viernes, 26 de junio de 2015

EOSINOFILIAS PULMONARES

 Las eosinofilias pulmonares son un grupo heterogéneo de trastornos que comparten los hallazgos de un anormalmente alto nivel de eosinófilos dentro de la vía aérea y del parénquima pulmonar.  Las características   que definen las eosinofilias pulmonares incluyen:
·         Eosinofilias en sangre periférica con alteración en las imágenes pulmonares.
·         Eosinofilias tisulares pulmonares demostradas en biopsias transbronquiales o biopsias de pulmón a cielo abierto.
·         Aumento de los eosinófilos en el lavado broncoalveolar (BAL).
Las causas de eosinofilias pulmonares se pueen resumir en :

DROGAS Y TOXINAS.
  • AINES
  • ANTIMICROBIANOS (nitrofurantoína, minociclina, sulfas, ampicilina, daptomicina).
  • FENITOÍNA
  • L TRIPTÓFANO


INFECCIONES POR HELMINTOS
  • PASAJE TRANSPULMONAR DE LARVAS (Síndome de Loeffler) (ascaris lumbricoides, ancylostoma duodenale, necator americanus, Strongyloides stercoralis
  • INVASIÓN PARENQUIMATOSA PULMONAR (principalmente helmintos como paragonimiasis)
  • SIEMBRA HEMATÓGENA MASIVA DE HELMINTOS (triquinosis, estrongiloidiasis diseminada, larva migrans cutánea o visceral, esquistosomiasis).
  • EOSINOFILIA PULMONAR TROPICAL (Wuchereria bancrofti, Brugia malayi)
  • ASPERGILOSIS BRONCOPULMONAR ALÉRGICA


NEUMONÍA EOSINOFÍLICA AGUDA.

NEUMONÍA EOSINOFÍLICA CRÓNICA

GRANULOMATOSIS EOSINOFÍLICA CON POLIANGEÍTIS (CHURG-STRAUSS)

OTROS
  • SÍNDROME HIPEREOSINOFÍLICO PRIMARIO
  • ENFERMEDAD PULMONAR IDIOPÁTICA
  • NEOPLASIAS
  • INFECCIONES NO HELMÍNTICAS (coccidioidomicosis, Mycobacterium tuberculosis)A su vez estos cuadros mencionados arriba son clasificados de acuerdo a la severidad de la eosinofilia que son capaces de causar en dos grupos:

LAS QUE TIENEN UN RECUENTO DE EOSINÓFILOS DE  más de  25%
  • NEUMONÍA EOSINOFÍLICA CRÓNICA (más de 40 %)
  • CHURG-STRAUSS CON NEUMONITIS ACTIVA
  • NEUMONÍA EOSINOFÍLICA AGUDA IDIOPÁTICA (menos de 25%)
  • EOSINOFILIA PULMONAR TROPICAL (40 A 70%)

LAS QUE CONTIENEN RECUENTOS DE EOSINÓFILOS DE menos 25%
  • ENFERMEDADES DEL TEJIDO CONECTIVO
  • NEUMONITIS INDUCIDA POR DROGAS
  • NEUMONÍA FÚNGICA
  • FIBROSIS PULMONAR IDIOPÁTICA (menos de 10%)
  • HISTIOCITOSIS DE CÉLULAS DE LANGERHANS
  • SARCOIDOSIS


INFECCIONES POR HELMINTOS
Probablemente la MIGRACIÓN PULMONAR DE LAS LARVAS DE ALGUNOS HELMINTOS (áscaris, Ancylostoma duodenale, Necator americanus, y Strongyloides stercoralis), sea la causa más frecuente de infiltrados pulmonares con eosinofilia  y en tal caso se lo llama al cuadro síndrome de Löefler. Estos parásitos presentan en sus ciclos vitales una etapa en la que las larvas alcanzan los pulmones vía sanguínea, penetran en los alvéolos, maduran y ascienden por la vía aérea antes de descender hasta el intestino delgado. Los áscaris son los que más frecuentemente producen estos infiltrados. Los pacientes a menudo se quejan de tos seca y malestar quemante subesternal que se agrava con la tos o la respiración profunda. Puede haber disnea, sibilancias, fiebre y esputo con estrías de sangre que puede contener cristales de Charcot-Leyden derivados de los eosinófilos (Figura 1a).






Figura 1a Cristales de Charcot-Leyden en el esputo de un paciente con ascaridiasis. Estos cristales que son encontrados en todas las infecciones parasitarias eosinofílicas consisten en lisofosfolipasa, una enzima derivada de los eosinófilos.



La radiografía de tórax puede mostrar opacidades que van desde algunos milímetros hasta varios centímetros en ambos campos pulmonares, migratorias y pueden hacerse confluentes en áreas perihiliares. Figura 2.


 
2a




3a



4a


5a




Figura 2 a 3 a,4 a y 5 a. Síndrome de Löffler en un paciente coreano de 29 años que había emigrado a los EE UU. Tenía eosinofilia en el frotis de sangre periférica. Las radiografías seriadas (ordenadas de A a D), en un período de 12 días muestran un patrón bien definido, transitorio, asimétrico con áreas de infiltrado o consolidación con reacción pleural asociada. Nótese la fugacidad de los infiltrados que son característicos del síndrome de Löffler




Este paciente de 54 años presentó síndrome de Loeffler por migración de larvas de ascaris. Existe una secuencia radiológica que muestra infiltrados sutiles que aparecen y desaparecen apareciendo nuevos en distinta topografía pulmonar.







Figura 2(1)a Rx inicial de un hombre de 54 años que muestra opacidad sutil (flechas en la zona media del pulmón derecho





Figura 2(1)b Rx de control que muestra opacidad migratriz en el lóbulo inferior izquierdo 20 días después de la primera .






Figura 2(1)c TAC de alta resolución  con cortes de 1 mm obtenidas del mismo paciente  de 54 años que muestra consolidación con opacidad en vidrio esmerilado rodeando el lóbulo inferior izquierdo. Vía aérea dilatada se observa dentro de la lesión. Esta TAC fue obtenida entre ambas radiografías previas.



Curan espontáneamente en varias semanas Generalmente la eosinofilia supera el 10%. El diagnóstico definitivo de ascaridiasis requiere detección de larvas de áscaris en las secreciones respiratorias. El examen de materia fecal es generalmente negativo en el momento de los síntomas pulmonares y no es útil en el diagnóstico de síndrome de Löeffler. No se requiere tratamiento específico aunque por supuesto se deberá dar terapia antihelmíntica para la infección intestinal después de la resolución de los síntomas pulmonares


Otra forma de eosinofilia pulmonar relacionada a helmintos es la INVASIÓN PARENQUIMATOSA  PULMONAR. Existen helmintos que pueden invadir directamente el parénquima pulmonar y producir manifestaciones prolongadas en vez de las fugaces manifestaciones del síndrome de  Löeffler de los parásitos que pasan brevemente por los pulmones en su ruta hacia el intestino. Estos parásitos son las duelas pulmonares del Paragonimus (trematodos), y los cestodos Echinococcus, y Tenia solium.
Como ejemplo de este tipo de infección, Paragonimus puede invadir los pulmones y producir derrame pleural o infiltrados pulmonares ricos en eosinófilos. Pueden ocasionar hemoptisis recurrente o producción de esputo de color chocolate producto de la mezcla de sangre, células inflamatorias y huevos de Paragonimus. Hay importante eosinofilia periférica en los estadios iniciales de la infección pero se hace mínima con la enfermedad ya establecida. La investigación por ELISA o inmunoblot de anticuerpos contra Paragonimus es más útil cuanto más tardía en la enfermedad  es la solicitud de estos análisis. Las lesiones de Paragonimiasis son típicamente nodulares con áreas adyacentes de vidrio esmerilado (Figura 6a).






Fig 6a. Paragonimiasis
A y B Rx de tórax y TC al ingreso. A múltiples opacidades en pulmón derecho (flecha).
B Múltiples nódulos con áreas adyacentes de densidades en vidrio esmerilado sugestivos de causas hemorrágicas o metastásicas que se observan en ambos pulmones(flechas).
C. PTE-FDG que muestra hipercaptación de FDG (Flechas).




Las lesiones son periféricas y más comunes en los campos pulmonares medios e inferiores, mientras que la tuberculosis que es un diagnóstico diferencial más probablemente causa cavitaciones apicales. El diagnóstico de paragonimiasis  es típicamente hecho por el hallazgo de huevos en el esputo o del lavado broncoalveolar (BAL) (Figura 7a), o por un ELISA positivo,





Figura 7 a. (A, B) Huevos de P. westermani en una muestra húmeda sin tinción.
En la figura 7 b se aprecia el ciclo de Paragonimus westermani






Figura 7b: Ilustración del ciclo de Paragonimus westermani, uno de los causales de paragonimiasis. CDC.



