jueves, 29 de abril de 2021

VARÓN DE 78 AÑOS CON RASH EN LA CARA Y CUERO CABELLUDO

Presentación de caso

Un hombre de 78 años ingresó en este hospital debido a un sarpullido en la frente y el cuero cabelludo frontal y edema de los párpados izquierdos.

 

El paciente había estado bien hasta 3 días antes de la presentación, cuando se desarrolló un dolor similar a la presión en el lado izquierdo de la frente y el cuero cabelludo frontal y los senos maxilares bilaterales y la mandíbula superior. Describió el dolor como similar a episodios anteriores de sinusitis. Fue evaluado en la consulta de atención primaria de otro hospital y se inició tratamiento con clindamicina oral por un presunto diagnóstico de sinusitis.

 

Dos días antes de la presentación, el paciente notó eritema y pequeñas lesiones cutáneas de color marrón rojizo en el lado izquierdo de la frente y el cuero cabelludo frontal. Su barbero le había señalado una mancha similar en la parte superior de su cuero cabelludo 2 semanas antes. Las lesiones cutáneas no eran dolorosas ni le picaban y no buscó evaluación médica.

 

El día de la presentación, el paciente se despertó del sueño y notó enrojecimiento e hinchazón de los párpados izquierdos. Las lesiones cutáneas en el lado izquierdo de la frente y el cuero cabelludo frontal habían aumentado en número, y algunas estaban cubiertas de costras hemorrágicas. Había dolor con el movimiento del ojo izquierdo y visión borrosa. En el transcurso de varias horas, la hinchazón de los párpados izquierdos empeoró y el paciente no pudo abrir completamente el ojo izquierdo. Se presentó al departamento de emergencias de este hospital para su evaluación.

 

En el servicio de urgencias, el paciente refirió ausencia de secreción nasal o ocular, cambios en el gusto o la audición y sin claudicación mandibular. No se había cambiado recientemente de champú ni había estado en una piscina o jacuzzi. Tenía antecedentes de sinusitis recurrente, rinitis alérgica, depresión, hiperplasia prostática benigna, hipogonadismo y síndrome de piernas inquietas. Había recibido un diagnóstico de cáncer de recto 15 años antes, que había llevado a una colectomía parcial, así como un diagnóstico de cáncer de testículo 50 años antes, que había llevado a una orquiectomía y radioterapia. Su historia ocular incluía ptosis leve bilateral; había sido sometido a extracción bilateral de cataratas con implante de lente intraocular. Los medicamentos incluían finasterida, tamsulosina, carbidopa-levodopa, azelastina nasal y fluticasona y testosterona tópica. Levofloxacina, cefaclor, y sulfametoxazol-trimetoprima habían causado un sarpullido. El paciente era un ingeniero jubilado y vivía con su esposa en una comunidad costera de Nueva Inglaterra. Anteriormente había fumado en pipa, pero lo había dejado 30 años antes. Bebía un cuarto de copa de vino al día. Su historia familiar incluyó cáncer de piel en su abuela materna y degeneración macular en su hermana.

 

En el examen, la temperatura era de 38,1 ° C, la presión arterial de 122/58 mm Hg y la frecuencia cardíaca de 74 latidos por minuto. El índice de masa corporal era de 31,9. La agudeza visual sin anteojos fue 20/40 en el ojo derecho y 20/50 en el ojo izquierdo. Los resultados de las pruebas de color de Ishihara fueron normales. Las pupilas eran iguales, redondas y reactivas a la luz; no hubo defecto pupilar aferente relativo. Los movimientos extraoculares estaban llenos. Había ptosis completa del párpado superior izquierdo, junto con eritema y edema de los párpados superior e inferior izquierdos. Había ptosis leve del párpado superior derecho. No hubo proptosis. La presión intraocular fue de 17 mm Hg en ambos ojos. El examen con lámpara de hendidura reveló inyección conjuntival difusa y quemosis inferior en el ojo izquierdo. Las córneas estaban claras y no se visualizaron células en las cámaras anteriores. Los resultados del examen fundoscópico dilatado fueron normales. Había un eritema prominente que afectaba la frente, el lado izquierdo del cuero cabelludo anterior y los párpados izquierdos. Se observaron múltiples erosiones coalescentes cubiertas con costras hemorrágicas y serosas en los sitios de eritema, que afectaron principalmente el lado izquierdo de la frente y se extendieron hasta la línea media, el cuero cabelludo frontal y el párpado superior izquierdo. Las erosiones y el eritema afectaron también el lado derecho de la frente, pero en mucha menor medida. El resto del examen físico fue normal. Se observaron múltiples erosiones coalescentes cubiertas con costras hemorrágicas y serosas en los sitios de eritema, que afectaron principalmente el lado izquierdo de la frente y se extendieron hasta la línea media, el cuero cabelludo frontal y el párpado superior izquierdo. Las erosiones y el eritema afectaron también el lado derecho de la frente, pero en mucha menor medida. El resto del examen físico fue normal. Se observaron múltiples erosiones coalescentes cubiertas con costras hemorrágicas y serosas en los sitios de eritema, que afectaron principalmente el lado izquierdo de la frente y se extendieron hasta la línea media, el cuero cabelludo frontal y el párpado superior izquierdo. Las erosiones y el eritema afectaron también el lado derecho de la frente, pero en mucha menor medida. El resto del examen físico fue normal.

La evaluación de laboratorio reveló un nivel de sodio en sangre de 125 mmol por litro (rango de referencia, 135 a 145). Los resultados de las pruebas de función renal y hepática fueron normales. Las pruebas para el virus de la inmunodeficiencia humana tipos 1 y 2 fueron negativas. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 .

 

 


Tabla 1. Datos de laboratorio

 

 

 La tomografía computarizada (TC) de la cabeza y la cara ( Figura 1 ), realizada después de la administración de contraste intravenoso, reveló una marcada hinchazón que afectaba los tejidos blandos sobre la órbita izquierda y el seno frontal y se extendía superiormente a lo largo de la vía intravenosa. tejido blando superficial del cuero cabelludo frontal, predominantemente en el lado izquierdo. El globo ocular, la órbita y el tejido blando retrobulbar eran normales. El seno maxilar derecho mostró una opacificación casi completa con engrosamiento de la pared y esclerosis, hallazgos compatibles con inflamación crónica y sinusitis. Había un defecto en la pared medial del seno maxilar derecho que era compatible con la cirugía previa del seno. Los otros senos paranasales, incluidos el seno maxilar izquierdo, los senos etmoidales y los senos esfenoidales, estaban bien aireados.

 

 


Figura 1. TC de cabeza y rostro.

Imágenes axiales obtenidas tras la administración de contraste intravenoso y reconstruidas en algoritmo de tejidos blandos (Paneles A y B) muestran un marcado edema de los párpados izquierdos y tejidos blandos preseptales superficiales a la órbita izquierda (Panel A, flechas) y líquido y edema dentro del cuero cabelludo frontal (Panel B, flecha). Sin cambios inflamatorios poseptales  presentes; el aspecto normal y simétrico de la grasa orbitaria es consistente con los hallazgos en una imagen coronal reconstruida en algoritmo de tejidos blandos (Panel C). Una imagen coronal reconstruida en ventana ósea ó(Panel D) al mismo nivel anatómico que la imagen representativa muestra una opacificación casi completa del seno maxilar del lado derecho con engrosamiento y esclerosis de las paredes del seno maxilar derecho (flecha), hallazgos consistentes con sinusitis crónica. Un defecto en la pared medial del seno maxilar derecho (punta de flecha) es compatible con cirugía de los senos nasales. Los otros senos paranasales, incluidos el seno maxilar izquierdo, los senos etmoidales y los senos esfenoidales bordeando la órbita izquierda, están bien aireados.

