jueves, 23 de abril de 2020

UN DIAGNÓSTICO PARA MASTICAR...



En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina



Una mujer de 31 años con depresión se presentó a su médico de atención primaria el día después de su tercera evaluación del departamento de emergencias (ED) en 4 días por dolor abdominal difuso y  vómitos; ninguna de las evaluaciones había dado como resultado un diagnóstico. En la presentación inicial en el ED, el nivel de hemoglobina era de 9.1 g por decilitro, el hematocrito 28.2%, y el volumen corpuscular medio 68.5 fl; 3 años antes, la hemoglobina había sido 12.9 g por decilitro y el volumen corpuscular medio 80.5 fl.


PONENTE
Una anemia microcítica de nueva aparición se debe comúnmente a una deficiencia crónica de hierro. El hecho que la anemia microcítica se acompañe de un dolor abdominal nuevo despierta preocupación por sangrado resultante de afecciones ginecológicas (como fibromas o endometriosis), causas gastrointestinales (como úlcera duodenal, gastritis, enfermedad inflamatoria intestinal o diverticulitis), o una afección maligna. Información adicional se necesita sobre la presencia de menstruaciones abundantes, cambios en los hábitos intestinales o hematemesis, embarazo, pérdida de peso y posible exposición al plomo. El nivel de hierro debe ser evaluado.


EVOLUCIÓN
La paciente refirió que se había sentido bien hasta el día anterior a la primera visita al servicio de urgencias, cuando apareció un dolor abdominal con episodios de vómitos. No refería fiebre, heces con sangre o secreción vaginal. Refirió que había tenido menstruaciones muy abundantes en los últimos meses. Dijo también  que no había viajado recientemente ni haber estado expuesta a plomo. La paciente había trabajado como camarera, era sexualmente activa con un compañero masculino y bebía seis bebidas alcohólicas por semana. El año anterior, había tenido heces blandas y dolor epigástrico leve por lo que había recibido un diagnóstico de infección por Helicobacter pylori, pero no había tomado los medicamentos recetados. Sus medicamentos en el momento actual incluían oxicodona (5 mg) con acetaminofén (recetado en el ED), pero que raramente lo tomaba,ibuprofeno (tomaba raramente), y doxiciclina (100 mg dos veces por día, comenzó en la visita inicial al servicio de urgencias por posible enfermedad inflamatoria pélvica), y fluoxetina (20 mg cada mañana).
En el examen físico, estaba afebril y tenía signos vitales normales. Su peso era de 61,7 kg (2,3 kg menos que en el año anterior). El abdomen era blando, con ruidos intestinales no audibles, sin masas, y sensibilidad a la palpación del cuadrante inferior derecho. La revisión de sus evaluaciones en el ED reveló niveles consistentemente bajos de hemoglobina, recuentos normales de glóbulos blancos y plaquetas, microcitosis, hipocromía, anisocitosis y una tinción con ligero punteado basófilo. Los resultados de las pruebas químicas de la sangre, la lipasa y las pruebas de función hepática fueron normales, al igual que los niveles de tirotropina y prolactina; resultados de pruebas para gonadotropina coriónica humana (hCG), clamidia y gonorrea fueron negativas. El nivel de ferritina fue de 14 μg por litro (rango de referencia, 11 a 307 μg por litro), el nivel de hierro 85 μg por decilitro (15 μmol por litro; rango de referencia, 28 a 170 μg por decilitro), y la capacidad total de unión al hierro 575 μg por decilitro ( rango de referencia, 282 a 427 μg por decilitro). Una tomografía de abdomen y pelvis con contraste mostró algunos divertículos, quistes anexiales (3 cm por 2 cm) en los lados derecho e izquierdo, sin absceso, y un apéndice normal. Una ecografía pélvica y transvaginal reveló un probable quiste ovárico hemorrágico  y dos pequeños fibromas uterinos (7 mm y 9 mm de diámetro). Se sospechó gastroenteritis viral y un quiste ovárico fueron sospechados como causa de su dolor abdominal y vómitos. La anemia por deficiencia de hierro probablemente fue causada por menstruaciones abundantes. Se aconsejó a la paciente que interrumpiera doxiciclina y comenzara con sulfato ferroso. Se programaron  citas de seguimiento se planificaron con un ginecólogo y un gastroenterólogo.


PONENTE
El nivel de hierro está en el rango bajo de lo normal, pero la elevada capacidad de unión al hierro total, el nivel de ferritina de menos de 20 μg por litro, y la saturación de transferrina del 14.8% es consistente con deficiencia de hierro, que probablemente se deba a sangrado uterino severo y anormal. Sin tratamiento la infección por H. pylori también puede contribuir a la deficiencia de hierro. Una diátesis hemorrágica (p. Ej., la enfermedad de von Willebrand) es menos probable, dado que no tiene antecedentes de sangrado excesivo (que no sea ginecológico) o equimosis fáciles. Se necesita evaluación para identificar la fuente de la deficiencia de hierro, y se debe iniciar la administración de suplementos orales de hierro.
Efectos adversos gastrointestinales (p. Ej., malestar epigástrico, flatulencia, náuseas y estreñimiento) se informan comúnmente con la administración oral de hierro. Si se toma una dosis en días alternos en lugar de diariamente, el tratamiento puede resultar en un aumento absorción y menos efectos secundarios. Si la suplementación parenteral es apropiada, formulaciones más nuevas están disponibles y se pueden administrar en una sola y están asociados con una muy bajo riesgo de reacción anafiláctica (menos de 0.1%).


EVOLUCIÓN
La paciente fue examinada por un ginecólogo, quien informó resultados normales de un examen pélvico. Recomendó anticonceptivos orales para tratar las menstruaciones abundantes e irregulares. Ella también vio a un gastroenterólogo; los resultados de una colonoscopia fueron negativos. y la esofagogastroduodenoscopia mostró gastritis leve Una muestra de biopsia obtenida durante la esofagogastroduodenoscopia fue positiva para H. pylori, para el cual se prescribió nuevamente el tratamiento. A los 3 meses de seguimiento, ella no tenía dolor abdominal; ella estaba tomando sulfato ferroso y un anticonceptivo oral, y tenía menstruaciones  menos abundantes. Un año después, el nivel de hemoglobina había aumentado a 11.7 g por decilitro, y el volumen corpuscular era de 84.0 fl. Menstruaciones muy abundantes desarrollaron  nuevamente 18 meses después de la presentación inicial y fueron acompañados por mareos y palpitaciones. No se quejaba de dolor  abdominal. El nivel de hemoglobina fue de 8.0 g por decilitro, y el volumen corpuscular medio 82.2 fl. Ella había dejado de tomar sulfato ferroso por estreñimiento La ecografía pélvica mostró un fibroma de 2.5 cm.


PONENTE
Parece tener una recaída de la deficiencia de hierro causado por el regreso de menstruaciones abundantes y falta de suplementos de hierro Esta vez, sin embargo, el volumen corpuscular medio permaneció normal, lo que implica pérdida de sangre reciente más rápida o quizás deficiencias nutricionales como una deficiencia de vitamina B12 o ácido fólico concomitantes.


