sábado, 17 de marzo de 2018

Paciente varón de 25 años con convulsiones de reciente comienzo.


Un hombre de 25 años  se internó por convulsiones de nueva aparición. El paciente había estado en su estado de salud habitual hasta 2 días antes, cuando ocurrieron episodios de contracción de la cabeza y el cuello. El primer episodio ocurrió después de despertarse por la mañana, y el segundo ocurrió 2 horas después; cada uno de estos episodios duró aproximadamente 1 minuto. Un tercer episodio ocurrió 4 horas después de despertar, duró 2 minutos y estuvo acompañado por rigidez del brazo y pierna  izquierdas; el paciente estaba consciente de las contracciones y la rigidez pero no recordaba los eventos subsecuentes. Los testigos de los episodios informaron que todo el cuerpo del paciente se estremeció y que posteriormente perdió el conocimiento y cayó, golpeándose la cara. El paciente dejó de presentar sacudidas involuntarias  después de unos pocos minutos y recuperó la conciencia, pero estaba confundido y fue llevado por un servicio de emergencias a un hospital para evaluación. En el hospital, ocurrió otro episodio autolimitado con temblores corporales y pérdida de consciencia por lo que se le administró levetiracetam.  Se realizaron estudios de imágenes. Una TC de la cabeza, cuello y columna sin la administración de material de contraste intravenoso, reveló fracturas mínimamente desplazadas de los huesos nasales bilateralmente (Fig. 1A),  pero no había ningún proceso intracraneal agudo o fracturas de la columna cervical. La  Resonancia magnetica, realizada sin la administración de material de contraste, mostró restricción de la difusión en la corteza  del giro frontal superior derecho (Fig. 1B y 1C). En FLAIR y  T2 se vio  hiperintensidad marcada en la corteza y sustancia blanca adyacente del lóbulo frontal derecho (Fig. 1D),  hallazgo compatible con edema vasogénico. Una  venografía por resonancia magnética bidimensional en “time-of-flight” mostró evidencias de  trombosis o flujo lento en la porción anterior del seno sagital superior (Fig. 1E). Las imágenes ponderadas por susceptibilidad de cerebro mostraron prominente hipointensidad lineal y evidencias de trombosis  venosa cortical (Fig. 1F).






Figura 1
TC y RMN
En (A) se muestra fractura mínimamente desplazada de los huesos  nasales bilateralmente
En (B) una imagen de difusión con el correspondiente mapa de coeficiente de difusión aparente (C) se muestra restricción de la difusión en el giro superior frontal derecho.
En (D) un FLAIR en T2 se muestra marcada hiperintensidad en la sustancia blanca y corteza adyacente y subcortical, hallazgo consistente con edema vasogénico
En (E) una venografía bidimensionalpor RMN  muestra ausencia de señal de flujo en el tercio superior del seno sagital superior (flechas),hallazgo consistente con trombosis.
En (F) una imagen de susceptibilidad muestra hipointensidad a lo largo de la vena cortical de la convexidad frontal (flecha),hallazgo consistente con trombosis venosa.