 

 

Se inició tratamiento empírico con valaciclovir, amoxicilina-clavulanato y bacitracina-polimixina B tópica. Al día siguiente, el edema y eritema de los párpados izquierdos empeoró, y hubo un nuevo edema y eritema de los párpados derechos. El paciente no podía abrir los ojos. Comenzó a tener alucinaciones visuales y su esposa notó que estaba confundido. Las lesiones cutáneas en el lado izquierdo de la frente no cambiaron, y estaban presentes nuevas erosiones redondas perforadas con costra hemorrágica suprayacente en el lado derecho de la frente ( Figura 2 ). Se inició tratamiento empírico con vancomicina intravenosa, cefepima y aciclovir.

 

 


Figura 2. Fotografías clínicas.

El panel A muestra una erupción localizada predominantemente en el lado izquierdo distribución dermatómica del nervio craneal (V1), que afecta principalmente el lado izquierdo de la frente y el párpado superior izquierdo, con demarcación parcial en la línea media de la frente (flechas). Hay edema clínicamente significativo del párpados, que es más pronunciado en el lado izquierdo que en el lado derecho. Es de destacar que la nariz está respetada. El panel B muestra afectación del cuero cabelludo frontal (flecha). Los paneles C y D muestran múltiples violáceas agrupadas y confluentes pápulas erosionadas con costra hemorrágica y serosa con eritema subyacente (flechas). El panel E muestra eritema que involucra toda la frente, así como erosiones más pequeñas con costra hemorrágica (flecha) y múltiples pústulas (punta de flecha) que involucra el lado derecho de la frente.

 

Se realizó una prueba de diagnóstico.

 

Diagnóstico diferencial

Este hombre de 78 años presentó lesiones en evolución que afectaron la frente y el cuero cabelludo, junto con edema palpebral y visión borrosa. El diagnóstico diferencial de las lesiones cutáneas progresivas es amplio, pero la ubicación alrededor del ojo reduce el abanico de posibilidades en este caso. La apariencia clínica de las lesiones, la rápida progresión y la fiebre mueven la posibilidad de infección al principio de la lista. Este paciente también tenía cambios en la piel que afectaban a los párpados y la región periocular.

 

Una distinción inicial importante es si el proceso afecta las estructuras preseptales superficiales (anterior al tabique orbitario) o las estructuras orbitarias más profundas (posterior al tabique orbitario). El tabique orbitario es una membrana multilaminar resistente que se conecta al periostio de la cara y la órbita y se extiende desde los bordes orbitarios a través de los párpados. Esta membrana sirve anatómicamente como un límite que separa el párpado de la órbita y clínicamente como una barrera para la propagación de infecciones y tumores. Aunque los procesos orbitarios pueden implicar posteriormente tejidos preseptales y los procesos preseptales pueden implicar tejidos orbitarios, el tabique orbitario a menudo previene tal propagación de la enfermedad. Las condiciones que afectan la órbita suelen ser más graves y difíciles de tratar que las que se limitan al espacio preseptal.

 

INFECCIONES ORBITARIAS

La infección de la órbita puede tener complicaciones graves que suponen un riesgo de pérdida de la visión e incluso la muerte, dada la proximidad al ojo, al nervio óptico y al espacio intracraneal. La infección orbitaria puede manifestarse como celulitis difusa o absceso focal. La mayoría de los casos de celulitis orbitaria surgen de una infección bacteriana de los senos nasales; Las fuentes menos comunes incluyen la infección de la piel suprayacente o la diseminación hematógena de la infección desde un sitio distante. Aunque los signos de celulitis orbitaria se deben con mayor frecuencia a una infección, los procesos inflamatorios pueden simular la celulitis orbitaria en casos raros. 1

 

El examen físico puede ayudar a distinguir entre condiciones orbitarias y preseptales. Los hallazgos típicos de un proceso orbitario incluyen proptosis y anomalías de estructuras dentro de la órbita, sobre todo el nervio óptico y los músculos extraoculares. Si hay ptosis, como en este paciente, el examinador debe levantar manualmente los párpados para que los ojos puedan visualizarse por completo. Este paciente no presentaba proptosis ni defecto pupilar aferente y la motilidad ocular era normal. La ausencia de estos signos orbitarios es un argumento en contra de un proceso orbitario como la celulitis o un absceso. Además, aunque la tomografía computarizada mostró opacificación del seno maxilar derecho, hallazgo compatible con sinusitis crónica, la órbita izquierda era normal, lo que aporta más evidencia de que en este caso se puede descartar celulitis orbitaria.

 

INFECCIONES PRESEPTALES

Los hallazgos típicos de un proceso preseptal incluyen eritema cutáneo, edema y calor, con un nivel variable de dolor. Sin embargo, el ojo en sí es casi siempre normal, con una esclerótica blanca y sin inyección conjuntival. Aunque este paciente recibió una inyección conjuntival, los hallazgos generales en el examen físico son más consistentes con una condición preseptal.

 

La fascitis necrotizante es la infección más grave que se presenta en la región periocular, pero rara vez ocurre en esta ubicación. Suele deberse al estreptococo del grupo A y se asocia con eritema rápidamente progresivo, formación de ampollas, presencia de crepitación a la palpación y mal aspecto en la mayoría de los pacientes. Aunque este paciente tuvo una rápida progresión del eritema y el edema, la aparición de sus lesiones cutáneas, el recuento de leucocitos normal y su apariencia por lo demás saludable hacen poco probable la posibilidad de fascitis necrotizante.

 

La celulitis que surge de un traumatismo seguido de una sobreinfección bacteriana puede causar eritema y edema dolorosos progresivos. Este paciente no refirió ningún traumatismo en el cuero cabelludo y la apariencia de sus lesiones cutáneas no es compatible con celulitis.

 

Un orzuelo, coloquialmente conocido como orzuelo, es una infección aguda de glándulas especializadas en el párpado. Aunque la mayoría de los pacientes con orzuelo presentan eritema focal e hinchazón del párpado, se puede desarrollar una hinchazón severa del párpado. A diferencia de las lesiones de este paciente, que comenzaron en la frente, un orzuelo comienza en el párpado y la hinchazón se extiende circunferencialmente lejos de la fuente.

 

Los abscesos palpebrales son infrecuentes en ausencia de traumatismo. Los abscesos de las cejas se deben a una infección focal de los folículos pilosos, que ocurre con más frecuencia en las mujeres que en los hombres y se asocia con el acné o el cuidado de las cejas. Los abscesos cutáneos a menudo forman una sola espinilla pustulosa con edema y eritema circundantes. La presencia de múltiples lesiones cutáneas con costra hemorrágica no es compatible con un absceso.

 

La conjuntivitis viral es una infección común y muy contagiosa causada principalmente por adenovirus. Los síntomas incluyen picazón, irritación y la sensación de un cuerpo extraño en el ojo; Casi siempre hay hiperemia conjuntival, secreción e hinchazón de los párpados. Aunque este paciente tenía enrojecimiento conjuntival e hinchazón del párpado, los hallazgos cutáneos no son compatibles con conjuntivitis viral.

 

Las reacciones alérgicas de todo tipo pueden provocar eritema, edema y cambios cutáneos en los párpados y la región periocular. La erupción de este paciente no es compatible con una reacción de hipersensibilidad por contacto o con urticaria.

 

Finalmente, las picaduras o picaduras de insectos pueden causar eritema, edema, induración y prurito del párpado. Este paciente no informó de picaduras de mosquitos o picaduras de abejas, que generalmente se presencian. Las picaduras de arañas pueden causar una inflamación necrotizante severa y efectos tóxicos en la región periocular, lo que lleva al uso de antibióticos sistémicos o intervención quirúrgica; sin embargo, las mordeduras no presenciadas son muy raras y es poco probable que hayan ocurrido en este paciente.