EVOLUCIÓN
Fue ingresada en el hospital y recibió 2 unidades de glóbulos rojos. Los resultados de las pruebas de coagulación eran normales El nivel de vitamina B12 fue de 223 pg por mililitro ( rango de referencia, 193 a 986 pg por mililitro), el nivel de folato fue más de 20 ng por mililitro, y el resultado de la prueba de anticuerpos del factor intrínseco fue negativo Ella recibió suplementos de B12. El suplemento de hierro se cambió a gluconato ferroso, y ella comenzó un nuevo anticonceptivo oral. Un mes después, el nivel de hemoglobina había aumentado a 11,2 g por decilitro, y el VCM  media corpuscular era de 86.2 fl. Siete meses después (2 años después de la presentación original), ella consultó a su médico de atención primaria con fatiga, falta de energía y aturdimiento. Tres meses antes, ella había sido vista en el servicio de urgencias por mialgias y no  se le habían realizado pruebas diagnósticas. El flujo menstrual no había sido abundante. Los resultados de un examen físico, incluidos el estado mental y el examen del abdomen, eran normales. El  nivel de hemoglobina era de 7.4 g por decilitro, y el VCM de 63.5 fl. El nivel de ferritina había aumentado a 26 μg por litro, el nivel de hierro fue superior a 500 μg por decilitro, y la capacidad total de unión al hierro fue 739 μg por decilitro.


PONENTE
La  paciente vuelve a presentarse con anemia microcítica severa. Un nivel alto de hierro en suero es difícil interpretar porque puede ser explicado por reciente ingestión de un suplemento de hierro, pero la capacidad de unión al hierro es muy alta, lo cual es consistente con deficiencia de hierro Sin embargo, el sangrado vaginal no ha sido severo y el nivel de ferritina es más alto que antes, lo que sugiere que puede haber otro factor contribuyente. Causas de  anemia microcítica incluyen talasemia (que es poco probable en este paciente, dado lo anterior volumen corpuscular medio normal), la anemia sideroblástica (también poco probable, dada las células blancas  y recuentos de plaquetas normales) y elenvenenamiento por plomo. La exposición al plomo en un trabajador de un restaurante es dudosa, pero las exposiciones no ocupacionales son posibles. Se debe verificar el nivel de plomo en la sangre, particularmente dada la historia de mialgias y fatiga, que puede ocurrir con envenenamiento por plomo.


EVOLUCIÓN
Los resultados de una prueba de electroforesis de hemoglobina fueron normales. El nivel de plomo en la sangre fue de 118 μg por decilitro. Fue derivada al servicio de urgencias y se consultó  a un profesional de medicina ambiental.


PONENTE
Un nivel de plomo en la sangre de 118 μg por decilitro es peligroso, incluso para un adulto, Ya que puede causar encefalopatía además de anemia, dolor abdominal, lesión de nervios periféricos (principalmente motores) y daño en el riñón. Es urgente identificar la fuente de exposición, detenerlo e implementar un tratamiento. La paciente debe ser internada para recibir terapia de quelación y ser monitoreada cuidadosamente.


EVOLUCIÓN
En el servicio de urgencias, la paciente parecía alerta y coherente. Refería calambres abdominales leves, que había atribuido a sus menstruaciones,  y dolor en articulaciones.  Ella describió trabajar en un restaurante sin exposición al plomo. Sobre más preguntas sobre exposiciones al plomo, ella dudó  y estuvo vacilante respecto a que había estado rascando compulsivamente y comiendo pintura y yeso de las paredes de su departamento; ella informó que había comido tierra y arcilla cuando era niña en Sudamérica. Dijo que usaba especias importadas pero no usaban utensilios de cocina importados y que ella no tomaba remedios caseros o suplementos dietarios. Sus medicamentos incluían fluoxetina (20 mg diarios), trazodona (tomada antes de acostarse), una píldora anticonceptiva oral y hierro (tomado dos veces por día). En el examen físico, la temperatura fue 36.9 ° C, presión arterial 130/64 mm Hg,  el pulso 74 latidos por minuto y la frecuencia respiratoria 16 respiraciones por minuto. El examen de su boca mostró evidencia de excelente cuidado dental, sin placa, y sin decoloración azulada del borde de  las encías ("línea de plomo o ribete de Burton"). Los resultados de los exámenes pulmonares y cardíacos fueron normales. El abdomen era blando indoloro, y con ruidos intestinales normales.  Tenía fuerza normal  tanto proximal como distal, sin temblor y con reflejososteotendinosos normales.  tendón profundo normal. La radiografía abdominal no mostró partículas opacas. El nivel de hemoglobina fue de 9,5 g por decilitro, el volumen corpuscular medio 69.7 fl, y los reticulocitos  5.4%. Un frotis de sangre periférica mostró marcada microcitosis e hipocromía pero sin punteado basófilo. Los niveles de electrolitos, nitrógeno ureico en sangre, creatinina, y aminotransferasas fueron normales. Los resultados de una prueba de hCG fueron negativos. El nivel de plomo en la sangre fue de 112 μg por decilitro, y el nivel de protoporfirina eritrocitaria libre fue de 1204 μg por decilitro (rango de referencia, 0 a 34).


PONENTE
Una línea de plomo (ribete de Burton), que es un depósito de sulfuro de plomo causado por la reacción del plomo circulante con iones de azufre que son liberados por microbios orales, no fue visto en ésta paciente, que tenía una buena higiene bucal. Aunque hay informes anecdóticos que la terapia de quelación alivia los síntomas agudos de envenenamiento por plomo, hay escasez de ensayos controlados en adultos para mostrar una reducción a largo plazo de efectos adversos. La terapia de quelación es generalmente aconsejada en adultos cuando los niveles de plomo en la sangre son superiores a 80 μg por decilitro. Seria particularmente recomendado para este paciente, cuyo nivel de plomo en la sangre es superior a 100 μg por decilitro, para bajar más rápidamente el nivel de plomo en la sangre y evitar la aparición de encefalopatía o convulsiones. Los agentes quelantes a tener en cuenta para ésta paciente adulta que no tiene encefalopatía sería EDTA  intravenoso de edetato calcio disódico EDTA, u oral  ácido meso 2,3-dimercaptosuccinico (DMSA), también llamado succimer, un análogo menos tóxico del dimercaprol). Ambos agentes mejoran la excreción urinaria de plomo y disminuyen los niveles  de plomo en la sangre. DMSA está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para el tratamiento de envenenamiento por plomo en niños; también se usa ampliamente y de forma segura en adultos. Dada la ausencia de encefalopatía y dolor abdominal severo, DMSA oral sería una elección razonable.


EVOLUCIÓN
La  paciente fue hospitalizada y recibió DMSA a una dosis de 10 mg por kilogramo de peso corporal (600 mg por vía oral tres veces al día). Los suplementos de hierro fueron suspendidos durante la terapia de quelación. No presentó efectos adversos de DMSA y no presentó cambios en el estado mental. El nivel de plomo en la sangre dscendió rápidamente Fue dada de alta después de 3 días. Al alta, el nivel de plomo en sangre fue de 48 μg por decilitro, el nivel de protoporfirina eritrocitaria libre 1252 μg por decilitro y el nivel de hemoglobina 8.8 g por decilitro. Ella continuó DMSA por un período de  16 días, para un total de 19 días de tratamiento (la dosis se redujo a 600 mg dos veces al día después de los primeros 5 días de tratamiento), y fue seguida en lo laboral y medioambiental con especialistas. La fatiga, artralgias y el dolor de cabeza leve disminuyó con el tratamiento. Después de la finalización de la terapia de quelación, el nivel de plomo en la sangre fue de 8 μg por decilitro, el nivel de hemoglobina 10,3 g por decilitro, el volumen corpuscular medio 71.7 fl, y la protoporfirina eritrocitaria libre de 973 μg por decilitro. A los 2,5 meses después de finalizada la terapia de quelación, el nivel de plomo en la sangre aumentó a un máximo de 19 μg por decilitro, y el nivel de protoporfirina eritrocitaria libre disminuyó a 184 μg por decilitro. Ella vio a su terapeuta de salud mental para el manejo del estrés emocional, que ella reportó que fue un disparador para rascar y comer pintura.