Se comenzó a administrar heparina no fraccionada intravenosa y  fue transferido al servicio de neurología donde se constató que el paciente  no se quejaba de dolor de cabeza, visión borrosa, náuseas, vómitos o mareo. No tenía antecedentes de sangrado o trastornos de coagulación.  Tres años antes de la admisión, él había estado involucrado en un accidente automovilístico al quedarse dormido mientras conducía. Una TC de cráneo obtenida en ese momento fue supuestamente normal, y  no se prescribieron medicamentos antiepilépticos. El paciente tenía una alta estatura y brazos largos; 10 años antes de la admisión,había sido sometido  a una evaluación cardíaca después de que un miembro de la familia que era médico le sugirió que podría padecer el síndrome de Marfan.  En esa oportunidad se realizó un ecocardiograma transtorácico que según los informes, mostró tamaño y función normales  de los ventrículos derecho e izquierdo, sin importancia clínica, no había enfermedad valvular clínicamente significativa y una raíz aórtica y aorta ascendente normales.
El paciente tenía antecedentes de miopía y tenía que utilizar lentes correctivos desde que tenía 15 años de edad. Tres años antes de la admisión, durante una evaluación oftalmológica para una cirugía de trastorno refractivo con láser, había recibido un diagnóstico de ectopia lentis con dislocación de lente hacia abajo en ambos ojos. El oftalmólogo recomendó repetir evaluación cardíaca para el síndrome de Marfan, y un ecocardiograma transtorácico obtenido en ese momento  fue nuevamente normal. Cuatro años antes de la internación actual el paciente había sido sometido a colecistectomía.
Tenía antecedentes  de un trastorno de déficit de atención-hiperactividad; su madre informó que había tenido retrasos en alcanzar los hitos del desarrollo cuando niño y había seguido un plan de  educación individualizada por un trastorno de aprendizaje. Él no tomó medicamentos. Su madre tenía hipercolesterolemia, su abuela materna tenía demencia y convulsiones, y su abuelo paterno murió después de un stroke cuando tenía 70 años de edad. No había antecedentes familiares de trastornos de la coagulación, enfermedad cardíaca congénita o muerte súbita de causa cardíaca. El paciente era un estudiante universitario, y él no fumaba tabaco ni usaba drogas ilícitas.
En el examen, la temperatura era de 36.9 ° C, la presión arterial 112/80 mg Hg, el pulso 55 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria 18 respiraciones por minuto, y la saturación de oxígeno 98% mientras el paciente respiraba aire ambiente. La altura era 189 cm, el peso 76 kg, el índice de masa corporal de 21, y la envergadura (distancia con los brazos abiertos) era de 192.5 cm. La distancia desde la parte superior de la sínfisis púbica al piso era de 105 cm mientras  estaba en posición de pie.
El paciente estaba completamente alerta y orientado. Él tenía fluidez completa, sin errores parafásicos o disartria Su concentración y atención estaban intactos Su memoria era limitada, con registro intacto  pero pobre recuperación. Los campos visuales estaban normales. Las pupilas eran iguales y reactivas a la luz. No había ptosis y los  movimientos extraoculares estaban intactos sin nistagmo o movimientos sacádicos. En la cara, la sensibilidad superficial y a la temperatura eran normales No había asimetría facial. La lengua y el paladar estaban en  la línea media, y la audición era normal. El paciente podía encoger sus  hombros y girar la cabeza. Su volumen y tono muscular eran normales.   Él no tenía rigidez en rueda dentada, bradicinesia, fasciculaciones, mioclono, o temblor. En todo el cuerpo, la fuerza era normal. La propiocepción y lasensibilidad superficial la temperatura, el pinchazo y la vibración estaban intactas. Los reflejos tendinosos profundos eran normales. Resultados de las pruebas dedo-nariz-dedo y talón-rodilla eran  normales. Excoriaciones y equimosis estaban presentes en el puente nasal y la frente. El paciente tenía un paladar alto arqueado y leve  pectus excavatum, y había estrías  en su espalda. Cuando envolvía una mano alrededor de la muñeca contralateral, la parte superior del pulgar cubría toda la  uña del quinto dedo. El resto del examen físico fue normal.
Los niveles sanguíneos de electrolitos y glucosa eran normales, como también  los resultados de los análisis de orina, un screening toxicológico en orina y las pruebas de función hepáticas y renales eran normales.
El resto del laboratorio: GR: 4.170.000 Hb 13,2. Hto 38,6%. GB 6700 (Neut: 40,9%. Linfoc 46,6%. Monoc 10,3%. Eos 1,3%. Basof 0,6%).Plaquetas 112.000/mm3. VCM 92,6 u3. HCM 31,7 pg.Nivel de HCM 34,2 G/dl. RDW 13,8. Reticulocitos 2,1%.ESD 36 mm/h.Tiempo de protrombina 17,6 seg (normal 11 a 14).RIN 1,4 (normal 0,9 a 1,1). KPTT 40,9 seg (22 a 35).Dímero D 441 (ng/ml) (normal menos de 500)

Se continuó con heparina intravenosa  y se indicó una angiografía por TC   que mostró  un defecto de llenado  no oclusivo en la región  anterior del seno sagital superior, un defecto de llenado en la vena cortical del lóbulo frontal derecho, un defecto de llenado punteado  en la vena yugular interna izquierda, y un área de hipodensidad leve e hinchazón en la parte medial del giro frontal superior derecho, sin hemorragia asociada.
Se realizó una prueba de diagnóstica.






DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Este hombre de 25 años se presentó con convulsiones motoras focales de nueva aparición en el lado izquierdo y convulsiones motoras generalizadas. Las convulsiones se complicaron por una caída, que resultó en trauma facial. Las convulsiones fueron síntomas probables de un proceso del sistema nervioso central   que involucra el hemisferio derecho.

TROMBOSIS DEL SENO VENOSO CEREBRAL
En este paciente, los hallazgos más notables de neuroimágenes fueron una lesión isquémica,  y edema vasogénico  en la corteza del lóbulo frontal derecho  debido a trombosis de la vena cortical y seno sagital superior. Los coágulos en el sistema venoso cerebral se desarrolla insidiosamente, lo que lleva a congestión progresiva y edema cerebral focal en el territorio venoso correspondiente. Sin tratamiento la trombosis delos senos venosos cerebrales pueden evolucionar a infartos cerebrales venosos y hemorragias, como se vieron en este caso. La trombosis de los senos venosos cerebrales es rara, representando 0.5 a 1% de todos los accidentes cerebrovasculares (1),  y con mayor frecuencia afecta mujeres menores de 50 años que  toman anticonceptivos orales o recientemente han dado a luz (2).  El síntoma de presentación más común de la trombosis de los senos venosos cerebrales es el dolor de cabeza persistente . Sin embargo, los pacientes afectados pueden presentarse con convulsiones(1,2). La anticoagulación es la primera línea tratamiento para la trombosis del seno venoso cerebral; la duración de la anticoagulación depende de la causa subyacente de la trombosis.
¿Por qué   este paciente desarrolló  trombosis del seno venoso cerebral?
La mayoría de los pacientes con esta condición tiene una causa identificable, y 44% tienen múltiples causas (2).

