sábado, 27 de enero de 2024

Casos Clínicos: Varón de 86 años con fiebre prolongada y adelgazamiento de 2 meses de evolución.

 Dr buen día mi nombre es Natalia Castiblanco soy médico general en Colombia tengo un paciente varón, de 86 años, con cuadro clínico de 2 meses de evolución con pérdida de peso mayor a 10 Kgs por mes, emesis, fiebre de origen desconocido sin focos pulmonar ni urinario. Antecedente de HTA, hiperuricemia, hipotiroidismo, en manejo con carvedilol 6.25 X2, levotiroxina  50 mcg x1,alopurinol 300 MG x1

Este es el resultado del PET scan y de la punción de médula ósea obtenida a instancias de los resultados del PET.





Gracias





Dra. Natalia Castiblanco.
Ibagué. Colombia.

 



Opinión: Más allá de que carecemos de una historia clínica detallada como debe obtenerse en cualquier paciente con un cuadro de fiebre de origen desconocido, así como datos de laboratorio al menos básicos (hemograma, glucemia, hemoglobina glicosilada, función renal, hepática, investigación de VIH, ionograma, calcemia, nivel de PSA, TSH ultrasensible, estudios de malabsorción, sangre oculta en materia fecal etcétera), este paciente añoso, tiene un cuadro severo de repercusión general, y que además de la fiebre de origen desconocido de 2 meses de evolución, presenta una pérdida ponderal no intencional de 10 kg por mes. En ese contexto, de los datos de estudios aportados, surgen un nódulo en el polo inferior izquierdo de la tiroides con hipermetabolismo en el PET scan, así como también se observa un aumento de la actividad metabólica a nivel de la médula ósea tanto a nivel axial como de los miembros.

El estudio de la actividad metabólica a través de la inyección de un radiofármaco, fluoro18-deoxi-glucosa (FDG) y visualización con tomografía de emisión de positrones, se ha agregado hace ya una década, como una forma novedosa de estudiar a estos pacientes con fiebre de origen desconocido, por supuesto, no como estudio inicial. Hay que tener en cuenta que casi nunca el resultado de un PET/TC es diagnóstico de etiología, pero puede orientar hacia localización anatómica, que permitirá estudiar la zona en cuestión con estudios más específicos. En este caso, hay un nódulo hipermetabólico en el lóbulo inferior izquierdo de la tiroides, un ganglio en la estación ganglionar IIA derecha, es decir en la región yugular interna superior, y un aumento a nivel de la médula ósea que seguramente motivó el estudio de la misma con citometría de flujo en la búsqueda seguramente de una enfermedad neoplásica metastásica u oncohematológica clonal, siendo negativa para tal fin. En cambio, se vio una mielodisplasia. Sin embargo, hubiese sido importante tener primero el resultado del mielograma.  Respecto del nódulo tiroideo, requiere seguramente un procedimiento diagnóstico dirigido (PAAF o biopsia), para descartar un proceso proliferativo neoplásico, pero previamente a ello, habría que tener el estudio de la función, y un scan tiroideos, ya que a pesar de ser el paciente un hipotiroideo previo, podría haberse injertado un nódulo tóxico (enfermedad de Plummer) que podría justificar la pérdida de peso y aun la fiebre. También dosar tiroglobulina plasmática y anticuerpos antitiroglobulina serían de gran interés en este caso, sobre todo si la gamagrafía con I131 es negativa, por la posibilidad del síndrome TENIS, por sus siglas en inglés  (Thyroglobulin Elevated Negative Iodine Scintigraphy). Este síndrome es la principal indicación de PET/TC con FDG en tiroides y es debido a cáncer diferenciado de tiroides. La utilidad se debe a que, de forma simultánea a la pérdida de la capacidad de la célula tumoral para incorporar el yodo, se incrementa de forma notable el metabolismo glicolítico de la misma, por lo que las células presentarán mayor avidez por la FDG (fenómeno flip-flop).

Si somos fieles a la historia, este paciente perdió 20 kg de peso en el término de 2 meses, lo cual, a pesar de no saber el peso previo a la enfermedad, ni el peso actual, para calcular el porcentaje de pérdida, así como tampoco el IMC, estamos frente a una pérdida ponderal no intencional impresionante. Generalmente cuando esto sucede, el diagnóstico de la causa de este descenso de peso suele ser evidente ya desde el momento de la confección de la historia.

Finalmente le he solicitado a la colega si nos pudiera agregar las imágenes del PET/TC, ya que, a pesar de contar con los informes, siempre es importante también contar con ellas. Aun así, si tenemos en cuenta que la mitad de los nódulos tiroideos diagnosticados incidentalmente por PET/TC, son malignos, y que cualquier nódulo tiroideo con actividad metabólica (SUVmax) de 5 o más (este paciente tiene una SUVmax de 4,8), es altamente sugestiva de cáncer, creo que amerita una investigación dirigida citológica o histológica. Respecto de los ganglios tanto cervical como hiliares, así como la médula ósea, el SUVmax no es sugestivo de proceso proliferativo neoplásico por lo que esperaría el resultado final del nódulo tiroideo, así como de los estudios solicitados arriba para avanzar con otros métodos diagnósticos sobre esos sitios.





viernes, 26 de enero de 2024

Un diagnóstico hinchado...


En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

 

Un hombre de 19 años, previamente sano, acudió al departamento de urgencias con dolor abdominal intenso y difuso de aparición repentina que había comenzado 1 hora antes. Informó que el dolor no estaba localizado en ningún área en particular y había comenzado abruptamente sin un desencadenante perceptible. Informó que antes de la aparición del dolor se sentía completamente bien. No informó fiebre ni diarrea, pero sí vómitos de líquido claro. Recordó un episodio similar ocurrido varios meses antes de la presentación, que se resolvió paulatinamente y por el cual no buscó atención médica.

 

PONENTE

Varios diagnósticos podrían explicar la aparición repentina de dolor abdominal. La gastroenteritis, incluso por causas infecciosas como norovirus, rotavirus, shigella, salmonella, campylobacter y Escherichia coli , es una consideración temprana importante. Sin embargo, la ausencia de síntomas acompañantes, como fiebre o diarrea, hace que este diagnóstico sea menos probable. La apendicitis, la pancreatitis, la úlcera péptica con víscera perforada o la nefrolitiasis pueden causar dolor abdominal agudo, al igual que la obstrucción intestinal (especialmente si el paciente se ha sometido a una cirugía que podría haber provocado adherencias). También se debe considerar la enfermedad inflamatoria intestinal, pero es menos probable en ausencia de síntomas sistémicos como fiebre, fatiga, diarrea o pérdida de peso. Las consideraciones adicionales incluyen dolor referido por diverticulitis, torsión testicular o (menos probable) infarto de miocardio si este joven paciente tenía antecedentes de uso de esteroides anabólicos o cocaína. Dado que el dolor era recurrente, otras posibilidades a considerar incluyen el síndrome del intestino irritable (SII), vasculitis, infestación parasitaria y gastroenteritis eosinofílica. Es poco probable que padezca afecciones como isquemia intestinal o rotura de un aneurisma aórtico abdominal, dada su corta edad.

 

EVOLUCIÓN

El paciente notaba estreñimiento ocasional pero informó deposiciones generalmente normales sin sangre, moco o heces grasosas. Tampoco refirió disuria, palpitaciones ni dolor torácico o lumbar. No tenía antecedentes de cirugía y no bebía alcohol ni fumaba. Entre sus antecedentes familiares destaca un tío que presentaba episodios recurrentes de dolor abdominal y que falleció a los 70 años de edad por causa indeterminada.

 

PONENTE

Las heces normales hacen que la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y los síndromes de malabsorción (p. ej., enfermedad celíaca o insuficiencia pancreática) sean poco probables. La ausencia de síntomas del tracto urinario no descarta nefrolitiasis y se debe realizar un análisis de orina.