 

Debido a que la celulitis preseptal y las condiciones que imitan una infección de este tipo son poco probables en este paciente, consideraré si podría tener una presentación atípica de un diagnóstico "imperdible", como arteritis de células gigantes o herpes zóster oftálmico.

 

ARTERITIS DE CÉLULAS GIGANTES

¿Podría este paciente tener arteritis de células gigantes? Si no se trata, esta afección puede causar ceguera irreversible, accidente cerebrovascular y, en casos muy raros, la muerte. Debido a que la prevalencia aumenta con la edad, la arteritis de células gigantes es una consideración importante en este hombre de 78 años.

 

En pacientes con arteritis de células gigantes, puede producirse un proceso (similar al proceso que conduce a la ceguera) en el que la oclusión de la arteria temporal superficial, que suministra sangre al cuero cabelludo frontal y parietal, provoca isquemia y necrosis de la piel. Las lesiones necróticas del cuero cabelludo pueden variar en tamaño y apariencia; por lo general, incluyen grandes áreas de lesiones oscuras o en forma de escara con costras o supuración. 2 Las lesiones pueden extenderse profundamente en el cuero cabelludo, a veces hasta la calota, y pueden ser unilaterales o bilaterales. Aunque las lesiones cutáneas de este paciente podrían ser consistentes con los hallazgos cutáneos descritos en pacientes con arteritis de células gigantes, la incidencia de necrosis del cuero cabelludo asociada a esta enfermedad es bastante baja, con menos de 85 casos reportados en la literatura. 2

 

Este paciente tenía lesiones discretas en el cuero cabelludo que se fusionaban superficialmente, no las grandes lesiones en forma de escara que se ven típicamente en pacientes con arteritis de células gigantes. Además, informó un dolor similar a la presión similar a la sinusitis, no la sensibilidad extrema del cuero cabelludo y la claudicación de la mandíbula comúnmente asociadas con la arteritis de células gigantes. La velocidad de sedimentación globular normal y la ausencia de trombocitosis también argumentan en contra de este diagnóstico. En este caso no sería necesaria una biopsia de la arteria temporal superficial, que es el método estándar de diagnóstico, porque es poco probable que la arteritis de células gigantes explique los síntomas de este paciente.

 

HERPES ZÓSTER OFTÁLMICO

Un diagnóstico que es más común que la arteritis de células gigantes y también es más probable que cause lesiones en la piel alrededor del ojo es el herpes zoster oftálmico, que se debe a la reactivación de la infección por el virus varicela-zoster (VZV). El herpes zóster oftálmico y otros tipos de herpes zóster suelen afectar a un solo dermatoma, porque el virus permanece inactivo dentro de un nervio craneal, raíz dorsal o ganglio autónomo antes de la reactivación. Hasta el 30% de las personas en los Estados Unidos tienen reactivación de la infección por VZV en su vida, 3 y entre el 10 y el 20% de los casos involucran la división oftálmica del nervio trigémino; el riesgo de por vida de desarrollar herpes zóster oftálmico es del 1% 4 y la incidencia aumenta con la edad.

 

La erupción que se desarrolla en pacientes con herpes zóster oftálmico, que es la misma que se observa con el herpes zóster que afecta a otras regiones del cuerpo, se caracteriza por eritema, máculas, pápulas y vesículas. Las vesículas pueden erupcionar progresivamente, durante un período de varios días, y luego evolucionar a pústulas y costras, a menudo con eritema y edema circundantes. Estas características se observaron en este paciente.

 

Al inicio de la erupción, la mayoría de los pacientes con herpes zoster oftálmico tienen un dolor agudo causado por la inflamación asociada y el daño al nervio sensorial y la piel afectada. El dolor se ha descrito como picazón, ardor, dolor y penetración. Este paciente refirió dolor en cuero cabelludo y frente 2 días antes del inicio de las lesiones cutáneas, aunque lo describió como similar a episodios previos de sinusitis y fue tratado por presunta sinusitis.

 

Hasta dos tercios de los pacientes con herpes zóster oftálmico tienen manifestaciones oculares además de las lesiones cutáneas. 5 Estos pueden afectar la córnea, la conjuntiva, el iris, la retina, el nervio óptico y otras partes del sistema ocular. Este paciente tenía inyección conjuntival y quemosis, hallazgos que ocurren comúnmente con herpes zoster oftálmico.

 

En este paciente, la combinación de lesiones cutáneas con costra, dolor y edema conjuntival e inyección sugiere herpes zóster oftálmico. Sin embargo, la afectación de más de un dermatoma es atípica de este diagnóstico; el herpes zóster afecta clásicamente a un solo dermatoma y generalmente no cruza la línea media. En algunos casos, el zóster localizado puede afectar a uno o dos dermatomas adyacentes. 6 La progresión de la enfermedad para afectar el lado contralateral, conocida como herpes zoster multiplex bilateralis, es atípica en hospedadores inmunocompetentes como este paciente, pero puede ocurrir.

 

En este paciente se desarrollaron lesiones cutáneas progresivas mientras recibía aciclovir, que es el tratamiento estándar para el herpes zóster oftálmico. Sin embargo, las lesiones cutáneas pueden continuar formándose durante 3 a 7 días después del inicio de la terapia antiviral.

 

¿Podría el desarrollo de alucinaciones indicar la participación del sistema nervioso central (SNC) por VZV? Si bien esto es posible, cabe señalar que la ptosis por edema palpebral obstruyó la visión del paciente, dejándolo funcionalmente ciego. Otra consideración importante para la causa de las alucinaciones de este paciente es el síndrome de Charles Bonnet, una condición caracterizada por el desarrollo de alucinaciones visuales en personas con discapacidad visual. 7

 

El diagnóstico más probable en este paciente es herpes zoster oftálmico. Este diagnóstico se puede establecer clínicamente sin ninguna prueba. Si hay dudas sobre el diagnóstico, se encuentran disponibles numerosas pruebas; hubiera sido razonable realizar pruebas en este paciente. Una prueba de anticuerpos fluorescentes directos específicos del virus utilizada para analizar rápidamente los raspados obtenidos de la base de una lesión cutánea fue probablemente la prueba de diagnóstico realizada en este caso.

 

Impresión clínica

Cuando evalué por primera vez a este paciente, pensé que las lesiones cutáneas en la distribución del nervio craneal izquierdo (V 1 ) acompañadas de quemosis conjuntival izquierda y edema palpebral eran muy sugestivas de herpes zóster y tratamiento con antivirales orales. se había iniciado recientemente. Sin embargo, las lesiones no tenían las características vesiculares esperadas y, en cambio, tenían una costra hemorrágica. El hecho de que el peluquero del paciente hubiera notado una lesión en el cuero cabelludo 2 semanas antes también era atípico del herpes zoster, en el que todas las lesiones suelen aparecer aproximadamente al mismo tiempo. Además, las lesiones del cuero cabelludo eran diferentes de las máculas aisladas observadas en la frente, con un aspecto sugestivo de necrosis cutánea coalescente, hallazgo compatible con una posible vasculitis subyacente. Estas características llevaron a preocuparse por la posibilidad de arteritis de células gigantes con necrosis cutánea. Cuando las lesiones comenzaron a aparecer en la distribución V 1 contralateral , aumentó la preocupación por esta posibilidad. Dado el potencial de que la arteritis de células gigantes no tratada condujera a una pérdida irreversible de la visión, se recomendó una biopsia de la arteria temporal y se consultó al servicio de dermatología sobre la causa de las lesiones cutáneas.