TRAUMA
El trauma craneal es una posible causa de trombosis del seno venoso cerebral  en este paciente, ya que cayó y golpeó su cabeza, lo que resultó en fracturas de huesos nasales. Sin embargo, no sería de esperar que una fractura a nivel de los huesos nasales  se asociara con lesión del seno sagital superior, ni esperaría trombosis venosa que desarrolle   infarto a inmediatamente después de un trauma craneal menor.

ESTADO HIPERCOAGULABLE
Este paciente tenía trombosis del seno venoso cerebral que al mismo tiempo comprometió  diferentes territorios venosos, incluido el territorio de la vena yugular interna izquierda, lo que aumenta la posibilidad de un trastorno hipercoagulable subyacente. La combinación de trombocitopenia y un tiempo de tromboplastina parcial prolongado, puede der expresión de síndrome antifosfolipídico (SAF).  Sin embargo, cuando se realizaron estas pruebas de laboratorio, el paciente estaba ya tratado con heparina intravenosa no fraccionada, y tal tratamiento es la explicación más probable para estas alteraciones en este caso.  Para descartar definitivamente  un trastorno de hipercoagulabilidad, son necesarias más pruebas.

INFLAMACIÓN
Las infecciones y las  enfermedades inflamatorias sistémicas puede causar trombosis de seno venoso cerebral. Sin embargo, este paciente no tenía fiebre, ni tenía una causa obvia de infección en el examen físico.La velocidad de sedimentación globular levemente acelerada de 36 mm en la primera hora no se condice con inflamación ni infección significativa capaz de causar trombosis de seno venoso (3). Al revés, una trombosis de seno venoso cerebral por sí misma puede justificar un aumento leve de  la VSG y probablemente esa sea la explicación en este caso.

SÍNDROME DE MARFAN
El hábito marfanoide es una característica distintiva de este paciente. El síndrome de Marfan es un desorden  hereditario y sistémico del tejido conectivo   que a menudo es causado por mutaciones del gen que codifica la fibrilina 1 (FBN1), en el cromosoma 15. Los pacientes con síndrome de Marfan puede tener alteraciones  oculares, cardiovasculares, esqueléticas y pulmonares, como así como  cambios de la piel y a nivel de la duramadre lumbosacra. Estatura alta, dolicostenomelia (miembros exageradamente largos), aracnodactilia con un signo positivo de Walker-Murdoch (superposición de las falanges distales del pulgar y el quinto dedo cuando una mano está envolviendo la muñeca contralateral), pectus excavatum, miopía, ectopia lentis en ambos ojos, un arco alto del paladar y  estrías atróficas son todas características del síndrome de Marfan que se vieron en este paciente.
No sabemos si tuvo una mutación de FBN1, pero sí sabemos  que no tenía antecedentes  familiares de síndrome de Marfan ni tenía aneurisma ni dilatación de la raíz aórtica  diagnóstico de raíz aórtica. La ausencia de estos factores hace poco probable el diagnóstico del síndrome de Marfan (4,5).  Además, los pacientes con síndrome de Marfan usualmente tienen un desarrollo cognitivo normal, y este  paciente tuvo retrasos en llegar a los hitos del desarrollo cuando  niño y había requerido un plan de aprendizaje individualizado en la escuela. Finalmente, el síndrome de Marfan no se asocia con trombosis de  senos venosos cerebrales.
 ¿Hay alguna condición que puede explicar el hábito  marfanoide, retraso cognitivo, y la trombosis del seno venoso cerebral en este paciente?

SÍNDROMES SIMILARES AL SÍNDROME DE MARFAN (Síndromes "Marfan-like")
Existe un amplio espectro de trastornos que tienen superposición  con hallazgos del síndrome de Marfan. Estos trastornos se deben principalmente a mutaciones de la FBN1 o de los genes que codifican para los receptores de crecimiento beta tipos 1 y 2  (TGFBR1 y TGFBR2)  (4,6,7)  Estos trastornos, pueden asociarse con anomalías del esqueleto y con  participación del sistema vascular, principalmente en forma tortuosidades arteriales, disección arterial o aneurismas del seno de Valsalva, de la aorta o de las arterias  intracraneales. Los  pacientes con el síndrome de Loeys-Dietz y aquellos con el síndrome Shprintzen-Goldberg pueden tener retraso en el desarrollo  cognitivo, y  afectación de la válvula mitral, aorta, piel y esqueleto. Estos hallazgos son conocidos como fenotipo MASS (mitral , aorta, skin, and skeleton). y aquellos con ectopia lentis familiar puede tener anomalías oculares prominentes.
Sin embargo, el único síndrome similar al síndrome de Marfan que está asociado con manifestaciones esqueléticas , retraso del desarrollo, manifestaciones  oculares  y trombosis vascular es la homocistinuria (4).