La ruptura de un quiste hidatídico (equinococosis) o cisticercosis puede también causar eosinofilia pulmonar. Los anticuerpos contra equinococcus pueden ser detectados por ELISA, y para cisticercosis.


Otra forma en que los parásitos pueden afectar al pulmón en el contexto de eosinofilia es la SIEMBRA HEMATÓGENA MASIVA. La siembra hematógena masiva de larvas o huevos puede conducir a depósitos pulmonares de parásitos y a respuesta pulmonar eosinofílica. Este tipo de diseminación no es esencial para el ciclo de vida del parásito. Un tratamiento previo con corticosteroides puede ser un factor de riesgo. Los síntomas pulmonares que pueden ocasionar son: tos, sibilancias, y disnea asociado a eosinofilia. Este cuadro puede verse en áscaris, toxocara canis, toxocara catis, que típicamente causan larva migrans visceral y otros gusanos que causan larva cutánea migrans, pueden también diseminarse por vía hematógena a los pulmones cuando un gran número de huevos o larvas son liberados a la sangre Figura 7 C y D).




Figura 7 (C) Rx de una niña de 3 años con toxocariasis







Figura 7(D)TC de la misma niña de 3 años con toxocariasis mostrada en 7 C. 


También pasa esto con Trichinella cuando sus larvas se diseminan a la sangre. La trichinelosis debe ser considerada en pacientes con edema periorbitario, miositis y eosinofilia. 
La esquistosomiasis  puede asociarse a eosinofilia pulmonar en dos contextos. Los esquistosomas adultos pueden diseminarse al pulmón vía vasos colaterales siguiendo a la terapia antihelmíntica particularmente en pacientes con hipertensión portal. Además, la neumonía eosinofílica puede ocurrir en la fase temprana, tres a seis semanas después de la infección por esquistosomas; los pacientes suelen experimentar tos y dificultad respiratoria, y la TC de tórax puede detectar múltiples pequeños nódulos y menos comúnmente opacidades en vidrio esmerilado. 
El síndrome de hiperinfección y diseminación de huevos y larvas de strongyloides pueden producir invasión de un número de órganos (incluyendo los pulmones), aparte de la migración transpulmonar requerido para el ciclo de todo helminto (Figuras 7 E, F, G). La hiperinfección se asocia típicamente con inmunosupresión aunque puede ocurrir en ausencia de inmunosupresión demostrable. Típicamente los pacientes están disneicos, con sibilancias tos y fiebre. La radiografía de tórax usualmente muestra opacidades en vidrio esmerilado. El diagnóstico se hace por la demostración de huevos en el BAL, aunque los tests serológicos son también positivos (ELISA), y la materia fecal es negativa.




Figura 7 E.  Estrongiloidiasis diseminada.Radiografía que muestra un patrón retículonodular difuso disperso por ambos campos pulmonares en una paciente con  estrongiloidiasis diseminada







Figura 7F. Estrongiloidiasis diseminada imagen amplificada que muestra micronodularidad extensa (flechas) y engrosamiento de la trama intersticial.







Figura 7G. Estrongiloidiasis diseminada. TC que muestra múltiples nódulos periféricos  (flechas).




Finalmente la última forma de eosinofilia pulmonar relacionada con parásitos es la EOSINOFILIA TROPICAL, que es el resultado de una respuesta inmune diferenciada a los estadios vasculares de la filaria linfática Wuchereria bancrofti, y menos comúnmente Brugia malayi. Los síntomas típicos son tos, disnea, sibilancias, fatiga y fiebre. Las pruebas funcionales respiratorias pueden mostrar trastornos mixtos obstructivos y restrictivos. La Rx de tórax generalmente muestra opacidades difusas (Figura 8 a), aunque el 20% tienen Rx de tórax normal.




Figura 8 a. Eosinofilia tropical.
(A) Rx de tórax de una joven de India que se presentó con síntomas sugestivos de asma.
(B) En el seguimiento en la Rx de tórax dos semanas después de una terapia con dietilcarbazina por eosinofilia pulmonar sospechada se muestra el mejoramiento de las sutiles imágenes.


La TC  es más sensible que la Rx de tórax y puede mostrar opacidades reticulares, y pequeños nódulos, bronquiectasias, atrapamiento de aire, calcificación y adenopatías mediastinales.
El diagnóstico se hace por los síntomas respiratorios y radiográficos típicos en un paciente con historia de residencia o viajes a regiones endémicas de filaria con eosinofilia periférica de más de 30000/mm3, IgE marcadamente elevados o más de 1000 unidades/ml, y serología marcadamente elevada y anticuerpos IgG antifilaria.


INFECCIONES NO HELMÍNTICAS
La infección por coccidioides puede causar neumonía eosinofílica. La diferenciación de la neumonía eosinofílica idiopática puede ser difcultosa. Si hay sospecha de coccidioidomicosis se pueden solicitar tests serológicos aunque estos pueden ser negativos al comienzo de la enfermedad; el ELISA para IgG e IgM son los tests más sensibles.
La tuberculosis pulmonar complicada puede ser causa de eosinofilia.




Figura 8c:
Radiografía de tórax con infiltrados interticiales micronodulares por Coccidiodes immitis


MEDICAMENTOS Y TOXINAS
Han sido reportadas eosinofilias pulmonares en la ingestión e inhalación de una variedad de medicamentos y toxinas. La presentación clínica puede ser diversa desde infiltrados pulmonares asintomáticos con eosinofilia, tos crónicay síntomas sistémicos como se ve en el DRESS
Los AINES y antimicrobianos (por ej nitrofurantoína, minociclina, sulfonamidas, ampicilina, daptomicina) son las clases de drogas más comunes asociadas a eosinofilias pulmonares pero existen otros como anticonvulsivantes, antidepresivos, inhibidores de la enzima convertidora,  betabloqueantes, hidroclorotiazida, y otras sulfodrogas, medios de contraste radiológicos, L-triptófano, metotrexato, amiodarona, bleomicina.
Las exposiciones a toxinas como silicato de aluminio, sulfitos, picaduras de escorpiones, inhalación de heroína, cocaína, marihuana, manufactura del caucho, , inhalación de polvos,o humo, exposición a humos como bomberos, abuso de tricloroetano etc han sido descritos como causantes de eosinofilias pulmonares.





Figura 8d. Toxicidad pulmonar por nitrofurantoína
A: tomografía computarizada de alta resolución (TACAR) donde se observan la distorsión de la arquitectura bronquial, la presencia de bandas de fibrosis y un patrón en panal de abeja incipiente en ambas bases pulmonares. B: TACAR de control en la que puede verse la resolución completa de las lesiones pulmonares.

NEUMONÍA EOSINOFÍLICA AGUDA IDIOPÁTICA.
La neumonía eosinofílica aguda idiopática es un tipo de neumonía eosinofílica asociada con rápido desarrollo de fallo respiratorio agudo en un paciente previamente sano. La mayoría de los pacientes se presentan como una enfermedad febril aguda,  de menos de 7 días de duración caracterizada por tos no productiva, disnea, y una variedad de cambios radiográficos inespecíficos (Figura 9 a y 10 a)





Figura 9 a. Neumonía eosinofílica aguda idiopática. Se observa opacidades bilaterales mixtas alveolares y reticulares.







Figura 10 a. Neumonía eosinofílica aguda idiopática. TC que muestra opacidades bilaterales en vidrio esmerilado.




Al comienzo de la enfermedad la eosinofilia periférica es rara pero desarrolla en el curso de la enfermedad. La insuficiencia respiratoria hipoxémica es frecuentemente identificada desde la presentación del cuadro y a menudo requiere ventilación mecánica.
El diagnóstico se hace por la presentación clínica, las imágenes, , la broncoscopía flexible con lavado broncoalveolar que muestra más de 25 por ciento de eosinófilos y ausencia de infección u otra causa precipitante (Tabla). La biopsia de pulmón se reserva para situaciones de diagnóstico incierto. Los hallazgos histopatológicos incluyen daño alveolar difuso, membranas hialinas, y marcado número de eosinófilos alveolares.





Tabla. Causa de eosinofilias pulmonares.



NEUMONÍA EOSINOFÍLICA CRÓNICA.
La neumonía eosinofílica crónica es un trastorno idiopático  caracterizado por una anormal acumulación de eosinófilos en los pulmones. Ocurre predominantemente en mujeres y en no fumadores; se han reportado casos siguiendo a la radioterapia de mama. En general se presenta como cuadro subagudo con una constelación de síntomas que incluyen tos, fiebre, dificultad respiratoria progresiva, pérdida de peso, sibilancias, sudoración nocturna; el asma acompaña o precede a la enfermedad en 50% de los casos. La eosinofilia periférica es común pero hay un 10% a 20% de los pacientes que no tienen eosinofilia.
La Rx de tórax muestra infiltrados periféricos periféricos, de base pleural descriptos como imagen negativa del edema agudo de pulmón que son virtualmente patognomónicos de la enfermedad (Figura 9 a y 10 a), pero estos hallazgos sólo se ven en un tercio o menos de los casos.