PONENTE
La mayor parte del plomo se excreta en la orina; tiene una vida media de 1 a 2 meses (sin terapia de quelación), y la porción no excretada se almacena en el hueso por décadas. Los depósitos de huesos están en equilibrio con  el plomo en la sangre El agente quelante se une al plomo en la sangre y los tejidos blandos. Después de la finalización de la terapia de quelación, un equilibrio entre las reservas de plomo en hueso y la sangre provocan un leve aumento del plomo en los niveles de plomo en sangre ("rebote"). Sin embargo, un aumento en los niveles de plomo en sangre podrían reflejar exposiciones continuas; por lo tanto, identificar y eliminar posibles fuentes son importantes.


EVOLUCIÓN
Se organizó una visita al hogar para identificar la fuente del envenenamiento por plomo de la paciente. Había grandes y  numerosos agujeros en la pared donde ella había arrancado y comido la pintura y el yeso. Una prueba de plomo instantánea aplicada a estas áreas indicó presencia de plomo (Fig. 1). La prueba cuantitativa de plomo  de unaporción de pintura cerca de la escalera mostró que el contenido de plomo era de 1890 mg por kilogramo; no se detectó plomo en las especias importadas, tés o hierbas.
La paciente continuó teniendo sangrado vaginal abundante recurrente, que se supuso que era causado por fibromas, con anemia ferropénica. Ella fue tratado con infusiones de hierro y sometida a una miomectomía y finalmente una histerectomía. Antes de la  histerectomía, ella tuvo dos recurrencias de pica y comió pintura lo que resultó en un leve aumento en el nivel de plomo en sangre para el que no recibió terapia






Figura 1. Fotografías obtenidas en la visita al hogar.
Se muestra un área cerca de la escalera donde la paciente había cortado y comido la pintura. El panel A muestra el área antes de la aplicación de una prueba de plomo. Panel B muestra el área después de la prueba de plomo (con el color rojo indicando la presencia de plomo).



Luego se mudó a otro apartamento y no tuvo más ingesta de plomo conocida.
Cinco años después del tratamiento por envenenamiento por plomo, y 6 meses después de la histerectomía, el nivel de hemoglobina fue de 13.0 g por decilitro, el volumen corpuscular medio 89.6 fl, y el nivel de plomo en sangre es de 7 μg por decilitro.



COMENTARIO
Este paciente tenía condiciones interrelacionadas que le causaron anemia microcítica. Tenía deficiencia de hierro (presumiblemente causado por sangrado menstrual aumentado), que probablemente condujo a pica, la deliberada acción de comer alimentos no comestibles como hielo, papel, pintura, tierra y arcilla.1 Al mismo tiempo, ella tenía depresión y estrés emocional que desencadenaron un hábito de pica infantil de masticar materiales crujientes como tierra y arcilla. Dado que la pintura que estaba ingiriendo contenía plomo, desarolló envenenamiento por plomo. La deficiencia de hierro está asociada también a mayor absorción de plomo.2 La intoxicación por plomo también puede causar irritabilidad y fatiga, lo que puede haber provocado aún más su comportamiento pica.
El término "pica" deriva de la palabra latina para el pájaro urraca (picave), ave de la familia de los córvidos, conocida por consumir sustancias incomestibles y robar, conducta que se relaciona con rituales de cortejo y anidamiento  que recoge alimentos y objetos  no alimenticios.1 Aunque pica puede caracterizarse como un trastorno compulsivo (p. ej., según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición), se considera socialmente un comportamiento aceptable en algunas culturas, donde se cree que comer arcilla, u otras sustancias del suelo promueven salud.1 La pica es común en la región en la que ésta  paciente creció. La deficiencia de hierro está frecuentemente asociada con pica.3 Sin embargo, surgen problemas cuando pica implica la ingestión de materiales que contienen plomo; esto es particularmente problemático durante el embarazo.4 Se había agregado plomo a la pintura de la  casa para aumentar la durabilidad y resistir la humedad, pero en 1978 el gobierno federal de los EE UU lo prohibió para las pinturas del interior de las casas debido a los riesgos de exposición al plomo. Sin embargo, permanece en muchas viviendas construidas antes de 1978.5
Con la continua eliminación o reducción de plomo en pinturas para interiores, gasolina y otras fuentes desde la década de 1970 en los Estados Unidos, los niveles de plomo en sangre en la población adulta han disminuido a un promedio actual de 0,92 μg por decilitro. La   definición de caso (basada en mediciones en el población de EE. UU.) para  niveles elevados de plomo en sangre en adultos según el Instituto Nacional para Seguridad y Salud Ocupacional de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades es un nivel por encima de 5 μg por decilitro. Para reducir el riesgo de efectos adversos a largo plazo para la salud, el Departamento de Salud y Servicios Humanos recomienda que los niveles de plomo en sangre en adultos deben ser inferiores a 10 μg por decilitro.7
El plomo es un tóxico multisistémico que tiene efectos dosis relacionados, sobre la sangre, el cerebro y los sistemas cardiovascular, renal y reproductivo 4,8-10 La anemia asociada con el envenenamiento por plomo puede ser normocítica o microcítica; se atribuye a varios mecanismos, incluida la síntesis alterada de hemo, acortamiento de la supervivencia de los eritrocitos (hemólisis), e insuficiencia renal en la producción de eritropoyetina (Fig. 2) .2,8,9





Figura 2. Efectos del plomo en los glóbulos rojos.
Las pruebas clínicas de laboratorio para detectar plomo incluyen la medición los niveles de plomo en sangre venosa, protoporfirina de zinc y protoporfirina libre de eritrocitos. ALA denota ácido aminolevulínico, coenzima A de CoA y eritropoyetina EPO.