HIPERHOMOCISTEINEMIA Y HOMOCISTINURIA
La hiperhomocisteinemia es una elevación patológica del nivel de homocisteína sérica o plasmática total que puede deberse a varias causas. La homocisteína es un aminoácido que se produce a través de la transmetilación de metionina. Es metabolizado a cisteína por la cistationina β-sintasa vitamina B6-dependiente.  La remetilación de la homocisteína se produce por  una vía catalizada por metionina sintasa dependiente de vitamina B12 e involucra a la  metilentetrahidrofolato  reductasa dependiente de  folato. La disfunción de una  de estas enzimas o una deficiencia de vitamina B6, folato o vitamina B12 pueden provocar hiperhomocisteinemia (Fig. 2) (8) La hiperhomocisteinemia puede estar involucrada  en la lesión vascular tanto en el sistema de circulación arterial como venoso, y está fuertemente asociado con trombosis venosa, incluida la trombosis de senos venosos cerebrales (8-10).



Figura 2.Vía metabólica de la homocisteína.
La homocisteína es un aminoácido que se produce a través de la transmetilación de la metionina. Es metabolizada a cisteína  por la cistationina Beta sintasa vitamin B6 dependiente. La remetilación de la homocisteína a metionina ocurre por una vía catalizada por la metionina sintasa vitamina B12 dependiente y que involucra la metiltetrahidrofolato dependiente de folato. La disfunción de una de estas enzimas o la deficiencia de vitamina B6 o vitamina B12 puede resultar en una hiperhocisteinemia. El tratamiento con betaína promueve la remetilación de la homocisteína por una vía alternativa catalizada por la homocisteína-betaína metiltransferasa. 





La homocistinuria es un trastorno hereditario del metabolismo  en el que la deficiencia de cistationina β-sintasa conduce a una acumulación excesiva de homocisteína, metionina o ambas en sangre y orina (11-13).  La homocistinuria clásica es una rara enfermedad autosómica recesiva que es causada por mutaciones del gen que codifica para la cistationina β-sintasa (CBS), en el cromosoma 21 (14).  Los pacientes afectados  pueden tener anomalías esqueléticas marfanoides y osteoporosis prematura. El retraso  en el desarrollo  es una característica común de la homocistinuria y eso ayuda a distinguirlo del síndrome de Marfan (15). La miopía a menudo se manifiesta en pacientes de tan corta edad como de 1 año  y la ectopia lentis entre 3 años y 10 años de edad. La dislocación hacia abajo de la lente ocurre en el 90% de los pacientes con homocistinuria (como en este paciente), mientras que la luxación de la lente hacia arriba es común en pacientes con el síndrome de Marfan. La enfermedad tromboembólica se desarrolla en el 25% de los pacientes con homocistinuria, a menudo cuando tienen entre 8 y 12 años de edad; el tromboembolismo sistémico o cerebrovascular es la causa de muerte en el 71% de los pacientes con homocistinuria. Las convulsiones ocurren en aproximadamente 20% de pacientes. Este paciente se presentó con trombosis de senos venosos cerebrales  y tenía varias características sugerentes de  homocistinuria, incluido el hábito  marfanoide,  el retraso en el desarrollo, miopía temprana y dislocación de la lente hacia abajo. ¿Tenía este paciente alguna otra característica  de su presentación consistente con homocistinuria?
El paciente tenía enfermedad de la vesícula biliar prematura, que se ha informado tanto en hiperhomocisteinemia como en  homocistinuria (16,17). Además, la hiperhomocisteinemia se ha asociado con el desarrollo de  enfermedad de Alzheimer y  demencia (18) Es plausible que la abuela del paciente hubiese sido un portador asintomático de una mutación del gen CBS y hubiese tenido hiperhomocisteinemia subclínica a lo largo de su vida y que la llevara a la demencia. Sospechamos que la anticoagulación comenzó en este paciente para evitar la progresión de la trombosis del seno venoso cerebral. También sospechamos que los niveles de homocisteína y metionina en sangre y orina  se obtuvieron y un análisis de secuencia del gen CBS se realizó para determinar la causa de la homocistinuria.


DIAGNÓSTICOPRESUNTIVO:
HOMOCISTINURIA.