 

EVOLUCIÓN

En el servicio de urgencias, el paciente parecía incómodo. Estaba alerta y orientado. La frecuencia cardíaca era de 106 latidos por minuto, la presión arterial de 129/87 mm Hg y la temperatura de 37,3 °C. Su abdomen estaba ligeramente distendido pero blando con leve dolor a la palpación en la parte media del abdomen. No hubo dolor de rebote ni defensa, y el signo de Carnett (dolor en la pared abdominal que aumenta cuando los músculos abdominales están tensos) y el signo de McBurney (dolor puntual a la palpación profunda a un tercio de la distancia desde la espina ilíaca anterosuperior derecha hasta el ombligo) fueron negativo. No se observaron hepatoesplenomegalia ni masas pulsátiles. La auscultación cardíaca reveló un ritmo rápido y regular, sin soplos ni galope. No hubo erupción ni hinchazón de las articulaciones. El electrocardiograma mostró taquicardia sinusal. El recuento de glóbulos blancos fue de 6.300 por microlitro (rango normal, 4.400 a 11.300) con un diferencial normal y 2% de eosinófilos; el nivel de hemoglobina y el recuento de plaquetas eran normales. Los niveles séricos de creatinina, nitrógeno ureico, electrolitos, lipasa, enzimas hepáticas, tirotropina y proteína C reactiva (PCR) eran normales, al igual que la velocidad de sedimentación globular. El análisis de orina mostró de 3 a 4 glóbulos blancos por campo de alta potencia (rango normal, 0 a 3) y, por lo demás, no fue notable. Se inició tratamiento con líquidos intravenosos y un agente antiemético y fue dado de alta 3 horas después de presentarse en el servicio de urgencias, momento en el que sus síntomas se habían resuelto por completo.

 

PONENTE

En presencia de signos vitales normales y un examen físico poco revelador (en particular, un abdomen blando y no doloroso) y pruebas de laboratorio, es muy poco probable que se presenten condiciones potencialmente mortales como una infección aguda, una obstrucción fija del tracto gastrointestinal o una perforación intestinal. Las pruebas normales de lipasa y hígado argumentan en contra de la enfermedad pancreaticobiliar. La velocidad de sedimentación globular y el nivel de PCR normales hacen que los trastornos inflamatorios primarios sean menos probables. La ausencia del signo de Carnett sugiere una causa visceral del dolor. El dolor abdominal intenso, agudo y repentino con un abdomen blando y no doloroso podría aumentar la preocupación por una causa vascular, como la isquemia mesentérica; sin embargo, dada la corta edad del paciente y sus antecedentes médicos normales, es muy poco probable que se produzca un proceso embólico o trombótico en la vasculatura mesentérica.

 

EVOLUCIÓN

Durante los siguientes años, el paciente acudió al servicio de urgencias en numerosas ocasiones con el mismo complejo de síntomas, no relacionado con la ingesta de alimentos y nunca asociado con fiebre. Las pruebas de laboratorio de rutina resultaron repetidamente negativas. Se realizaron múltiples tomografías computarizadas (TC) abdominales y pélvicas en el contexto de síntomas agudos. Una tomografía computarizada abdominal reveló lo que se consideró ileítis con una cantidad moderada de líquido libre en la pelvis. Las exploraciones restantes fueron reportadas como normales o mostraron evidencia de engrosamiento del intestino delgado atribuido a gastroenteritis aguda. No informó cambios de humor, erupciones con picazón, enrojecimiento, debilidad motora o cambios sensoriales y no tenía antecedentes de psicosis. Sin embargo, el paciente notó que después de los ataques abdominales, no podía defecar durante al menos 8 horas. Su dolor abdominal generalmente se resolvió unas pocas horas después de los tratamientos de apoyo.

 

PONENTE

La presunta ileítis observada en una de las tomografías computarizadas del paciente no explicaría sus síntomas; Se anticiparía fiebre, diarrea o dolor en el cuadrante inferior derecho si hubiera inflamación ileal clínicamente significativa. Pueden ocurrir episodios recurrentes de gastroenteritis con deficiencia de IgA y se deben medir los niveles cuantitativos de inmunoglobulinas. Su incapacidad transitoria para defecar después de un ataque abdominal, junto con evidencia de engrosamiento del intestino delgado en algunas tomografías computarizadas, sugiere la posibilidad de una obstrucción temporal o dismotilidad. En este punto, se deben considerar enfermedades raras que pueden causar dolor abdominal intenso, difuso y recurrente, como porfiria aguda intermitente, fiebre mediterránea familiar (FMF), mastocitosis y gastroenteritis eosinofílica. La porfiria aguda intermitente es poco probable, dada la ausencia de síntomas neurológicos o psiquiátricos (p. ej., cambios sensitivos o motores, cambios del estado de ánimo y psicosis). La mastocitosis también es poco probable porque generalmente se asocia con la liberación de histamina, que generalmente causa enrojecimiento, prurito, urticaria e hipotensión, ninguno de los cuales estaba presente. La FMF es menos probable dada la ausencia de fiebre y antecedentes familiares. La gastroenteritis eosinofílica se asocia comúnmente con eosinofilia periférica (no presente en este paciente), y la resolución espontánea completa de los síntomas durante períodos sustanciales de tiempo es inconsistente con este diagnóstico.

 

EVOLUCIÓN

Durante las visitas de seguimiento ambulatorio, se realizaron varios procedimientos, incluidas múltiples endoscopias y colonoscopias del tracto gastrointestinal superior, todas las cuales no tuvieron complicaciones. El examen histológico de las muestras de biopsia siempre reveló hallazgos normales, sin granulomas, eosinófilos ni mastocitos. Los resultados de laboratorio adicionales que se obtuvieron en el transcurso de estas evaluaciones repetidas incluyeron niveles normales de inmunoglobulina cuantitativa y pruebas negativas para virus de la hepatitis y marcadores autoinmunes. Una prueba genética para mutaciones asociadas con FMF fue negativa. Las pruebas serológicas para el virus de la inmunodeficiencia humana y Brucella melitensis y las pruebas de liberación de interferón-γ para Mycobacterium tuberculosis también fueron negativas. Otras investigaciones ambulatorias incluyeron colangiopancreatografía por resonancia magnética, ecografía abdominal y enterografía por resonancia magnética, que arrojaron hallazgos normales o inespecíficos. En varias ocasiones, se recetaron agentes antiespasmódicos, ansiolíticos y antidepresivos tricíclicos para tratar un posible SII, pero el paciente continuó teniendo ataques recurrentes de dolor abdominal.

 

PONENTE

La ausencia de atrofia de las vellosidades es incompatible con la enfermedad celíaca y el nivel normal de eosinófilos es incompatible con la gastroenteritis eosinofílica. No hay abscesos en las criptas que sugieran EII ni granulomas, como se puede observar específicamente en la enfermedad de Crohn. Los niveles normales de inmunoglobulina descartan una deficiencia selectiva de IgA. Los resultados de las pruebas argumentan en contra de la brucelosis, la tuberculosis y la vasculitis, al igual que la presentación clínica del paciente de dolor abdominal intermitente sin síntomas entre los episodios. El síndrome de la arteria mesentérica superior puede causar el patrón de dolor abdominal observado en este paciente, pero los estudios de imágenes que no muestran evidencia de obstrucción o compresión duodenal en el contexto del dolor son inconsistentes con este diagnóstico. Aunque el SII merece mayor consideración en pacientes que han tenido una evaluación diagnóstica negativa extensa, es poco probable que este diagnóstico explique el dolor intenso episódico asociado con heces normales la mayor parte del tiempo; Este paciente tampoco tuvo respuesta a los medicamentos que se usan a menudo para el SII.

 

EVOLUCIÓN

Durante una de las visitas posteriores del paciente al servicio de urgencias, la TC abdominal mostró un notable engrosamiento de la pared circunferencial de un gran segmento del yeyuno proximal con hiperrealce de la mucosa, edema mesentérico y una cantidad moderada de líquido intraabdominal ( Figura 1 ). Fue remitido a nuestra institución para mayor evaluación y tratamiento.

 


Figura 1. Tomografía Computarizada Axial.

En el Panel A, las flechas blancas apuntan a un engrosamiento prominente de la pared yeyunal. En el Panel B, son evidentes la ascitis perihepática (asterisco), el edema mesentérico (punta de flecha blanca) y el engrosamiento de la pared intestinal (flecha blanca).

 

 

PONENTE

El engrosamiento intermitente de la pared del yeyuno probablemente representa edema mucoso o submucoso. Este hallazgo, junto con los antecedentes de dolor abdominal recurrente en un tío y el análisis negativo del paciente para enfermedades intestinales inflamatorias, infecciosas y estructurales, aumentó la sospecha de angioedema hereditario.