 

El aspecto general de la erupción de este paciente, que se localizó predominantemente en la distribución del dermatoma V 1 izquierdo con una extensa formación de lesiones hasta la línea media de la frente y se caracterizó por vesículas y pústulas agrupadas, así como múltiples pápulas erosionadas con costra hemorrágica sobre una base eritematosa y edematosa - fue más compatible con herpes zoster oftálmico. La erupción cruzó la línea media desde la izquierda V 1distribución dermatómica, que es atípica de este diagnóstico. Sin embargo, no siempre se observa una erupción con una clara distribución dermatómica en pacientes con herpes zoster oftálmico, y pueden ocurrir lesiones herpéticas adicionales que afecten al lado contralateral. Además, la erupción fue menos grave en el lado derecho de la frente que en el lado izquierdo, y la afectación más leve del lado derecho en un huésped inmunocompetente no es compatible con el zóster diseminado. Sin embargo, la erupción presentaba lesiones agrupadas y lesiones en diferentes fases, incluyendo pústulas y erosiones cubiertas de costra hemorrágica, características que son más compatibles con el herpes zoster que con la vasculitis necrotizante.

 

Es de destacar que aproximadamente del 30 al 40% de los pacientes con herpes zóster oftálmico tienen afectación de la rama nasociliar del nervio oftálmico, que inerva la piel de la nariz y la córnea. Por tanto, la presencia de afectación unilateral de la nariz (signo de Hutchinson) aumenta la probabilidad de afectación ocular. Este paciente no presentaba lesiones herpéticas en la nariz, lo que sugiere que la división externa de la rama nasociliar del nervio oftálmico no se vio afectada.

 

Este paciente no informó dolor clínicamente significativo asociado con la erupción durante el examen, pero informó dolor prodrómico en los días previos a la aparición de la erupción. El dolor que se presenta con el herpes zóster es causado por una neuritis aguda. En algunos pacientes, el herpes zóster puede manifestarse sin dolor o con un dolor leve. Hasta el 75% de los pacientes con herpes zóster tienen dolor prodrómico. 8-11

 

En este paciente, la evaluación diagnóstica incluyó una prueba de anticuerpos fluorescentes directos específicos para VZV y virus del herpes simple (HSV), así como un cultivo viral obtenido de la base de las lesiones vesiculares; la prueba de anticuerpos fluorescentes directos fue positiva para VZV y negativa para HSV. Antes de que estos resultados estuvieran disponibles, también se realizó una biopsia de piel, porque la prueba de anticuerpos fluorescentes directos no es 100% sensible al VZV.

 

DIAGNOSTICO CLINICO PRESUNTIVO

INFECCIÓN POR VIRUS VARICELA-ZÓSTER.

 

 

Discusión patológica

Se obtuvo una muestra de biopsia por punción de piel del lado izquierdo de la frente ( Figura 3). En el examen histológico a bajo aumento, la epidermis estaba denudada y la dermis estaba afectada por un proceso inflamatorio. Se observaron parches de queratinocitos acantolíticos adheridos a la superficie. La dermis subyacente se vio afectada por una inflamación aguda marcada, que se extendió profundamente para afectar los folículos pilosos y las estructuras anexiales adyacentes, incluidas las glándulas sebáceas. A mayor aumento, los queratinocitos acantolíticos mostraron cambios citopáticos virales, incluida la multinucleación con moldeado y marginación de cromatina. Estos cambios citopáticos virales pueden observarse tanto en la infección por VZV como en la infección por HSV, lo que hace que estas entidades sean indistinguibles sobre la base del examen histológico solo; Se requiere una correlación clínico-patológica y pruebas complementarias para determinar la causa.

 

 


Figura 3. Muestra de biopsia de piel del lado izquierdo de la frente.

En la tinción con hematoxilina y eosina a bajo aumento (Panel A), la epidermis está denudada (flecha negra) y la dermis subyacente y los anexos las estructuras están involucradas por un proceso inflamatorio. Queratinocitos acantoolíticos están presentes en la superficie (flecha azul) y se extienden hacia abajo en un folículo piloso (flecha verde) y una inflamación extensa rodea el cabello folículo y glándulas sebáceas adyacentes (flecha amarilla). A gran aumento (Panel B), numerosos queratinocitos acantolíticos muestran virus citopáticos cambios (flechas). Tinción inmunohistoquímica para el virus varicela-zóster (Panel C) muestra una tinción fuerte y difusa de los queratinocitos infectados (en marrón).

 

 

Discusión de manejo y seguimiento

Fue difícil conciliar la sugerencia de un curso prolongado de la enfermedad, que comenzó con el desarrollo inicial de una lesión cutánea 2 semanas antes, con la participación de un nuevo dermatoma en ausencia de un historial claro de inmunosupresión. No estaba claro si este síndrome calificaba como un diagnóstico formal de zóster diseminado, pero el inicio de la confusión llevó a la recomendación de evaluación y tratamiento para el zóster progresivo con posible diseminación y encefalitis. Se aconsejó la punción lumbar y la resonancia magnética (RM) de la cabeza.

 

La resonancia magnética de la cabeza reveló inflamación y realce del tejido blando preseptal, hallazgos sugestivos de celulitis preseptal, pero no mostró evidencia de enfermedad del SNC. El análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) reveló niveles normales de proteína y glucosa; el análisis del tubo 4 reveló 3 glóbulos rojos y 27 glóbulos blancos (de los cuales 99% eran células mononucleares, incluyendo 55% linfocitos, 38% monocitos, 4% células plasmáticas, 1% basófilos y 1% linfocitos atípicos). Un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa del LCR reveló ADN de varicela, lo que no es inesperado en pacientes con herpes zóster porque el virus reside en el SNC. El examen de una muestra de biopsia de la arteria temporal izquierda no reveló inflamación.

 

Después de que el paciente inició el tratamiento con aciclovir intravenoso, su estado mejoró rápidamente durante los siguientes días, con eliminación del sensorio, menor inflamación de los tejidos blandos y evolución de las lesiones cutáneas. Fue dado de alta el día 5 del hospital con instrucciones de completar un ciclo de 14 días de aciclovir intravenoso mientras se mantenía una hidratación adecuada para protegerse contra los efectos tóxicos renales. En una visita de seguimiento al final del curso antiviral de 14 días, estaba bien sistémicamente, con algunas costras sutiles en el cuero cabelludo y resolución de las lesiones de la frente. Tenía una leve inflamación periorbitaria residual y una ptosis moderada, pero pensó que estaban mejorando; informó que había disminuido la diplopía intermitente. Se le recomendó que buscara la vacunación con la vacuna contra el zóster recombinante en 6 a 12 meses.

 

DIAGNOSTICO FINAL

INFECCIÓN POR VIRUS VARICELA-ZÓSTER.

 

 

Traducción de:

 

“A 78-Year-Old Man with a Rash on the Scalp and Face”

Michael K. Yoon, M.D., Hillary R. Kelly, M.D., Suzanne K. Freitag, M.D., Alexander G. Marneros, M.D., Ph.D., Miriam B. Barshak, M.D., and Diane G. Brackett, M.D.

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2100276?query=featured_home


 

References

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miércoles, 28 de abril de 2021

ONICORREXIS, ONICOSQUICIA, Y LEUCONIQUIA PUNCTATA EN MUJER DE 37 AÑOS.

Mujer 37 años. Antecedentes de hipotiroidismo de 4 años, en tratamiento con  T4 0.50ug QD.  Uñas Quebradizas, estriadas, muy frágiles desde hace 8 años, se descartó en 3 ocasiones onicomicosis mediante KOH.  No se ha aplicado uñas acrílicas ni gel. Etc etc. En algunas ocasiones tratamiento con urea 40% mejora mientras lo usa.





En las imágenes se pueden apreciar tres alteraciones ungueales muy frecuentes de ver. Las estriaciones longitudinales que recorren la uña desde la base hasta el extremo libre  consisten en onicorrexis, la separación del extremo libre de la uña visto en el dedo medio, el índice y el pulgar izquierdo se llama onicosquicia, y las manchas blancas vistas en el lecho ungueal en esa disposición y distribución son consistentes con leuconiquia punctata.