DISCUSIÓN PATOLÓGICA
La prueba  diagnóstica fue una prueba del nivel de homocisteína en plasma, que estuvo notablemente elevado a 365 μmol por litro (rango de referencia, 0 a 14). Las causas de una elevación moderada en la homocisteína plasmática incluyen enfermedad renal y enfermedad hepática; también,  una muestra obtenida cuando el paciente no está totalmente en ayunas  puede resultar en un nivel elevado (19,20).
Este paciente presentó una creatinina normal y las pruebas de funcionamiento hepático eran normales lo que hacen poco probable la enfermedad renal y hepática como causa de hiperhomocistinemia.
La mayoría de las causas no genéticas de un aumento del nivel de homocisteína se asocian con una deficiencia de vitamina B12 o folato. Aunque los niveles de  vitamina B12 y folato no se midieron inicialmente en este paciente, las deficiencias de estas vitaminas se pensaba que era poco probable, porque él no tenía anemia macrocítica u otros signos o síntomas de deficiencia de  vitamina B12 o  de folato. Drogas que interfieren con el metabolismo de la vitamina B12 y el folato, tales como medicamentos antiepilépticos y meto- trexate (19),  puede causar una elevación en el nivel de homocisteína,  pero este paciente no tomaba esas drogas. La impresionante elevación  en el nivel de homocisteína plasmática que se vio en este paciente ( más de 25 veces el límite superior del rango normal) es útil para reducir el diagnóstico diferencial a las causas genéticas de la homocistinuria, incluyendo deficiencia de cistationina β-sintasa, defectuosa
síntesis de metilcobalamina, o metilentetrahidrofolato reductasa (Fig. 2). Un nivel de  homocisteína de más de 100 μ mol por litro es típicamente considerado como específico para una  causa genética de  homocistinuria.

DISCUSIÓN DEL MANEJO
Este paciente fue remitido al departamento de genética y metabolismo para una evaluación y tratamiento. Pruebas adicionales revelaron folato y vitamina B12 en plasma normales. La prueba de aminoácidos reveló un nivel plasmático alto de metionina (570 nmol por mililitro; rango de referencia, 4 a 44), un hallazgo consistente con un diagnóstico de homocistinuria debido a una deficiencia de cistationina β-sintasa
En el tratamiento de adultos jóvenes con homocistinuria, el objetivo de la terapia es mantener el nivel de  homocisteína total inferior a 120 μmol por litro para prevenir los eventos tromboembólicos que son comúnmente visto en formas tardías de homocistinuria.
La vitamina B6 es un cofactor de la cistationina β-sintasa, y algunos pacientes con homocistinuria tienen disminuciones en el nivel de homocisteína cuando son tratados con vitamina B6. Por lo tanto, el paso inicial en el tratamiento de este paciente fue establecer si el nivel de homocisteína era sensible a la administración de altas dosis de vitamina B6. El paciente también fue tratado con vitamina B12 y folato para facilitar la conversión de homocisteína a metionina por la  metionina sintasa Una dieta baja en metionina, que requiere bajo consumo de proteína natural, fue recomendado (21).  El nivel de homocisteína del paciente se mantuvo alto, a 245 μmol por litro, y el nivel no disminuyó a pesar de nuevos aumentos en la ingesta diaria de vitamina B6. Sospechamos que  la persistente elevación en el nivel de homocisteína estaba relacionada, al menos en parte, a la falta de adherencia a la dieta baja en metionina, que puede ser difícil de seguir  para los pacientes También realizamos un análisis de secuenciación  de CBS, que reveló que el paciente tenía una composición heterocigota  compuesto para dos mutaciones conocidas que causan enfermedad: c.1152G → C (p.Lys384Asn) y c.919G → A (p.Gly307Ser). Este hallazgo confirma genéticamente el diagnóstico de homocistinuria debido a una deficiencia de la cistationina β-sintasa El Gly307Ser la mutación es conocida por causar homocistinuria que no responde a la vitamina B6, lo que explica por qué el paciente no se beneficiaba de altas dosis de vitamina B6 (22).  Por lo tanto, se inición el tratamiento con betaína  para proporcionar una vía de remetilación alternativa para convertir el exceso de homocisteína en metionina (Fig. 2). El tratamiento con betaína está generalmente asociado con un perfil de efectos secundarios aceptable, pero en casos raros, el aumento de la metionina pueden ser causa de edema cerebral cuando el nivel  alcanzado es extremo ( más de  1000 nmol por mililitro). En este paciente, los niveles plasmáticos de  homocisteína total, de metionina, de vitamina B12 y de  folato fueron monitoreados de cerca, y 4 semanas después de la inicio de la terapia con betaína, el nivel de  homocisteína finalmente bajó a 129 μmol por litro. Una vez que el nivel total deseado de homocisteína fue alcanzado, la ingesta diaria de vitamina B6 se redujo para evitar el desarrollo de neuropatía periférica. El paciente recibió instrucciones de tener exámenes oculares regulares debido al riesgo de dislocación de la lente, para someterse a la densitometría ósea regular debido al riesgo de osteoporosis temprana, buscar intervención nutricional para mantener una dieta baja en metionina, y tener una evaluación neuropsiquiátrica periódica. Una evaluación para otros factores de riesgo cardiovascular se realizó para prevenir más eventos tromboembólicos. Finalmente, se realizó una planificación de contingencia para enfermedades agudas y para  cirugías para evitar complicaciones trombóticas causadas ​​por una elevación en el nivel total de homocisteína durante los períodos de estrés.
El paciente continuó recibiendo tratamiento con anticoagulación Tenía una duración planificada de terapia de al menos 6 meses, pero su cuidado fue transferido a otra instalación durante ese tiempo.

