lunes, 11 de septiembre de 2023

Mujer de 53 años con enfermedad celíaca y hemorragia digestiva alta.

Una mujer de 53 años con enfermedad celíaca fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos (UCI) de este hospital para el tratamiento de una hemorragia digestiva alta con shock hemorrágico.

 

La paciente había estado en su estado de salud habitual hasta aproximadamente 3 semanas antes de la presentación actual, cuando desarrolló fatiga, malestar general, anorexia, debilidad generalizada y diarrea acuosa. Dos semanas después, la diarrea aumentó en frecuencia y se volvió sanguinolenta. Acudió al servicio de urgencias de otro hospital para su evaluación.

 

En el examen, la presión arterial era de 63/32 mm Hg, el nivel de hemoglobina de 6,0 g por decilitro (rango de referencia, 12,0 a 16,0), el índice normalizado internacional de 7,63 (rango de referencia, 0,90 a 1,10), el nivel de creatinina de 1,4 mg por decilitro (rango de referencia, 0,5 a 1,3 mg por decilitro), el nivel de fosfatasa alcalina 330 U por litro (rango de referencia, 56 a 136), el nivel de albúmina 1,4 g por decilitro ( rango de referencia, 3,4 a 5,5), y el nivel de lactato 3,3 mmol por litro (30 mg por decilitro; rango de referencia, 0,5 a 2,0 mmol por litro [5 a 18 mg por decilitro]). Se administraron por vía intravenosa solución salina normal, albúmina, norepinefrina, plasma fresco congelado, vitamina K, 4 unidades de concentrado de glóbulos rojos, vancomicina, piperacilina-tazobactam, octreotida y pantoprazol.

 

La tomografía computarizada (TC) de tórax, abdomen y pelvis, realizada después de la administración de material de contraste oral, reveló opacidades en vidrio esmerilado en los pulmones, nódulos pulmonares, dilatación esofágica y osteopenia difusa, junto con ascitis, esteatosis hepática, engrosamiento difuso de la pared intestinal, asas dilatadas del intestino delgado y riñón en herradura. Cerca de la cola pancreática se identificó una masa heterogénea, de 11 cm por 8 cm por 7 cm, con necrosis interna. Según los informes, la ecografía abdominal mostró un hígado de apariencia cirrótica y ascitis. Según los informes, la esofagogastroduodenoscopia (EGD) fue notable por la esofagitis grave, pero no mostró ninguna fuente de sangrado agudo.

 

Durante los primeros 7 días de hospitalización, la diarrea continuó, con una producción de hasta 2 litros de heces líquidas de color verde al día. Según los informes, el examen de una muestra de heces dio positivo para leucocitos y negativo para Clostridioides difficile y toxina Shiga, así como para los antígenos de Campylobacter, Giardia y Cryptosporidium.

 

El día 7 de hospitalización, se produjo anuria y la presión de la vejiga era de 23 mm Hg. Se realizó paracentesis para el tratamiento de la distensión abdominal y se extrajeron 3,7 litros de líquido ascítico. Las pruebas del líquido ascítico revelaron 14.000 eritrocitos por microlitro y 91 neutrófilos por microlitro. El nivel de albúmina en el líquido ascítico fue de 0,3 g por decilitro; el nivel de albúmina sérica concurrente fue de 3,2 g por decilitro. No se detectaron organismos en la tinción de Gram del líquido ascítico. Se administró noradrenalina y albúmina por vía intravenosa.

 

Al día siguiente, se produjeron abundantes heces negras. El nivel de hemoglobina disminuyó de 8,1 g por decilitro a 5,1 g por decilitro; Se administró noradrenalina adicional por vía intravenosa, junto con 4 unidades de concentrado de glóbulos rojos, crioprecipitado, vitamina K y plasma fresco congelado. Se realizó una intubación de la tráquea para repetir la EGD, que supuestamente reveló una lesión vascular pulsátil en el esófago distal; Se detectó sangre alrededor de la lesión. Se administraron octreotida y pantoprazol por vía intravenosa, y el paciente fue trasladada en helicóptero a la UCI de este hospital.

 

Debido a que la paciente había sido intubada, la historia clínica se obtuvo inicialmente de su marido y fue limitada. La enfermedad celíaca le había sido diagnosticada cuando tenía 30 años, pero no seguía una dieta sin gluten. Su único embarazo se había complicado por hipertensión gestacional grave, y el parto se realizó por cesárea a las 33 semanas de gestación. La menopausia había ocurrido cuando tenía alrededor de 40 años. La otitis media recurrente había provocado la perforación de la membrana timpánica y la consiguiente pérdida auditiva crónica. El año pasado había perdido 7 kg de peso sin querer. En las 2 semanas anteriores a su ingreso en el otro hospital, después de la aparición de la diarrea, había tenido disminución del apetito y había comido sólo dulces y cereales, con una pérdida de peso de 2 kg.

 

La paciente asistió a la universidad y trabajó como consultor técnico. Vivía con su marido. No tenía antecedentes de uso de nicotina, alcohol o sustancias ilícitas. No tomó medicamentos ni suplementos y no se conocían reacciones adversas a los medicamentos. Sus antecedentes familiares incluían un derrame cerebral en su padre, cáncer de colon en su abuelo paterno y cáncer de páncreas en un bisabuelo paterno y una tía paterna. Tenía un hijo adulto, que estaba sano.

 

Al ser examinado en la UCI, el paciente parecía una enferma crónica. La temperatura temporal fue de 37,1°C, la frecuencia cardíaca de 91 latidos por minuto, la presión arterial de 102/67 mm Hg y la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto. La saturación de oxígeno fue del 98% mientras recibía ventilación mecánica en modo de respiración espontánea (presión positiva al final de la espiración, 5 cm de agua; fracción de oxígeno inspirado, 35%). La altura era de 142 cm, el peso de 50,6 kg y el índice de masa corporal de 25,1. La presión vesical era de 12 mm Hg. Las escleróticas estaban ictéricas y la piel ictérica. Las comisuras de la boca estaban inflamadas, eritematosas y con costras. El abdomen estaba distendido y había una onda líquida. Las superficies palmares parecían levemente eritematosas y denudadas, y había nevos pigmentados en la espalda y el hombro. Se observó edema simétrico 1+ con fóvea en la parte inferior de las piernas.

 

Los niveles de calcio y fósforo eran normales. Las pruebas de anticuerpos contra la hepatitis A, anticuerpos de superficie de la hepatitis B, antígenos de superficie de la hepatitis B, anticuerpos del núcleo de la hepatitis B, anticuerpos contra la hepatitis C, anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos y autoanticuerpos microsomales de hígado, riñón y tipo 1 fueron negativos; Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 . Se obtuvieron heces para cultivo y examen en busca de huevos y parásitos. Se administraron por vía intravenosa albúmina, 2 unidades de concentrado de hematíes, ceftriaxona, propofol, pantoprazol y octreotida.

 


Tabla 1. Datos de laboratorio.

 

La EGD se realizó a la mañana siguiente ( Figura 1 ). Había una bolsa submucosa con extremo ciego que sugería la posibilidad de una disección intramural en el esófago posterior. Se observaron esofagitis grave, úlceras esofágicas con cráteres y una varice esofágica distal con un tapón de fibrina suprayacente. Un intento de ligadura con banda esofágica fracasó, con destechamiento del coágulo de fibrina y chorros activos de sangre. Se aplicaron dos clips para la hemostasia. Se encontró hematina en todo el estómago. El bulbo duodenal tenía un aspecto nodular y la mucosa duodenal tenía un aspecto festoneado; Se realizó una biopsia duodenal. Los resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 .