 

EVOLUCIÓN

En el momento de su presentación en nuestra institución, los ataques abdominales del paciente habían estado ocurriendo de forma intermitente durante 10 años y estaban aumentando en frecuencia, ahora hasta cada 2 semanas. Al interrogarlo más a fondo, el paciente también recordó un episodio único de hinchazón leve de la lengua en el pasado remoto. Las pruebas posteriores revelaron un nivel de complemento C4 de 0,04 g por litro (rango normal, 0,1 a 0,4) y un nivel de actividad del inhibidor de la esterasa C1 inferior al 25 % (valor normal, >70 %), lo que sugería angioedema hereditario. La repetición de las pruebas confirmó definitivamente el diagnóstico. Se inició el tratamiento con danazol a una dosis de 200 mg una vez por semana, porque los tratamientos de primera línea, como el inhibidor de C1 derivado del plasma, el inhibidor de C1 humano recombinante, ecallantida, icatibant y lanadelumab, no estaban disponibles para él debido a limitaciones financieras. A los 6 meses de iniciar tratamiento con danazol el paciente no refirió más episodios.

 

Comentario

Este paciente presentó episodios recurrentes de dolor abdominal intenso. Después de una evaluación exhaustiva que descartó causas infecciosas, inflamatorias y estructurales del dolor, una tomografía computarizada que mostró engrosamiento de la pared intestinal, considerada en el contexto de antecedentes familiares de dolor abdominal episódico en un tío, generó preocupación por un angioedema hereditario como causa. de su complejo sintomático. Las pruebas de laboratorio que documentaron un bajo nivel de actividad esterasa C1 confirmaron el diagnóstico.

El angioedema hereditario es un raro trastorno genético autosómico dominante que afecta aproximadamente a 1 de cada 50.000 personas en todo el mundo. 1 Por lo general se desarrolla en la infancia, con una edad promedio de aparición de 8 a 12 años, y los síntomas a menudo empeoran durante la pubertad. 1 La enfermedad se caracteriza por episodios recurrentes de hinchazón en varias partes del cuerpo y puede ser gravemente debilitante. Los desencadenantes incluyen estrés emocional, trauma físico, infecciones, esfuerzo físico y cirugía y otros procedimientos médicos. El defecto fundamental en la mayoría de los tipos de angioedema hereditario es la deficiencia funcional de la proteína inhibidora C1, una proteasa que pertenece a la superfamilia de inhibidores de serina proteasa (serpinas) ( Figura 2 ). 2 La mayoría de los casos de angioedema hereditario son causados ​​por niveles reducidos (tipo I) o funcionalidad reducida (tipo II) del inhibidor de C1; Estos dos subtipos son clínicamente indistinguibles. El inhibidor de C1 desempeña un papel crucial en la regulación de múltiples vías, como el complemento, el sistema de contacto, la coagulación y las vías fibrinolíticas. Un tercer subtipo (tipo III) que se asocia con diferentes mutaciones pero con las mismas características clínicas se caracteriza por niveles normales de inhibidor de C1 cuantitativos y funcionales. 2



Figura 2. Vía inhibidora de C1.

El inhibidor de C1 es un regulador importante de múltiples vías, incluida la vía enzimática calicreína-cinina. Una deficiencia del inhibidor de C1 da como resultado una activación no regulada del factor XII y la precalicreína como factor XIIa activo y calicreína plasmática. La calicreína plasmática activada produce un aumento de la producción de factor XIIa, que a su vez estimula débilmente el complejo precalicreína-cininógeno de alto peso molecular (HMWK) para producir el complejo activo calicreína-HMWK. Sin niveles suficientes de inhibidor de C1, la calicreína plasmática activada escinde la HMWK, lo que lleva a una sobreproducción del péptido vasoactivo bradicinina. Luego, la bradicinina se une al receptor de bradicinina B2 en las células endoteliales vasculares, lo que produce angioedema.

 

 

Una deficiencia o falta de inhibidor de C1 da como resultado una activación no regulada de cascadas proteolíticas plasmáticas que generan bradicinina, el principal péptido vasoactivo responsable de la inflamación en el angioedema hereditario. 3 Los eventos moleculares iniciales en la génesis de un ataque no se comprenden completamente, pero la activación del factor XII y la precalicreína plasmática son componentes clave ( Figura 2 ). 1,4

 

El síntoma característico del angioedema hereditario es la hinchazón localizada de la piel y los tejidos submucosos (en la cara, los labios, la garganta, las manos, los pies o los genitales) que no produce signo de la fóvea (“nonpitting edema”), no produce prurito y no se acompaña de urticaria. La hinchazón suele ocurrir repentinamente. El dolor abdominal puede ser el único síntoma en un ataque de angioedema, como ocurrió en nuestro paciente. En una serie de 149 pacientes con angioedema hereditario que tuvieron 521 ataques, el 49% de los episodios se caracterizaron por dolor abdominal aislado. 5 Los ataques abdominales generalmente no se asocian con fiebre, signos peritoneales o leucocitosis. En muchos pacientes, los vómitos ocurren simultáneamente con el dolor, mientras que el estreñimiento y la diarrea comúnmente ocurren inmediatamente después. 6 Aunque la piel y el intestino parecen ser los órganos afectados con mayor frecuencia, los genitales, la vejiga, los músculos o las articulaciones también pueden verse afectados. 2 El edema laríngeo ocurre en aproximadamente el 0,9% de todos los ataques 7 y puede poner en peligro la vida y provocar asfixia y muerte. Se ha informado que la duración de los ataques varía desde unas pocas horas hasta unos pocos días, con una variabilidad sustancial entre pacientes. Aunque los síntomas prodrómicos no siempre están presentes, los pacientes suelen informar signos tempranos que preceden a un ataque inminente. Hasta la mitad de los pacientes tienen una erupción serpiginosa característica, conocida como eritema marginado, que a menudo se confunde con urticaria, lo que provoca un retraso en el diagnóstico. Otros síntomas prodrómicos informados incluyen fatiga y entumecimiento transitorio u hormigueo en el lugar de la hinchazón emergente.

 

Como en el caso actual, la clave para realizar el diagnóstico correcto es simplemente considerarlo. Sin embargo, dado el amplio diagnóstico diferencial del dolor abdominal, la consideración de una enfermedad poco común como el angioedema hereditario a menudo se retrasa (una media de 8,6 años, según una encuesta de pacientes afectados). 8 Las pruebas iniciales para el angioedema hereditario implican la medición del nivel de C4 (que se agota como resultado de la activación incontrolada de la vía del complemento cuando el inhibidor de C1 es deficiente o disfuncional); un nivel bajo es altamente sugestivo de angioedema hereditario tipo I o tipo II. Sin embargo, esta prueba no es específica y los resultados pueden ser normales en el 10% de los pacientes entre ataques. Luego se puede realizar la cuantificación de los niveles del inhibidor de C1 para diferenciar entre los niveles bajos en el angioedema hereditario tipo I y los niveles normales en el angioedema hereditario tipo II. Establecer un diagnóstico de angioedema hereditario tipo III es más desafiante, dado que se caracteriza por niveles normales de inhibidores de C4 y C1; Los criterios propuestos se basan en aspectos de la historia clínica y la presencia de antecedentes familiares de angioedema o una variante genética que se sabe que está asociada con el angioedema hereditario. 1

 

El tratamiento del angioedema hereditario implica el uso de terapias a demanda para limitar la progresión y la gravedad de los ataques, además de terapias de profilaxis a corto y largo plazo. Las terapias a demanda de primera línea actúan reemplazando el inhibidor de C1 faltante o disfuncional o inhibiendo la acción de la bradicinina, el principal mediador de los ataques de angioedema; Los agentes aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos incluyen concentrado de inhibidor de C1 derivado de plasma humano, inhibidor de C1 humano recombinante, icatibant (antagonista del receptor B2 de bradicinina) y ecallantida (inhibidor de calicreína). 9 Se ha demostrado en ensayos controlados aleatorios que cada uno reduce el tiempo medio hasta el alivio de los síntomas. 10-14 Las primeras tres terapias pueden ser administradas por el paciente, mientras que la ecallantida requiere el apoyo de un profesional de la salud para el manejo de una posible anafilaxia, que se informa en hasta el 4% de los pacientes. 9

 