Figura 9 a. Neumonía eosinofílica crónica.
Hallazgos clásicos de la neumonía eosinofílica crónica como se ve en una Rx de tórax. El hallazgo incluye compromiso bilateral, predominantemente de lóbulo superior, y opacidades de consolidación y de vidrio esmerilado. En la neumonía eosinofílica crónica el compromiso pulmonar es bilateral en el 75% de los casos y confinado al lóbulo superior en el 50% de los casos. Hay que tener en cuenta que si bien los hallazgos de esta Rx son “clásicos”, la mayoría de los casos no son clásicos y esto se ve sólo en un tercio de los casos.






Figura 10 a. Neumonía eosinofílica crónica.
TC axial (A), y coronal (B) de alta resolución de un paciente con neumonía eosinofílica crónica. Los hallazgos incluyen infiltrados de  aspecto de  consolidación junto a vidrio esmerilado bilaterales y predominantemente en lóbulos superiores en 50%.



Los derrames pleurales se han descripto en pocos casos y la cavitación es excepcional. En el BAL la eosinofilia mayor de 25% es sugestiva de neumonía eosinofílica crónica. Se han descripto lesiones mucosas necrotizantes asociadas a neumonía eosinofílica crónica. La histopatología de la biopsia pulmonar muestra eosinófilos e histiocitos intersticiales y alveolares incluyendo células gigantes multinucleadas (Figura 11 a)






Figura 11 a. Neumonía eosinofílica crónica.
Biopsia a mediano aumento que muestra la combinación de ocupación del espacio aéreo y engrosamiento intersticial, en una paciente con neumonía eosinofílica crónica. El infiltrado del espacio aéreo muestra una combinación de histiocitos y eosinófilos. Un infiltrado inflamatorio similar es responsable del engrosamiento alveolar y  septal asociado



La fibrosis es mínima y la neumonía organizativa (antes llamada BOOP) es un hallazgo comúnmente asociado.
El diagnóstico de neumonía eosinofílica crónica se basa en la combinación de presentación sugaguda, hallazgos radiológicos característicos, eosinofilia periférica, eosinofilia en el BAL en ausencia de infección o drogas inductoras de eosinofilia. El diagnóstico diferencial incluye la neumonía organizativa criptogenética y la granulomatosis eosinofílica con poliangeítis (Churg-Strauss).

GRANULOMATOSIS EOSINOFÍLICA CON POLIANGEÍTIS.
La granulomatosis eosinofílica con poliangeítis (GEPA) o enfermedad de Churg-Strauss es un trastorno vasculítico a menudo caracterizado por sinusitis, asma y eosinofilia. Es la única forma de vasculitis que asocia eosinofilia con compromiso pulmonar. Además de los pulmones, la piel, el aparato cardiovascular, renal y neurológico pueden estar afectados.
La eosinofilia periférica de más de 1500 eosinófilos/dl, o más de 10% del recuento total de leucocitos son parte de los criterios diagnósticos de  la GEPA aunque son frecuentes valores de más de 5000 eosinófilos/dl. Los anticuerpos anti citoplasma de los neutrófilos (ANCA), están presentes en 40 a 60% de los pacientes y cuando son positivos el patrón es generalmente de patrón perinuclear por anti mieloperoxidasa.
La Rx de tórax de la GEPA es muy variable pero frecuentemente suele mostrar opacidades en parches sin distribución segmentaria ni lobar, es decir no respeta segmentos ni lóbulos (Figuras 12 a, 13 a, y 14 a.)




Figura 12 a. Granulomatosis Eosinofílica con Poliangeítis (Churg-Strauss)
Rx de tórax frente de un paciente con GEPA.







Figura 13 a. Granulomatosis Eosinofílica con Poliangeítis (Churg-Strauss). Rx de perfil.
Rx de tórax perfil en un paciente con GEPA  mostrando consolidaciones prominentes.







Figura 14 a. Granulomatosis Eosinofílica con Poliangeítis (Churg-Strauss)
TC de alta resolución de lóbulo inferior y medio derechos en un paciente con GEPA  que muestra engrosamiento de la cisura mayor y engrosamiento de los septos en el parénquima subpleural. Agrandamiento de las arterias pulmonares están presentes en esta área. Los bronquios adyacentes son de tamaño normal con algo de engrosamiento peribronquiolar. Pequeñas opacidades en parches están presentes en el parénquima pulmonar y se considera que se correlaciona con la neumonitis eosinofílica presente.



Los infiltrados patognomónicos en la biopsia pulmonar incluyen infiltrados eosinofílicos y vasculitis eosinofílica especialmente de pequeñas arterias y venas, granulomas necrotizantes perivasculares e intersticiales y áreas de necrosis (Figuras 15 a, 16 a y 17 a). Sin embargo, los tejidos de los pacientes que se presentan con GEPA de reciente comienzo pueden no exhibir los hallazgos clásicos anatomopatológicos sino más bien recordar la infiltración eosinofílica sin vasculitis típica de la neumonía eosinofílica crónica o del síndrome hipereosinofílico. En algunos pacientes la neumonía eosinofílica crónica precede al diagnóstico de GEPA.







Figura 15 a. Granuloma en una granulomatosis eosinofílica con poliangeítis (Churg-Strauss).
Micrografía a bajo aumento que muestra granulomas en palizada de un paciente con GEPA caracterizado por un área de necrobiosis (flecha) permeado por neutrófilos desintegrados y rodeados por infiltrado histiocitario.  Puede o no estar acompañado de vasculitis.






Figura 16 a. Histopatología de una granulomatosis eosinofílica con poliangeítis.
Pequeña arteria en un paciente con GEPA (Churg Strauss), que muestra necrosis fibrinoide de la íntima e infiltración mural por histiocitos consistentes con vasculitis granulomatosa necrotizante. Hay marcada eosinofilia extravascular.








Figura 17 a.
Micrografía a bajo aumento de una biopsia pulmonar de un paciente con GEPA que muestra una lesión arterial oclusiva necrotizante bien establecida con obliteración de la luz arterial. La dilatación de los canales linfáticos en la adventicia arterial contribuye significativamente a la marcada diferencia de tamaño entre la arteria y el bronquiolo adyacente. Otras regiones del pulmón revelan infiltración eosinofílica del parénquima.



El diagnóstico de GEPA es típicamente sospechado por los hallazgos clínicos, eosinofilia de más de 1500 eosinófilos por dl, asma, y enfermedad de senos paranasales. El hallazgo de ANCAp es un fuerte elemento a favor del diagnóstico. Pero la confirmación diagnóstica requiere típicamente biopsia tisular del sitio más accesible antes de iniciar terapia con corticosteroides

ASPERGILOSIS BRONCOPULMONAR ALÉRGICA (ABPA).
La ABPA es una reacción de hipersensibilidad compleja  que ocurre cuando la vía aérea se coloniza por Aspergillus. Repetidos episodios de obstrucción bronquial, inflamación e impactación de moco pueden conducir a bronquiectasias, fibrosis y compromiso respiratorio. La respuesta inmune disparada por Aspergillus fumigatus es la responsable de este síndrome.
El cuadro clínico del ABPA es dominado por episodios recurrentes de obstrucción bronquial, fiebre, malestar, expectoración de tapones mucosos amarronados, eosinofilia periférica y hemoptisis. Las sibilancias no son siempre evidentes y algunos pacientes se presentan con consolidaciones pulmonares asintomáticas. La TC de alta resolución (TACAR) de tórax puede mostrar amplias bronquiectasias cilíndricas proximales con predominancia por el lóbulo superior y engrosamiento de la pared bronquial. Mientras que las bronquiecatsias centrales con adelgazamiento bronquial a medida que se hacen periféricos es considerada la manifestación clásica de la ABPA, este dato no se considera ni sensible ni específico de este trastorno (Figura 18 a).





Figura 18 a. Bronquiectasias Centrales en Aspergilosis Broncopulmonar Alérgica.
Bronquiecatsias centrales en un paciente con aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA). Múltiples bronquios de tercera y cuarta generación son visualizados. Los pequeños bronquios periféricos llenos de moco explican las opacidades lineales ramificadas en el parénquima pulmonar distal.



Los hallazgos histológicos en uun paciente con ABPA incluyen bronquiolitis asmática, neumonía eosinofílica, granulomatosis broncocéntrica e impactación mucoide bronquial. En ocasiones la granulomatosis broncocéntrica en ausencia de hongos endobronquiales  ocurre con eosinofilia pulmonar.