 


Figura 1. Imágenes EGD.

La esofagogastroduodenoscopia (EGD) se realizó el día 2 de hospitalización. Un bolsillo submucoso con extremo ciego sugiere la posibilidad de una disección intramural esofágica (Panel A). Hay esofagitis grave con ulceración (Panel B), junto con una varice esofágica distal con un tapón de fibrina suprayacente (Panel C); la varice se aplanó con la insuflación. El duodeno aparece nodular y festoneado (Panel D).

 

 

Se realizó una angiografía por tomografía computarizada del cuello, el tórax, el abdomen y la pelvis para evaluar los vasos esofágicos y la posible perforación esofágica ( Figura 2 ). Había múltiples várices esofágicas, perigástricas y periesplénicas. Se observaron divertículo esofágico de 1,8 cm, neumomediastino y focos de aire en el espacio retrofaríngeo y otros espacios profundos del cuello, junto con esteatosis hepática difusa (sin características morfológicas de cirrosis), esplenomegalia leve, riñón en herradura y engrosamiento difuso de las paredes del intestino delgado y grueso. Había una masa retroperitoneal izquierda centralmente hipodensa, realzada, que medía 10,7 cm en su dimensión mayor. Había moteado difuso de huesos.

 


Figura 2. Imágenes de fase retardada de angiografía por TC.

Se realizó angiografía por TC de cuello, tórax, abdomen y pelvis antes y después de la administración de material de contraste intravenoso; Se muestran imágenes de fase retardada. Una imagen axial a nivel de la tiroides (Panel A) muestra focos de aire en los espacios profundos del cuello y un divertículo esofágico lateral izquierdo de 1,8 cm (flecha). Una imagen axial a nivel de la parte superior del tórax (Panel B) muestra neumomediastino adyacente al esófago lleno de líquido (flecha) y derrames pleurales bilaterales. Una imagen axial a nivel de la parte superior del abdomen (Panel C) muestra focos nodulares, submucosos, realzados en el esófago distal que son compatibles con várices (flecha), un clip colocado endoscópicamente y ascitis (también mostrados en los Paneles D, E, y F). Una imagen axial a un nivel ligeramente más caudal de la parte superior del abdomen (Panel D) muestra esteatosis hepática severa sin características morfológicas de cirrosis, así como esplenomegalia. Una imagen axial a nivel de la parte media del abdomen (Panel E) muestra un riñón en herradura (con parénquima puente a lo largo de la línea media), engrosamiento difuso de las paredes del intestino delgado y grueso y una masa retroperitoneal izquierda centralmente hipodensa que realza 10,7 cm ( flecha) anterior al resto renal izquierdo. Una imagen coronal a través del abdomen (Panel F) muestra la masa retroperitoneal izquierda (flecha), que está adyacente al riñón (punta de flecha blanca) y al páncreas (punta de flecha negra), pero separada de ellos. engrosamiento difuso de las paredes del intestino delgado y grueso, y una masa retroperitoneal izquierda hipodensa centralmente realzada de 10,7 cm (flecha) anterior al resto renal izquierdo. Una imagen coronal a través del abdomen (Panel F) muestra la masa retroperitoneal izquierda (flecha), que está adyacente al riñón (punta de flecha blanca) y al páncreas (punta de flecha negra), pero separada de ellos. engrosamiento difuso de las paredes del intestino delgado y grueso, y una masa retroperitoneal izquierda hipodensa centralmente realzada de 10,7 cm (flecha) anterior al resto renal izquierdo. Una imagen coronal a través del abdomen (Panel F) muestra la masa retroperitoneal izquierda (flecha), que está adyacente al riñón (punta de flecha blanca) y al páncreas (punta de flecha negra), pero separada de ellos.

 

 

En las primeras 24 horas de internación, hubo una evacuación de 800 ml de heces líquidas de color rojo. El día 2 de hospitalización, se administraron un total de 3 unidades de concentrados de glóbulos rojos. El tercer día de hospitalización, la ecocardiografía transtorácica reveló una función ventricular izquierda normal, esclerosis de la válvula aórtica e insuficiencia tricuspídea de leve a moderada. Los resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 .

 

Se realizaron pruebas diagnósticas adicionales.

 

Diagnóstico diferencial

Esta mujer de 53 años con enfermedad celíaca, que no seguía una dieta libre de gluten, se encontraba bien hasta 3 semanas antes de la presentación actual, cuando comenzó a tener un gran volumen de diarrea acuosa. Después de 2 semanas, la diarrea se volvió sanguinolenta y fue ingresada en otro hospital. Se encontró que estaba en shock hemorrágico y recibió cuidados intensivos y reanimación. Se detectaron coagulopatía grave e hipoalbuminemia. Según se informa, las imágenes revelaron hígado graso, una gran masa retroperitoneal y riñón en herradura. Según se informa, la EGD no mostró características de hipertensión portal ni fuente de sangrado. Sin embargo, el paciente tenía ascitis hipertensiva portal que requirió drenaje.

 

En el otro hospital, el paciente continuó presentando un gran volumen de diarrea durante una semana, sin causa infecciosa. Un segundo episodio de sangrado provocó que se repitiera la EGD, que supuestamente mostró una varice esofágica sangrante. El paciente fue trasladado a este hospital. Se confirmó la presencia de una varice esofágica sangrante y se observó un desgarro esofágico que probablemente se debió a un traumatismo durante una EGD previa. Se detectaron deficiencias nutricionales graves, incluidas deficiencias de vitaminas liposolubles, y osteoporosis. La esteatosis hepática y la evidencia de hipertensión portal (várices, esplenomegalia y ascitis) se confirmaron mediante imágenes. La constelación de hígado graso sin características morfológicas de cirrosis, evidencia de hipertensión portal (incluidos vasos colaterales gastroesofágicos en la TC y várices en la endoscopia) y hallazgos extrahepáticos e intestinales en la anamnesis, el examen físico y las imágenes sugieren un diagnóstico sindrómico.

 

HÍGADO GRASO

La enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (Metabolic dysfunction–associated steatotic liver disease) (MASLD; anteriormente conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico) es un término que abarca todos los grados y etapas de la enfermedad y se define por la presencia de esteatosis macrovesicular en al menos el 5% de los hepatocitos, en ausencia de una causa alternativa fácilmente identificada (p. ej., medicación, inanición o un trastorno monogénico), en personas que beben poco o nada de alcohol (<20 g por día para mujeres y <30 g por día para hombres). 1 Este diagnóstico es poco probable en un paciente que no tiene obesidad o síndrome metabólico. Además, esta paciente no bebe alcohol, por lo que disminuye la probabilidad de sufrir enfermedad del hígado graso.

 

Este paciente tiene enfermedad celíaca, además de deficiencias de hierro y folato y pérdida ósea. En pacientes con enfermedad celíaca, la manifestación más común de lesión hepática (conocida como “hepatitis celíaca”) implica niveles elevados de alanina aminotransferasa y aspartato aminotransferasa y cambios leves e inespecíficos en la biopsia hepática. 2,3 La enfermedad celíaca está presente en 2,2 a 7,9% de los pacientes que tienen hígado graso y un IMC normal. 4 Existe un mayor riesgo de MASLD (índice de riesgo, 2,8) entre los pacientes con enfermedad celíaca que siguen una dieta sin gluten. 5,6MASLD ocurre en más de un tercio de los pacientes con enfermedad celíaca que siguen una dieta sin gluten, en comparación con el 21,8% de los pacientes sin enfermedad celíaca, y el mayor riesgo persiste más de 15 años después del diagnóstico de la enfermedad celíaca. 6 Esta paciente no ha seguido una dieta libre de gluten y tiene niveles normales de alanina aminotransferasa y aspartato aminotransferasa, por lo que su presentación no se explicaría únicamente por la enfermedad celíaca.