El plomo interfiere con dos de las enzimas involucradas en la síntesis del hemo: la dehidratasa del  ácido delta aminolevulínico y la ferroquelatasa (que facilita el último paso de insertar hierro en el anillo de porfirina). Inhibiendo la inserción de hierro produce protoporfirinas libres, o zinc protoporfirina si el zinc está sustituido. Elevados niveles sanguíneos de protoporfirina libre eritrocitaria y la protoporfirina de zinc típicamente indican niveles de plomo en sangre superiores a 30 μg por decilitro en los pocos meses precedentes.8 La anemia se desarrolla cuando los niveles de plomo en la sangre exceden de 50 a 60 μg por decilitro.8 La deficiencia de hierro también conduce a niveles elevados de protoporfirina libre eritrocítica  y protoporfirina de zinc. Anemia por deficiencia de hierro y la intoxicación por plomo pueden actuar sinérgicamente para causar graves anemia y microcitosis (y niveles mucho más altos de protoporfirina eritrocitaria libre) que cada condición por sí sola, 2 como se vio en ésta paciente. Después de la terapia de quelación en ésta paciente y la caída en el nivel de plomo en sangre, el nivel de hemoglobina y el VCM aumentaron  y el nivel de eritrocito libre protoporfirina eritrocitaria libre disminuyeron notablemente, a pesar de la persistente deficiencia de hierro.
El punteado basófilo es un hallazgo  inespecífico e inconsistente  en pacientes con intoxicación por plomo. 8 En adultos, el dolor cólico puede ocurrir cuando los niveles de plomo en la sangre exceden aproximadamente 80 μg por decilitro, mientras que el  malestar gastrointestinal inespecífico más leve y el estreñimiento  ocurren con niveles superiores a 60 μg por decilitro y las mialgias, con niveles superiores a 40 a 50 μg por decilitro.8 El cólico y la anemia se resuelven con la disminución del nivel de plomo en la sangre. En contraste, tanto el envenenamiento agudo y ambos agudos la exposición crónica al plomo pueden conducir a efectos a largo plazo en la salud, incluidas las alteraciones cognitivas y renales  irreversibles,  y un mayor riesgo de hipertensión y muerte de causa cardíaca 9,10,12 Elevaciones leves de los niveles de plomo en la sangre son típicamente asintomáticos, pero también lo son los  efectos tóxicos a largo plazo, que subraya la necesidad de identificar y reducir las exposiciones al plomo. El plomo cruza la placenta. Niveles elevados de plomo asintomáticos en mujeres embarazadas  presentan riesgos con respecto al embarazo (p. ej., hipertensión gestacional y aborto espontáneo) y desarrollo fetal (p. ej., retrasos en el desarrollo, coeficiente intelectual reducido y problemas de comportamiento) .4,8,13
La fuente inesperada de exposición al plomo identificada en ésta paciente destaca la importancia de considerar fuentes de exposición no ocupacional como ocupacional. Envenenamiento por plomo ha sido descrito en niños mayores y adultos con retrasos en el desarrollo o trastornos de espectro autista que tiene conducta pica e ingieren pintura con  plomo.14 Existen numerosas otras fuentes de plomo
(Tabla 1) .4,5,13-15





TABLA 1. Fuentes potenciales de exposición al plomo en adultos.

Este caso también sirve como recordatorio de la interacción entre plomo y deficiencia de hierro y de la necesidad de considerar la intoxicación por plomo en el diagnóstico diferencial no solo de anemia sino también de síntomas inespecíficos (p. ej., mialgias y dolor abdominal) .4,8 Porque las personas puede desconocer o ser reacias a informar sobre el exposición al plomo, es crucial obtener una prueba de plomo en la sangre si se sospecha exposición al plomo o envenenamiento por plomo.  Conocimiento de las fuentes de plomo, incorporación de preguntas claves  en la toma de historia, y un umbral bajo para ordenar una prueba de plomo en la sangre puede conducir a la identificación de niveles elevados, e intervenciones para detener la exposición y, cuando esté indicado, el tratamiento para prevenir efectos adversos para la salud.


Traducción de
“A Diagnosis to Chew On”
Rose H. Goldman, M.D., and Lisa Weissmann, M.D.
NEJM

REFERENCIAS
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miércoles, 22 de abril de 2020

MUJER DE 30 AÑOS CON ERITEMA PIGMENTADO FIJO POR DROGAS.


Paciente femenina de 30 años de edad sin antecedentes de importancia  que hace 6 meses presenta lesiones en piel de color oscuras que se tornan a violáceos localizada en labios en zona nasogeniana y en pierna llama la atención que sólo se produce en estas mismas localizaciones exactamente cada vez que el cuadro recidiva. 






La aparición de estas lesiones es mensual coincidiendo con la ingesta de Metamizol (dipirona), antes de su período menstrual. Las lesiones no terminan de desaparecer en el curso del mes pero se exacerban fuertemente ante cada nueva exposición al fármaco. En ése momento las lesiones se inflaman, y producen prurito intenso. Ha sido tratada antes con antifúngicos, antibióticos sin resultados. Las lesiones desaparecieron luego de 2 meses de no exposición al metimazol.
El cuadro fue interpretado como eritema fijo por drogas










Gentileza:
Dra Jazmín CR de Rocafuerte
Quito. Ecuador






ERITEMA PIGMENTADO FIJO POR DROGAS
El Eritema pigmentado fijo ( Fixed Drug)es una farmacodermia y está caracterizado por la aparición de lesiones cutáneas y/o mucosas .
Puede afectar a personas de cualquier edad, pero la mayoría de los casos se produce en adultos jóvenes, tiene una distribución mundial sin diferencias raciales.
El EPF se manifiesta como manchas eritematosas o violáceas, redodeadas/ ovaladas bien definidas, ocasionalmente ampollosas con erosión central y de aparición fundamentalmente en mucosa oral, genital y perianal.
Varios son los fármacos más asociados con esta entidad tales como los antimicrobianos principalmente el sulfametoxazol-trimetoprim, los AINE, psicofármacos, anticonceptivos orales, etc.
Es típico que en cada ocasión que se ingiera el medicamento causal las lesiones se activen o aparezcan nuevas lesiones .
Es una de las cuatro farmacodermias más frecuentes junto a la urticaria, el exantema medicamentoso y el eritema exudativo multiforme.
Fuente
UpToDate 2020

lunes, 20 de abril de 2020

IMÁGENES DE POLICONDRITIS RECIDIVANTE EN MUJER DE 42 AÑOS.




Paciente femenina, 42 años de edad, cuyos síntomas iniciaron hace más de 10 año con disfonia, disnea por lo que requirió varias cirugías por estenosis traqueal, hipoacusia bilateral y fractura de fémur por corticoides recientemente operada, suspendió tratamiento inmunosupresor.


Nariz en silla de montar secundaria a destrucción del cartílago nasal


En éste momento remisión clínica de condritis de pabellón auricular persiste alguna nodularidad 

Secuela de hipoacusia neurosensorial.

La paciente actualmente con traqueostomía como consecuencia de estenosis subglótica


Se confirmó por la clínica y la anatomía patológica policondritis recidivante.


Presentó
Dr. José Fernández.
La Habana Cuba.


POLICONDRITIS RECIDIVANTE
Es una enfermedad sistémica, autoinmune, caracterizada por episodios recidivantes de inflamación de estructuras cartilaginosas y otros tejidos, especialmente las orejas, la nariz, los ojos, las articulaciones y las vías respiratorias.
Enfermedad infrecuente (incidencia: 3,5 por millón), afecta a hombres y mujeres por igual, más frecuente entre los 40 y 60 años.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La inflamación de los pabellones auriculares uni o bilateralmente es la forma de presentación más frecuente (43%), y aparece en el curso de la enfermedad en el 83%.

Compromiso ocular ocurre en el 60% de los pacientes pudiendo ocasionar:
  • Epiescleritis
  • Escleritis
  • Queratitis ulcerativa
  • Uveítis anterior o posterior
  • Proptosis


Compromiso nasal se observa en 60% de los casos. Suele haber nariz en silla de montar debido a daño en el cartílago.

  • Compromiso de la gran vía aérea:
  • Inflamación de laringe, tráquea y bronquios.
  • Puede evolucionar a la traqueobroncomalacia.
  • Estenosis luminales por fibrosis.
  • Infecciones secundarias


Compromiso articular:
  • Es típico el compromiso de las articulaciones paraesternales (esternoclavicular y costocondral).
  • Monoartritis, oligoartritis o poliartritis. Grandes o pequeñas articulaciones.
  • Compromiso no erosivo, migratorios, intermitente


Compromiso cardíaco:
  • Insuficiencia aórtica aislada: 7,7%
  • Insuficiencia mitral aislada: 1,8%.
  • Insuficiencia valvular combinada: 1,6%.


Compromiso renal:
  • glomerulonefritis, enfermedad tubulointersticial, nefropatía por IgA.