MISCELÁNEAS.
Otras entidades pueden dar eosinofilias pulmonares pero con menor frecuencia



SÍNDROME HIPEREOSINOFÍLICO
El síndrome hipereosinofílico (SHE), puede tener compromiso de diversos órganos tales como corazón, tracto gastrointestinal, pulmones, cerebro y riñones. Cuando compromete pulmón suele dar tos y dificultad respiratoria
Otras enfermedades pulmonares idiopáticas que pueden cursar con eosinofilia en el BAL  son la fibrosis pulmonar idiopática, sarcoidosis, neumonitis por hipersensibilidad, enfermedades reumáticas sistémicas, y menos frecuentemente en neumonía organizativa criptogenética, artritis reumatoidea,   síndrome de Sjögren, síndrome post radiación, y enfermedad de injerto versus huésped. Algunas neoplasias como carcinomas de pulmón, tumores cervicales metastásicos, carcinomas escamosos de vagina, pene, piel o nasofaringe, adenocarcinoma de estómago, colon o útero y carcinoma transicional de vejiga. También algunos linfomas, leucemia eosinofílica, síndrome de Sézary con compromiso pulmonar.

Finalmente digamos que cuando nos enfrentamos a un paciente con infiltrado pulmonar eosinofílico debemos comenzar nuestra aproximación de diagnóstico diferencial con un exhaustivo interrogatorio y examen físico. Esta sistemática debe considerar antecedentes de medicamentos que esté tomando, incluyendo aspirina, AINES,    anticomiciales, antibióticos así como exposiciones ocupacionales, humo, polvo (bomberos, fumadores), o químicos. Viajes recientes o remotos, incluyendo residencia en zona endémica de coccidioidomicosis y una variedad de parásitos, ingesta de carne porcina mal cocida o jabalí u otras carnes animales sobre todo en quien se queja de dolores musculares, inflamción, hinchazón, y debilidad muscular. Antecedentes de asma, compromiso orgánico extrapulmonar.
Muchas veces estos procesos suelen confundirse con neumonías, sin embargo hay que recordar siempre que toda neumonía bacteriana induce respuestas eosinopénicas, y la presencia de eosinofilia en este contexto debe sugerir alguno de los trastornos citados arriba. Además hay que recordar que algunas de estas condiciones de eosinofilia pulmonar no tienen eosinofilia periférica tal como es el caso de la neumonía eosinofílica aguda y a veces la neumonía eosinofílica crónica.
Recordar siempre el aporte de las imágenes sobre todo de la TACAR que da imágenes clásicas en la neumonía eosinofílica crónica  aspergilosis broncopulmonar alérgica.
Completar con tests serológicos de acuerdo al caso como por ejemplo ELISA para Strongiloides, folarias, paragonimus, equinococcus, cisticercosis, coccidioidomicosis, ANCA, y dosaje de IgE total e IgG para Aspergillus.
A veces hay que recurrir a estudios invasivos como la fibrobroncoscopía con BAL en busca de larvas o huevos, o una biopsia pulmonar en casos de sospecha de Churg-Strauss que fue el diagnóstico final en esta paciente.


Fuente
From the Department of Pulmonary and Critical Care Medicine (C.C.T., A.M.T.) and the Center for Immunology and Inflammatory Diseases, Division of Rheumatology, Allergy, and Immunology (A.M.T.), Massachusetts General Hospital; the Channing Laboratory, Brigham and Women's Hospital (C.C.T.); Harvard Medical School (C.C.T., A.M.T., P.F.W.); and the Divisions of Allergy and Inflammation and Infectious Diseases, Department of Medicine, Beth Israel Deaconess Medical Center (P.F.W.) — all in Boston.
Address reprint requests to Dr. Thomson at the Pulmonary and Critical Care Unit, Bulfinch 148, Massachusetts General Hospital, 55 Fruit St., Boston, MA 02114, or at cthomson{at}partners.org .
References
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martes, 23 de junio de 2015

ATENEO HOSPITAL PINTOS 17/06/2015.VARÓN DE 70 AÑOS CON DISECCIÓN CAROTÍDEA DERECHA POST TRAUMÁTICA



Paciente masculino de 70 años

Hospital "Dr Ángel Pintos" de Azul
MOTIVO DE  CONSULTA:
alteraciones de la visión y estabilidad en posición de pié.

ENFERMEDAD ACTUAL:
Comenzó hace mas de 1 mes luego de un violento accidente de transito donde el automóvil que conducía y que estaba detenido en una esquina a la espera de cambio de luces  en un semáforo, fue violentamente impactado por detrás, por una camioneta. De resultas del mismo sufrió pérdida de conocimiento de breve duración sin recordar nada de lo ocurrido.
Fue estudiado en forma inmediata con imágenes incluyendo cerebrales y columna cervical sin hallarse lesiones. Evaluado clínica y neurológicamente sin alteraciones en ese momento se le permitió que se retirara a su domicilio. 
A partir de entonces nota en forma creciente inestabilidad en la posición de pié,  asociado a alteración en la visión en el campo inferior y externo del ojo derecho, (el izq. padece severo defecto crónico), lo que desaparece al adoptar el decúbito dorsal.

ANTECEDENTES:
 Hipertrofia protática benigna tratada con Tamsulosina 0,4 mg/d.
 Hipertensión arterial tratada con Enalapril 10 mg /d.
Gota

EXAMEN FÍSICO
Peso 98 kg altura 1.80 m. pulso regular, igual, 76 /m. TA en decúbito supino: 150/90 mm Hg, sentado 120/80 mm Hg de pié: 110/70 mm Hg.
Se palpan ambos pulsos carotideos.
Se ausculta soplo sistólico 3/6 irradiado a cuello.
No se objetivan alteraciones motores ni sensitivas, pares craneanos sin alteraciones. No hay dismetrías, ni nistagmus. Romberg negativo.

LABORATORIO
GR: 5.140.000 Hb 16.2 g. Leucocitos: 6400 Ncy 2. Nseg 61 E0 7 L 27 M 3. Eritrosedimenaión 4 mm Plaquetas 201.00. Uremia 35 mg Glucemia 112 mg Ac. Urico 8.7 mg.TGO 32 TGP 34. FAL 213 Colesterol 164. Proteinas totales 7 grs. PSA 4,17 ng.  Orina completa: Ph 6 densidad 1020 sedimento normal.
 Coagulograma:  T. de sangría 4 min. T. coagulación 8 min. T. de protrombina 12 seg. Concentración 100%. R.I.N. 1,00. KPTT: 36 seg. Ionograma plasmático:
Na 134  K 3.86 Cl 107
Repetición de Glucemia  102 mg. Hb glicosilada 5,4%

RMN DE CEREBRO : SIN ALTERACIONES SIGNIFICATIVAS
RMN DE COLUMNA CERVICAL Y LUMBAR  SIN ALTERACIONES SIGNIFICATIVAS.


DIAGNOSTICO ?
PLAN DE ESTUDIOS?
Se sospecha trastorno hemodinámico con hipoflujo vascular cerebral, asociado al traumtismo.
Hipotensión ortostática.
Se solicita campimetría, y eco doppler  de vasos cervicales.

Eco doppler vasos cervicales compatible con disección de carótida interna.

Campimetría:  visión en tubo en ojo derecho. Ojo izquierdo ambliope previo.

Ecocardiograma: Hipertrofia concéntrica de VI
Dilatación leve de Aurícula izq. Calcificación valvular aórtica. Disfunción diastólica del V.I con patrón rígido. Estenosis valvular aórtica leve.  Gradiente  máximo 30.1 mm Hg
Angiografía vasos cerebrales: estenosis carotidea derecha(disección)









Señalado por la flecha se observa un trayecto estenótico de la carótida interna a pocos centímetros de su nacimiento en el glomus originado por disección carotídea subintimal. 









Informe Neurológico: se considera que el cuadro clínico descrito es debido a la disección de carótida interna. Solicita RMI con difusión
RMI con difusión: normal.
Coagulograma normal.
Hb glic: 5.1 glucemia 102 mg%.  

NUEVA CONSULTA:  Embotamiento cefálico. Gota , flogosis en art. Metacarpofalangica, medicado con colchicina.
TA decúbito: 170/80 sentado 170/190 , y de pié 170/105 mm hg.  Trat. enalapril 10 1/d.
Pendiente angioplastia con colocación de stent



Se colocó Stent carotídeo con lo cual desaparecieron todos los síntomas que el paciente refería, tanto el embotamiento cefálico como los síntomas oculares

Colocado el stent desapareció la estrechez luminal
Radioopacidad en la Rx simple de cuello dada por el stent
en posición de carótida interna a nivel del glomus.