Se recomienda la profilaxis previa al procedimiento para pacientes sometidos a procedimientos que pueden desencadenar un ataque (p. ej., cirugía dental, intubación endotraqueal o un procedimiento endoscópico). El concentrado de inhibidor de C1 se puede administrar por vía intravenosa antes del procedimiento, o el tratamiento con un andrógeno anabólico (p. ej., danazol o estanozolol) se puede iniciar 5 días antes y continuar durante 2 a 5 días después del procedimiento 9 ; Se postula que los andrógenos actúan aumentando transitoriamente los niveles de inhibidor de C1 y C4. El plasma fresco congelado se puede utilizar como terapia de segunda línea cuando estas terapias no están disponibles. Se debe iniciar una profilaxis a largo plazo dependiendo de la frecuencia y gravedad de los ataques, la preferencia del paciente, las condiciones coexistentes, el fracaso de las terapias a demanda y el acceso a la atención de emergencia. Para los pacientes que sufren ataques frecuentes, se recomienda la profilaxis a largo plazo. En estos pacientes, se puede administrar por vía intravenosa o subcutánea un inhibidor de C1 derivado del plasma al menos dos veces por semana. Otras terapias profilácticas incluyen danazol, lanadelumab y berotralstat. Las dos últimas terapias funcionan bloqueando la función de la calicreína; lanadelumab es un anticuerpo monoclonal que se une a la calicreína e inactiva, y berotralstat es un inhibidor selectivo de la calicreína de molécula pequeña. 9 Los pacientes que reciben tratamiento profiláctico con danazol deben ser monitoreados continuamente para detectar efectos secundarios comunes de los andrógenos sintéticos, incluidos aumento de peso, acné, hirsutismo, dolores de cabeza, enrojecimiento, hipertensión, dislipidemia y cambios menstruales. Los ensayos controlados aleatorios de fase 3 han demostrado la eficacia de ambos medicamentos para reducir la frecuencia de los ataques de angioedema. 14,15

 

El caso actual resalta la importancia de mantener una alta sospecha clínica de angioedema hereditario en pacientes con dolor abdominal severo episódico y estudios negativos para otras enfermedades.

 

Traducido de:

“A Swell Diagnosis”

Jad Allam, M.D., Don C. Rockey, M.D., and Ala I. Sharara, M.D.


https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2307935?query=featured_home

References

1. Busse PJ, Christiansen SC. Hereditary

angioedema. N Engl J Med 2020;382:1136-

48.

2. Wilkerson RG, Moellman JJ. Hereditary angioedema. Emerg Med Clin North

Am 2022;40:99-118.

3. Kaplan AP, Joseph K. Pathogenesis

of hereditary angioedema: the role of the

bradykinin-forming cascade. Immunol

Allergy Clin North Am 2017;37:513-25.

4. Zuraw BL, Christiansen SC. Pathophysiology of hereditary angioedema. Am

J Rhinol Allergy 2011;25:373-8.

5. Rubinstein E, Stolz LE, Sheffer AL,

Stevens C, Bousvaros A. Abdominal attacks and treatment in hereditary angioedema with C1-inhibitor deficiency. BMC

Gastroenterol 2014;14:71.

6. Frank MM. Hereditary angioedema.

J Allergy Clin Immunol 2008;121:Suppl 2:

S398-S401.

7. Bork K, Hardt J, Witzke G. Fatal laryngeal attacks and mortality in hereditary

angioedema due to C1-INH deficiency.

J Allergy Clin Immunol 2012;130:692-7.

8. Banerji A, Davis KH, Brown TM, et al.

Patient-reported burden of hereditary angioedema: findings from a patient survey

in the United States. Ann Allergy Asthma

Immunol 2020;124:600-7.

9. Maurer M, Magerl M, Betschel S, et al.

The international WAO/EAACI guideline

for the management of hereditary angioedema — the 2021 revision and update.

Allergy 2022;77:1961-90.

10. Li HH, Moldovan D, Bernstein JA,

et al. Recombinant human-C1 inhibitor is

effective and safe for repeat hereditary

angioedema attacks. J Allergy Clin Immunol Pract 2015;3:417-23.

11. Zuraw BL, Busse PJ, White M, et al.

Nanofiltered C1 inhibitor concentrate for

treatment of hereditary angioedema.

N Engl J Med 2010;363:513-22.

12. Cicardi M, Banerji A, Bracho F, et al.

Icatibant, a new bradykinin-receptor antagonist, in hereditary angioedema. N Engl

J Med 2010;363:532-41.

13. Cicardi M, Levy RJ, McNeil DL, et al.

Ecallantide for the treatment of acute attacks in hereditary angioedema. N Engl J

Med 2010;363:523-31.

14. Banerji A, Riedl MA, Bernstein JA,

et al. Effect of lanadelumab compared

with placebo on prevention of hereditary

angioedema attacks: a randomized clinical trial. JAMA 2018;320:2108-21.

15. Ohsawa I, Honda D, Suzuki Y, et al.

Oral berotralstat for the prophylaxis of

hereditary angioedema attacks in patients

in Japan: a phase 3 randomized trial. Allergy 2021;76:1789-99

jueves, 25 de enero de 2024

Pápulas Colagénicas Auriculares. Una entidad infrecuente.

Imagen Dermatológica Diagnóstica: Pápulas colagénicas auriculares

Femenina de 45 años lesiones bilaterales, asintomáticas. De 3 años de evolución.






Se trata de pápulas colagénicas auriculares. Hay mucha superposición o discusión sobre la naturaleza colagénica o amiloide de estas lesiones tan poco frecuentes. El origen del material que forma la entidad descrita como pápulas colagénicas auriculares ha sido mantenido en debate durante años con trabajos que se esforzaban en negar o afirmar la naturaleza amiloidea o colagénica del mismo.

El origen colagénico del liquen amiloideo podría explicar de forma unitaria los infrecuentes casos de lesiones papulosas localizadas en el oído externo (concha auricular, hélix y conducto auditivo externo), aunque la causa última sigue siendo desconocida.

 



Dr. Roberto Miranda Chapa

Dermatólogo.  Docente de Postgrado de Medicina Familiar y Medicina Interna.

Hospital General Regional 6 del IMSS Tampico

Tamaulipas Mexico.

 

 

 

 

miércoles, 24 de enero de 2024

Casos Clínicos: Mujer de 24 años, con embarazo de 20 semanas con hinchazón facial aguda.

 

El Dr. Mohamed Nossier envía estas imágenes con el siguiente texto:

 



Mujer de 24 años, 20 semanas de embarazo, libre de cirugía y tratamiento, sin antecedentes familiares de enfermedad autoinmune, sin antecedentes de medicamentos y sin antecedentes de alergia, que presentó hinchazón aguda de ojos y labios 2 días después de la aparición de eritema malar. Actualmente el paciente está tomando antihistamínicos, corticosteroides, ciclosporina y aerosol antifúngico oral. FAN 1/80 C3 C4 anti dsDNA pendiente de TLC: 4.2 Hb: 9.4 Plaquetas: 260.000

 

Opinión: Esta mujer de 24 años con gestación de 20 semanas presenta hinchazón aguda de párpados y labios en el contexto de una erupción centrofacial, y perioral con compromiso de la mucosa labial, de aspecto vesicular con tendencia a la formación de costras melicéricas. Un diagnóstico a considerar es ANGIOEDEMA  SECUNDARIO A INFECCIÓN POR HERPES SIMPLEX. Está descripta la asociación de infección por HSV y angioedema. Por otro lado habría que interrogar sobre si la paciente presenta antecedentes de dermatitis atópica, dado que en tal caso frente a una infección por HSV cabría esperar ERUPCIÓN VARICELIFORME DE KAPOSI, también llamado ECCEMA HERPÉTICO.

Un diagnóstico diferencial a considerar es SÍNDROME DE STEVENS-JOHNSON, por la afectación mucosa labial. Sin embargo, el SSJ, no explicaría el edema bipalpebral sin ulceración a ese nivel.

El hecho de que el cuadro haya comenzado con eritema malar, visible en la primera imagen, obliga a descartar LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO, el cual puede debutar o empeorar en embarazo y puerperio. Sin embargo, se hubiese esperado títulos más altos de FAN. Un título de 1/80, no es el típico de un brote de LES.

No me queda claro por qué la paciente recibe ciclosporina, si la medicación fue prescripta por el proceso agudo actual, o ya la estaba recibiendo previamente por alguna condición que no figura en la historia clínica. En cualquier caso, ciclosporina, por su propiedad de ser teratogénico y embriotóxico, está contraindicado en el embarazo.