DIAGNÓSTICO ANATÓMICO
HOMOCISTINURIA DEBIDO A MUTACIONES GENÉTICAS DE LA GEN QUE CODIFICA LA CISTATIONINA Β-SINTASA (CBS).

Traducción de : Case 7-2018: A 25-Year-Old Man with New-Onset Seizures
Erica C. Camargo, M.D., Susie Y. Huang, M.D., Ph.D., Amel Karaa, M.D., and Matthew W. Rosenbaum, M.D.
The New England Journal of Medicine

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viernes, 9 de marzo de 2018

MUJER DE 35 AÑOS, CON CEFALEA, FIEBRE Y ANEMIA


Una mujer de 35 años con antecedentes de enfermedad de Crohn ingresó a un hospital con dolor de cabeza, fiebre subjetiva y anemia.
La paciente había estado en su estado de salud habitual hasta 1 semana antes de la internación, cuando comenzó con dolor de cabeza, fatiga y mialgias. Durante los siguientes 2 días, ella sintió mal, y el dolor de cabeza no disminuyó con el uso de acetaminofén. Cinco días antes de la admisión, se sentía afiebrada, pero su temperatura (medida en su casa) era 37.8 ° C. La frecuencia de las deposiciones aumentó de tres deposiciones diarias que era su promedio habitual a cinco a ocho por día de color marrón, que contenía pequeñas cantidades de moco y sangre y de consistencia más blanda que lo habitual.
Dos días antes de la internación, la paciente consultó a su médico de atención primaria quien solicitó análisis de laboratorio que mostraron un nivel de hemoglobina de 8 g por decilitro (6 semanas antes, el nivel había sido de 13 g por decilitro). Su médico estableció un diagnóstico provisional de brote de enfermedad de Crohn, y se le administró líquidos y prednisona intravenosos. Un día antes de la admisión, el nivel de hemoglobina  fue de 7 g por decilitro, y la paciente fue vista por un gastroenterólogo quien la envió al departamento de emergencias  del hospital para evaluación e indicó  suspensión de la prednisona.
En el departamento de emergencia, la paciente se quejaba de dolor de cabeza continuo, fatiga, y mialgias pero sin disnea de esfuerzo o palpitaciones. Ella tenía antecedentes de infertilidad, y 4 semanas antes del ingreso, ella había completado un ciclo de tratamiento intrauterino de inseminación después de la administración de la hormona foliculoestimulante. Ella no quedó embarazada, y el último período menstrual comenzó 2 semanas antes de la admisión, con flujo menstrual que era más intenso y de mayor duración que el flujo de ciclos menstruales previos.
La paciente había recibido el diagnóstico de enfermedad de Crohn 9 años antes del ingreso.
Dos años más tarde, presentó colitis por citomegalovirus  mientras estaba recibiendo infliximab y azatioprina, y su tratamiento se cambió a monoterapia con infliximab. Dos años antes de la internación actual, presentó en un control,  evidencias endoscópicas de inflamación persistente  por lo que el tratamiento se cambió a vedolizumab.
Ocho semanas antes de la admisión, la frecuencia de la dosis de vedolizumab se incrementó después de que un nivel de calprotectina en las heces se encontró elevado.
La paciente también tenía un antecedente de colangitis esclerosante primaria con función sintética hepática normal, con enfermedad intrahepática difusa estable, y sin evidencias de estenosis significativas en la colangiopancreatografía  por resonancia magnética realizada 3 meses antes de la admisión. Además de vedolizumab, la paciente recibía  cetirizina  y una multivitamina prenatal con hierro No fumaba, no bebía alcohol  y no usaba drogas ilícitas. Vivía en Nueva Inglaterra, trabajaba como ingeniero, y era de ascendencia india asiática. Su hijo de 3 años asistía a la guardería regularmente. Diez días antes del ingreso, el niño desarrolló fiebre asociada a un rash  eritematoso facial; no fue visto por su pediatra y se recuperó espontáneamente después de 2 días.
El examen de la paciente  en el departamento de emergencias mostró temperatura de 36.7 ° C, presión arterial 103/66 mm Hg, el pulso 96 latidos por minuto, frecuencia respiratoria 18 respiraciones por minuto, y saturación de oxígeno 100% mientras respiraba aire ambiente Estaba alerta y orientada.  Las escleróticas estaban anictéricas, y las conjuntivas pálidas. La orofaringe parecía normal, y no había adenopatías cervicales. No presentaba rash cutáneo, petequias, equimosis, arañas vasculares, o eritema palmar. Los ruidos intestinales estaban presentes, y el abdomen era blando, no distendido, y sin dolor a la palpación; no había esplenomegalia. El primer y segundo sonido cardíacos eran normales, sin soplos. Los brazos y las piernas no presentaban edema Un examen rectal reveló heces marrones que dieron positivo sangre oculta.
Los niveles en sangre de electrolitos, glucosa, proteínas totales, albúmina, ácido fólico, vitamina B12 y fibrinógeno fueron normales, como lo fueron los resultados de la función renal y las pruebas de coagulación. El nivel de bilirrubina total fue de 1.1 mg  (había aumentado desde un nivel basal para la paciente de entre 0.3 a 0.7 mg por decilitro. Exámenes de sangre para virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tipo 1 antígeno p24 y anticuerpos contra el VIH tipos 1 y 2 fueron negativos El análisis de orina mostró una densidad de 1.003 (rango de referencia, 1.001 a 1.035)  y un pH de 6 (rango de referencia, 5 a 9) y fue  negativo para glucosa, sangre, proteína, bilirrubina,y urobilinógeno. Otros resultados de pruebas de laboratorio fueron los siguientes:
Glóbulos rojos 2.010.000/mm3. Glóbulos blancos 9700/mm3. Neutrófilos  32.8%.Linfocito 51.2%.Monocitos  3.4%.Eosinófilos 12.6%. Recuento de plaquetas 345,000/mm3. Hematocrito  18.1%. Hemoglobina 6,6 (g/dl).
VCM 90u3.HCM 32.8 (pg). CHCM 36.5 (g/dl).RDW 13.6%. Reticulocitos menos de 0.5%
Fibrinógeno 329 (mg/dl) . FAL 101 (U/l) (30–100). Bilirubina total 1.1mg/dl). Directa menos de 0.2. Alanino aminotransferasa 18  (U/l) (7–33). Aspartato aminotransferasa 36 (U/l) (9–32).Láctico deshidrogenasa (LDH) 408 U/l (98–192). Ferritina 1036 (μg/l) (10–200) Ferremia 226 μg/dl (30–160).Capacidad de transporte de hierro 232 μg/dl (230–404)