Compromiso del sistema nervioso:
  • Posiblemente mediado por vasculitis. Neuropatías craneales, demencia, meningitis, meningoencefalitis.


Compromiso cutáneo:
  • Un análisis retrospectivo de 200 pacientes con PR mostró los siguientes datos:
  • Las lesiones cutáneas aparecieron en el 36% de los pacientes, incluyendo una cantidad de lesiones: aftas bucales, púrpura, pápulas, nódulos, pústulas, úlceras, tromboflebitis superficial, livedo reticularis, y necrosis distal.
  • El examen histológico de las lesiones biopsiadas mostró vasculitis, trombosis de vasos cutáneos, paniculitis, e infiltrados inflamatorios como se observan en las dermatosis neutrofílicas (síndrome de Sweet).
  • Las manifestaciones dermatológicas son el síntoma de presentación en el 12% de los casos. No hay correlación entre las lesiones en piel y el tipo de compromiso cartilaginoso o visceral concurrente. La frecuencia de lesiones cutáneas es significativamente mayor entre los pacientes con un síndrome mielodisplásico concurrente.





LABORATORIO EN POLICONDRITIS RECIDIVANTE



CRITERIOS DIAGNÓSTICOS

Criterios originales de McAdam’s:

  • Condritis auricular bilateral.
  • Poliartritis seronegativa, no erosiva.
  • Condritis nasal.
  • Inflamación ocular (conjuntivitis, queratitis, escleritis/epiescleritis, uveítis).
  • Condritis del tracto respiratorio (cartílagos laríngeos y/o traqueales).
  • Disfunción coclear y/o vestibular (hipoacusia neurosensorial, tinnitus y/o vértigo).


Para establecer el diagnóstico los pacientes requieren tener alguno de los siguientes tres puntos:

  • Al menos tres criterios de McAdam’s.
  • Uno o más de los criterios mencionados más la confirmación histológica.
  • Condritis en dos o más sitios anatómicamente separados, con respuesta a los esteroides y/o dapsona.


Un tercio de los pacientes con policondritis recidivante tienen una enfermedad asociada:

  • Vasculitis sistémica.
  • Enfermedad del tejido conectivo u otra enfermedad autoinmune.
  • Mielodisplasia.
  • Neoplasia.


jueves, 16 de abril de 2020

MUJER DE 38 AÑOS CON DOLOR ABDOMINAL Y FIEBRE...



Una mujer de 38 años con antecedentes de enfermedad de Crohn  fue ingresada en este hospital por dolor abdominal y fiebre.
La paciente había estado en su estado de salud habitual hasta 3 años antes de la admisión actual, cuando comenzó a presentar náuseas, vómitos, diarrea y dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen. Fue evaluada en el departamento de emergencias de otro hospital. El cuadrante superior derecho estaba sensible a la palpación, y el resto del examen físico fue normal. Una tomografía computarizada (TC) del abdomen y  pelvis reveló una leve dilatación y fecalización del intestino delgado distal. Se sospechó el diagnóstico de obstrucción del intestino delgado y la paciente ingresó al hospital para reposo intestinal y administración de fluidos intravenosos. El segundo día de hospitalización, todos los síntomas se resolvieron y la paciente fue dada de alta a  hogar con un supuesto diagnóstico de gastroenteritis viral.
Un mes más tarde, el paciente fue evaluado en un consultorio de gastroenterología afiliada con el mismo hospital porque refería  hinchazón continua, dolor abdominal intermitente en el lado derecho, y dos o tres deposiciones por día de heces blandas  sin sangre ni moco. No tenía pérdida de peso ni fiebre. El examen físico fue normal La TC con enterografía de intestino delgado reveló engrosamiento circunferencial leve de la pared del colon ascendente proximal e íleon distal y prominentes ganglios linfáticos en el cuadrante inferior derecho del abdomen. La colonoscopia mostró mucosa  eritematoso, granular, hemorrágica, y ulcerada en el colon ascendente proximal y ciego. Las muestras de biopsia del íleon y el colon ascendente mostraron mucosa normal, y  una muestra de biopsia del ciego mostró evidencia de colitis crónica activa consistente con enfermedad de Crohn. Se inició la terapia con mesalamina, con lo que se obtuvo  una disminución en la hinchazón y el dolor abdominal, pero no hubo  cambio en la frecuencia de los movimientos intestinales.
Siete meses antes de la admisión actual, la paciente fue evaluada en un consultorio  de gastroenterología afiliada a este hospital. Ella refería hinchazón  postprandial y dolor epigástrico, así como dos o tres deposiciones por día con heces duras y esfuerzo evacuatorio. El examen físico fue normal. El nivel de calprotectina fecal fue de 243 μg por gramo (rango de referencia,
Menos de 50). Un ensayo de liberación de interferón-γ para Mycobacterium tuberculosis fue negativa. La lipasa en sangre fue normal, al igual que los resultados de las pruebas de función hepática.  Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestra en la Tabla 1.




TABLA 1


Una  esofagogastroduodenoscopia fue normal, pero las muestras de la biopsia gástrica mostraron evidencia de gastritis por  Helicobacter pylori. La colonoscopia (Fig. 1) reveló ulceraciones superficiales, edema y friabilidad en el ciego y un segmento del colon ascendente.  La biopsia en el  de ciego se interpretó como colitis activa grave, con ulceración marcada pero sin displasia ni granulomas; la tinción inmunohistoquímica  para citomegalovirus fue negativa.
La gastritis por H. pylori se trató con lansoprazol, amoxicilina y claritromicina, con casi resolución de la hinchazón y el dolor  del abdomen superior. Cinco meses antes de la admisión actual, se suspendió la mesalamina  y se inició adalimumab para el tratamiento de la enfermedad de Crohn.
Tres meses antes de la admisión actual, recurrieron la  hinchazón y el  dolor epigástrico; las heces contenían sangre y moco, y las deposiciones aumentaron  en frecuencia a tres o cuatro veces por día. Dos meses antes de la admisión actual, la paciente fue nuevamente evaluada en el consultorio de gastroenterología afiliada a este hospital. El examen físico fue normal. La calprotectina fecal  fue de 2144 μg por gramo. El nivel de adalimumab y el  título de anticuerpos antiadalimumab fueron interpretados como bajos. Se obtuvieron nuevas imágenes: una enterografía por resonancia magnética de abdomen y  pelvis (Fig. 2), realizada después de la administración intravenosa de sustancia de contraste, mostró engrosamiento y edema del colon ascendente, ciego e íleon terminal, con cambios circundantes consistentes con inflamación y marcado realce de contraste. No había evidencias de obstrucción intestinal.






Figura 1. Imágenes colonoscópicas.
Imágenes obtenidas durante la colonoscopia realizada 7 semanas antes de la admisión actual, antes del inicio de la terapia con anti factor de necrosis tumoral, muestra un íleon terminal normal (Panel A) e inflamación que involucra principalmente el ciego, con una válvula ileocecal abierta (Panel B).