Creo que interrumpiría ciclosporina, solicitaría citodiagnóstico de Tzanck y serología para HSV, y comenzaría con Aciclovir a dosis para una primoinfección herpética mientras espero los resultados.

 


martes, 23 de enero de 2024

Casos Clínicos: Varón de 20 años con tumoración del piso de la boca.


 

Dr buen día desearía saber de qué se trata esas 2 pequeñas masas en el suelo de la boca en un paciente masculino de 20 años de edad y que cursan asintomáticas y cuyo tiempo de evolución es de 6 meses gracias de antemano.




Dr. Patricio Veliz 

Machala. Ecuador.

 

 

 

 

Opinión:  Faltó la descripción de la consistencia de las lesiones a la palpación. Si la consistencia fuese dura, habría que considerar TORUS MANDIBULAR, o RODETE MANDIBULAR, que es una exostosis ósea a lo largo de la superficie cercana a la lengua, en relación a los premolares, en la unión del músculo milohioideo con la mandíbula. Los rodetes mandibulares se relacionan con bruxismo. En general no requieren tratamiento.

Si en cambio, la consistencia es blanda, renitente, o se adivina de contenido líquido, en esa localización del piso de la boca, pensaría en RÁNULAS. Las ránulas son pseudoquistes asociados con las glándulas sublinguales y los conductos submandibulares. Pueden ser congénitos, probablemente por un drenaje inadecuado de las glándulas sublinguales, o adquiridos después de un traumatismo bucal. Dado su contenido líquido, las ránulas son fluctuantes a la palpación y la localización típica es laterales a la línea media y en el piso de la boca. Como carecen de una verdadera pared quística, característica propia de los pseudoquistes, no es necesaria la extirpación completa. La extirpación transoral de la glándula sublingual es el tratamiento preferido para las ránulas orales. Las alternativas a la resección de la glándula sublingual incluyen la marsupialización (creación de una fístula permanente desde la ránula a la cavidad bucal) o la resección solo de la mitad anterior de la glándula sublingual, que es la fuente habitual de ránulas.

 

Otros diagnósticos diferenciales de ránula, como los QUISTES DE INCLUSIÓN EPITELIALES, o los tumores congénitos como CORISTOMA, EPULIS, pueden descartarse con facilidad en este caso dado que no estuvieron presentes desde el nacimiento, sino que tienen 6 meses de evolución, y el paciente tiene 20 años.


lunes, 22 de enero de 2024

Mujer de 70 años con tos y dificultad respiratoria

Una mujer de 70 años con infección avanzada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) fue evaluada en una clínica de KwaZulu-Natal, Sudáfrica, debido a tos, dificultad para respirar y malestar.

 

Quince años antes de la presentación actual, la paciente recibió un diagnóstico de infección por VIH después de haber presentado una pérdida sustancial de peso y fatiga. El recuento inicial de células CD4 obtenido en el momento del diagnóstico fue de 29 células por microlitro (rango de referencia, 332 a 1.642). Se inició tratamiento antirretroviral (TAR) con estavudina, lamivudina y efavirenz. Durante el año siguiente, los síntomas desaparecieron, el nivel de ARN del VIH se volvió indetectable y la paciente informó que cumplía con sus medicamentos. Diez años antes de la presentación actual, se pudo acceder a TAR adicionales en Sudáfrica y el régimen de TAR se cambió a tenofovir disoproxil fumarato, emtricitabina y efavirenz.

 

Cinco años antes de la presentación actual, la paciente ingresó en un hospital local debido a diarrea y mialgias difusas, y se encontró que tenía fracaso virológico. Se cambió el régimen de TAR a zidovudina, lamivudina y lopinavir-ritonavir. Durante los siguientes 4 años, refirió adherencia a estos medicamentos sin interrupción del tratamiento. El nivel de ARN del VIH osciló entre 68 y 594.000 copias por mililitro de plasma (valor de referencia, indetectable).

 

Doce meses antes de la presentación actual, el paciente presentó nueva dificultad para respirar, tos, anorexia y pérdida de peso. Durante las siguientes 4 semanas, los síntomas aumentaron progresivamente en gravedad. Cuando la dificultad para respirar empeoró hasta el punto de que no podía caminar, buscó evaluación en la clínica. La temperatura temporal fue de 36,8°C, la presión arterial de 104/64 mm Hg y el pulso de 87 latidos por minuto. El índice de masa corporal fue de 16,9. En el examen, impresionaba enferma, pero podía hablar con frases completas. La auscultación del tórax fue limitada debido a la tos frecuente; Crepitantes difusos estaban presentes en ambos pulmones.

 

La prueba de ácido nucleico de un hisopo nasofaríngeo fue positiva para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2). El examen de un frotis de esputo con bacilos acidorresistentes fue positivo para micobacterias, y las pruebas de ácido nucleico posteriores y el cultivo del esputo fueron positivos para Mycobacterium tuberculosis. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. De acuerdo con las recomendaciones del Departamento de Salud de Sudáfrica, se indicó al paciente que se aislara en casa y completara un tratamiento para la tuberculosis, que incluía rifampicina, isoniazida, pirazinamida y etambutol.

Tabla 1. Datos de laboratorio.

 Durante los 6 meses siguientes, tomó medicamentos antimicobacterianos y la dificultad para respirar y la tos disminuyeron, pero persistieron. Su peso disminuyó en 8 kg, a pesar de que la anorexia había desaparecido. Cuatro meses antes de la presentación actual, se desarrollaron nuevos dolores de cabeza y úlceras en la boca, y la paciente buscó evaluación en la clínica. Se obtuvo una muestra de esputo para examen de bacilos acidorresistentes y prueba y cultivo de ácido nucleico para micobacterias, todos los cuales fueron negativos. El nivel de ARN del VIH fue de 151.000 copias por mililitro de plasma. Se programó al paciente para una cita de seguimiento.

 

Doce días antes de la presentación actual, el paciente acudió a la clínica para seguimiento y el régimen de TAR se cambió a tenofovir disoproxil fumarato, lamivudina y dolutegravir. Cuando los síntomas no disminuyeron, el paciente acudió a la clínica para una evaluación adicional. Describió dificultad para respirar persistente y tos seca, así como dolores de cabeza en el lado derecho y úlceras en la boca. La revisión de sistemas se destacó por fatiga y debilidad durante los últimos 12 meses, así como fiebre, sudores nocturnos, dolor en el pecho, úlceras en la boca y odinofagia. No presentó ageusia, anosmia, cambios en la visión, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, sarpullido ni dolor articular. No se había realizado radiografía de tórax.

 

No había recibido vacunas contra la enfermedad por coronavirus 2019 (Covid-19). Tomó tenofovir disoproxil fumarato, lamivudina y dolutegravir, así como acetaminofén para el dolor muscular, según fue necesario. No se conocían alergias a medicamentos. No fumaba cigarrillos, no bebía alcohol ni consumía drogas ilícitas; no tomó ningún remedio de curanderos tradicionales. La paciente vivía con su hija en una comunidad agrícola rural en una región costera de Sudáfrica y no había viajado recientemente. Se desplazaba a pie dentro de su comunidad y estaba expuesta regularmente a ganado, cabras, gallinas y perros. El suministro de agua de su casa provenía de un pozo y no estaba tratado.

 

En el examen, estaba alerta pero parecía enferma y caquéctica. Tosió durante toda la entrevista. La presión arterial era de 97/71 mm Hg, el pulso de 91 latidos por minuto y la frecuencia respiratoria de 20 respiraciones por minuto. El índice de masa corporal fue de 13,7. Las mucosas estaban secas. Tenía aftas en la lengua, así como úlceras superficiales en la mucosa bucal. En la auscultación del tórax, se presentaron crepitantes difusos en ambos pulmones y fueron peores en el lóbulo inferior derecho. El resto de la exploración física fue normal. Los niveles sanguíneos de alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa y fosfatasa alcalina eran normales. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1.

 

Se realizó una prueba diagnóstica.

 

Diagnóstico diferencial

Esta mujer sudafricana de 70 años, que tenía infección avanzada por VIH y antecedentes recientes de Covid-19 y tuberculosis pulmonar, presentó disnea, tos, odinofagia y dolores de cabeza. En la exploración presentaba candidiasis oral, úlceras orales y crepitantes pulmonares. Los estudios de laboratorio destacaron por pancitopenia, un recuento bajo de células CD4 (<10 células por microlitro) y una disminución en el nivel de ARN del VIH después de un reciente rebote viral. Las radiografías no estaban disponibles.