 

La enfermedad de Wilson sintomática puede desarrollarse a cualquier edad. Los adultos con esta enfermedad pueden tener síntomas neuropsiquiátricos concurrentes. Aunque esta paciente tiene un nivel de fosfatasa alcalina que podría ser compatible con la enfermedad de Wilson 7 , tiene niveles normales de alanina aminotransferasa y aspartato aminotransferasa. Además, tiene predominantemente hígado graso e hipertensión portal, en lugar de insuficiencia hepática aguda o cirrosis descompensada. Su bajo nivel de ceruloplasmina probablemente se debe a una deficiencia absoluta de cobre que se relaciona con diarrea en el contexto de la enfermedad celíaca.

 

Las personas homocigotas para hipobetalipoproteinemia familiar tienen deficiencias de vitaminas liposolubles, así como disfunción gastrointestinal y neurológica. El hígado graso suele aparecer en presencia de factores de riesgo adicionales, como obesidad, hiperinsulinemia o una dieta rica en grasas. 8

 

HIPERTENSIÓN PORTAL EN AUSENCIA DE CIRROSIS

El trastorno vascular portosinusoidal (Portosinusoidal vascular disorder) (PSVD), que es un nuevo término para la hipertensión portal no cirrótica, se define por la presencia de signos clínicos de hipertensión portal y la ausencia de cirrosis en la biopsia hepática. 9 El sangrado por várices es una primera manifestación común de PSVD. 10En la mayoría de los pacientes con PSVD, la función sintética hepática es normal hasta el final del curso de la enfermedad. Este paciente tenía coagulopatía, pero se corrigió con la administración de factores de coagulación y vitamina K, por lo que era más probable que estuviera relacionada con una deficiencia nutricional que con una disfunción sintética hepática. En pacientes con PSVD, los niveles de enzimas hepáticas y el gradiente de presión venosa hepática son normales o ligeramente elevados. La PSVD puede estar relacionada con numerosas afecciones, incluidas infecciones, exposición a medicamentos o toxinas, trastornos protrombóticos, trastornos inmunológicos y trastornos genéticos. Sobre la base de la historia y la presentación de este paciente, la lista de posibles causas de PSVD se puede reducir a trastornos inmunológicos y genéticos.

 

Las causas inmunológicas de PSVD que son relevantes en este paciente incluyen la enfermedad celíaca. Se postula que, en pacientes con enfermedad celíaca, las manifestaciones extraintestinales pueden explicarse por una actividad inmune aberrante desencadenada por la exposición al gluten. 11 Otra causa inmunológica de PSVD es la hipogammaglobulinemia. Este paciente ha tenido otitis media recurrente pero ninguna otra infección que sugiera este diagnóstico. Las causas genéticas incluyen el síndrome de Marfan y el síndrome de Turner. Este paciente tiene varias características compatibles con el síndrome de Turner, incluida estatura baja, otitis media recurrente, nevos pigmentados y malformaciones congénitas del corazón y los riñones, incluida la esclerosis aórtica y el riñón en herradura. El riesgo de enfermedades autoinmunes entre los pacientes con síndrome de Turner es aproximadamente el doble que el riesgo en la población femenina general. 12 Específicamente, la incidencia de enfermedad celíaca entre pacientes con síndrome de Turner aumenta en un factor de 11.13

 

SÍNDROME DE TURNER Y ENFERMEDAD HEPÁTICA

El síndrome de Turner se asocia con un amplio espectro de lesiones hepáticas, especialmente en pacientes mayores. Estos incluyen esteatosis, esteatofibrosis y esteatohepatitis, todas las cuales comúnmente están relacionadas con el sobrepeso. 14 En algunos pacientes, los vasos congénitamente anormales causan marcados cambios arquitectónicos en el hígado que se asocian con un riesgo de complicaciones graves relacionadas con el hígado. Dichos cambios incluyen venopatía portal obliterante, microvasculatura hepática anormal, hipoxia hepática local, hiperplasia compensatoria (incluida la hiperplasia regenerativa nodular, que puede causar hipertensión portal), hiperplasia nodular focal múltiple o cirrosis. 15

 

Finalmente, la presencia de una gran masa retroperitoneal en este paciente amplía el diagnóstico diferencial para incluir tumores neuroendocrinos. La persistencia de un gran volumen de diarrea acuosa, a pesar del ayuno y una brecha osmótica en las heces de 80 mOsm por kilogramo (el nivel es >100 mOsm por kilogramo en pacientes con diarrea osmótica relacionada con la enfermedad celíaca), no es una característica típica de la enfermedad celíaca sola, y sugiere un componente secretor. Sin embargo, la diarrea secretora relacionada con un tumor neuroendocrino generalmente ocurre con un cáncer primario gastrointestinal o metástasis hepáticas. Otra posible explicación de la masa retroperitoneal es el paraganglionoma no funcionante. Es de destacar que el síndrome de Turner se asocia con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. 16,17

 

En este caso, sospecho que se colocó una derivación portosistémica intrahepática transyugular (TIPS) para el tratamiento del sangrado por várices. Obtendría mediciones de presión y realizaría una biopsia hepática transyugular, así como una biopsia guiada por imágenes de la masa retroperitoneal y un cariotipo.

 

Impresión clínica y manejo inicial

Esta paciente con enfermedad celíaca conocida presentó diarrea progresiva, subaguda a crónica, que probablemente se debió a malabsorción. Se pensaba que la diarrea estaba asociada con la exposición al gluten en el contexto de la enfermedad celíaca, aunque también se consideró la mala digestión por insuficiencia pancreática. Se encontró que el paciente tenía evidencia de hipertensión portal, incluidas várices esofágicas y esplenomegalia. Había una varice esofágica sangrante, que era la explicación más probable de su hemorragia gastrointestinal superior con shock hemorrágico. La paciente también tenía una marcada esteatosis hepática, que se pensaba que se debía a una disfunción metabólica por la enfermedad celíaca y el síndrome de Turner. 14,18-20

 

Algunas características observadas en este paciente, incluido un índice normalizado internacional elevado y un nivel bajo de albúmina, sugerían cirrosis subyacente. Sin embargo, estas características pueden explicarse por la desnutrición, y el índice normalizado internacional se corrigió con la administración de vitamina K. Por lo tanto, se consideraron las causas de la PSVD (hipertensión portal no cirrótica). La PSVD puede ocurrir en pacientes con síndrome de Turner, cuando la vasculopatía con hipoxia hepática local resultante conduce al desarrollo de hiperplasia regenerativa nodular o hiperplasia nodular focal. 14 Dada la baja estatura del paciente, el riñón en herradura y la masa retroperitoneal, se sospechó el diagnóstico de síndrome de Turner.

 

Debido a que la posibilidad de perforación esofágica en este paciente aumentaba el riesgo asociado con la repetición de la endoscopia superior, se colocó un TIPS. La presión auricular derecha fue de 1 mm Hg y la presión venosa hepática libre y en cuña fue de 2 mm Hg y 15 mm Hg, respectivamente. El gradiente de presión venosa hepática fue de 13 mm Hg, hallazgo diagnóstico de hipertensión portal. El sangrado gastrointestinal se resolvió luego de la colocación de TIPS. Se realizó una biopsia hepática simultánea.