La frecuencia de las inyecciones de adalimumab se  aumentaron y se inició una terapia con prednisona. Sin embargo, 7 semanas antes de la actual admisión, comenzó con náuseas y vómitos y empeoramiento del dolor abdominal por lo que la paciente fue ingresada  en este hospital. En el  examen físico destacaba el dolor a la palpación del epigastrio así como taquicardia que se resolvió con la administración de fluidos intravenosos. El nivel  de lipasa fue normal, al igual que los resultados de las pruebas de función hepática. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. La calprotectina fecal fue más de 3000 μg por gramo. El resultado de la  esofagogastroduodenoscopia fue normal, y muestras de biopsia mostraron resolución de la gastritis previa La colonoscopia reveló severa inflamación con ulceraciones profundas en el lado  derecho del colon, que se extendían en un área 1 cm proximal a la válvula ileocecal hasta el ángulo  hepático. Las biopsias obtenidas de dicha área fueron interpretadas como consistentes con colitis activa grave. La  tinción inmunohistoquímica para citomegalovirus fue negativa. Se comenzó un tratamiento  con glucocorticoides intravenosos, con resolución de las deposiciones con sangre. Se suspendió  adalimumab y se comenzó con infliximab. El dolor epigástrico disminuyó con el inicio de una dieta blanda, y en el séptimo día de hospitalización, la paciente fue dada de alta con un plan para completar un curso empírico de 14 días de ciprofloxacina y metronidazol y un plan de disminución gradual de 6 semanas de prednisona oral.
Durante la última semana del curso de prednisona, comenzó con fiebre,  diaforesis  y empeoramiento del dolor   abdominal. La  paciente se presentó al  servicio de urgencias de este hospital para evaluación.
Ella un cuadro de 6 días de aumento de la hinchazón y 1 día de dolor abdominal agudo del lado derecho; ella calificó el dolor en 9 en una escala de 0 a 10, con 10 indicando el dolor más severo. Refirió que sus heces no contenían sangre ni moco y no había cambiado la consistencia ni la frecuencia de las evacuaciones. No había  dolor en las articulaciones, rash cutáneo ni  enrojecimiento o dolor en los ojos.  En ese momento refirió que había sido tratada con vancomicina oral 29 meses antes por una colitis  por Clostridium difficile, que tenía un  síndrome de ovario poliquístico, dismenorrea, infertilidad (que condujo a la fertilización in vitro), y síndrome piriforme. Su historia quirúrgica incluía apendicectomía 20 años antes de la presentación, reparación de hernia inguinal derecha 2 años antes y condroplastia artroscópica de rodilla derecha 3 meses antes de la presentación. No tenía alergias a medicamentos. La medicación actual  incluía infliximab, pantoprazol, prednisona, pregabalina y sucralfato. La historia familiar incluía  enfermedad de la arteria coronaria en su madre y diabetes e hipertensión en su padre.  No fumaba, no bebía alcohol ni consumía drogas ilícitas. Se había mudado a los Estados Unidos desde la India 13 años antes de la presentación, y  vivía con su esposo e hijo en Nueva Inglaterra.
En el examen físico, la temperatura era 38.5 ° C, el pulso 118 latidos por minuto, la TA  125/78 mm Hg, la frecuencia respiratoria 16 respiraciones por minuto, y la saturación de oxígeno 99% mientras el paciente respiraba a temperatura ambiente aire. El peso era de 57.5 kg, la altura de 157 cm, y el índice de masa corporal 23.2. El abdomen no estaba distendido, con ruidos intestinales normales. Había dolor a la palpación de los cuadrantes superior derecho, inferior derecho y superior izquierdo, sin rebote ni reacción peritoneal.  El ano parecía normal; había dos hemorroides externas no sangrantes. No tenía inflamación articular, rash cutáneo ni lesiones orales. El resto del examen físico fue normal. El nivel de ácido láctico en sangre fue normal, como también los resultados de las pruebas de función hepática y análisis de orina. El nivel de calprotectina fecal fue de 1372 μg por gramo. Se muestran otros resultados de pruebas de laboratorio en la Tabla 1. Se obtuvieron hemocultivos. El examen de una muestra de heces para toxina de C. difficile fue negativa.
Una radiografía de tórax no mostró consolidación o edema pulmonar. Tomografía computarizada del abdomen y pelvis (Fig. 2), realizada después de la administración de material de contraste intravenoso, mostró  engrosamiento difuso y realce del colon ascendente,  ciego e íleon terminal, con cambios circundantes consistentes con inflamación, líquido libre peritoneal  mínimo, y múltiples ganglios linfáticos mesentéricos agrandados (medición 9 mm) en el cuadrante inferior derecho.
Se administraron líquidos intravenosos, la taquicardia se resolvió y la paciente fue ingresada  en este hospital. Glucocorticoides y piperacilina/tazobactam fueron administrados por vía intravenosa, con una disminución mínima en la hinchazón y dolor abdominal. En el quinto día de hospitalización, una hemicolectomía derecha fue realizada, y se hizo un diagnóstico.






Figura 2: Figura 2. Estudios de imagen del abdomen.
Imágenes obtenidas durante la enterografía por resonancia magnética realizada 3 meses antes del ingreso actual (paneles A y B) muestran engrosamiento e hiper realce del íleon terminal, ciego y colon ascendente. La imagen coronal con contraste en T1 (Panel A) muestra ganglios linfáticos mesentéricos prominentes (flecha) y la imagen axial con supresión de grasa ponderada en T2 obtenida a nivel del polo cecal (Panel B) muestra un marcado edema pericolónico (flecha). Además, se realizó una TC del abdomen y la pelvis en el momento de la presentación actual, después de la administración de contraste intravenoso. Una reconstrucción coronal  (Panel C) muestra engrosamiento contiguo persistente,  del íleon terminal, ciego y colon ascendente (flecha), y una imagen axial obtenida en el nivel del ciego (Panel D) muestra infiltración pericolónica, edema y un ganglio linfático mesentérico prominente (flecha).


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Esta mujer de 38 años tenía varios años de distensión abdominal intermitente dolor y diarrea. El examen endoscópico inicial mostró alteraciones consistentes con enfermedad de Crohn. Sin embargo, a pesar del apropiado tratamiento médico, ella tuvo un empeoramiento progresivo de los síntomas clínicos y una endoscopia posterior reveló progresión de la inflamación de la mucosa. La primera pregunta en el desarrollo de un diagnóstico diferencial es determinar si la enfermedad de Crohn es la causa de los síntomas de presentación de ésta paciente.

ENFERMEDAD DE CROHN
La enfermedad de Crohn es un trastorno inflamatorio crónico intestinal que conduce a inflamación de la mucosa caracterizado por eritema y ulceraciones. La biopsia de la enfermedad de Crohn debe mostrar hallazgos de cronicidad en la mucosa intestinal, características que se observaron en ésta paciente, y también puede mostrar granulomas no caseificantes. Aunque la incidencia de la enfermedad de Crohn es mayor entre personas entre 20 y 29 años de edad, puede afectar a todos los grupos etarios y es un posible diagnóstico en ésta paciente.1 Sin embargo, varios aspectos de la forma de presentación en ésta paciente son atípicas para la enfermedad de Crohn. Primero, la endoscopia reveló inflamación predominantemente en el ciego, mientras que la inflamación en el íleon terminal, la válvula ileocecal y el colon derecho  (tanto el ciego como el ascendente), es más característico de la enfermedad de Crohn. Más aún los síntomas parecieron empeorar  alcomenzar a recibir terapia anti-factor de necrosis tumoral (TNF), con adalimumab primero e infliximab después. Aunque la enfermedad de Crohn puede ser refractaria al tratamiento médico, la ausencia de cualquier respuesta a la terapia estándar es infrecuente, y por lo tanto consideraré otros diagnósticos potenciales para explicar la presentación de ésta paciente.