CONCLUSIONES DEL CASO
Paciente de 70 años que presentó un violento accidente automovilístico en el cual fue embestido por la parte trasera de su vehículo detenido en un semáforo por un vehículo de gran porte y a gran velocidad. Si bien inicialmente el paciente no presentó secuelas aparentes del episodio, a los pocos días comenzó a notar alteraciones de la estabilidad y de la visión en ojo derecho (el izquierdo presentaba un defecto crónico visual) pero solamente en el ortostatismo. Examinado en el consultorio el paciente demostró tener hipotensión ortostática la cual reproducía los síntomas referidos por el paciente. Estudiado en forma dirigida sus vasos del cuello se demostró una disección carotídea interna derecha apenas por encima de su nacimiento en la carótida común en el glomus carotídeo. Esta disección producía un pasaje filiforme del contraste.
La interpretación del cuadro fue que probablemente el paciente presentara hipotensión ortostática previa a la disección (tamsulosina + enalapril?), pero la misma no era sintomática. Cuando se agrega la estrechez ocasionada por la disección ahí se hacen presentes los síntomas clínicos en la circulación retiniana ipsilateral a la disección, así como algunas alteraciones del equilibrio seguramente ocasionados por hipoperfusión cerebral.  Al suspenderse la medicación hipotensora el paciente mejora su sintomatología desapareciendo las alteraciones visuales y del equilibrio.
Se decidió no anticoagular al paciente, y en su lugar administrar antiagregantes plaquetarios y colocar un stent en la carótida interna derecha.


DISECCIONES DE LA ARTERIA CARÓTIDA
El diagnóstico de disección carotídea se realiza hoy día cada vez con mayor frecuencia y esto es en parte debido a la utilización de técnicas de imágenes cada vez más sensibles y de disponibilidad creciente ( ultrasonografía, angiorresonancia magnética, angiografía convencional, TC  helicoidal etc).
Los signos de disección carotídea suelen ser dolor sobre un lado (cabeza, cara o cuello) acompañado de un síndrome de Horner parcial y seguido horas o días después por isquemia cerebral o retiniana. Esta triada se da en menos de un tercio de los pacientes aunque la presencia de sólo dos elementos de esta triada es muy sugestivo de disección.

La evolución de esta entidad suele ser buena aunque la mortalidad ronda el 5%. Las estenosis se resuelven en el 90%.
Como puede verse la disección espontánea de arterias carótidas es una entidad cada día más frecuente y en la que hay que pensar ante cualquier déficit neurológico, sobre todo en pacientes jóvenes y de mediana edad, ya que puede confundirse fácilmente con un AIT o un ictus isquémico con los que habría que hacer el diagnóstico diferencial.
Las disecciones arteriales se pueden dividir en dos grupos, dependiendo de la ubicación en la pared arterial. El primer grupo es principalmente subintimal, y en la cual las disecciones comprometen la luz arterial y promueven la formación de un trombo en la luz arterial. El segundo grupo es subadventicial, y las disecciones pueden causar o bien compresión de las estructuras vecinas a la arteria o bien sangrado en los tejidos adyacentes. En este último grupo, el principal plano de disección se encuentra entre la media  y la adventicia, provocando evaginación  aneurismática de la pared arterial. La ruptura de la adventicia conduce a un pseudoaneurisma de sangre amurallada dentro de la vaina carotídea y el músculo adyacente. Las disecciones de la arteria carótida cervical subadventiciales pueden afectar o comprimir  las fibras simpáticas localizadas a lo largo de la arteria dilatada, causando síndrome de Horner, y podrían comprimir o causar isquemia a los nervios craneales inferiores (noveno a duodécimo) que emergen cerca de la base del cráneo si es que la disección se produjera en esa localización.
Las disecciones subintimales causan síntomas principalmente por compromiso luminal y la presencia de un trombo en la luz del vaso. Los síntomas de isquemia cerebral son causados ya sea por embolias o  sea por reducción de la perfusión  en el territorio del cerebro que es irrigado por la arteria. Los síntomas neurológicos relacionados con hipoperfusión son generalmente ataques isquémicos transitorios únicos o múltiples durante un período de varias horas a unos pocos días. La inestabilidad transitoria y disminución de la visión en este paciente  más probablemente sea manifestación de hipoperfusión, compensada  por el rápido desarrollo de flujo sanguíneo colateral. Las embolias del trombo luminal cuadros de stroke súbitos. La hipoperfusión disminuye el “lavado” (washout) de émbolos y contribuye al desarrollo de infarto cerebral.
Este paciente tuvo sintomatología de disección subintimal ya que tanto las alteraciones de la visión en ojo derecho como la inestabilidad asociada a hipotensión ortostática impresionan ser secundarios a hipoflujo cerebral y teritorio de la arteria central de la retina terminal d la carótida interna. La ausencia de síndrome de Horner en este paciente así como la ausencia de pseudoaneurisma en las imágenes de RMN y TC de cuello hacen poco probable que haya tenido disección subadventicial ya que la misma casi siempre se acompaña de compromiso de la vía simpática, que transcurre en la vaina de la carótida interna.
Los primeros tratamientos sugeridos para la disección carotídea incluyen enfoques quirúrgicos o intervencionistas. Ligadura arterial, oclusión con balón,  bypass,  resección del aneurisma, o una variedad de enfoques endovasculares (por ejemplo, stent, coils, stent + coils, o un stent cubierto con politetrafluoroetileno). Los abordajes quirúrgicos directos han sido esencialmente abandonados. Una revisión sistemática de 31 estudios publicados de pacientes que se sometieron a colocación de stent por disección carotídea reportó una alta tasa de éxito técnico, pero una tasa de complicaciones del 1,3%; eventos neurológicos desarrollados en el 1,4% de los pacientes, y reestenosis intra-stent o de oclusión en un 2% dentro de los 18 meses.
A falta de datos de ensayos aleatorios, la decisión de tratar la disección de la arteria carótida extracraneal se basa en consideraciones tales como el riesgo de tromboembolismo temprano. Una estrategia utilizada consiste en una terapia de anticoagulación precoz, seguido por  agentes antiplaquetarios (por 3 meses o más). Los pacientes con una indicación de tratamiento de la isquemia cerebral pueden ser considerados para terapia trombolítica.
Aunque los agentes anticoagulantes y antiplaquetarios parecen ser igualmente eficaces en la prevención de la recurrencia después de la mayoría de los accidentes cerebrovasculares arteriales, no está claro si este es el caso después de las disecciones de la arteria carótida. Un estudio aleatorizado, prospectivo comparando la eficacia de los agentes anticoagulantes y antiplaquetarios en 116 pacientes con disección de la arteria carótida o vertebral arteria extracraneal mostró una tasa de eventos inferior pero no significativas entre los que tomaban anticoagulantes sobre los que tomaron aspirina.
El diagnóstico de disección arterial rara vez se hace por un médico no neurólogo, y por lo tanto el diagnóstico a menudo se retrasa. El tratamiento es objeto de acalorados debates. Aunque se ha argumentado que se deben utilizar los agentes antiplaquetarios, la patogénesis del infarto cerebral en pacientes con disección arterial cervical es la embolia arterio arterial a partir de trombos rojos de fibrina  que se forman en el sitio de la disección arterial. Si se considera que el diagnóstico se hace en etapa  temprana, la mayoría de los neurólogos prescribirían agentes antitrombóticos. La duración de la administración y de los criterios para la rotación a  agentes antiplaquetarios todavía se discute. También se debate  el tratamiento de los pacientes con disección arterial que no tienen síntomas o signos de isquemia cerebral. Por último, se debe proporcionar consejos sobre actividad después de una disección cervical. Hay pacientes que quedan discapacitados psicológicamente porque se les aconsejó que “eviten mover el cuello”. La incidencia de recurrencia es muy baja, por lo que aconseja a sus pacientes tranquilidad y que no tienen que ser excesivamente cuidadosos acerca de la realización de actividades físicas. Algunos médicos opinan que no debe prescribirse anticoagulantes  a pacientes con disecciones intradurales, debido al riesgo de sangrado.



 





Presentó
Rodolfo H Álvarez Prat.
Ex Jefe de Departamento de Clínica Médica
Hospital Municipal de Azul “Dr Ángel Pintos”


sábado, 6 de junio de 2015

VARÓN DE 35 AÑOS CON DOLOR EN EL CUELLO, RONQUERA Y DISFAGIA.