 

Después de la colocación de TIPS se desarrolló encefalopatía hepática y se administraron lactulosa y rifaximina. Un esofagograma con diatrizoato de meglumina (gastrografin) no mostró evidencia de perforación esofágica. Sin embargo, debido a la presencia de neumomediastino, se inició tratamiento con ceftriaxona, metronidazol y fluconazol por presunta perforación esofágica. El nivel de elastasa fecal fue inferior a 50 μg por gramo de heces (valor de referencia, >200). Se administraron enzimas pancreáticas. Análisis de sangre adicionales revelaron un nivel de calcio de 10,7 mg por decilitro (2,68 mmol por litro; rango de referencia, 8,5 a 10,5 mg por decilitro [2,12 a 2,62 mmol por litro]) y un nivel de hormona paratiroidea de 134 pg por mililitro (rango de referencia, 10 a 60). Se inició tratamiento con ácido zoledrónico.

 

Diagnostico clinico

Síndrome de Turner.

 

 

Discusión patológica

El examen de una muestra de biopsia obtenida del duodeno y del bulbo duodenal ( Figura 3A y 3B ) reveló una pérdida moderada de las vellosidades de la mucosa duodenal. La lámina propia estaba expandida por un denso infiltrado linfoplasmocítico. En el epitelio de la superficie suprayacente, hubo un marcado aumento de linfocitos intraepiteliales, que fueron positivos para CD3 y CD8 y negativos para CD4. Según la clasificación de Marsh-Oberhuber, estos hallazgos son compatibles con una lesión de tipo 3b (definida por >30 linfocitos intraepiteliales por cada 100 enterocitos, aumento de la hiperplasia de las criptas y marcada atrofia de las vellosidades). En el contexto clínico y serológico apropiado, estas características histológicas respaldan en gran medida el diagnóstico de enfermedad celíaca.

 


Figura 3. Muestras de biopsia.

La tinción con hematoxilina y eosina de una sección de la muestra de biopsia obtenida del duodeno y el bulbo duodenal (Panel A) muestra un despunte moderado de las vellosidades. A mayor aumento (Panel B), los linfocitos intraepiteliales aumentan. La tinción con hematoxilina y eosina de una sección de la muestra de biopsia hepática (Panel C) muestra una esteatosis difusa y marcada compuesta por gotitas de grasa de tamaño mediano. A mayor aumento (Panel D), hay neutrófilos periductales, un hallazgo compatible con colangiolitis neutrofílica. La tinción con hematoxilina y eosina de una sección de la muestra de biopsia de la lesión retroperitoneal izquierda (Panel E) muestra una neoplasia anidada compuesta de células monomorfas redondas a ovoides con cromatina dispersa. La tinción inmunohistoquímica para GATA3 (Panel E, recuadro) es difusamente positiva en los núcleos.

 

 

Examen de una muestra de biopsia de hígado ( Figura 3C y 3D) revelaron esteatosis difusa con gotas de grasa de tamaño mediano distribuidas uniformemente por todo el lóbulo hepático. Los hepatocitos tenían características de regeneración, con raras figuras mitóticas y placas hepáticas engrosadas en la tinción con reticulina. Había edema periductal leve con una reacción de los conductos biliares y un infiltrado neutrofílico periductal, hallazgos compatibles con colangiolitis neutrofílica. La tinción inmunohistoquímica para citoqueratina 7 confirmó la reacción ductal. Los conductos biliares nativos estaban intactos y normales. Dado el intenso infiltrado neutrofílico, se realizó tinción inmunohistoquímica para causas infecciosas (p. ej., citomegalovirus y espiroquetas), y la tinción fue negativa. Los hallazgos negativos pertinentes incluyeron la ausencia de fibrosis patológica, hierro y cobre. La tinción con ácido periódico-Schiff con digestión con diastasa no reveló glóbulos positivos. A pesar de las placas hepáticas engrosadas que se observan en la tinción con reticulina, no se identificaron características diagnósticas de hiperplasia regenerativa nodular o cirrosis.

 

Una muestra de biopsia de la lesión retroperitoneal izquierda ( Figura 3E ) mostró un crecimiento difuso de células monomórficas redondas a ovoides que estaban dispuestas en un patrón de organoide a anidado con cromatina dispersa. No se identificaron atipia, actividad mitótica ni necrosis. La tinción inmunohistoquímica para los marcadores neuroendocrinos sinaptofisina y cromogranina fue difusamente positiva. La tinción para GATA3 fue positiva en los núcleos, al igual que la tinción para la subunidad B de succinato deshidrogenasa (SDHB). Muy raras células dieron positivo para las citoqueratinas 34βE12 y AE1-AE3. La tinción inmunohistoquímica fue negativa para S100, HMB45, DOG1, MNF116, CDX2, PAX8 y MDM2. Las características histomorfológicas e inmunofenotípicas generales fueron más compatibles con un diagnóstico de paraganglioma.

 

Una muestra de biopsia de hígado que contenía una lesión hepática pericapsular ( Figura 3F ) no mostró parénquima hepático. Se trataba de una neoplasia de células fusiformes compuesta por núcleos largos y ondulados que se disponían en áreas hipercelulares e hipocelulares alternadas. Las áreas hipocelulares tenían una apariencia mixoide laxa. Las áreas hipercelulares tenían empalizada nuclear que era indicativa de cuerpos de Verocay. No se identificó atipia, actividad mitótica ni necrosis. Las células tumorales fueron difusamente positivas para S100 y negativas para desmina. Las características histomorfológicas e inmunofenotípicas fueron diagnósticas de schwannoma.

 

Prueba genética

Se sospechó del síndrome de Turner en esta mujer de 53 años debido a su baja estatura, riñón en herradura y rasgos faciales característicos (ptosis leve, hipertelorismo subjetivo, hipoplasia maxilar y expresión ligeramente baja). pinnas con lóbulos adherentes) en el contexto de hemorragia aguda por varices y enfermedad celíaca. 21 Una característica observada en esta paciente que es poco común en pacientes con la forma no mosaico del síndrome de Turner es la suficiencia ovárica, como lo demuestran los antecedentes de pubertad y menstruaciones espontáneas a los 15 años de edad, embarazo espontáneo y menopausia a mediados de los 40 años. . Sin embargo, la hipertensión gestacional grave, el parto prematuro y el bajo peso al nacer son complicaciones frecuentes del embarazo en pacientes con síndrome de Turner. 22-25Un análisis cromosómico de glóbulos blancos periféricos, realizado en un hospital afiliado a este hospital, reveló el cariotipo 45,X no mosaico en este paciente. Con conteo de 30 células (metafeses) se descartó mosaicismo 46,XX mayor al 14%. 26

 

Cuando el diagnóstico del síndrome de Turner se retrasa hasta la edad adulta, la razón puede ser la falta de familiaridad de los médicos con las características clínicas leves o inusuales del fenotipo amplio. Los médicos generalmente son conscientes de las características más distintivas que pueden ocurrir en fetos, bebés o niños, incluyendo hidropesía fetal, linfedema posnatal, membranas nucales, rasgos faciales característicos (orejas prominentes, retrognatia, boca pequeña, ptosis y pliegues epicánticos), coartación de la aorta y otros defectos congénitos que afectan el lado izquierdo del corazón, pérdida de audición, retraso de la pubertad y desafíos académicos y sociales. 21,27-29Un análisis cromosómico de los glóbulos blancos periféricos está indicado cuando está presente una característica clínica clave, como la baja estatura, ya sea como característica única o en combinación con otras. El cariotipo 45,X no mosaico se detecta en aproximadamente 40% de los pacientes con síndrome de Turner. La pérdida fetal en el 99% de los fetos llevó a la hipótesis de que los nacidos vivos con un cariotipo no mosaico aparentemente completo (45,X) tienen algún grado de mosaicismo (46,XX), incluso si no se detecta. 30,31 Se podrían ofrecer pruebas de muestras de tejido, como piel, células bucales o epitelio de la vejiga, para complementar las pruebas de sangre periférica.