El examen de un frotis de sangre periférica mostró escasos glóbulos rojos, que eran normales en tamaño y palidez central, con esferocitos dispersos; no había esquistocitos o reticulocitos. Los glóbulos blancos y las plaquetas parecían normales, excepto por la presencia de algunos linfocitos atípicos.
Se transfundió una unidad de concentrado de glóbulos rojos, y la paciente fue internada.

Se realizaron pruebas que fueron diagnósticas.

La resolución del caso estará disponible el jueves 15 de marzo de 2018

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se trata de una mujer de 35 años con fiebre, malestar, dolor de cabeza y anemia  normocítica. Sus síntomas fueron inicialmente atribuidos a un brote de la enfermedad de Crohn, pero la anemia rápidamente progresiva fue desproporcionada a la pérdida de sangre gastrointestinal observada. El recuento de reticulocitos fue menor a 0.5%, lo que indica la ausencia completa de respuesta de la médula ósea a la anemia. Dado que la anemia es el hallazgo más importante de la presentación de esta paciente, enfocaremos el diagnóstico diferencial en las enfermedades o procesos que causan anemia hipoproliferativa.

DEFICIENCIAS NUTRICIONALES
Las deficiencias de ácido fólico, vitamina B12 e hierro pueden conducir a  anemia hipoproliferativa. Dado que esta paciente tiene antecedentes de enfermedad de Crohn, ella está en riesgo de absorción alterada de estas vitaminas y minerales en el intestino delgado. La pérdida crónica de sangre por el tubo digestivo también puede también conducir a  deficiencia de hierro. Sin embargo, los niveles de folato, vitamina B12 y el hierro eran normales en este paciente, y las rápidas disminuciones en su nivel de hemoglobina y el hematocrito fueron más severos que la disminución que se esperaría por una pérdida crónica de sangre, especialmente en ausencia de un sangrado clínicamente significativo.

ENFERMEDADES SISTÉMICAS
La anemia de las enfermedades crónicas, el  hipotiroidismo y la enfermedad renal crónica puede afectar la señalización hormonal de los precursores eritroides. Sin embargo, esta paciente tenía  función renal normal y no tenía signos o síntomas que sugirieran hipotiroidismo. Además, estos procesos suelen causar una reducción de la respuesta de la médula ósea a la anemia, pero nunca la ausencia completa de reticulocitos como fue vista en esta paciente.
Los procesos infiltrativos que involucran a la médula ósea que puede conducir a la anemia hipoproliferativa incluyen infección por micobacterias, enfermedades granulomatosas (por ejemplo, sarcoidosis) y otros trastornos como mielofibrosis, enfermedades por almacenamiento lisosomal y cáncer Esta paciente no tenía signo o síntomas de participación de otros órganos lo que sería sugestivo de un proceso granulomatoso o cáncer Ella estaba recibiendo tratamiento con vedolizumab, un anticuerpo anti-integrina; vedolizumab sin embargo,  no causa clínicamente inmunosupresión sistémico significativo, y el riesgo de reactivación de  tuberculosis latente es mucho más bajo entre los pacientes que reciben este medicamento que entre los que reciben terapias con inhibidores del factor de necrosis antitumoral o agentes inmunosupresores.1 Finalmente, en procesos infiltrativos que involucran la médula ósea sería de esperar que la producción también afectara a las plaquetas y los glóbulos blancos, que eran normales en esta paciente. Por lo tanto es improbable que un proceso infiltrativo que  involucre la médula sea la causa de la anemia en este caso.