Tanto la onicorrexis como la onicosquicia se conocen en forma amplia como “uñas quebradizas” (brittle nails), que se caracterizan por fragilidad ungueal y  descamación. El mecanismo ultraestructural es la estructura proteica y lipídica desorganizada con una orientación no homogénea de los filamentos de queratina. En la onicosquicia hay además alteración de los factores adhesivos intercelulares de la placa de la ungueal por factores externos.   Es una situación vista muy frecuentemente que afecta predominantemente a mujeres de edad media o mayores  y se debe hacer un interrogatorio exhaustivo tendiente a descubrir las causas como pueden ser multiparidad, dermatosis asociadas (eccema, liquen plano, alopecía areata),  trastornos sistémicos (ferropenia, endocrinopatías), trabajo con las manos en ambientes húmedos o con exposición a solventes, álcalis, ácidos, uso de cosméticos quitaesmaltes, esculpido de uñas, aplicación de geles acrílicos, microtraumatismos (ocupacional, onicotilomanía, onicofagia), etc. El tratamiento consiste en la evitación de los factores agresivos o desencadenantes, uso de guantes para trabajo o quehaceres húmedos, evitar manicuras y limados de uñas agresivos, e hidratando las uñas con emolientes. La biotina es frecuentemente  utilizada con buenos resultados.

En cuanto a la leuconiquia punctata es el tipo más común de leuconiquia, se ve principalmente en niños y son pequeñas manchas blancas de 1 a 3 mm en la placa ungueal que se mueven distalmente cuando la uña crece. La causa más frecuente son los traumatismos y por eso son tan frecuentes en los niños. Hay que diferenciarlas de las leuconiquias transversales (líneas de Mees) que se ven en infecciones, uso de fármacos o exposición a arsénico o talio, y de las líneas de Muehrcke  que son leuconiquias aparentes, también transversales   que se ven en la hipoalbuminemia y síndrome nefrótico, hepatopatías, trasplante de órganos, infección por VIH y quimioterapia.

 

Presentó la Dra. Gaby Muñoz Vega

Quito.  Ecuador.

 

 

domingo, 18 de abril de 2021

MUJER DE 39 AÑOS CON FIEBRE, LUMBALGIA, Y ADENOPATÍAS INGUINALES.

 Una mujer de 39 años acudió a este hospital con fiebre, dolor en la región lumbar y linfadenopatía inguinal dolorosa.

 

La paciente había estado en su estado de salud habitual hasta aproximadamente 4 semanas antes del ingreso, cuando notó una tumefacción inguinal bilateral sensible. Dos días después, comenzó a tener un dolor agudo e intermitente en la región lumbar del lado derecho; ella calificó el dolor en 5 en una escala de 0 a 10, con 10 indicando el dolor más severo. Durante los siguientes 3 días, tuvo náuseas y falta de apetito. Observó orina con mal olor, pero no tenía disuria, frecuencia urinaria ni hematuria.

 

Tres semanas antes del ingreso, la paciente fue evaluada por su médico de atención primaria. En el examen, la temperatura era de 36,6 ° C y se veía bien. Había dolor a la palpación costovertebral y abdominal en el lado derecho, sin rebote ni defensa. Los genitales externos eran normales. Había una secreción vaginal abundante, fina y blanca; no se notó dolor a la palpación del movimiento cervical y los ovarios eran normales a la palpación. A la palpación se observaron múltiples ganglios linfáticos inguinales sensibles bilaterales, que medían hasta 2 cm de diámetro. El resto del examen físico fue normal. En el examen microscópico del flujo vaginal, se observaron clue cells, pero no había elementos fúngicos o tricomonas. Pruebas de amplificación de ácido nucleico de un hisopado cervical para Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae fueron negativas. Un análisis de sangre para anticuerpos IgM, IgG e IgA contra C. trachomatis serovares L1 y D a K fue negativo. El análisis de orina reveló esterasa leucocitaria y nitratos; se obtuvo orina para cultivo. Se prescribió gel de metronidazol vaginal.

 

Dos días después, el cultivo de orina creció más de 100.000 unidades formadoras de colonias (UFC) de Escherichia coli por mililitro y de 10.000 a 100.000 UFC de Klebsiella pneumoniae por mililitro. Se prescribió un ciclo de 14 días de trimetoprima-sulfametoxazol.

 

Según los informes, la hinchazón inguinal disminuyó, pero persistieron el dolor en el costado y las náuseas. Dos días después de que la paciente completó el ciclo prescrito de trimetoprima-sulfametoxazol, apareció fiebre y sudores nocturnos. Después de 3 días de fiebre con una temperatura de hasta 38,5 ° C, comenzó a vomitar y posteriormente se presentó al servicio de urgencias de este hospital para su evaluación.

En el servicio de urgencias, la paciente refirió dolor en el costao continuo, malestar general, náuseas y falta de apetito con una pérdida de peso de 2,3 kg durante el último mes. No hubo dolor de garganta, tos ni diarrea. Tenía antecedentes de hipotiroidismo, asma, trastorno bipolar, dismenorrea y migrañas. Había tenido múltiples infecciones del tracto urinario; Una pielonefritis se había diagnosticado 4 años antes de esta presentación. Se había insertado un dispositivo intrauterino de cobre 6 meses antes de esta presentación. Los medicamentos incluían albuterol, budesonida-formoterol, divalproex, levotiroxina, loratadina y sumatriptán según sea necesario para las migrañas. La paciente no fumaba, no bebía alcohol ni consumía drogas ilícitas. Ella había inmigrado a los Estados Unidos desde Brasil un año antes; había estado viviendo en Nueva Inglaterra durante el año pasado y había estado trabajando en un laboratorio. Recientemente había pasado 3 meses en Brasil visitando a su esposo y había regresado a Nueva Inglaterra poco antes de notar hinchazón inguinal. Mientras estuvo en Brasil, se había quedado en una gran ciudad y no había visitado ningún lugar remoto. En Nueva Inglaterra, vivía sola con un gatito y un gato adulto. No había antecedentes familiares de cáncer. Una tía había muerto de tuberculosis, pero la paciente sólo había tenido un contacto mínimo con su tía.

En el examen, la temperatura era de 36,6 ° C, la presión arterial de 100/63 mm Hg, la frecuencia cardíaca de 77 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 16 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100% mientras respiraba aire ambiente. El peso fue de 67,5 kg y el índice de masa corporal  de 24,4. Impresionaba enferma. El lado derecho del abdomen estaba sensible a la palpación, sin rebote ni defensa. No había hepatoesplenomegalia. Se observaron ganglios linfáticos inguinales bilaterales sensibles. No se observaron adenopatías cervicales, supraclaviculares, infraclaviculares o axilares palpables. El resto del examen físico fue normal. Una prueba de orina para gonadotropina coriónica humana fue negativa. Los niveles sanguíneos de glucosa, electrolitos, creatina quinasa y lactato deshidrogenasa fueron normales, al igual que los resultados de las pruebas de función hepática y renal. Los análisis de sangre para el antígeno p24 del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tipo 1 y los anticuerpos contra el VIH tipos 1 y 2 fueron negativos, al igual que un ensayo de liberación de interferón-γ para Mycobacterium tuberculosis. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1.

 




Tabla 1. Datos de laboratorio.

 

Se obtuvieron estudios de imagen.

 


Figura 1. TC de abdomen y pelvis. 