 

Discusión del manejo

El tratamiento del síndrome de Turner adecuado a la edad se basa en directrices establecidas por un grupo de estudio de consenso internacional. 26 En pacientes con síndrome de Turner, casi todos los sistemas de órganos pueden verse afectados; la principal causa de complicaciones y muerte son las anomalías cardiovasculares, especialmente la enfermedad aórtica. 32-34 Este paciente tenía una afectación mínima de la válvula aórtica en la ecocardiografía y era más probable que estuviera relacionada con la edad que congénita. En tales pacientes, se realizaría una ecocardiografía de seguimiento, junto con una resonancia magnética o una angiografía por tomografía computarizada para medir las dimensiones de la aorta. 32 Los problemas endocrinos comunes en pacientes con síndrome de Turner incluyen insuficiencia ovárica, diabetes, hipotiroidismo, osteoporosis y sobrepeso.

 

En este caso, la detección de dos tumores (un paraganglioma retroperitoneal grande y un schwannoma hepático pequeño) lleva a considerar la asociación de la neoplasia con el síndrome de Turner. 34 Aunque estas condiciones pueden no estar relacionadas, se postula que un mecanismo genómico conduce a la haploinsuficiencia de genes en el cromosoma X. 35 La investigación basada en la población no ha demostrado un aumento general en el riesgo de cáncer entre pacientes con síndrome de Turner, pero sugiere un ligero aumento en el riesgo de tumores seleccionados. 17 Se ha observado la asociación entre el gonadoblastoma en pacientes con síndrome de Turner y el material del cromosoma Y, al igual que la aparición poco frecuente de cánceres de mama y de endometrio. 21Series de casos de clínicas de síndrome de Turner, incluida la clínica de nuestro hospital, han informado sobre tumores que afectan el sistema nervioso central y periférico. 16,36,37 Además del paraganglioma y el schwannoma (que ocurrieron en este paciente), se han observado meningioma, 38 astrocitoma, ganglioneuroblastoma, tumores carcinoides y tumores de la vaina nerviosa y del glomus en pacientes con síndrome de Turner. En este paciente, la tinción inmunohistoquímica realizada en muestras de biopsia de los tumores no detectó muchas mutaciones genéticas. Las pruebas genéticas realizadas para evaluar un posible origen germinal en 10 genes asociados con paraganglioma y schwannoma fueron negativas.

 

Durante la cuarta semana de hospitalización, el paciente presentó psicosis intermitente que finalmente se consideró multifactorial. Los pacientes con síndrome de Turner son evaluados para detectar desafíos y fortalezas neuropsicológicos y condiciones de salud mental. 21,27,39,40 Las habilidades cognitivas suelen estar en el rango normal y muchos pacientes se gradúan en la universidad (como lo hizo este paciente). La psicosis es poco común, pero los desafíos más comunes, como la ansiedad, la depresión, el déficit de atención y el deterioro de las habilidades de comunicación social, pueden afectar la calidad de vida.Las pruebas neuropsicológicas formales, la atención psiquiátrica y el asesoramiento comunitario pueden desempeñar un papel importante. Para los adolescentes y adultos con síndrome de Turner, la atención debe incluir asesoramiento sobre sexo, desafíos reproductivos asociados con el síndrome de Turner y consideraciones futuras sobre la crianza de los hijos mediante la adopción y el embarazo. 41 En este caso, el paciente rechazó la atención multiespecializada en la clínica del síndrome de Turner, incluidas derivaciones cardíacas y psiquiátricas.

 

Diagnostico final

Síndrome de Turner asociado con enfermedad celíaca, esteatosis hepática, trastorno vascular portosinusoidal,  paraganglioma y schwannoma.

 

 

Traducido de:

A 53-Year-Old Woman with Celiac Disease and Upper Gastrointestinal Bleeding

Nikroo Hashemi, M.D., M.P.H., Emily W. Lopes, M.D., M.P.H., Ranjodh S. Dhami, M.D., Angela E. Lin, M.D., and Jinesa Moodley, M.D.

 

  https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2300903?query=featured_home

 

 

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domingo, 10 de septiembre de 2023

Casos Clínicos: Descamación generalizada de la piel.

La Dra. Jenny Camargo Madariaga envía esta imagen con el siguiente texto:

Cómo está doctor.

¿Ya había visto ese cambio de piel antes?  ¿Sabe cómo se llama?





 

 

Opinión: Esas descamaciones masivas de piel se pueden ver en estados post infecciosos. Especialmente por infecciones estreptocócicas (escarlatina), estafilocócicas (síndrome de la piel escaldada por ejemplo). Una vez que el rash del sarampión desaparece, suele haber descamación. En muchas otras entidades también, se puede ver también en la Ictiosis exfoliativa, en el peeling skin syndrome (síndrome de descamación familiar de la piel) tipo A o no inflamatorio, en el síndrome de Kawasaki etc. La diferencia con la descamación con la necrolisis epidérmica tóxica o la secundaria a síndrome de Stevensns-Johnson, es que en este caso de la imagen no existe inflamación, es solamente descamación foliácea. Por supuesto que la historia clínica debiera aclarar la causa, y solamente el interrogatorio (infecciones recientes, exposición a nuevos medicamentos, cuadros agudos febriles etcétera), debe eliminar muchas de las causas mencionadas. Es muy importante saber si esto es un cuadro reciente, es decir, supuestamente adquirido, o bien la paciente lo presenta desde hace años como se ve en el peeling skin syndrome, ictiosis etcétera.

 

 

sábado, 9 de septiembre de 2023

Casos Clínicos: Varón de 10 años con coxalgia izquierda de 20 días de evolución.

Hola buenas tardes

¿Podria ayudarme con un caso clínico por favor?




Paciente escolar de 10 años de edad quien presenta desde hace 20 dias dolor en articulacion coxofemoral izquierda. La madre refiere que le cuesta caminar en ocasiones, que alivia con la ingesta de ibuprofeno 200mg indicado por 5 dias..le escolar vuelve a referir dolor y cojea al caminar...se le indica rx de cadera, donde se evidencia una leve displasia de cadera.

Podría ayudarme en algún otro Dx

Lo puede compartir anonimamente

También se le indican exámenes de ASTO y ácido úrico, los cuales aún no los han realizado.



 


 Dra. Clarita Velazquez Guevaras.

Barinas. Venezuela.

 



Opinión: En la radiografía anteroposterior de la pelvis que muestran ambas caderas, se ve una mínima displasia acetabular bilateral, dado que los acetábulos no brindan suficiente cobertura a ambas cabezas femorales. No estoy seguro de que ello pueda ser la causa del dolor actual, aunque la madre refiere que episódicamente se produce dolor y cojera. Creo que una consulta con ortopedista infantil sería atinada en este momento, dado que si existe displasia acetabular, puede producirse daño en el labrum. No veo deslizamiento del proceso capital en ninguna de las dos caderas.  

