoma y la sarcoidosis pueden causar aortitis; sin embargo, ninguna condición da como resultado aneurismas aórticos micóticos, que se observaron en este paciente. La sarcoidosis fue la explicación inicial de su enfermedad pulmonar, hipercalcemia y granulomas no caseificantes encontrados en la muestra de biopsia de médula ósea. La sarcoidosis también podría haber explicado su enfermedad del sistema nervioso central (SNC). Además de los aneurismas micóticos, otros hallazgos en este paciente no son consistentes con un diagnóstico de sarcoidosis. Estos incluyen la resistencia a dosis altas de prednisona y la presencia de derrames pleurales, que no ocurren en la sarcoidosis en ausencia de granulomatosis sarcoide necrotizante; la biopsia de médula ósea no mostró evidencia de granulomatosis sarcoide necrotizante. Juntos, los hallazgos descartan la sarcoidosis.

 

INFECCIÓN POR MICOBACTERIAS

Los hemocultivos negativos y las pruebas serológicas negativas para infecciones fúngicas indican que la causa probable de la aortitis de este paciente fue una infección por micobacterias. El candidato más probable es BCG, una cepa viva atenuada de M. bovis que se administra con mayor frecuencia durante la infancia como vacuna para prevenir la tuberculosis. También se usa comúnmente, como lo fue para este paciente, como terapia adyuvante para el tratamiento del cáncer de vejiga superficial. Las complicaciones locales y sistémicas de la instilación intravesical de BCG ocurren en menos del 5% de los pacientes que reciben dicho tratamiento. En una serie grande, el 96% de los pacientes con complicaciones del tratamiento con BCG eran hombres y la edad promedio fue de 67 años. 2Los aneurismas aórticos micóticos se desarrollaron en casi el 6% de los pacientes evaluados en esta serie. La aorta abdominal estaba más comúnmente afectada que la aorta torácica, pero puede haber afectación de ambas regiones de la aorta, como se vio en este paciente; la arteria ilíaca también puede verse afectada. En la mayoría de los pacientes, las manifestaciones sistémicas se desarrollan dentro de un año después del tratamiento con BCG, pero se han informado retrasos de casi una década. La presentación de este paciente de aneurisma aórtico micótico 7 años después de la instilación de BCG se encuentra dentro del intervalo de tiempo informado. En la serie descrita anteriormente, el 3,5% de los pacientes con aortitis asociada a BCG también tenían epididimitis-orquitis, similar a este paciente. 2

 

La única característica que fue prominente en este paciente pero, hasta donde sabemos, no se ha descrito previamente en pacientes con aneurisma aórtico micótico relacionado con BCG es la enfermedad del parénquima cerebral. Es posible que 6 meses de terapia con prednisona facilitaran la diseminación de la infección a su cerebro. Aunque faltan informes sobre la presencia de afectación del SNC en otros pacientes con aortitis relacionada con BCG, tales manifestaciones pueden ocurrir con BCG y con otras infecciones micobacterianas. De hecho, recientemente se describió un caso de vasculitis del SNC por BCG. 3 La infección por BCG también puede explicar fácilmente el curso lento de la enfermedad, la hepatoesplenomegalia, las lesiones óseas, los granulomas (que no siempre son caseificantes en la infección por micobacterias) y la hipercalcemia de este paciente.

 

No puedo descartar la posibilidad de que el paciente tuviera tuberculosis. Había trabajado como farmacéutico y podría haber tenido una exposición ocupacional a un paciente con tuberculosis. Aunque tal exposición es posible, su exposición al BCG es definitiva. Por esa razón, creo que lo más probable es que el paciente tuviera una infección diseminada como resultado del tratamiento con BCG. Para establecer el diagnóstico de infección por BCG diseminada, recomendaría el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) en busca de evidencia de infección por micobacterias.

 

IMPRESIÓN CLÍNICA

El patrón de pancitopenia marcada, esplenomegalia, aortitis multinivel, avidez de FDG en la masa testicular en PET, opacidades en vidrio esmerilado en los pulmones y posible meningitis basilar y rombencefalitis con progresión a pesar de la terapia inmunosupresora despertó preocupación sobre un proceso granulomatoso infeccioso diseminado. Dada la exposición confirmada del paciente a BCG y enfermedad extrapulmonar prominente, la infección por BCG diseminada fue más alta en nuestro diagnóstico diferencial.

 

La infección por BCG diseminada a menudo es paucibacilar, lo que da lugar a un diagnóstico microbiológico basado en un frotis de bacilos acidorresistentes, un cultivo de micobacterias o ensayos basados ​​en la reacción en cadena de la polimerasa que se realizan sólo en 37,8% de los casos. 2,4 Dada la dificultad del diagnóstico combinada con la rapidez del declive clínico, seguimos un enfoque diagnóstico agresivo. En paralelo, se obtuvieron muestras de esputo, orina y sangre para pruebas microbiológicas; se consultó al servicio de urología para considerar la orquiectomía diagnóstica; y se solicitó una nueva biopsia de médula ósea. Una punción lumbar se consideró insegura, dado el riesgo de hernia del tronco encefálico. Por lo tanto, se solicitó al servicio de neurocirugía que obtuviera LCR a través de un agujero de trépano.

 

DIAGNOSTICO CLÍNICO PRESUNTIVO

INFECCIÓN DISEMINADA POR BACILO DE CALMETTE-GUÉRIN.