 

Al formular un diagnóstico diferencial, primero definiré las características de su condición subyacente, incluidas sus infecciones recientes y su estado inmunocomprometido. Luego, identificaré las posibles causas de sus síntomas respiratorios iniciales. En última instancia, refinaré el diagnóstico diferencial con base en las características posteriores de su presentación, incluidas las úlceras orales y los dolores de cabeza.

 

DEFINICIÓN DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LA AFECCIÓN SUBYACENTE DEL PACIENTE

En el momento del diagnóstico de infección por VIH, la paciente tenía un recuento de células CD4 de 29 células por microlitro; el diagnóstico en esta paciente, como en muchos pacientes, se retrasó hasta que ya tenía un recuento bajo de células CD4. 1-3 Un diagnóstico tardío de la infección por VIH pone a los pacientes en riesgo de sufrir muchas infecciones y cánceres oportunistas, pone a las parejas sexuales en riesgo de contraer el VIH y se asocia con un mayor riesgo de complicaciones posteriores, muy probablemente debido a un “efecto heredado” de la infección por VIH, la desregulación inmune. 4 Además de la infección por VIH avanzada, el paciente tenía antecedentes recientes de infección por SARS-CoV-2. Los estudios sugieren que las personas con infección por VIH tienen peores resultados de Covid-19, particularmente si tienen un recuento bajo de células CD4 o un nivel alto de ARN del VIH. 5-8 El estado marcadamente inmunocomprometido de la paciente la puso en riesgo de sufrir una infección persistente por SARS-CoV-2 y una posterior sobreinfección por hongos. Finalmente, tenía antecedentes recientes de tuberculosis pulmonar, lo que también aumenta el riesgo de resultados graves de Covid-19 y sobreinfección por hongos, tal vez debido al daño pulmonar. 5

 

IDENTIFICACIÓN DE POSIBLES CAUSAS DE LOS SÍNTOMAS RESPIRATORIOS INICIALES DEL PACIENTE

En esta paciente con infección por VIH avanzada, las causas potenciales de sus síntomas respiratorios iniciales incluyen complicaciones no infecciosas, como cáncer e insuficiencia cardíaca, así como causas infecciosas de neumonía.

 

Cáncer

La infección avanzada por VIH se asocia con varios cánceres, incluido el linfoma no Hodgkin y los cánceres asociados al herpesvirus humano 8, como el sarcoma de Kaposi. El sarcoma de Kaposi puede afectar los pulmones, pero es un diagnóstico poco probable en este paciente por dos razones. En primer lugar, no había lesiones mucocutáneas evidentes, a menos que las úlceras orales fueran lesiones sarcomatosas. En segundo lugar, el sarcoma de Kaposi es menos común en mujeres que en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, debido a una diferencia en la prevalencia del herpesvirus humano 8.

 

Miocardiopatía por VIH

La infección avanzada por VIH se asocia con miocardiopatía dilatada e insuficiencia cardíaca. 9 Sin embargo, este diagnóstico no explicaría otras características de la presentación clínica de este paciente, como las úlceras orales y los dolores de cabeza.

 

Neumonia bacteriana

La neumonía bacteriana ocurre con frecuencia en personas con infección por VIH y puede deberse a uno de varios organismos comunes o poco comunes, como Streptococcus pneumoniae , Haemophilus influenzae , Staphylococcus aureus , Pseudomonas aeruginosa , Mycoplasma pneumoniae o Chlamydia pneumoniae . Este paciente había estado expuesta a animales de granja, lo que sugiere la posibilidad de infección con especies de rhodococcus (después de la exposición a caballos) o C. psittaci (después de la exposición a aves de compañía o aves de corral). La exposición a cabras y ovejas sugiere la posibilidad de infección con Coxiella burnetii , pero los niveles normales de alanina aminotransferasa y aspartato aminotransferasa del paciente hacen que este diagnóstico sea poco probable. La Legionella se puede encontrar en el agua de pozo que ella había ingerido, pero es más común en reservorios acuáticos artificiales. 10 Nocardia puede causar neumonía y propagarse al sistema nervioso central; La nocardiosis es una consideración, dados sus nuevos dolores de cabeza. Sin embargo, este paciente había tenido tos y disnea durante varios meses, lo que hace que la mayoría de los tipos de neumonía bacteriana sean poco probables porque tienden a tener una presentación más aguda y progresar en un período de tiempo más corto.

 

Neumonía micobacteriana

Los pacientes con infección por M. tuberculosis y un recuento bajo de células CD4 pueden presentar opacidades en los lóbulos medio o inferior, linfadenopatía y un patrón miliar en la radiografía de tórax. La infección por M. tuberculosis resistente a los medicamentos sería una posibilidad si la paciente hubiera tenido un cumplimiento incompleto de sus medicamentos antimicobacterianos. Sin embargo, 4 meses antes de la presentación actual, las pruebas de seguimiento de ácido nucleico para micobacterias del esputo habían sido negativas, lo que hace que este diagnóstico sea poco probable. El complejo M. avium suele causar infección diseminada, más que enfermedad pulmonar, en personas con infección por VIH avanzada.

 

Neumonía fúngica

La neumonía por Pneumocystis jirovecii es una de las infecciones oportunistas más comunes en personas con infección por VIH. Los pacientes con neumonía por P. jirovecii suelen presentar tos, disnea, fiebre e hipoxemia, que a veces se debe al esfuerzo. Sin embargo, este diagnóstico no explicaría las úlceras bucales ni los dolores de cabeza del paciente.

 

Otras posibles causas fúngicas de neumonía en personas del sur de África con infección avanzada por VIH son Emergomyces africanus (anteriormente especie emmonsia), cryptococcus, aspergillus, blastomyces e histoplasma. E. africanus es el hongo dimórfico más común implicado en enfermedades humanas en el sur de África y puede causar infección pulmonar o diseminada en personas con infección por VIH. 11 La infección criptocócica puede provocar neumonía y, a menudo, resulta en meningitis, lo que podría explicar los dolores de cabeza de este paciente. Sin embargo, una prueba de flujo lateral sérico para el antígeno criptocócico fue negativa, lo que descarta meningitis criptocócica, aunque no neumonía criptocócica. Aspergillus puede causar infección pulmonar; Los factores de riesgo de aspergilosis pulmonar en este paciente incluyen el recuento bajo de células CD4, leucopenia y antecedentes recientes de Covid-19 y tuberculosis.

 

Neumonía parasitaria

Las posibles causas parasitarias de neumonía en personas con infección avanzada por VIH incluyen toxoplasma, strongyloides, cryptosporidium y microsporidium. Sin embargo, otras características de la presentación de este paciente, incluidas las úlceras orales y los dolores de cabeza, no se explican fácilmente por la infección por estos parásitos.

 

Neumonía viral

La influenza tiende a ser más grave en pacientes inmunocomprometidos, incluidos aquellos con infección por VIH avanzada. 12 La neumonía viral también puede ser causada por el virus respiratorio sincitial, los virus de la parainfluenza, el metapneumovirus humano, el citomegalovirus (aunque rara vez en personas con infección por VIH) o el SARS-CoV-2.

 

REFINANDO EL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Después de los síntomas respiratorios iniciales del paciente, desarrolló odinofagia y úlceras bucales. En un paciente con infección por VIH avanzada, las posibles causas de estos síntomas incluyen infección por aspergillus, histoplasma, cándida, citomegalovirus, virus del herpes simple o SARS-CoV-2. Las posibilidades no infecciosas incluyen linfoma y úlceras aftosas. Solo algunas de estas causas también explicarían sus síntomas respiratorios, con infecciones por aspergillus, histoplasma y SARS-CoV-2 encabezando la lista.

 

Los dolores de cabeza también aparecieron tarde en el curso clínico de este paciente. Las posibles causas incluyen una lesión cerebral focal (incluido un absceso cerebral), sinusitis bacteriana o fúngica y meningitis. Es algo menos probable que las causas bacterianas sean la única explicación, dado el curso prolongado de su enfermedad. Es de destacar que se ha informado que las infecciones por hongos, incluida la aspergilosis, causan enfermedad de los senos nasales y lesiones cerebrales focales en personas con infección por VIH avanzada.