Imágenes axiales de abdomen y pelvis (Paneles A y B), obtenidas sin la administración de material de contraste, muestran linfadenopatía inguinal bilateral (Panel A, flechas), que es más prominente en el lado derecho que en el izquierdo, linfadenopatía ilíaca externa derecha e izquierda (Panel B, flecha) con ovario izquierdo normal (asterisco). Imágenes axiales a través del nivel del abdomen superior (paneles C y D) muestran adenopatías en la porta hepática (panel C, flecha) y un ganglio linfático agrandado en el límite en el ligamento gastrohepático (Panel D, flecha).

 

 

La tomografía computarizada (TC) de abdomen y pelvis ( Figura 1 ), realizada sin la administración de contraste intravenoso, reveló linfadenopatía inguinal bilateral, con el nódulo de mayor tamaño, del lado derecho, de 2,6 cm en su mayor dimensión. También se observó un ganglio linfático de la pared lateral pélvica derecha de 1,3 cm en su mayor dimensión, un ganglio gastrohepático de 0,9 cm en su mayor dimensión y adenopatías en la porta hepática. La ecografía transvaginal reveló un dispositivo intrauterino en una posición adecuada, ovarios normales y trazas de líquido libre en la pelvis.

Se administraron líquidos intravenosos y ketorolaco intramuscular, y la paciente fue ingresada en el hospital. Se realizó una prueba de diagnóstico.

 

Diagnóstico diferencial

Esta mujer de 39 años acudió a este hospital con linfadenopatía inguinal sensible, dolor lumbar derecho y dolor abdominal, con síntomas sistémicos de fiebre, sudores nocturnos, anorexia y pérdida de peso después de una Estancia de 3 meses en Brasil.

 

Las causas de la linfadenopatía se pueden considerar en categorías amplias basadas en enfermedades, que incluyen infecciones, cáncer, enfermedades autoinmunes y otros trastornos diversos. El enfoque para evaluar a un paciente con linfadenopatía generalmente incluye determinar si la linfadenopatía está localizada, involucrando solo una región, o si es generalizada, afectando más de una región. Esta evaluación inicial, junto con una historia clínica y un examen físico minuciosos para identificar pistas epidemiológicas (p. Ej., Exposición a gatos, viajes recientes, picaduras de insectos o comportamiento sexual de alto riesgo) o características patológicas distales a los ganglios linfáticos afectados, pueden reducir sustancialmente las posibilidades y, en la mayoría de los casos, conducen a un diagnóstico.

Esta paciente presentaba adenopatías inguinales predominantemente del lado derecho, con adenopatías contiguas de la pared pélvica observadas en la TC abdominal, hallazgos que sugirieron un proceso regional. También tenía linfadenopatía inguinal en el lado izquierdo, pero el desarrollo de linfadenopatía en ambos lados de la región inguinal puede ocurrir si el proceso subyacente se origina en un sitio central, como por una infección de transmisión sexual o por el improbable caso de inoculación de un patógeno que afecta a ambas piernas. La TC abdominal también reveló agrandamiento del ganglio gastrohepático y linfadenopatía en la porta hepática, hallazgos que plantean la posibilidad de un proceso generalizado o enfermedad diseminada precoz. Debido a que la fiebre y la linfadenopatía inguinal son las características predominantes en este caso, (Tabla 2 ).

 


Tabla 2. Causas de la linfadenopatía inguinal.

 

INFECCIÓN POR MICOBACTERIAS

Dado que este paciente había emigrado a Estados Unidos desde Brasil un año antes, se deben considerar infecciones crónicas o reactivación de infecciones latentes como tuberculosis o micosis endémica. La linfadenitis tuberculosa periférica aislada se debe con mayor frecuencia a enfermedad de reactivación. 1 Por lo general, la linfadenitis tuberculosa es indolora y el sitio más común de afectación son los ganglios linfáticos cervicales, pero pueden estar afectados otros ganglios linfáticos periféricos. 1Este paciente tenía adenopatías en la porta hepática; sin embargo, si tuviera tuberculosis abdominal, esperaría linfadenopatía mesentérica, engrosamiento de la pared intestinal o ascitis, todos los cuales estaban ausentes en este caso. Su fiebre, náuseas, vómitos, pérdida de peso y dolor abdominal serían compatibles con este diagnóstico, al igual que su velocidad de sedimentación globular elevada y el nivel de proteína C reactiva, pero por lo demás los resultados de las pruebas de laboratorio serían normales. Aunque el paciente tuvo una prueba de liberación de interferón-γ negativa para M. tuberculosis , una prueba negativa no necesariamente descarta la tuberculosis.

 

La infección por micobacterias no tuberculosas también es un posible diagnóstico en esta paciente, pero la linfadenitis micobacteriana no tuberculosa se observa con más frecuencia en niños que en adultos y sería poco común en un adulto inmunocompetente. 2 La infección por M. marinum puede causar una infección cutánea nodular con linfadenopatía acompañante y está asociada con traumatismo cutáneo y exposición a una fuente de agua contaminada, pero la linfadenopatía aislada sin hallazgos cutáneos asociados sería inusual.

 

INFECCIÓN POR BARTONELLA HENSELAE

Debido a que el paciente tiene un gatito y un gato, la infección por especies de bartonella, específicamente Bartonella henselae , el principal agente causante de la enfermedad por arañazo de gato, es una consideración en este caso. 3 Los gatos, en particular los gatitos, son el principal reservorio de B. henselae ; transmiten la bacteria a través de la saliva o al rascarse (aproximadamente el 50% de los gatos son seropositivos para B. henselae ). 4,5Este paciente no tenía ninguna evidencia de marcas de rasguños en el examen y no se proporcionó información sobre rasguños anteriores en la presentación del caso. Por lo general, se forma una lesión cutánea (es decir, una pápula, vesícula o pústula) en el sitio del rasguño de 3 a 10 días después de la inoculación; sin embargo, esta lesión no siempre se ve ni se identifica correctamente. 6 Aproximadamente 2 semanas después de la inoculación, se desarrolla una linfadenopatía regional proximal al sitio de inoculación, un rasgo característico de la enfermedad por arañazo de gato. 6 Los sitios de linfadenopatía más comúnmente involucrados son las regiones axilar, epitroclear, cervical, supraclavicular y submandibular. La linfadenopatía generalizada es rara, pero hasta un tercio de los casos afecta más de un sitio anatómico. 6Aunque la linfadenopatía asociada con la enfermedad por arañazo de gato generalmente se resuelve en 1 a 6 meses sin tratamiento, 7 la recomendación actual es el tratamiento con un ciclo corto de azitromicina. 8 El trimetoprim-sulfametoxazol, que recibió este paciente, tiene actividad in vitro contra las especies de bartonella y se ha demostrado que es clínicamente eficaz en algunos casos. 7Esto podría explicar por qué la condición de este paciente mejoró inicialmente pero luego empeoró después de suspender estos antibióticos. La duración típica del tratamiento es de 5 días para la enfermedad por arañazo de gato sin complicaciones. Esta paciente recibió 2 semanas de tratamiento, pero dada la extensión de su enfermedad y la afectación de los ganglios gastrohepáticos y los ganglios del porta hepático, hallazgos que podrían sugerir una diseminación temprana de B. hensalae , probablemente habría necesitado un tratamiento más prolongado.

 

TOXOPLASMOSIS

La toxoplasmosis y la enfermedad por arañazo de gato están asociadas con la adenopatía y la exposición a los gatos. Sin embargo, la toxoplasmosis aguda se manifiesta por un síndrome similar a la mononucleosis caracterizado por linfadenopatía cervical o linfadenopatía difusa generalizada 9 que es similar a la observada en pacientes con infección aguda por virus de Epstein-Barr, infección aguda por citomegalovirus e infección primaria por VIH. Debido a que este paciente tenía muchas características que eran compatibles con la toxoplasmosis aguda, es difícil descartar este diagnóstico sin pruebas adicionales para la toxoplasmosis.