OTROS TRASTORNOS INMUNOMEDIADOS
La sarcoidosis y la enfermedad de Behçet son trastornos inmunomediados que pueden tener manifestaciones  gastrointestinales asociadas que pueden imitar la enfermedad de Crohn, y son diagnósticos diferenciales importantes a considerar en ésta paciente La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa que generalmente afecta a mujeres de 20 a 40 años de edad. La afectación gastrointestinal es rara y cuando se observa, el estómago es el principalmente involucrado.2 El diagnóstico requiere identificación de granulomas no caseificantes, típicamente sin evidencia de inflamación activa. Ésta paciente tuvo resultados normales en la esofagogastroduodenoscopia 7 meses antes de la admisión actual, y muestras anteriores de biopsia de la mucosa tenían evidencia demostrada de inflamación activa sin granulomas Estos hallazgos hacen de la sarcoidosis un diagnóstico poco probable en este caso.

ENFERMEDAD DE BEHÇET
Es otra enfermedad granulomatosa que típicamente afecta a adultos jóvenes.3 El compromiso gastrointestinal se observa comúnmente, con características endoscópicas similares a las de la enfermedad de Crohn; el íleon terminal es el sitio más común de afectación. Sin embargo, las manifestaciones gastrointestinales de la enfermedad de Behçet suelen ir precedidas de años de úlceras mucocutáneas. Ésta paciente no tenía antecedentes de úlceras mucocutáneas, y por lo tanto la enfermedad de Behçet es poco probable.


INFECCIÓN
Varias infecciones gastrointestinales están asociadas con síntomas que pueden imitar la enfermedad de Crohn. Los pacientes con colitis amebiana pueden tener síntomas crónicos  como diarrea, dolor abdominal, y heces con sangre.4 La inflamación más comúnmente involucra el lado derecho del colon. Sin embargo, ésta paciente había estado en la India por última vez 13 años antes y no había viajado recientemente a un área en el que la colitis amebiana es endémica (Asia, África o Sudamérica). Además,  no tenía las úlceras características en forma de matraz en la mucosa del colon.  Pacientes con infecciones por salmonella, yersinia, y por Campylobacter también pueden presentarse con síntomas gastrointestinales crónicos. La inflamación que involucra el lado derecho del colon e íleon terminal, que se vio en este caso, podrían ser consistentes con estas infecciones. Sin embargo, las características de cronicidad en la biopsia de la mucosa suelen estar ausentes y estaban presentes en este caso.


TUBERCULOSIS INTESTINAL
La tuberculosis intestinal puede imitar la enfermedad de Crohn y presenta un desafiante dilema diagnóstico. La tuberculosis intestinal generalmente involucra el lado derecho del colon, particularmente el ciego Los síntomas actuales varían y pueden incluir dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, y obstrucción parcial del intestino delgado. Las muestras histológicas de la biopsia de la mucosa revela granulomas en 50 a 80% de los casos. 5-7 La identificación de bacilos acidorresistentes en un frotis o cultivo es el método más confiable de diagnóstico de tuberculosis intestinal. Desafortunadamente, la tinción para  ácido alcohol resistentes y los cultivos tienen baja sensibilidad. La capacidad de distinguir entre Crohn y tuberculosis intestinal ha ganado mayor atención a medida que la incidencia de enfermedad de Crohn ha aumentado en los países en desarrollo, donde la prevalencia de tuberculosis es alta.8 Han sido desarrollados algoritmos para ayudar a distinguir entre estas dos enfermedades.9,10 Las características que apoyan un diagnóstico de enfermedad de Crohn son las manifestaciones extraintestinales, pruebas positivas para anticuerpos anti-Saccharomyces cerevisiae y la afectación del área perianal o lado izquierdo del colon. Las características sugestivas de tuberculosis intestinal incluyen una prueba positiva de ensayo de tuberculosis con interferón-γ, una válvula ileocecal abierta, afectación cecal, enfermedad pulmonar y la presencia de granulomas caseosos. Ésta paciente tuvo una prueba de liberación negativa de interferón-γ de tuberculosis. Aunque este ensayo tiene especificidad muy alta (> 95%), la sensibilidad es solo aproximadamente el 80%. En un paciente de la India, una prueba negativa no descarta tuberculosis latente o activa.11 ¿La calprotectina fecal elevada ayuda a distinguir entre la enfermedad de Crohn y tuberculosis intestinal? La inflamación de la mucosa intestinal provoca que los neutrófilos activados liberen  calprotectina en la luz intestinal, lo que produce niveles elevados de calprotectina fecal, como se vio en ésta paciente. Aunque el nivel de calprotectina fecal puede usarse para controlar la respuesta al tratamiento en pacientes con enfermedad de Crohn, no es útil para distinguir la tuberculosis intestinal de la enfermedad de Crohn, porque la calprotectina fecal también puede estar elevada en pacientes con diarrea infecciosa
Aunque los resultados de las pruebas de laboratorio en éste caso no son útiles para distinguir entre enfermedad de Crohn y la tuberculosis intestinal, los hallazgos endoscópicos pueden ayudarnos al diagnóstico correcto Los hallazgos colonoscópicos obtenidos 7 meses antes de la admisión actual, incluyendo un íleon terminal de apariencia normal y una válvula ileocecal abierta con inflamación de la mucosa confinada al ciego, apoyan un diagnóstico de tuberculosis intestinal. Combinado con la ausencia de una respuesta al tratamiento médico estándar  para la enfermedad de Crohn, los hallazgos endoscópicos son altamente sugestivos de tuberculosis intestinal.
¿Podría el tratamiento de este paciente con anti-TNF haber provocado la reactivación de la tuberculosis en el tracto gastrointestinal? La reactivación de la tuberculosis asociada con la terapia anti-TNF ha sido ampliamente reportada en la literatura. En concreto, reactivación de tuberculosis en el tracto gastrointestinal se ha informado en pacientes que reciben anti-TNF para afecciones reumatológicas12. Sin embargo, cuando ocurre la reactivación de la tuberculosis en pacientes que reciben terapia anti-TNF para enfermedad inflamatoria intestinal, no es común que se involucre el tracto gastrointestinal.13 En general, los  hallazgos endoscópicos de ésta paciente antes del  inicio de la terapia anti-TNF y el hecho de que su enfermedad empeoró mientras estaba recibiendo terapia anti-TNF sugiere un diagnóstico subyacente de tuberculosis intestinal. Ella se sometió a resección ileocolónica por diagnóstico presuntivo de enfermedad de Crohn refractaria,  probablemente las pruebas de diagnóstico para evaluar la tuberculosis intestinal fueron una tinción para  ácido-alcohol resistentes y cultivo o prueba de ácidos nucleicos de la muestra resecada para M. tuberculosis.

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO
INFECCIÓN INTESTINAL POR MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS.


DISCUSIÓN PATOLÓGICA
Las muestras de biopsia de la mucosa intestinal que se había obtenido 3 años, 7 meses y 7 semanas antes de la admisión actual fueron revisados ​​y mostraron evidencias de colitis, incluido un infiltrado de linfocitos y células plasmáticas, parches de criptitis neutrofílica, erosiones de la superficie  y ulceración con tejido de granulación. La muestra de la colectomía derecha mostró un área de 10 cm con una pared fibrótica engrosada y ulceraciones lineales de la mucosa (Fig. 3A). El examen  histológico, mostró un infiltrado inflamatorio reemplazando la submucosa y muscularis propia y extendido al tejido adiposo pericolónico (Fig. 3B). El infiltrado estaba compuesto por  linfocitos circundando  agregados de histiocitos,  incluyendo células gigantes, consistentes con granulomas (Fig. 3C). La mayoría de los granulomas fueron no necrotizantes, pero algunos mostraron central necrosis. Los ganglios linfáticos pericolónicos también fueron reemplazados por el infiltrado granulomatoso. El diagnóstico diferencial de un infiltrado granulomatoso colónico  incluye la enfermedad de Crohn y algunas infecciones como tuberculosis,  yersiniosis, y varias infecciones fúngicas. Otros granulomas, como los causados ​​por la sarcoidosis, reacciones paraneoplásicas, reacciones farmacológicas o un respuesta a material extraño, generalmente no son tan confluentes. La tinción para ácidoalcohol resistentes  ácido-rápidas en la pared del colon y los ganglios linfáticos revelaron una gran cantidad de bacilos ácido alcohol resistentes (Fig. 3D). El tejido fue enviado a un laboratorio de referencia para una mayor identificación del organismo; una sonda con amplificación para el gen de la proteína de shock térmico parcial (hsp65) fue positivo para el complejo M. tuberculosis.