 

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

La prueba de diagnóstico en este caso fue el examen de un frotis de esputo inducido, que reveló bacilos acidorresistentes poco frecuentes. Las pruebas de confirmación de ácido nucleico del esputo identificaron una micobacteria sensible a la rifampicina del complejo M. tuberculosis , un grupo de micobacterias que incluye tanto M. bovis como M. tuberculosis . Se enviaron 5 muestras de esputo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para su especiación definitiva mediante pruebas de balizas (sondas)moleculares.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

El tratamiento de la infección por BCG diseminada consiste en el tratamiento con fármacos antituberculosos y la supresión de la respuesta inmunitaria. El régimen farmacológico suele incluir rifampicina, isoniazida y etambutol, teniendo en cuenta un fármaco de la clase de fármacos fluoroquinolónicos. A diferencia de la tuberculosis, la infección por BCG es intrínsecamente resistente a la pirazinamida; por tanto, la resistencia aislada a pirazinamida en una micobacteria dentro del complejo M. tuberculosis debe despertar sospechas de infección por BCG. Los glucocorticoides se utilizan de forma rutinaria en casos menos graves de infección por BCG en los que se cree que la respuesta inmunitaria desempeña un papel importante en la patogenia de la enfermedad. 2Los ensayos controlados aleatorizados en los que participaron pacientes con meningitis tuberculosa han demostrado que el uso de glucocorticoides reduce la mortalidad. 6 Faltan datos sobre el uso de glucocorticoides en pacientes con afectación del SNC asociada a infección por BCG; sin embargo, se cree que dicho tratamiento es beneficioso. Por último, la reparación quirúrgica suele ser necesaria en casos de aneurismas aórticos micóticos debidos a una infección por BCG para evitar la rotura. 7

 

En este paciente, dado que no se podía descartar tuberculosis sin estudios microbiológicos adicionales, se inició rifampicina, isoniazida, etambutol y pirazinamida con glucocorticoides adyuvantes. Se consultó al servicio de cirugía vascular y se aplazó la reparación del aneurisma aórtico debido al mal estado clínico general del paciente y la ausencia de características de imagen que sugirieran una ruptura inminente.

 

A pesar de la terapia, no hubo mejoría en el estado mental del paciente. Se aumentaron las dosis de glucocorticoides para tratar una posible respuesta inmune paradójica a la terapia. Cinco días después del aumento de la dosis, la resonancia magnética repetida reveló la evolución de la hiperintensidad de la señal en la sustancia gris profunda, incluido el tallo cerebral, en las imágenes FLAIR. La familia decidió centrarse en la comodidad y el paciente fue extubado. Murió 2 días después. Con permiso de la familia, se realizó una autopsia.

 

AUTOPSIA

En el examen visual del cuerpo, el paciente parecía caquéctico; su peso era de 66 kg. El examen macroscópico de los órganos ( Figura 3A, 3B y 3C ) reveló innumerables lesiones de color blanco tostado que contenían material necrótico, compatibles con abscesos, en el corazón, pulmones, páncreas, riñones, próstata, testículo izquierdo, tejido blando periaórtico, protuberancia y corteza occipital. El examen microscópico de los abscesos ( Figura 3D y 3E ) reveló necrosis con inflamación mixta histiocítica y neutrofílica. La tinción acidorresistente mostró abundantes bacilos acidorresistentes en los histiocitos dentro de las áreas de necrosis que eran compatibles con micobacterias ( Figura 3F). También estaban presentes pequeños granulomas no necrotizantes dispersos, que no contenían microorganismos. No hubo evidencia de carcinoma de vejiga previo del paciente.

 

 



Figura 3. Muestras de autopsia.

El epidídimo izquierdo está reemplazado principalmente por necrosis (Panel A, flechas). Se observan hallazgos generales similares en muchos otros órganos. Se identifica un aneurisma aórtico infrarrenal (Panel B, flecha), con necrosis del tejido blando adyacente. La protuberancia  muestra áreas de coloración de color verde tostado, abultadas y mal definidas (panel C, flechas) que corresponden a las imágenes premortem. La tinción con hematoxilina y eosina de una muestra de protuberancia muestra focos irregulares de necrosis (Panel D, flecha) dispersos por todo el tejido pontino (punta de flecha). A mayor aumento, las regiones necróticas contienen un infiltradoinflamatorio que consiste predominantemente en histiocitos y neutrófilos (Panel E). Granulomas bien formados no se ven en esta sección pero estaban presentes en otros órganos. La tinción acidorresistente muestra innumerables bacilos acidorresistentes en histiocitos, un hallazgo consistente con micobacterias (Panel F).

 

Se informó que la causa de la muerte fue una infección micobacteriana diseminada. Después de la autopsia, se cultivaron micobacterias de sangre periférica, orina y LCR. Las pruebas de balizas moleculares realizadas en el CDC confirmaron posteriormente la identidad de la micobacteria como M. bovis .

 

DIAGNÓSTICO ANATÓMICO

INFECCIÓN DISEMINADA POR MYCOBACTERIUM BOVIS .

 

Traducción de

“A 68-Year-Old Man with Delirium and Renal Insufficiency”

David B. Hellmann, M.D., Jo-Anne O. Shepard, M.D., Pamela W. Schaefer, M.D., Jacob H. Johnson, M.D., and Rory K. Crotty, M.B., B.Ch.

 

 https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc1913474



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