 

INFECCIONES BACTERIANAS DE LA PIEL Y TEJIDOS BLANDOS

La adenitis bacteriana, que generalmente es causada por Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes , es un tipo común de linfadenitis unilateral aguda; sin embargo, la ausencia de signos de infección en las piernas hace que estos diagnósticos sean poco probables. Las causas menos comunes de linfadenitis incluyen tularemia, nocardiosis y esporotricosis, todas las cuales pueden causar linfadenopatía regional distal al sitio de inoculación. Por lo general, se esperarían hallazgos cutáneos asociados con tularemia, nocardiosis y esporotricosis; sin embargo, la tularemia también tiene una forma glandular sin hallazgos cutáneos asociados. 10 Sin embargo, las características epidemiológicas de la tularemia (p. Ej., Exposición a un animal infectado o mordedura de un animal) no concuerdan con la presentación de este paciente.

 

INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

Las infecciones de transmisión sexual que se asocian comúnmente con la linfadenopatía inguinal son el linfogranuloma venéreo (LGV), la sífilis y el chancroide. De estos, LGV es el diagnóstico más probable para esta paciente, dados sus síntomas, el momento de aparición de los síntomas y la ausencia de hallazgos cutáneos en el examen pélvico. El LGV es una úlcera genital causada por los serovares L1, L2 y L3 de C. trachomatis . 11 Históricamente, ha sido más prevalente en los trópicos y subtrópicos, pero su prevalencia ha ido en aumento en los países de ingresos altos, principalmente entre los hombres que tienen sexo con hombres. 11La etapa primaria de la infección se caracteriza por la presencia de una úlcera genital en el lugar de la inoculación que se cura espontáneamente en unos pocos días. La etapa secundaria, que ocurre de 2 a 6 semanas después, puede manifestarse por un ganglio inguinal reactivo doloroso y agrandado y está relacionada con la extensión directa de la infección a los ganglios regionales. 11 La etapa secundaria también puede asociarse con síntomas anorrectales, incluida la proctocolitis. 11 El diagnóstico se basa en la presentación clínica y los hallazgos epidemiológicos y se confirma mediante pruebas de ácido nucleico. 11 Las pruebas serológicas también se puede realizar para apoyar el diagnóstico. Esta paciente se sometió a pruebas de LGV; tanto una prueba serológica como una prueba de ácido nucleico para C. trachomatis fueron negativos.

 

La ausencia de úlceras genitales en este paciente hace poco probable el chancroide, la infección primaria por el virus del herpes simple y la sífilis. 12 La etapa secundaria de la sífilis se manifiesta típicamente por exantema y linfadenopatía generalizada; La linfadenopatía regional, como se ve en este caso, sería atípica de la sífilis.

 

INFECCIONES RELACIONADAS CON LOS VIAJES

Esta paciente había regresado recientemente de una estadía de 3 meses en Brasil visitando a su esposo. Muchas enfermedades relacionadas con los viajes pueden estar asociadas con fiebre y linfadenopatía, incluida la infección por el virus del dengue, la infección por el virus de la chikunguña, la infección por el virus del Zika, la brucelosis, la leptospirosis, la fiebre entérica (fiebre tifoidea o paratifoidea) y la bartonelosis (causada por B. quintana y B. bacilliformis ). 13 Con la excepción de la fiebre entérica, que se manifestaría por linfadenopatía mesentérica, estas enfermedades generalmente se asocian con linfadenopatía difusa en lugar de linfadenopatía regional que se observa en esta paciente. En este caso, se puede descartar la infección por los virus del dengue, chikungunya y Zika, ya que los pacientes generalmente presentan fiebre dentro de las 2 semanas posteriores a la exposición.

 

Las micosis endémicas, como paracoccidioidomicosis, histoplasmosis, blastomicosis y coccidioidomicosis, pueden causar linfadenopatía generalizada en pacientes con enfermedad diseminada y por lo general se asocian con hepatoesplenomegalia y disfunción de la médula ósea. 14 Esta paciente no tenía exposiciones recientes (permaneció en una ciudad) o síntomas pulmonares que sugirieran una infección primaria, y era inmunocompetente, lo que hace que la enfermedad por reactivación o la enfermedad diseminada sean poco probables.

 

CÁNCER, ENFERMEDADES AUTOINMUNES Y OTRAS AFECCIONES

Ante la presencia de fiebre, adenopatías, sudores nocturnos y pérdida de peso, en este caso se debe considerar el linfoma. Los tumores comunes que metastatizan a los ganglios linfáticos inguinales incluyen el carcinoma de células escamosas de vulva, pene y ano 15 ; sin embargo, el examen clínico y los síntomas del paciente no coincidieron con estos diagnósticos. No hay antecedentes de erupción cutánea, debilidad o artralgias, lo que hace que los trastornos autoinmunitarios sean una causa poco probable de su presentación. La sarcoidosis se manifiesta característicamente como linfadenopatía hiliar pulmonar (en 90% de los casos), pero también puede asociarse con linfadenopatía periférica. 16

 

En resumen, la presentación de este paciente con linfadenopatía dolorosa regional y antecedentes de exposición a gatos hace que la enfermedad por arañazo de gato sea el diagnóstico más probable en este caso. No se puede descartar una presentación atípica de una infección sistémica, un proceso granulomatoso sistémico como la sarcoidosis y un trastorno linfoproliferativo. Para establecer el diagnóstico, recomendaría una biopsia de ganglio linfático inguinal derecho y pruebas serológicas para B. henselae y otras causas infecciosas.

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

INFECCIÓN POR BARTONELLA HENSELAE .

 

PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO INICIAL

Se realizó una biopsia de ganglio linfático inguinal derecho de forma ambulatoria después de que la paciente fuera dada de alta del hospital. Examen microscópico de la muestra de biopsia ( Figura 2) reveló una distorsión arquitectónica caracterizada por fibrosis capsular marcada, hipervascularidad con aumento de células plasmáticas, hiperplasia folicular reactiva florida, grupos focales de células B monocitoides e inflamación granulomatosa prominente sin neutrófilos ni necrosis. La tinción inmunohistoquímica mostró células plasmáticas politípicas y un número y distribución apropiados de células B y células T, y la citometría de flujo concurrente no mostró evidencia de una población de células B monoclonales o una población de células T inusual. Aunque parecía más probable una causa infecciosa, la combinación de características morfológicas no apuntaba a una causa específica.

 


 

Figura 2. Muestra de biopsia de un ganglio linfático inguinal derecho, evaluación diagnóstica inicial.

La tinción con hematoxilina y eosina muestra un marcado engrosamiento capsular y fibrosis (Panel A). En la interfaz de la cápsula y tejido linfoide, hay vasos pequeños prominentes asociados con un aumento de células plasmáticas (Panel B, flechas), que fueron politípicas en la hibridación in situ de ARN para cadenas ligeras de inmunoglobulina kappa y lambda (no mostrado). Algunas áreas del tejido linfoide subyacente contienen un mayor número de folículos reactivos (Panel C, flechas) con agregados intercalados de células B monocitoides reactivas (Panel D), y otras áreas contienen característicos infiltraos  histiocíticas conspicuos que son compatibles con granulomas mal formados (Panel E, flechas). A mayor aumento, los histiocitos que se pueden ver dentro de los granulomas se asocian con pequeños linfocitos y células plasmáticas; células gigantes y no hay neutrófilos y no hay necrosis central (Panel F).