Frente a un niño con dolor en la cadera hay que realizar una detallada historia clínica que permita identificar con precisión la causa del dolor, y así determinar si se trata de una etiología infecciosa, inflamatoria, ortopédica, neoplásica etc. El dolor de la cadera generalmente se localiza a nivel de la ingle, aunque los niños e incluso los adultos pueden referirlo al muslo o la rodilla. Debe darse importancia al dolor de cadera que se acompaña de cojera o claudicación en la marcha, mientras que los dolores de cadera transitorios o fugaces suelen tener una importancia menor. Es importante la edad, el sexo, la forma de comienzo del dolor, la duración, los antecedentes de la historia, la historia social, familiar, así como la presencia o no de síntomas sistémicos. La forma de comienzo aguda del dolor, sobre todo si es intenso puede sugerir causas infecciosas  (p. ej., artritis séptica, osteomielitis bacteriana), enfermedades malignas como leucemia u osteosarcoma, neocrosis ósea avascular secundaria, sinovitis transitoria y traumatismo. Es más probable que el dolor de cadera de inicio insidioso sea causado por deslizamiento de la epífisis capital femoral, enfermedad de Legg-Calvé-Perthes, o también necrosis avascular secundaria, y  artritis idiopática juvenil. El antecedente de episodios previos de síntomas similares en la misma cadera o en la contralateral aumenta la probabilidad de artritis idiopática juvenil,  artritis psoriásica, o sinovitis transitoria, que tiene una tasa de recurrencia de hasta el 15 por ciento. Hay que decir que como dato de orientación, los síntomas sistémicos aumentan la probabilidad de infecciones, artritis sistémica o neoplasias y disminuyen la probabilidad de afecciones ortopédicas.  La fiebre >38,5°C se asocia con infecciones agudas, pero también con procesos inflamatorios agudos y crónicos (p. ej., AIJ sistémica, enfermedad inflamatoria intestinal [EII]) y enfermedades malignas. De manera similar, los síntomas gastrointestinales (p. ej., cambios en los hábitos intestinales), pérdida de peso, fatiga y debilidad pueden indicar una enfermedad sistémica que requiere más investigación. Una infección reciente de las vías respiratorias superiores puede sugerir sinovitis transitoria, pero no es específica. Las infecciones virales son comunes en los niños y, casualmente, también pueden preceder a la artritis séptica o al traumatismo. A veces el uso de medicamentos previos al comienzo del cuadro son sugerentes de distintas situaciones, por ejemplo el uso reciente de antibióticos puede alterar la presentación de artritis séptica u osteomielitis, y el uso previo de corticosteroides puede asociarse a NOA. Un antecedente familiar positivo de artritis reumatoidea, psoriasis, enfermedad inflamatoria intestinal o uveítis puede estar asociado con la AIJ. Lógicamente la participación activa en deportes, una caída u otra lesión sugieren un dolor traumático en la cadera. Sin embargo, los traumatismos menores ocurren comúnmente en la niñez y los síntomas iniciales de una enfermedad inflamatoria o maligna a menudo se atribuyen a una lesión incidental. La actividad sexual puede sugerir artritis infecciosa (p. ej., gonocócica) o reactiva (p. ej., Chlamydia trachomatis ); sin embargo, la afectación de la cadera es inusual.

El examen físico es trascendente en pacientes con dolor en la cadera, y tiene como objetivo determinar si el dolor proviene del interior o del exterior de la articulación de la cadera y si se trata de un problema aislado o una manifestación de una afección sistémica. El diagnóstico diferencial se reduce notablemente con la identificación de artritis que afecta a otras articulaciones y también puede basarse en hallazgos como psoriasis o un cambio en los parámetros de crecimiento. Por tanto, la evaluación del dolor de cadera requiere un examen general, con énfasis en el sistema musculoesquelético. La observación comienza con la observación simultánea de ambas caderas; las caderas deben quedar descubiertas. El examinador debe buscar asimetría en la pelvis, los muslos y las rodillas. Se debe anotar la posición en la que se mantienen el fémur y la pelvis; La flexión parcial y la rotación externa de la cadera pueden indicar un aumento de la presión intraarticular debido a un derrame. Rara vez se identifican hinchazón, calor y eritema suprayacente en el examen físico, independientemente de la gravedad de la enfermedad de la cadera. Sin embargo, la atrofia de los tejidos blandos puede indicar que el problema lleva mucho tiempo. El engrosamiento o atrofia de la piel suprayacente puede indicar esclerodermia localizada. La palpación es difícil porque la articulación de la cadera no se puede palpar directamente, pero la sensibilidad en la espina ilíaca anterosuperior, el trocánter mayor o en cualquier otra parte del fémur sugiere una fuente de dolor externa a la articulación de la cadera. Tambi´n debe explorarse el rango de movimiento, tanto en posición supina como prona. La pelvis debe estabilizarse tanto como sea posible durante el examen de la amplitud de movimiento, ya que el movimiento pélvico puede compensar la pérdida de movilidad dentro de la cadera. El examen en decúbito prono es particularmente útil a este respecto. Con las rodillas flexionadas a 90 grados y ambos pies "cayendo hacia afuera", se aprecia fácilmente una sutil asimetría en la rotación interna. La extensión de la cadera también se evalúa mejor en posición prona. La mayoría de los pacientes con patología verdadera de la cadera experimentan dolor en la ingle o el muslo con la rotación interna. La incapacidad para soportar peso es un signo de patología grave hasta que se demuestre lo contrario. Los niños que no pueden soportar peso no deben ser enviados a casa hasta que se haga un diagnóstico y se inicie la terapia. La negativa a caminar puede deberse a patologías fuera de las extremidades inferiores, incluidas la pelvis y la columna; en particular, la discitis u otra patología de la columna vertebral puede presentarse en el niño pequeño como una negativa aislada a soportar peso.

Debe, según el caso, solicitarse un laboratorio ad hoc que se desprenderá de la historia clínica y del examen físico. Se debe obtener un hemograma completo (CSC) con reactivos diferenciales de fase aguda (p. ej., PCR o VSG) y eventualmente hemocultivos. Si existe sospecha de artritis séptica, realizar artrocentesis para obtener líquido sinovial para tinción de Gram, cultivo y recuento de leucocitos con recuento diferencial. La presencia de anemia, leucopenia o la trombocitopenia pueden sugerir una enfermedad crónica subyacente, incluida una enfermedad maligna. En algunos países, la serología para enfermedad de Lyme puede estar justificada. N se recomienda realizar algunos estudios de forma rutinaria, como la prueba HLA-B27 en la evaluación del dolor de cadera en niños. HLA-B27 está asociado con un subtipo específico de AIJ (artritis relacionada con entesitis). Sin embargo, HLA-B27 tiene una utilidad limitada en la evaluación diagnóstica porque es común en individuos sanos y puede estar ausente en algunos pacientes con artritis relacionada con entesitis y otros tipos de AIJ que afectan la cadera. Tampoco hay que solicitar en forma rutinaria pruebas de factor reumatoide (FR) o anticuerpos antinucleares (ANA).