 

Finalmente, ¿existe una explicación para la progresión de la dificultad para respirar, la tos, el dolor de cabeza y las úlceras bucales después del inicio de un TAR eficaz? El empeoramiento de la condición del paciente puede atribuirse al síndrome inflamatorio de reconstitución inmune (SIRI). Tenía factores de riesgo de SIRI: recuentos bajos de células CD4, un nivel alto de ARN del VIH y el reciente inicio de un TAR eficaz. Múltiples infecciones oportunistas y cánceres pueden empeorar después del inicio del TAR. Se ha reportado un posible caso de SIRI en el contexto del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y Covid-19. 13

 

PONIÉNDOLO TODO JUNTO

¿Cómo podemos explicar mejor los síntomas respiratorios iniciales de este paciente, seguidos del desarrollo de odinofagia, úlceras bucales y dolores de cabeza? Dado su estado marcadamente inmunocomprometido, me preocupa la posibilidad de una infección persistente por SARS-CoV-2. Se ha informado de infección persistente por SARS-CoV-2 en huéspedes inmunocomprometidos, incluidos aquellos con infección avanzada por VIH. 14 En varios casos, también estuvieron presentes otras condiciones oportunistas o sobreinfecciones.

 

La persistencia de la infección por SARS-CoV-2 en personas con infección por VIH avanzada puede conducir a la evolución de mutaciones virales del SARS-CoV-2. En un informe instructivo, una mujer gravemente inmunocomprometida con infección por VIH dio positivo en el ARN del SARS-CoV-2 durante más de 210 días; Durante ese tiempo, el gen Spike del virus desarrolló múltiples mutaciones asociadas con la evasión inmune. 15 La paciente finalmente eliminó el ARN del SARS-CoV-2 después de que se suprimiera su nivel de ARN del VIH con el uso de TAR. 16 Este caso y otros resaltan la importancia de identificar a las personas con infección por VIH, tratarlas con TAR y priorizar la vacunación y el tratamiento de Covid-19 en esta población.

 

Además, la infección persistente por SARS-CoV-2 pondría a este paciente en riesgo de sufrir una sobreinfección que podría explicar la nueva aparición de dolores de cabeza. Las sobreinfecciones que pueden ocurrir después de Covid-19 incluyen infecciones por hongos, como aspergilosis o mucormicosis, que pueden provocar neumonía o enfermedad cerebral rinoorbitaria. Los mecanismos que confieren una predisposición a la sobreinfección por hongos en pacientes con Covid-19 no están claros, pero dicha sobreinfección puede estar relacionada en parte con la lesión epitelial por el SARS-CoV-2, que conduce a una mayor unión de los hongos a las vías respiratorias o a una inmunidad antifúngica deteriorada por la linfopenia. 17 Esta paciente tenía factores de riesgo adicionales de aspergilosis, incluida una infección avanzada por VIH, leucopenia y una posible enfermedad pulmonar relacionada con su tuberculosis reciente. 17-19

 

Dada la profunda inmunodeficiencia de esta paciente, sospecho que tiene una infección persistente por SARS-CoV-2, lo que puede explicar algunos aspectos de su presentación clínica (fiebre, tos, disnea y un examen pulmonar anormal). En el contexto de Covid-19 y un recuento bajo de células CD4, la sobreinfección pulmonar y cerebral por Aspergillus podría ser la causa de sus síntomas respiratorios y dolores de cabeza. Se justifica una evaluación adicional, que incluya pruebas de SARS-CoV-2, así como imágenes de tórax y cabeza.

 

Diagnóstico Presuntivo

Infección avanzada por el virus de la inmunodeficiencia humana, infección persistente por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave y sobreinfección pulmonar y cerebral por Aspergillus.

 

Pruebas de diagnóstico

Una prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) de una muestra nasofaríngea fue positiva para SARS-CoV-2. Se detectaron dos dianas genéticas (el gen N y las dianas ORF1ab ), pero no se detectó la diana del gen S. El valor umbral medio del ciclo fue 18,3. Se recuperaron detalles de dos pruebas positivas adicionales de RT-PCR para SARS-CoV-2 de los registros de laboratorio, la primera de 11 meses antes de la presentación y la segunda de 3 meses antes de la presentación ( Figura 1 ).

 


Figura 1. Resultados de la prueba RT-PCR para SARS-CoV-2.

El valor umbral del ciclo medio para los tres objetivos genéticos positivos en la prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) para el coronavirus 2 (SARS-CoV-2) se muestran durante tres puntos temporales. La escala en el eje de las Y está invertida porque los valores de umbral de ciclo más bajos indican niveles más altos de ARN del SARS-CoV-2.

 

No se documentaron pruebas de RT-PCR negativas para el SARS-CoV-2 entre las pruebas positivas.

 

Las pruebas RT-PCR positivas repetidas del SARS-CoV-2 podrían reflejar reinfecciones con diferentes variantes del SARS-CoV-2 o una infección persistente. 20 Se recuperaron muestras residuales de la prueba actual y de la prueba realizada 3 meses antes de la presentación para la secuenciación del genoma completo del SARS-CoV-2; No se dispuso de ninguna muestra almacenada de la primera prueba, realizada 11 meses antes de la presentación. Los resultados del análisis filogenético fueron consistentes con una infección persistente por SARS-CoV-2; Ambos genomas estaban agrupados en una larga rama dentro del clado delta ( Figura 2 ).

 


Figura 2. Árbol filogenético de secuencias delta del SARS-CoV-2.

Un árbol filogenético de secuencias delta del SARS-CoV-2 de Sudáfrica muestra secuencias del paciente en dos puntos temporales (círculos rojos) en una rama larga.

 

 

Los genomas mostraron una evolución sustancial a partir de la variante delta (B.1.617.2), con cambios de aminoácidos particularmente concentrados en el gen de la espiga. En comparación con la secuencia de la variante delta, la secuencia del paciente 3 meses antes de la presentación tenía 14 mutaciones adicionales en el gen de la espiga (13 sustituciones y una eliminación) ( Figura 3 ).

 


Figura 3. Mutaciones en el gen Spike.

Las ubicaciones de las eliminaciones y mutaciones no sinónimas se muestran para las secuencias del paciente en dos momentos temporales, en comparación con la secuencia de la variante delta (B.1.617.2).

 

La secuencia del paciente en el momento de la presentación actual mostró 5 sustituciones de aminoácidos adicionales en el gen Spike, así como una nueva eliminación en el dominio N-terminal (67-79del) que probablemente fue responsable de la falla del objetivo del gen S.  Además, hubo evidencia de evolución continua en un residuo clave de escape del anticuerpo neutralizante, de F486L a F486V. En conjunto, los datos genómicos apuntaban firmemente hacia una infección persistente por SARS-CoV-2 con evolución intrahuésped.

 

Diagnóstico de laboratorio

Infección avanzada por el virus de la inmunodeficiencia humana e infección persistente por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave.

 

Discusión de la gestión

Desde finales de 2020, ha habido múltiples informes de infección persistente por SARS-CoV-2 con evolución intrahuésped, generalmente en huéspedes inmunocomprometidos. En Sudáfrica, hemos documentado infecciones persistentes en personas con infección por VIH avanzada. 16,21 Las sospechas de infecciones persistentes pueden identificarse a partir del seguimiento longitudinal de pacientes individuales en atención clínica o estudios de investigación, a partir de la vigilancia activa de reinfecciones sospechadas o infecciones persistentes, o de la investigación específica de secuencias inusuales obtenidas durante la vigilancia genómica de rutina.

 

No existen pautas de manejo específicas basadas en evidencia para la infección persistente por SARS-CoV-2. 22 Los informes de casos de infección persistente han descrito el tratamiento con agentes antivirales, anticuerpos monoclonales y plasma de convaleciente, a menudo en combinación, pero aún no se ha establecido la eficacia de cualquier terapia única o combinada para la infección persistente. 23,24 En el momento de la presentación actual del paciente, los agentes antivirales (remdesivir, molnupiravir y nirmatrelvir-ritonavir) y los anticuerpos monoclonales aún no estaban aprobados o no estaban disponibles para su uso en el sector de salud pública en Sudáfrica. Los anticuerpos monoclonales anti-SARS-CoV-2 ya no son activos contra las subvariantes circulantes de la variante ómicrón (B.1.1.529).