 

 

Además, numerosas tinciones para microorganismos resultaron negativas; estos incluyeron tinción ácido-resistente para micobacterias, tinción de Grocott metenamina-plata para hongos y tinción de Steiner y tinción de plata de Warthin-Starry para espiroquetas y otras bacterias, así como tinción inmunohistoquímica para anticuerpos contra Treponema pallidum , Toxoplasma gondii y citomegalovirus. Fue difícil conciliar estos hallazgos en los ganglios linfáticos con las pruebas serológicas de bartonella que se habían realizado en el momento de la admisión del paciente; la prueba había mostrado un título de IgG de B. henselae notablemente elevado de 1: 1024 o superior (título de referencia, menos de 1: 128) y un título de B. quintana moderadamente elevadoTítulo de IgG de 1: 512 (título de referencia, menos de 1: 128), con títulos indetectables de B. henselae y B. quintana IgM de menos de 1:20 (rango de referencia para ambos, menos de 1:20). En pacientes con linfadenitis relacionada con la infección por B. henselae (es decir, enfermedad por arañazo de gato), se esperaría la presencia de granulomas supurativos asociados con grupos neutrofílicos y necrosis central, al igual que los organismos en la tinción de plata de Warthin-Starry 17 ; sin embargo, estas características no se observaron en la evaluación histológica.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

Debido a la alta sospecha de infección por bartonella diseminada temprana, recomendamos el tratamiento con doxiciclina. Antes de que la paciente comenzara la terapia con doxiciclina, su condición había comenzado a mejorar; la linfadenopatía palpable, la fiebre y la anemia se habían resuelto y los niveles de marcadores inflamatorios estaban disminuyendo. La conocí en el seguimiento, 2 meses después de la aparición de los síntomas y 2 semanas después de que comenzara el tratamiento con doxiciclina. Tenía dolor epigástrico persistente y sabor metálico, que atribuía a la doxiciclina. Su examen fue notable por dolor leve en la región lumbar  derecha a la  palpación, que describió como similar a su presentación inicial, y que era distinto de su dolor epigástrico. No tenía adenopatías palpables. El resultado de una prueba serológica para paracoccidioides aún no estaba disponible,

 

La paciente estaba pensando en suspender el tratamiento con doxiciclina y se consideraron las siguientes preguntas: ¿Era posible un diagnóstico alternativo, como la infección por paracoccidioides? ¿Era probable que los resultados de sus pruebas serológicas reflejaran una exposición previa a bartonella en lugar de una nueva infección? ¿Había opciones alternativas de antibióticos? Primero, discutimos que los paracoccidioides eran una posible causa, aunque su presentación sería atípica. Aunque informó que había permanecido en un entorno urbano en Brasil y que los paracoccidioides se asocian más a menudo con entornos rurales, la infección puede ocurrir en todo Brasil. 18 Además, la TC de tórax del paciente mostró pequeños nódulos pulmonares anodinos, que no se asocian típicamente con infecciones por bartonella en huéspedes inmunocompetentes.19 En segundo lugar, razonamos que, aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que del 30 al 40% de los gatos adoptados en refugios tienen bacteriemia asociada con bartonella, la mayoría de las personas que cuidan gatos no tienen seroconversión. 20 En tercer lugar, discutimos posibles antibióticos alternativos. La azitromicina o claritromicina pueden estar asociadas con ototoxicidad con el uso prolongado, la eritromicina se asocia con efectos secundarios gastrointestinales y el trimetoprim-sulfametoxazol (que el paciente había recibido previamente) tiene una actividad in vitro variable contra la bartonella y se ha asociado con una respuesta clínica inconsistente en informes de casos. 21

 

Los datos que podrían informar tanto la elección del antibiótico como la duración del tratamiento son limitados y se basan principalmente en la opinión de expertos. 22 Al final, nos decidimos por un ciclo de tratamiento antimicrobiano de 2 a 3 meses. Aunque la paciente tenía dolor abdominal leve persistente de causa incierta, no había tenido ningún compromiso oftalmológico, neurológico, hepatoesplénico o cardíaco obvio en ningún momento.

 

Dados los síntomas persistentes de la paciente y el hecho de que un diagnóstico definitivo podría afectar su decisión de continuar la terapia con antibióticos, se envió una muestra de ganglio linfático para la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para la secuenciación del gen del ARN ribosómico 16S (ARNr), que utiliza cebadores para el gen de ARNr 16S conservado para identificar la firma única de la mayoría de las especies de bacterias. El paciente continuó recibiendo doxiciclina mientras estaban pendientes los resultados. Anticipamos que la prueba tendría un valor predictivo negativo bajo, dado que las cargas bacterianas de bartonella habían sido tan bajas que no se observaron en el examen patológico y dado que el paciente había sido tratado antes de la biopsia.

 

 

MUESTRA DE BIOPSIA DE UN GANGLIO LINFÁTICO INGUINAL DERECHO, EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA FINAL.

Las pruebas de PCR para el gen ARNr 16S mostraron la presencia de ADN de B. henselae . La reevaluación de la tinción de plata de Warthin-Starry original de la biopsia del ganglio linfático inguinal derecho de la paciente confirmó la ausencia de organismos detectables. Se repitió la tinción con plata de Warthin-Starry en el bloque de tejido de ganglio linfático incluido en parafina que se había evaluado inicialmente y se realizó en los tres bloques restantes de tejido de ganglio linfático incluidos en parafina que se habían sometido a evaluación microscópica. En un solo bloque, uno que era diferente del teñido originalmente, la tinción de plata de Warthin-Starry resaltó pequeños focos dispersos de bacilos pleomórficos en grupos y grupos asociados con vasos pequeños, hallazgos que eran consistentes con infección por B. henselae ( Figura 3A y 3B ). Planteamos la hipótesis de que el inicio de la terapia antes de la biopsia de los ganglios linfáticos había alterado el aspecto histológico típico de la enfermedad por arañazo de gato y había provocado una escasez de organismos detectables. 23

 


Figura 3. Muestra de biopsia de un ganglio  linfático inguinal derecho.

Evaluación diagnóstica final.

La tinción de plata de Warthin-Starry muestra áreas focales de la muestra  de ganglio linfático que contiene grupos de bacilos que aparecen negros contra una contratinción marrón claro y están asociados con vasos pequeños (Paneles A y B, flechas). A mayor aumento, los bacilos son pleomórficos. y aparecen en pequeños grupos (Panel B).

 

SEGUIMIENTO

Después de compartir los resultados de la prueba de PCR con la paciente, ella proporcionó antecedentes adicionales. Había rescatado a su gatito un mes antes de su hospitalización. Posteriormente, su gato adulto comenzó a presentar letargo, anorexia y dolor abdominal, y notó un gran ganglio linfático por el que buscó atención veterinaria. La aspiración de un ganglio linfático no reveló nada y la condición del gato más grande mejoró después de 5 a 7 días. En retrospectiva, sospechamos que el gatito fue el origen de la enfermedad del paciente. Los gatitos sintomáticos tienen más probabilidades de tener bacteriemia de alto grado que los gatos adultos jóvenes y es más probable que se rasquen. El supuesto mecanismo de la infección humana es que las heces de las pulgas infectadas contaminan las uñas de los gatos e inoculan las heridas humanas con bacterias viables. La eliminación de las pulgas más que el tratamiento del gato es la clave para la prevención.24,25

 

El paciente continuó el tratamiento con doxiciclina. Después de 3 meses, los títulos de B. henselae habían disminuido de más del límite superior de cuantificación a 1: 128, los títulos de B. quintana se habían normalizado y su dolor abdominal se había resuelto. Además, la prueba de paracoccidioides había arrojado un resultado negativo.

 

DIAGNOSTICO FINAL

INFECCIÓN POR BARTONELLA HENSELAE (ENFERMEDAD POR ARAÑAZO DE GATO).

 

Traducción de

A 39-Year-Old Woman with Fever, Flank Pain, and Inguinal Lymphadenopathy

Richelle C. Charles, M.D., Madeleine Sertic, M.B., Ch.B., Anne M. Neilan, M.D., M.P.H., and Aliyah R. Sohani, M.D.

NEJM

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2100273

 

 

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