PRESENTACIÓN DEL CASO
Un hombre de 35 años de edad, fue visto en el servicio de urgencias debido a dolor  unilateral derecho en el cuello, ronquera y disfagia.
El paciente había estado bien hasta 7 días antes, cuando, mientras estaba realizando un trabajo manual al aire libre, desarrolló dolor repentinamente en su mandíbula y dientes del lado derecho, irradiado al oído. Minutos más tarde, presentó visión borrosa bilateral e inestabilidad, con resolución en 10 a 15 minutos. El dolor en la mandíbula se resolvió espontáneamente en 3 horas. Varias horas después, presentó dolor en la región posterior del cuello y cabeza con una intensidad de 8 en 10, sin náuseas, vómitos o fotofobia. Tomó medicamentos antiinflamatorios no esteroideos; el dolor de cabeza mejoró  gradualmente, pero el dolor de cuello persistió. Dos días más tarde, vio a su médico. En el examen, la presión arterial sistólica fue de 150 a 159 mm Hg. La tomografía computarizada (TC) de la cabeza se informó como normal. Se lo medicó con u na combinación de acetaminofeno y oxicodona  para el dolor, y atenolol (25 mg diarios) para la hipertensión. Durante los siguientes  2 días, su voz se volvió ronca y presentó  sensación de hinchazón y debilidad de la lengua (con  dificultad para mover la lengua hacia la derecha), junto a disfagia para alimentos sólidos. Vio a su dentista, que no identificó una causa dental para el dolor, por lo que  regresó a su médico. El paracetamol con oxicodona se suspendió, y se lo medicó con metilprednisolona (5 días a dosis baja) y amoxicilina. Un día antes de la evaluación actual, el paciente fue a la sala de urgencias de otro hospital donde se realizó tomografía computarizada de cuello  después de la administración de contraste la cual fue informada como normal. Se le prescribió diazepam. En el día de la presentación, su médico lo derivó a un servicio de urgencias
El dolor de cabeza se había resuelto, pero el dolor de cuello y la ronquera se mantuvieron sin cambios. El paciente no presentaba cambios visuales, vértigo, alteraciones de la sensibilidad, debilidad (aparte de la lengua), o síntomas generales. No refirió ningún trauma en el cuello. Era diestro. Tenía hipertensión border line y había tenido 35 fracturas en el pasado atribuidas  a osteogénesis imperfecta para lo cual tomó siempre paracetamol oxicodona para manejo del dolor. Tenía reacciones alérgicas a la codeína (prurito) y presentaba mialgias por estatinas. Trabajó en la construcción, donde levantaba objetos pesados frecuentemente. Estaba casado y vivía con su esposa y su hijo, que estaban sanos. Bebía alcohol con moderación y no fumaba ni usaba drogas ilícitas. Su padre tenía hipertensión e hiperlipidemia y había tenido numerosas fracturas, su madre estaba sana, y su abuela y su tía abuela también habían tenido fracturas.
En el examen, la presión arterial era de 161/101 mm Hg, el pulso de 71 latidos por minuto, la temperatura de 36,3 ° C, la frecuencia respiratoria de 16 respiraciones por minuto, y la saturación de oxígeno al 100% mientras el paciente respiraba aire ambiente. El lado derecho de la cara estaba seco en comparación con el lado izquierdo. El párpado inferior derecho estaba ligeramente elevado en comparación con el párpado inferior izquierdo; la pupila derecha fue de 2,5 mm de diámetro, la pupila izquierda 3 mm de diámetro (se contraían 2 mm a la luz), ambas pupilas eran redondas, y los discos ópticos tenían bordes netos. La voz era ligeramente ronca. El paladar ligeramente elevado más en el lado izquierdo que en el lado derecho; la úvula se desviaba un poco hacia la izquierda. El reflejo nauseoso estaba disminuido  ligeramente en el lado derecho. La lengua se desviaba  a la derecha de la línea media cuando se protruía  y la  debilidad era evidente cuando el paciente trataba de desviar la lengua hacia la derecha. El lado derecho de la lengua parecía hinchado, con surcos disminuido. El lado derecho del cuello era sensible a la palpación. No había soplo carotídeo. El resto del examen físico neurológico y general era normal. Un hemograma completo y los resultados de las pruebas de funciones renales y hepáticas eran normales al igual que los niveles plasmáticos de electrólitos, glucosa, calcio, magnesio y fósforo. Un electrocardiograma mostró un ritmo sinusal normal y un ritmo de 66 latidos por minuto, con un bloqueo incompleto derecho de rama.


Se llevó a cabo un procedimiento diagnóstico.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Este será un diagnóstico clínico anticuado basado en la historia y los exámenes físicos y neurológicos. Para llegar a un diagnóstico, "¿qué?" Y "¿dónde?", Son las dos preguntas clave. La ubicación del proceso se ha vuelto cada vez más importante, ya que con la imagen moderna, lesiones a menudo pueden ser definidas con precisión - cuando los médicos saben dónde buscar. En condiciones neurológicas, el "¿dónde?" Es especialmente importante, ya que las estructuras del sistema nervioso se encuentran en todo el cuerpo, desde el cerebro a la médula espinal a los nervios periféricos y los músculos. En pacientes con enfermedad neurovascular, la pregunta "¿dónde?" Incorpora no sólo la localización de la lesión en el  parénquima sino también la ubicación y naturaleza de las lesiones en los vasos que irrigan y drenan el área afectada. Información para responder a "¿dónde?", se reúnen a partir de los síntomas y signos neurológicos y regiones de dolor localizado. La pregunta "¿qué?", Se refiere a la causa, incluyendo la patología y las características fisiopatológicas. Los antecedentes médicos  y factores de riesgo, el pasado y los recientes acontecimientos, y la aparición y evolución de la enfermedad son fundamentales para inferir la causa probable.

UBICACIÓN DEL PROCESO
En este paciente, hay muchas pistas sobre la ubicación del proceso. El paciente tenía ronquera   y tenía dificultad para tragar alimentos sólidos. El examen mostró debilidad del paladar derecho y la faringe. La laringe derecha y músculos palatofaríngeo están inervados por los nervios craneales noveno y décimo. El lado derecho de la lengua era débil, lo que indica una lesión del nervio craneal 12. Los núcleos solitario y ambiguo de las neuronas sensitivas y motoras de los nervios craneales noveno y décimo se encuentran dentro del tegmento lateral y porciones ventrales de la médula oblonga (bulbo raquídeo), mientras que las neuronas del hipogloso se encuentran dentro de la médula dorsal medial ligeramente más caudalmente. Una lesión en la médula que involucrara tanto  el núcleo del hipogloso  derecho como los núcleos o axones de los nervios glosofaríngeo y vago tendría que ser grande y provocaría otros signos (por ejemplo, nistagmo, alteraciones de la sensibilidad de la cara, anestesia contralateral, y ataxia ). Por lo tanto una lesión en la médula y bulbo es muy poco probable para explicar los hallazgos de este paciente. El noveno y décimo nervios craneales salen, junto con el nervio espinal  (11 de nervio craneal) del foramen yugular en la base del cráneo, mientras que el nervio hipogloso sale cerca, pero en sentido medial. Una lesión en la parte superior del cuello, justo debajo de la base del cráneo, podría involucrar a todos estos nervios craneales inferiores.
El paciente también tenía  síndrome de Horner derecho (es decir, ptosis, miosis y anhidrosis). En los pacientes con Horner, por lo general hay elevación de la parte inferior del párpado, así como caída del párpado superior. Las fibras simpáticas del ojo viajan a lo largo de la arteria carótida hacia el globo ocular. La arteria carótida interna, cuando  entra en el canal carotídeo dentro del cráneo, se encuentra adyacente a los nervios craneales inferiores que salen del cráneo. Por lo tanto, un proceso que afecta a la arteria carótida interna en la base del cráneo podría explicar los signos clínicos expuestos hasta ahora.
Los otros síntomas de localización que deben explicarse son el dolor que precedió a los otros síntomas, así como la inestabilidad transitoria y la pérdida de la visión. El dolor involucrando la mandíbula y los dientes a la derecha que se irradiaba a la oreja derecha. Este patrón de radiación de dolor es compatible con una lesión en la parte superior derecha del cuello, ya que las estructuras están inervadas por el quinto nervio craneal y los nervios sensoriales cervicales superiores. Los síntomas transitorios tanto de la visión como del equilibrio, podrían explicarse por  isquemia transitoria y podrían apuntar a un proceso que involucra los vasos que irrigan el ojo, el cerebro, o ambos. La arteria carótida interna derecha irriga el ojo derecho y el hemisferio cerebral derecho y las arterias vertebrales irrigan las regiones visuales de los lóbulos occipitales y las regiones de equilibrio en el vestibulocerebelo. La pérdida de visión en el ojo derecho se podría explicar por  isquemia en el ojo derecho, y la inestabilidad podría explicarse por la falta de coordinación de los miembros izquierdos debido a la isquemia del hemisferio cerebral derecho irrigados por la carótida. La pérdida visual bilateral junto a inestabilidad generalmente se explican por  lesiones que involucran la irrigación vertebrobasilar a los lóbulos occipitales y las estructuras vestibulocerebelosas.
El análisis de los síntomas y signos clínicos contesta el "¿dónde?" Pregunta. La conclusión es que el proceso debe involucrar a la arteria carótida interna en la base del cráneo y también podría involucrar las arterias vertebrales situadas en las cercanías en el cuello.