En cuanto a las imágenes, la estrategia de imagen depende de la etiología sospechada. La Rx simples pueden detectar signos de trauma (fracturas), tumores etcétera. Cuando se decide usar radiografías, se deben obtener proyecciones anteroposterior y posición de rana. La ultrasonografía es una técnica excelente para identificar pequeños derrames articulares, y es útil para evaluar la artritis inflamatoria, incluida la artritis séptica o la sinovitis transitoria. Los derrames bilaterales sugieren un trastorno artrítico sistémico o sinovitis transitoria porque hasta una cuarta parte de los pacientes con sinovitis transitoria unilateral sintomática tienen derrames bilaterales. Por el contrario, la artritis séptica casi siempre es unilateral. La ecografía también se puede utilizar para guiar la aspiración de la cadera cuando se considera apropiado analizar el líquido articular (p. ej., derrame unilateral aislado de la cadera en un niño febril). La resonancia magnética, proporciona la imagen de mayor resolución de la cadera dolorosa. La resonancia magnética puede identificar cambios en la médula que sugieren osteomielitis, enfermedad de Legg-Perthes-Calvé tempranaCuando el diagnóstico diferencial incluye artritis inflamatoria, se debe solicitar una resonancia magnética con contraste de gadolinio para distinguir la sinovitis (inflamación de la membrana sinovial) del derrame articular; ambos aparecen "brillantes" en las imágenes potenciadas en T2, pero el tejido sinovial realza, mientras que el líquido articular no. Cuando se sospecha un desgarro del labrum acetabular (p. ej., chasquido o atrapamiento de la cadera y dolor con la rotación y extensión internas en un adolescente atlético, particularmente después de actividades que implican pivotar o girar), se puede realizar una artrografía por resonancia magnética después de la administración intraarticular de contraste. En cuanto a la gammagrafía ósea, es mejor reservarla gammagrafía para situaciones en las que la resonancia magnética no es posible (p. ej., no hay sedantes disponibles, dispositivos/implantes médicos que no son seguros para la resonancia magnética) o si se sospecha una enfermedad multifocal. Históricamente, la gammagrafía ósea en tres fases ha sido de gran valor en el diagnóstico del niño con dolor de cadera. Sin embargo, la resonancia magnética es preferible a la gammagrafía ósea en la mayoría de las condiciones debido a su resolución anatómica superior, su capacidad para detectar infecciones o tromboembolismo venoso y la falta de exposición a la radiación.

Un pequeño párrafo para la sinovitis trasitoria dado la prevalencia de esta entidad en la edad pediátrica. La sinovitis transitoria se caracteriza por dolor y limitación del movimiento en la cadera, que surge sin un precipitante claro y se resuelve gradualmente con terapia conservadora. Es relativamente común. La etiología no está clara, aunque se han propuesto causas postraumáticas, alérgicas (p. ej., reacción de hipersensibilidad) e infecciosas. Suele ocurrir en niños de entre tres y ocho años, con una edad media de presentación de cinco a seis años. La proporción hombre-mujer es superior a 2:1. Los síntomas afectan a ambas caderas hasta en un 5 por ciento de los casos. Incluso en la enfermedad unilateral sintomática, la ecografía o la resonancia magnética pueden detectar derrames bilaterales en el 25 por ciento de los niños, lo que representa una pista importante de que el diagnóstico es sinovitis transitoria en lugar de artritis séptica, que rara vez es bilateral. La mayoría de los niños han tenido síntomas durante menos de una semana en el momento de la presentación. Los niños con sinovitis transitoria generalmente tienen buen aspecto. Pueden ocurrir síntomas sistémicos, incluida fiebre alta, pero la fiebre generalmente está ausente o es de grado bajo. Debe excluirse una infección de cadera. Los pacientes que no están tóxicos y tienen fiebre mínima (temperatura <38,5°C ), recuento de leucocitos <12.000 células/microL y VSG <20 mm/hora o PCR <2 mg/dL (20 mg/L) a menudo pueden debe seguirse clínicamente, aunque algunos pacientes con infección por K. kingae también pueden presentarse de forma más indolente; K. kingae suele aparecer en niños de 6 a 36 meses. Los pacientes con hallazgos clínicos o de laboratorio preocupantes deben someterse a imágenes de la cadera (generalmente ecografía de ambas caderas). Puede ser necesaria una artrocentesis diagnóstica para excluir definitivamente la artritis séptica.  El tratamiento de la sinovitis transitoria es conservador, con el uso de fármacos antiinflamatorios no esteroides y retorno a la actividad plena según la tolerancia. Un informe sugirió que los pacientes tratados con aspiración de cadera dirigida por ultrasonido pueden recuperarse más rápido, potencialmente debido a la reducción del estiramiento capsular, pero como la mayoría de los niños se recuperan rápidamente, no se recomienda este procedimiento excepto cuando sea necesario para excluir la artritis séptica. El pronóstico suele ser excelente y se espera una recuperación total. Se han informado tasas de recurrencia del 4 al 15 por ciento, pero la mayoría de los niños con sinovitis transitoria recurrente tienen un curso benigno. Un pequeño porcentaje (1 a 2 por ciento en la mayoría de las series) puede desarrollar la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes con necrosis avascular de la cabeza femoral ipsilateral. A pesar de la frecuencia de la sinovitis transitoria, su etiología sigue siendo oscura. Aunque se han propuesto mecanismos postraumáticos o alérgicos, comúnmente se asume una causa infecciosa, porque entre el 32 y el 50 por ciento de los niños que presentan sinovitis transitoria han tenido una infección reciente del tracto respiratorio superior. En una pequeña serie de pacientes con sinovitis transitoria, aproximadamente la mitad tenía niveles elevados de interferón en sangre y/o líquido sinovial y aproximadamente la mitad tenía títulos elevados de anticuerpos contra Mycoplasma pneumoniae o una variedad de virus (a veces más de uno), incluido el parvovirus. B19. Los cultivos virales del líquido sinovial, realizados en un subconjunto de pacientes, siguieron siendo negativos. La importancia de estos hallazgos es incierta porque no se evaluaron pacientes de control. La artropatía traumática y la artritis séptica también pueden estar precedidas por infecciones virales.

 

 

 

 

viernes, 8 de septiembre de 2023

Casos Clínicos: Paciente anciano con hiponatremia.

Traducción: Anciano con niveles bajos de sodio de 128 y niveles bajos de cloruro de 90. Le dieron un litro de solución salina normal en el servicio de urgencias y su Na se transformó a 119. Su nivel de sodio en orina era < 10

AIT reciente hace dos semanas

Se presenta con dolor de cabeza. Tenía una resonancia magnética y una angiografía por tomografía computarizada normales.



Original: Elderly with low sodium of 128 and low chloride of 90. She was given a liter of normal saline in the ED and her Na went to 119. Her urine sodium level was < 10

Recent TIA two weeks ago

Presented with headache. Had normal MRI and CT angiogram


 Dr. Christopher Esber MD Physician | Internal Medicine,.

Florida EE UU.



Opinión: Faltan muchos datos del paciente, para poder hacer un análisis razonable de este paciente. Qué aporta el examen físico?, cómo es su estado de hidratación?, qué medicamentos recibe?, cómo está su función renal, cardíaca, hepática?, cómo evalúa el espacio extracelular?, tiene un estado edematoso?, tiene antecedentes recientes de diarrea o vómitos?, cómo está la turgencia de la piel?, las yugulares en el cuello están colapsadas?,  cuál es la tensión arterialhay ortostatismo?, existen signos de desnutrición?, hay enfermedades malignas?, enfermedades pulmonares?, hay signos en el examen que sugieran hipotiroidismo o insuficiencia adrenal?

Cuando estamos frente a un paciente con hiponatremia debemos responder varias preguntas: ¿la primera es si el paciente tiene pseudohiponatremia, hiponatremia hipertónica, hiponatremia isotónica, o efectivamente tiene hiponatremia hipotónica. La mayoría de las veces se trata de hiponatremia hipotónica, sobre todo en pacientes no hiperglucémicos, o que no recibieron manitol. Asumo que en este caso ya se descartaron otras causas, y estamos frente a hiponatremia  hipotónica. El mecanismo fisiopatológico causante de la mayoría de las hiponatremias hipotónicas, es la incapacidad de excretar agua libre. Por lo tanto, hay que saber cómo está la filtración glomerular, qué medicamentos está tomando el paciente (tiazidas?), tiene un estado edematoso con espacio líquido extracelular aumentado? (insuficiencia cardíaca, cirrosis), está hipovolémico?, o tiene un estado normovolémico y una secreción inadecuada de ADH, y en tal caso, cuál es la causa del SIADH.