 

El tratamiento eficaz de la enfermedad subyacente es un componente esencial del tratamiento de la infección persistente por SARS-CoV-2 en pacientes inmunodeprimidos. La evidencia limitada de informes de casos de infección persistente por SARS-CoV-2 en pacientes con infección por VIH avanzada sugiere que puede ocurrir una eliminación efectiva del SARS-CoV-2 después del inicio de un TAR eficaz y la supresión del VIH. 16,21 Dado el historial de tratamiento de este paciente, el régimen de TAR se cambió a una combinación de dosis fija una vez al día de tenofovir disoproxil fumarato, lamivudina y dolutegravir justo antes de la presentación actual.

 

Seguimiento

Debido a que no había terapias antivirales para la infección por SARS-CoV-2 en Sudáfrica en el momento de la presentación actual de la paciente, el objetivo era suprimir la replicación del VIH y reconstituir su sistema inmunológico para resolver el Covid. -19. Cinco semanas después de que se cambió el régimen de TAR a un régimen basado en dolutegravir, la paciente comenzó a tener fuertes dolores de cabeza en el lado derecho, ptosis del ojo derecho e incapacidad para mover el ojo derecho lateralmente. Se presentó en la clínica con estos cambios neurológicos agudos y fue trasladada al hospital por preocupación por SIRI. La tomografía computarizada (TC) de cabeza, realizada después de la administración de material de contraste intravenoso, reveló una masa en el seno cavernoso con oclusión de la arteria carótida interna derecha. Se aisló Aspergillus fumigatus de dos muestras de esputo. En la revisión de una segunda tomografía computarizada de la cabeza, se pensó que la masa sugería aspergilosis y se inició tratamiento con anfotericina B intravenosa.

 

Las pruebas de RT-PCR de muestras nasofaríngeas para detectar SARS-CoV-2 siguieron siendo positivas durante las primeras dos semanas de la hospitalización, pero la infección se resolvió en la tercera semana. El paciente estaba cerca de la supresión del VIH en ese momento, con un nivel de ARN del VIH de 118 copias por mililitro de plasma y tuvo una mejora modesta en el recuento de células CD4. Mientras esperaba la biopsia de la masa intracraneal, el paciente falleció repentinamente en el hospital. No se realizó un examen post mortem.

 

Diagnostico final

Infección avanzada por el virus de la inmunodeficiencia humana, infección persistente por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo y sobreinfección por aspergillus rinocerebral.

 

 

Traducido de :

Case 40-2023: A 70-Year-Old Woman with Cough and Shortness of Breath

Rajesh T. Gandhi, M.D., Alison C. Castle, M.D., Tulio de Oliveira, Ph.D., and Richard J. Lessells, M.B., Ch.B., Ph.D.

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2300910?query=featured_home

 

 

References

1. Carmona S, Bor J, Nattey C, et al. Per[1]sistent high burden of advanced HIV dis[1]ease among patients seeking care in South

Africa’s National HIV Program: data from

a nationwide laboratory cohort. Clin Infect

Dis 2018;66:Suppl 2:S111-S117.

2. Edwards JK, Cole SR, Breger TL, et al.

Mortality among persons entering HIV

care compared with the general U.S. pop[1]ulation: an observational study. Ann Intern

Med 2021;174:1197-206.

3. Lee JS, Humes EA, Hogan BC, et al.

CD4 count at entry into care and at antiret[1]roviral therapy prescription among adults

with human immunodeficiency virus in

the United States, 2005-2018. Clin Infect

Dis 2021;73(7):e2334-e2337.

4. Gandhi RT, McMahon DK, Bosch RJ,

et al. Levels of HIV-1 persistence on anti[1]retroviral therapy are not associated with

markers of inflammation or activation.

PLoS Pathog 2017;13(4):e1006285.

5. Western Cape Department of Health

in collaboration with the National Insti[1]tute for Communicable Diseases, South

Africa. Risk factors for Coronavirus Dis[1]ease 2019 (COVID-19) death in a popula[1]tion cohort study from the Western Cape

Province, South Africa. Clin Infect Dis

2021;73(7):e2005-e2015.

6. Triant VA, Gandhi RT. When epidem[1]ics collide: why people with human im[1]munodeficiency virus may have worse

Coronavirus Disease 2019 outcomes and

implications for vaccination. Clin Infect Dis

2021;72(12):e1030-e1034.

7. Bertagnolio S, Thwin SS, Silva R, et al.

Clinical features of, and risk factors for,

severe or fatal COVID-19 among people

living with HIV admitted to hospital: anal[1]ysis of data from the WHO Global Clinical

Platform of COVID-19. Lancet HIV 2022;

9(7):e486-e495.

8. Miller KW, Gandhi RT. The severity of

COVID-19 across the spectrum of HIV.

Curr Opin HIV AIDS 2023;18:119-25.

9. Remick J, Georgiopoulou V, Marti C,

et al. Heart failure in patients with hu[1]man immunodeficiency virus infection:

epidemiology, pathophysiology, treatment,

and future research. Circulation 2014;129:

1781-9.

10. Costa J, Tiago I, da Costa MS, Veríssi[1]mo A. Presence and persistence of Legio[1]nella spp. in groundwater. Appl Environ

Microbiol 2005;71:663-71.

11. Schwartz IS, Govender NP, Sigler L, et

al. Emergomyces: the global rise of new

dimorphic fungal pathogens. PLoS Pathog

2019;15(9):e1007977.

12. Sheth AN, Althoff KN, Brooks JT. In[1]fluenza susceptibility, severity, and shed[1]ding in HIV-infected adults: a review of

the literature. Clin Infect Dis 2011;52:

219-27.

13. Merchant EA, Flint K, Barouch DH,

Blair BM. Co-infection with coronavirus

disease 2019, previously undiagnosed hu[1]man immunodeficiency virus, Pneumocystis

jirovecii pneumonia and cytomegalovirus

pneumonitis, with possible immune recon[1]stitution inflammatory syndrome. IDCases

2021;24:e01153.

14. Peters JL, Fall A, Langerman SD, et al.

Prolonged severe acute respiratory syn[1]drome Coronavirus 2 Delta variant shed[1]ding in a patient with AIDS: case report

and review of the literature. Open Forum

Infect Dis 2022;9:ofac479.

15. Cele S, Karim F, Lustig G, et al. SARS[1]CoV-2 prolonged infection during ad[1]vanced HIV disease evolves extensive im[1]mune escape. Cell Host Microbe 2022;

30(2):154-162.e5.

16. Karim F, Moosa MYS, Gosnell BI, et

al. Persistent SARS-CoV-2 infection and

intra-host evolution in association with

advanced HIV infection. June 4, 2021

(https://www.medrxiv.org/content/10.1101

/2021.06.03.21258228v1). preprint.

17. Rouzé A, Martin-Loeches I, Nseir S.

COVID-19-associated pulmonary aspergil[1]losis: an underdiagnosed or overtreated

infection? Curr Opin Crit Care 2022;28:

470-9.

18. Baddley JW, Thompson GR III, Chen

SC-A, et al. Coronavirus Disease 2019-

associated invasive fungal infection. Open

Forum Infect Dis 2021;8:ofab510.

19. Hoenigl M, Seidel D, Sprute R, et al.

COVID-19-associated fungal infections.

Nat Microbiol 2022;7:1127-40.

20. Choudhary MC, Crain CR, Qiu X,

Hanage W, Li JZ. Severe Acute Respiratory

Syndrome Coronavirus 2 (SARS-CoV-2)

sequence characteristics of Coronavirus

Disease 2019 (COVID-19) persistence

and reinfection. Clin Infect Dis 2022;74:

237-45.

21. Maponga TG, Jeffries M, Tegally H, et

al. Persistent severe acute respiratory syn[1]drome Coronavirus 2 infection with ac[1]cumulation of mutations in a patient with

poorly controlled human immunodeficien[1]cy virus infection. Clin Infect Dis 2023;

76(3):e522-e525.

22. Moran E, Cook T, Goodman AL, et al.

Persistent SARS-CoV-2 infection: the urgent

need for access to treatment and trials.

Lancet Infect Dis 2021;21:1345-7.

23. Brown LK, Moran E, Goodman A,

et al. Treatment of chronic or relapsing

COVID-19 in immunodeficiency. J Allergy

Clin Immunol 2022;149(2):557-561.e1.

24. Hettle D, Hutchings S, Muir P, Moran

E, COVID-19 Genomics UK (COG-UK)

consortium. Persistent SARS-CoV-2 infec[1]tion in immunocompromised patients fa[1]cilitates rapid viral evolution: retrospec[1]tive cohort study and literature review.

Clin Infect Pract 2022;16:100210