CAUSA DEL PROCESO
Ahora pasemos a la pregunta  "¿qué?". El paciente era joven y no tenía factores de riesgo personales para  enfermedad oclusiva aterosclerótica. Su único antecedente conocido era la osteogénesis imperfecta, con muchas fracturas. Los síntomas comenzaron abruptamente mientras se encontraba realizando trabajos pesados. La condición vascular importante relacionada con maniobras físicas es el desgarro de las paredes de los vasos, es decir, la disección arterial.
Las disecciones arteriales del cuello son causadas por la perturbación física de las arterias. La mayoría son por algún trauma, estiramientos, u otro estrés mecánico. El trauma puede ser trivial (por ejemplo, torcer el cuello para evitar una rama de árbol que cae, o girar bruscamente el cuello, mientras se estaciona el auto o mientras esquiamos). Las anomalías congénitas o adquiridas  del tejido conectivo en la capa media  y elástica de las arterias y el edema de la pared arterial puede promover la disección; en pacientes con síndrome de Marfan, en la necrosis quística de la media, en la displasia fibromuscular, en el Síndrome de Ehlers-Danlos tipo IV, en el síndrome de Loeys-Dietz, o en la migraña, las disecciones arteriales se ven con mayor frecuencia de la esperada.  Las disecciones pueden producirse  en las regiones de los rulos y recodos  arteriales. La mayoría de los pacientes con disecciones no tienen una causa vascular subyacente conocida. El microscopio electrónico a veces  ha revelado alteraciones sutiles en el tejido fibroelástico de las paredes arteriales, y se han propuesto  anormalidades bioquímicas enzimáticas.6,7
Las disecciones arteriales cervicales casi siempre involucran regiones arteriales móviles donde las arterias no están ancladas a otras arterias o estructuras óseas. Los lugares más comunes son la región faríngea de las arterias carótidas internas y las arterias vertebrales extracraneales. La arteria carótida interna está fija desde su origen a partir de la arteria carótida común y anclada en su entrada al cráneo. Las arterias vertebrales están ancladas en su origen en la  arteria subclavia, dentro de los agujeros intervertebrales durante su curso a través del hueso y por la duramadre en su punto de penetración intracraneal. Los cortos segmentos móviles entre estas regiones ancladas son especialmente vulnerables al estiramiento y a la ruptura. Un movimiento de estiramiento del cuello provoca un desgarro arterial que luego se puede extenderse rostral y caudalmente como consecuencia de un ulterior estiramiento.
Las disecciones arteriales comienzan con un desgarro en la pared arterial que provoca sangrado intramural, el  cual  luego disecciona longitudinalmente, extendiéndose a lo largo dela arteria tanto proximal como distalmente. Las disecciones pueden rasgar a través de la íntima (producción de un flap de la íntima), permitiendo que la sangre intramural parcialmente coagulada entre a la luz del vaso. La expansión de la pared arterial por el hematoma intramural causa compresión de la luz, lo que resulta en la formación de un trombo intraluminal. La pared vascular expandida y el trombo superpuesto a menudo ocluyen la arteria.

DISECCIONES DE LA ARTERIA CARÓTIDA
Las disecciones arteriales se pueden dividir en dos grupos, dependiendo de la ubicación en la pared arterial. El primer grupo es principalmente subintimal, y las disecciones comprometen la luz arterial y promueven la entrada de un trombo en la luz arterial. El segundo grupo es subadventicial, y las disecciones pueden causar o bien compresión de las estructuras vecinas a la arteria o bien sangrado en los tejidos adyacentes. En este último grupo, el principal plano de disección se encuentra entre la media  y la adventicia, provocando evaginación  aneurismática de la pared arterial. La ruptura de la adventicia conduce a un pseudoaneurisma de sangre amurallada dentro de la vaina carotídea y el músculo adyacente. Las disecciones de la arteria carótida cervical subadventiciales pueden afectar o comprimir  las fibras simpáticas localizados a lo largo de la arteria dilatada, causando síndrome de Horner, y podrían comprimir o causar isquemia a los nervios craneales inferiores (noveno a 12º) que emergen cerca de la base del cráneo. La disfagia con debilidad palatina y faríngea, ronquera y parálisis hemilingual puede aparecer cuando los nervios que emergen de los forámenes  yugular y del hipogloso están comprometidos  como en este paciente. También sale del agujero yugular  el nervio espinal, que inerva los músculos esternocleidomastoideo y trapecio. No sabemos si estos músculos se examinaron cuidadosamente en este paciente.
Las disecciones subintimales causan síntomas principalmente por compromiso luminal y la presencia de un trombo en la luz del vaso. Los síntomas de isquemia miocárdica y o cerebral son causados ya sea por embolias o  por reducción de la perfusión  en el territorio del cerebro que es irrigado por la arteria. Los síntomas neurológicos relacionados con hipoperfusión son generalmente ataques isquémicos transitorios únicos o múltiples durante un período de varias horas a unos pocos días. La inestabilidad transitoria y disminución de la visión en este paciente  más probablemente sea manifestación de hipoperfusión, compensada  por el rápido desarrollo de flujo sanguíneo colateral. Las embolias del trombo luminal cuadros de stroke súbitos. La hipoperfusión disminuye el “lavado” (washout) de émbolos y contribuye al desarrollo de infarto cerebral. Afortunadamente, cuando, este paciente llegó al hospital no se había producido todavía un accidente cerebrovascular pero el riesgo de hacerlo era alto.
Este paciente debe haber tenido una disección de la arteria carótida interna que se originó en la faringe y se extendió hasta la base del cráneo. La expansión de la pared arterial o un seudoaneurisma franco afectó a las fibras nerviosas simpáticas a lo largo de la pared (que causaron el síndrome de Horner) y lo más probable es que comprimiera a los nervios craneales desde el 9° hasta el 12° . Además, la luz  de la arteria se estrechó o probablemente se ocluyó lo que  que condujo a  isquemia cerebral transitoria.

Cabos sueltos
Hay dos cabos sueltos.El primero es la ubicación de la isquemia. La isquemia relacionada con la arteria carótida interna derecha puede afectar el ojo derecho, ya que la arteria oftálmica es la primera rama intracraneal y reduce el flujo a la parte lateral anterior del hemisferio cerebral derecho. Pero este paciente reportó una pérdida visual bilateral. Fueron los síntomas tan rápidos e inesperados que no dieron tiempo a darse cuenta si un solo ojo estaba afectado? O fue una isquemia que afectó a la corteza visual bilateral en la parte posterior del cerebro, un área suministrada por las ramas de la arteria cerebrales-posteriores del sistema arterial vertebrobasilar. ¿Fue el trastorno del equilibrio  una manifestación de isquemia en el hemisferio cerebral derecho, o una manifestación vestibulocerebelosas del flujo arterial vertebrobasilar comprometido? No se puede saber, así que se debe  incluir la posibilidad de que al menos una de las arterias vertebrales también haya sido disecada.
El segundo cabo suelto es la osteogénesis imperfecta, un trastorno del tejido conectivo causado en la mayoría de los casos por mutaciones en uno de los dos genes (COL1A1 y COL1A2) que codifican proteínas que se combinan para formar colágeno de tipo I,  con diferentes presentaciones clínicas, típicamente incluyendo fracturas óseas,  laxitud ligamentosa, y equimosis fáciles en la piel. Ocasionalmente hay descritos hemorragias intracraneales. 15,16 Cada paciente tenía múltiples disecciones arteriales, incluyendo ambas arterias vertebrales . En un paciente, el diagnóstico de la osteogénesis imperfecta se hizo sólo después de la prueba genética. Las escleróticas azules (típicas de los pacientes con osteogénesis imperfecta) fueron reconocidas más tarde. Tal vez otros pacientes con osteogénesis imperfecta tienen disecciones y lesiones arteriales que, en presencia de fracturas múltiples, han pasado desapercibidos. Vemos lo que buscamos. A menos que busquemos un tinte azul en la esclerótica, es posible que no se note.
Este paciente tenía muy probablemente disecciones cervicales. Definitivamente había afectación de la arteria carótida interna derecha en la base del cráneo y posiblemente también la participación de una o ambas arterias vertebrales.

DIAGNOSTICO CLINICO
Disección interna derecha de la arteria carótida con un aneurisma en la base del cráneo.

DISCUSIÓN RADIOLÓGICA
 El procedimiento diagnóstico fue una angio-TAC de la cabeza y el cuello. Las imágenes reconstruidas  mostraron estrechamiento irregular de la arteria carótida interna derecha cervical que se extendía  desde cerca de su origen hasta la base del cráneo (Figura 1A y 1B
























FIGURA 1 Reconstrucción.  Imágenes de angio-TAC de  cabeza y cuello.).
Las imágenes fueron reconstruidas para visualizar la extensión completa de la carótidas comunes derecha  (Panel A), e izquierda (Panel B). Las flechas marcan el segmento cervical de la arteria carótida interna. Hay estrechamiento irregular de la arteria carótida interna derecha en comparación con la izquierda.



Las imágenes de máxima intensidad de proyección restringidas revelaron expansión irregular focal de la arteria cervical distal derecho interno de la carótida, una característica consistente con un pseudoaneurisma cerca de la base del cráneo (Figura 2







FIGURA 2 Las imágenes de protección de máxima intensidad  mostraron un pseudoaneurisma de la arteria carótida interna derecha cervical distal cerca de la base de cráneo (flechas).