Figura 3. Muestra de resección del lado derecho del colon.
Una fotografía general de una sección obtenida del lado derecho del colon (Panel A) muestra ulceración de la mucosa (flecha) y reemplazo de la pared por tejido blanco firme, que también se extiende y forma nódulos en el tejido adiposo pericolónico. En la tinción con hematoxilina y eosina (Panel B), un infiltrado inflamatorio se extiende a través de la pared, con un superficie de la mucosa suprayacente (flecha). A mayor aumento (Panel C), el infiltrado está compuesto de colecciones de histiocitos grandes conocidas como granulomas (flechas) con células gigantes dispersas. Una tinción para ácido alcohol resistente (Panel D) muestra una gran número de bacilos ácido-rápidos (flechas).



DISCUSIÓN  DEL MANEJO
Después del examen patológico que reveló  granulomas bacilos  ácido alcohol resistentes, se consultó al servicio de enfermedades infecciosas. Algunos agentes biológicos que están acostumbrados a tratar la enfermedad de Crohn aumenta el riesgo de infecciones por micobacterias. 14,15 Además, los antecedentes obtenidos posteriormente  sugirieron que la  paciente había tenido dos posibles exposiciones a la tuberculosis. Sobre la base de estas posibles exposiciones. y su historia de emigración de la India, nosotros estábamos preocupados por tuberculosis extrapulmonar. Recomendamos que se suspenda el infliximab y que se bajara progresivamente la dosis de prednisona.
En lugar de comenzar una terapia empírica para tuberculosis y infección por micobacterias no tuberculosas, inicialmente retuvimos la terapia mientras intentábamos hacer un diagnóstico definitivo y para descartar resistencia a los medicamentos contra los agentes antimicobacterianos comunes.  Solicitamos una prueba de reacción en cadena de polimerasa (PCR) del tejido colónico para micobacterias. Una prueba de PCR para tuberculosis fue positiva a pesar del uso de fijados en muestras de parafina, lo que disminuye la sensibilidad de la prueba. Solicitamos pruebas de ácido nucleico de muestras de esputo inducido para M. tuberculosis; los cultivos de muestras de sangre, menstruación, orina y heces para bacilos ácido-alcohol resistentes y estudios de imagen del tórax, abdomen y pelvis.
La tomografía computarizada del tórax, realizada después la administración de material de contraste intravenoso, reveló cicatrices lineales en el vértice derecho (Fig. 4A). Pequeños nódulos pulmonares, que medían hasta 3 mm de diámetro en el lóbulo superior derecho (Fig. 4B). Se observaron ganglios linfáticos mediastínicos subcentimétricos (Fig. 4C). Es de destacar que el paciente no tenía cavitación nódulos o nodularidad de árbol en brote.







Figura 4. Tomografía computarizada del tórax.
La TC del tórax se realizó después de la administración. de material de contraste. Una imagen coronal obtenida en una ventana pulmonar  (Panel A) muestra un foco de cicatrización lineal en el vértice derecho (flecha). Una imagen axial (Panel B) muestra un solo nódulo, que mide 3 mm de diámetro, en el lóbulo superior derecho (flecha). Una imagen axial obtenida en una ventana de tejido blando (Panel C) muestra un ganglio paratraqueal derecho subcentimétrico (flecha).




Se realizó una broncoscopia, junto con lavado broncoalveolar, ultrasonografía endobronquial con aspiración con aguja transbronquial así como biopsia de  colon. El examen de los frotis para bacilos ácido-alcohol negativos  fueron negativos, pero los cultivos de un ganglio linfático paratraqueal creció M. tuberculosis.
Una vez que se confirmó el diagnóstico de tuberculosis, una terapia de cuatro medicamentos con rifampicina, isoniazida, pirazinamida y etambutol fue iniciada.
Se desarrolló una erupción y se administró brevemente moxifloxacina para sustituir la rifampicina, pero la paciente no recurrió laerupción luego de reiniciar  rifampicina sin recurrencia.  Después de las pruebas realizadas en los centros. para el Control y Prevención de Enfermedades no mostró evidencia de resistencia a isoniazida o rifampicina y pruebas de susceptibilidad estándar de un aislado del organismo no mostró resistencia, etambutol se suspendió. El esposo de la paciente también fue estudiado  para tuberculosis latente y actualmente está recibiendo tratamiento. Su hijo dio negativo para tuberculosis latente y está programado para ser reexaminado. Sospechamos que la administración de la terapia  anti-TNF en esta paciente aumentó su riesgo de reactivación de la tuberculosis. La terapia anti-TNF disminuye el nivel intracelular de interferón γ, lo que permite a las micobacterias  crecer y propagarse a través de reciclaje de endosomas. El riesgo de reactivación de tuberculosis parece ser mayor con infliximab y adalimumab que con etanercept. Las diferencias en riesgo puede estar relacionado con los niveles de  drogas intracelulares, el grado de baja regulación de  interferón-γ y afinidad de unión16. Ésta paciente tuvo un ensayo negativo de liberación de interferón γ antes del  inició de la terapia anti-TNF. Hay muchas razones para una prueba dé falso negativo, y es importante recordar que ninguna prueba puede descartar por completo la tuberculosis latente o activa.17 Nuevas pautas sugieren realizar tanto un ensayo de liberación de interferón-γ y una prueba cutánea de tuberculina, o alternativamente, realizando un ensayo de liberación de interferón-γ inicial seguido de una prueba cutánea de tuberculina en pacientes con un resultado negativo o indeterminado del ensayo de liberación de interferón-γ - para disminuir el riesgo de una prueba de falso negativa. Pacientes con un ensayo positivo de liberación de interferón-γ o un resultado en una prueba de tuberculina de más de 5 mm debe ser evaluado para tuberculosis activa antes de comenzar tratamiento para la tuberculosis latente18,19.
Tuvo ésta paciente tuberculosis intestinal todo el tiempo, o la  enfermedad de Crohn fue complicada por tuberculosis  intestinal?
Es posible que la paciente haya tenido sólo tuberculosis, pero sin resultados pero sin resultados de tinciones para  ácido-alcohol resistentes  o cultivo de una muestra de biopsia previa, es difícil ser definitivo. Si ella tiene recurrencia de enfermedad de Crohn después del tratamiento para la tuberculosis, entonces sabremos que no era sólo tuberculosis.

DIAGNÓSTICO ANATÓMICO
TUBERCULOSIS INTESTINAL.

Traducción de:
A 38-Year-Old Woman with Abdominal Pain and Fever
Hamed Khalili, M.D., Aileen O’Shea, M.B., B.Ch., B.A.O., Gregory K. Robbins, M.D., and Lawrence R. Zukerberg, M.D.

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