Quisiera saber cómo está el laboratorio, glucemia, creatinina, urea, potasio y bicarbonato séricos. Cómo está la osmolalidad sérica, y si es posible la osmolalidad sérica efectiva o tonicidad.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta la velocidad de la hiponatremia, es decir, si estamos frente a hiponatremia aguda o crónica, ya que el tratamiento de ambas difiere significativamente. Si la hiponatremia se desarrolló en menos de 48 horas (aguda), generalmente se debe a la administración de líquido parenteral en pacientes posoperatorios (que tienen hipersecreción de ADH relacionada con la cirugía), o una intoxicación hídrica autoinducida (corredores competitivos, pacientes psicóticos con polidipsia extrema y consumidores de éxtasis). O si en cambio la hiponatremia se presenta con más de 48 horas de evolución (crónica). Por otro lado, la gravedad de la hiponatremia es importante. En este caso, estamos frente a una hiponatremia grave (<120 mEq/l). Yo creo que habría que internar al paciente, prevenir mayores descensos en la concentración sérica de sodio, disminuir la presión intracraneal en pacientes con riesgo de desarrollar hernia cerebral, aliviar los síntomas de la hiponatremia y evitar la corrección excesiva de la hiponatremia en los pacientes dado el riesgo de síndrome de desmielinización osmótica. Intentaría aumentar  la concentración sérica de sodio de 4 a 6 mEq/L en un período de 24 horas, excepto que emporaran los síntomas de hiponatremia (por ahora sólo existe cefalea), en cuyo caso trataría de lograr el objetivo de aumentar 6 a 8 meq/L en un período más breve (6 a 8 horas)

 

 

 

Too much patient data is missing to be able to make a reasonable analysis of this patient. What does the physical examination provide? How is your hydration status? What medications are you receiving? How is your renal, cardiac, and hepatic function? Recent history of diarrhea or vomiting? How is the skin turgor? Are the jugulars in the neck collapsed? What is the blood pressure? Is there orthostatism? Are there signs of malnutrition? Are there malignancies? Lung diseases? Are there signs on examination that suggest hypothyroidism or adrenal insufficiency?

When we are faced with a patient with hyponatremia we must answer several questions: the first is whether the patient has pseudohyponatremia, hypertonic hyponatremia, isotonic hyponatremia, or does he actually have hypotonic hyponatremia? Most of the time it is hypotonic hyponatremia, especially in patients who are not hyperglycemic, or who did not receive mannitol. I assume that in this case other causes have already been ruled out, and we are dealing with hypotonic hyponatremia. The pathophysiological mechanism that causes most hypotonic hyponatremia is the inability to excrete free water. Therefore, it is necessary to know how glomerular filtration is, what medications the patient is taking (thiazides?), does he have an edematous state with increased extracellular fluid space? (heart failure, cirrhosis), is he hypovolemic?, or is he in a normovolemic state with inadequate ADH secretion, and if so, what is the cause of the SIADH?

I would like to know how the laboratory is, glycemia, creatinine, urea, potassium and serum bicarbonate. How is the serum osmolality, and if possible the effective serum osmolality or tonicity.

On the other hand, the speed of hyponatremia must also be taken into account, that is, whether we are dealing with acute or chronic hyponatremia, since the treatment of both differs significantly. If hyponatremia developed in less than 48 hours (acute), it is usually due to parenteral fluid administration in postoperative patients (who have surgery-related ADH hypersecretion), or self-induced water intoxication (competitive runners, psychotic patients with extreme polydipsia and ecstasy users). Or if, on the other hand, the hyponatremia occurs with more than 48 hours of evolution (chronic). On the other hand, the severity of hyponatremia is important. In this case, we are facing severe hyponatremia (<120 mEq/l). I believe that the patient should be hospitalized, prevent further drops in the serum sodium concentration, decrease intracranial pressure in patients at risk of developing brain herniation, alleviate the symptoms of hyponatremia, and avoid excessive correction of hyponatremia in given patients. . the risk of osmotic demyelination syndrome. I would try to increase the serum sodium concentration from 4 to 6 mEq/L in a 24-hour period, unless the symptoms of hyponatremia worsened (only headache present for now), in which case I would try to achieve the goal of increasing 6 to 8 meq . /L in a shorter period (6 to 8 hours)

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 7 de septiembre de 2023

Casos clínicos: Varón de 16 años con tumoración en región occipital.

Buen día qué tal soy médico general de Peru, quisiera saber si puede publicar unas fotos ya que me causa cierta curiosidad de qué diagnóstico podría ser y poder ayudar a mi paciente

Paciente de 16 años que acude con familiar refiriendo sensación de masa a nivel occipital , al examen físico : A la palpación presenta masa dura no móvil impresiona ser contenido óseo

Niega traumas y antecedentes de importancia

¿Cuál sería el siguiente paso para poder llegar algún diagnóstico?




Muchas gracias





Dr. Alexis Chávez.

Lima. Perú. 



 

 

Opinión: Se trata de una alteración de la superficie ósea a nivel de la protuberancia occipital externa bastante frecuente de ver. Se la denomina de diversas maneras, entre otras: espolón occipital, perilla occipital, moño occipital, exostosis de la protuberancia occipital externa, protuberancia occipital externa prominente, espina o gancho occipital, gancho del inión etc. La medicina forense y la antropología han estudiado esto, y algunos lo relacionan como un rasgo de Neandertal.

Existen tres clases o tres tipos de protuberancia occipital externa (POE), la de tipo I es una prominencia ligera, la de tipo II se presenta en forma de cresta, y la tipo III como es el caso de este paciente, que se presenta en forma de espina o espolón. Es mucho más prevalente en el sexo masculino, y éste es un elemento que se usa a menudo en la medicina forense para la determinación del sexo. Es más común verlo en personas que realizan ciertas actividades como trepar árboles, jugar voleibol, o basketbol, en quienes la contracción y la sobrecarga de los músculos que allí se insertan, debido a fuerzas de hiperextensión, son capaces de producir un entesofito, u osteofito. En los pacientes ancianos puede haber en esta zona, tendencia a depósitos calcáreos.

Generalmente son asintomáticos y los pacientes consultan por una tumoración en la nuca, o es un hallazgo por parte del médico en una exploración por otro motivo. A veces, muy frecuentemente, sobre todo en personas calvas, son visibles a simple vista y eso puede ser también motivo de consulta, incluso a veces por razones estéticas. En ocasiones estas exostosis son dolorosas y eso también puede motivar la consulta. A veces la consulta es antes al dermatólogo, y, de hecho, hay casos diagnosticados de tumores dermatológicos como por ejemplo pilomatricoma.

El dolor que suelen presentar en ocasiones obedece a inflamación de los músculos y ligamentos que allí se insertan como el ligamento nucal, la aponeurosis epicraneal, y el músculo trapecio.

En conclusión, este paciente tiene un POE tipo III, y no requiere ningún otro estudio. Sólo cabe tranquilizarlo, y explicarle que ocasionalmente puede volverse sintomático, no por el componente óseo sino por las partes blandas relacionadas con él.