Las imágenes axiales a nivel del canal carotídeo derecha proximal mostró un defecto de relleno  lineal que se extendía a través de la arteria carótida interna derecha que corresponde a flap de laíntima (Figura 3A)










               













FIGURA 3  Imágenes de una angio-TAC de la cabeza y cuello en cortes axiales.
Una imagen A nivel del canal cararotídeo derecho proximal (Panel A) muestra un defecto de llenado lineal que se extiende a través de la arteria carótida interna derecha (flecha). Una imagen en un nivel inmediatamente inferior a la base del cráneo (Panel B) muestra expansión focal irregular de la arteria carótida interna derecha (flecha), una característica que confirma un pseudoaneurisma.


 Una imagen axial obtenida en un nivel inmediatamente inferior a la base del cráneo muestra una expansión irregular de la arteria carótida interna derecha, lo que confirma un pseudoaneurisma en este lugar (Figura 3B). El diagnóstico fue: disección de la arteria carótida interna derecha con un pseudoaneurisma asociado en la base del cráneo. Las arterias vertebrales eran normales.

DISCUSIÓN DE MANEJO
Este paciente tuvo episodios de dolor repentino en su mandíbula y los dientes, lo que dio lugar a múltiples evaluaciones por diversos especialistas, incluyendo a su clínico de atención primaria, su dentista, y los médicos del servicio de urgencias. Estos errores no son  infrecuentes, donde  los pacientes con síndromes que involucran el agujero yugular y cuyos síntomas no se reconocen como neurológicos. Nuestra paciente presentó síndrome de Villaret implica compromiso del noveno duodécimo  nervios craneales, así como síndrome de Horner. Sin embargo, tuvo poco la debilidad de la musculatura inervada por el nervio craneal 11. A pesar de su historia de la osteogénesis imperfecta, no se encontraron  escleróticas azules.
Los primeros tratamientos sugeridos para la disección carotídea incluyen enfoques quirúrgicos o intervencionistas. Ligadura arterial, oclusión con balón,  bypass,  resección del aneurisma, o una variedad de enfoques endovasculares (por ejemplo, stent, coils, stent + coils, o un stent cubierto con politetrafluoroetileno). Los abordajes quirúrgicos directos han sido esencialmente abandonados. Una revisión sistemática de 31 estudios publicados de pacientes que se sometieron a colocación de stent por disección carotídea reportó una alta tasa de éxito técnico, pero una tasa de complicaciones del 1,3%; eventos neurológicos desarrollados en el 1,4% de los pacientes, y reestenosis intra-stent o de oclusión en un 2% dentro de los 18 meses.23
A falta de datos de ensayos aleatorios, la decisión de tratar la disección de la arteria carótida extracraneal se basa en consideraciones tales como el riesgo de tromboembolismo temprano. Una estrategia utilizada consiste en una terapia de anticoagulación precoz, seguido por los agentes antiplaquetarios (por 3 meses o más). Los pacientes con una indicación de tratamiento de la isquemia cerebral pueden ser considerados para terapia trombolítica.
Aunque los agentes anticoagulantes y antiplaquetarios parecen ser igualmente eficaces en la prevención de la recurrencia después de la mayoría de los accidentes cerebrovasculares arteriales, no está claro si este es el caso después de las disecciones de la arteria carótida. Un estudio aleatorizado, prospectivo comparando la eficacia de los agentes anticoagulantes y antiplaquetarios en 116 pacientes con disección de la arteria carótida o vertebral arteria extracraneal mostró una tasa de eventos inferior pero no significativas entre los que tomaban anticoagulantes sobre los que tomaron aspirina.25
Esta paciente fue tratada con heparina no fraccionada intravenosa, seguida de warfarina para anticoagulación. Se le aconsejó evitar levantar objetos pesados y, los movimientos del cuello  rápidos o violentos, sobre todo si incluían una maniobra de Valsalva concomitante. Dos meses después del alta, el síndrome de Horner se había resuelto esencialmente, con sólo una ptosis leve residual; aunque sus reflejos deglutorios eran torpes, podía pronunciar  normalmente, ya no estaba ronca,  no presentaba disfagia, y su lengua tenía fuerza otra vez. Cinco meses después de su presentación inicial, los resultados de un examen neurológico eran completamente normales y su medicación se cambió de warfarina a la aspirina. Después de un período adicional de 19 meses de seguimiento, permaneció asintomático.
Un seguimiento de imágenes se realizó aproximadamente 4 meses y 8 meses después de la presentación inicial. La angiografía por resonancia magnética realizada a los 8 meses reveló un pseudoaneurisma persistente, que había disminuido en tamaño respecto de la imagen inicial, y  aparente resolución de la estenosis de la arteria carótida interna cervical proximal.
El diagnóstico de disección arterial rara vez se hace por un médico no neurólogo, y por lo tanto el diagnóstico a menudo se retrasa, como pasó en este paciente. El tratamiento es objeto de acalorados debates. Aunque se ha argumentado que se deben utilizar los agentes antiplaquetarios, la patogénesis del infarto cerebral en pacientes con disección arterial cervical es la embolia arterio arterial a partir de trombos rojos de fibrina  que se forman en el sitio de la disección arterial. 26 Si se considera que el diagnóstico se hace en etapa  temprana, la mayoría de los neurólogos prescribirían agentes antitrombóticos. La duración de la administración y de los criterios para la rotación a  agentes antiplaquetarios todavía se discute. También se debate  el tratamiento de los pacientes con disección arterial que no tienen síntomas o signos de isquemia cerebral. Por último, se debe proporcionar consejos sobre actividad después de una disección cervical. Hay pacientes que quedan discapacitados psicológicamente porque se les dijo que eviten mover el cuello. La incidencia de recurrencia es muy baja, por lo que aconseja a sus pacientes tranquilidad y que no tienen que ser excesivamente cuidadosos acerca de la realización de actividades físicas. Algunos médicos opinan que no debe prescribirse anticoagulantes  a pacientes con disecciones intradurales, debido al riesgo de sangrado.


DIAGNÓSTICO ANATÓMICO
Síndrome de Villaret (parálisis homolateral del 9 al 12 nervios craneales y fibras simpáticas cervicales) debido a una disección de la arteria carótida y un aneurisma asociado.

CONCLUSIONES DEL CASO
Este paciente tiene más de dos cabos sueltos como dice el ejercicio, por lo menos un tercero que es el dolor en la región de la mandíbula derecha, dentadura irradiado a oído derecho que justamente fue el comienzo del cuadro clínico. Este dolor podría tener dos orígenes o mecanismos, isquémico y neuropático. Si lo interpretamos como isquémico, esa localización corresponde a  territorio de la carótida externa que da origen a las arterias que irrigan los músculos masticatorios y que por el resultado de las imágenes no estaba involucrada en la disección la cual era en la porción extracraneal más distal de la carótida interna. Si en cambio interpretamos el dolor como neuropático, es la rama sensitiva del V par la cual tanto en su origen real  como su origen aparente en la protuberancia se encuentran muy alejados del agujero rasgado posterior en cuyas inmediaciones se instaló este pseudoaneurisma producto de disección arterial subadventicial con ruptra de la capa externa del vaso.
Independientemente de que a veces es muy difícil explicar todos los síntomas y sobre todo cuando estos tienen orígenes complejos, este paciente tuvo compromiso demostrado de la emergencia craneana de los pares craneanos 9 10, 11 y 12 junto a un síndrome de Horner todo del lado derecho por una compresión a nivel del agujero rasgado posterior también conocido como foramen yugular, a través del cual dejan la cavidad craneal los pares 9,10, y 11. El par 12 lo hace muy cerca medialmente a los anteriores. Esto se conoce como síndrome de Villaret y existen formas incompletas que tienen distintas denominaciones. Tanto la disección con el flap intraluminal como el pseudoaneurisma pudieron ser identificados por imágenes de altísima calidad producto de que nadie encuentra lo que no busca. Estos fueron estudios realizados por expertos radiólogos, con la mejor tecnología de imágenes pero lo más importante, después de un diagnóstico anatómico exacto, producto de un examen semiológico exquisito y una razonamiento únicos. Las manifestaciones patológicas del sistema nervioso, especialmente del sistema nervioso central permiten más que en cualquier otro sistema orgánico hacer un diagnóstico preciso haciendo uso exclusivamente del interrogatorio dirigido y el examen físico minucioso. La enfermedad del tejido conectivo que presentaba el paciente un raro proceso llamado osteogénesis imperfecta, debe sin lugar a dudas haber jugado un papel en la predisposicón a la disección arterial, ya que si bien esta puede darse en personas absolutamente normales, es una entidad completamente poco prevalente a pesar de que a veces el cuello está sometido a traumas, movimientos bruscos, accidentes automovilísticos  y elongaciones totalmente antifisiológicas. Si dudas este es un paciente afortunado más allá de la enfermedad de base que le tocó en suerte dado que la secuela neurológica residual fue insignificante si tenemos en cuenta el riesgo potencial que corrió durante su enfermedad.  

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