EXPOSICIONES
Esta  paciente no tenía exposición conocida a radiación o a medicamentos que están clásicamente asociados con toxicidad en la médula ósea, como sulfonamidas o micofenolato mofetil.2,3 Aunque azatioprina puede causar anemia, su exposición a esta medicación había ocurrido en el pasado alejado. Sus medicamentos actuales (vedolizumab, cetirizina, y vitaminas prenatales) no están asociados con anemia.

APLASIA PURA DE CÉLULAS ROJAS
¿Este paciente tiene aplasia pura de células rojas?
La aplasia pura de células rojas mediada por anticuerpos puede ser inducida por el embarazo, hepatitis viral, infección por VIH, leucemia, linfoma, timoma y enfermedades autoinmunes.  Aunque este paciente había sido sometida a inseminación intrauterina en un intento de quedar embarazada, tuvo un test de embarazo negativo. La presencia de aminotransferasas normales hace poco probable la hepatitis viral. La aplasia pura de células rojas relacionada con el virus VIH es más comúnmente visto en pacientes con enfermedad avanzada, y esta paciente es VIH negativo Aunque la aplasia pura de glóbulos rojos se puede asociar a condiciones autoinmunes, es mucho más común con artritis reumatoidea y lupus eritematoso sistémico que con enfermedad inflamatoria del intestino.4 Finalmente, el el inicio repentino de la anemia de esta paciente sugiere un proceso rápido en lugar de un cuadro de instalación más lenta como es la enfermedad autoinmune  o el cáncer.

INFECCIÓN POR PARVOVIRUS B19
La infección por parvovirus B19 es una consideración importante en este caso, porque este virus infecta directamente eritrocitos y las células precursoras de eritrocitos y causa anemia hipoproliferativa. Los síntomas iniciales de la paciente fueron fiebre, malestar general y dolor de cabeza los cuales son típicos de la infección por parvovirus B19 en adultos. En los niños, la manifestación clásica de la infección por parvovirus B19 es el eritema infeccioso (quinta enfermedad), que se caracteriza por una erupción de aspecto "cachetada en la mejilla". La erupción se considera  diagnóstica de infección por parvovirus B19 en niños, y generalmente las pruebas serológicas no se realizan y el diagnóstico es empírico.3,5,6 Una erupción altamente sugestiva de eritema infeccioso se había desarrollado en el hijo de la paciente 10 días antes que ella se internara, proporcionando un antecedente plausible de exposición.7 Sospechamos que su fiebre, malestar y cefalea fueron debidos a infección por parvovirus B19 y que su anemia hipoproliferativa fue debida a  infección viral directa de las células precursoras eritroides.

¿SE PUEDE ATRIBUIR LA ANEMIA DE ESTE PACIENTE ÚNICAMENTE A LA CESACIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE GLÓBULOS ROJOS DEBIDO A PARVOVIRUS?
Aunque la infección aguda por parvovirus B19 a menudo causa la supresión temporal de la eritropoyesis,  rara vez conduce a  disminución severa en el nivel de hemoglobina que se observó en esta paciente. 8 En condiciones normales, se espera que los glóbulos rojos sobrevivan in vivo  durante 120 días, con una tasa diaria de destrucción de glóbulos rojos del 0,83% .9 La infección por parvovirus causa falla de la médula ósea para compensar esta pérdida normal de glóbulos rojos, lo que conduce a una disminución predecible en el  nivel de hemoglobina. Sin embargo, esta paciente se presentó con un nivel de hemoglobina de 7 gramos por decilitro, que es más bajo que el nivel que se esperaría si la anemia se atribuyera únicamente a supresión de la eritropoyesis debido a parvovirus B19.
 LA RÁPIDA PROGRESIÓN DE LA ANEMIA SUGIERE UN SEGUNDO PROCESO, YA SEA LA PÉRDIDA DE GLÓBULOS ROJOS O UNA MAYOR TASA DE DESTRUCCIÓN DE GLÓBULOS ROJOS. En un paciente con  infección por parvovirus B19, esta rápida progresión de la anemia se llama crisis aplástica transitoria.  Esta paciente no tenía antecedentes de pérdida sustancial de sangre, y el elevado nivel sanguíneo de bilirrubina no conjugada  y LDH son sugestivos  de anemia hemolítica. Por lo tanto, ahora enfocaremos el diagnóstico diferencial en causas de anemia hemolítica la cual podría  contribuir a una crisis  aplástica transitoria en una paciente con sospecha de infección por parvovirus B19

ANEMIA HEMOLÍTICA
Un paso crítico en la evaluación de una anemia hemolítica es establecer el sitio de destrucción de los glóbulos rojos, sea este intravascular o extravascular. La hemólisis intravascular causa que la hemoglobina sea liberada en el plasma, donde se une a la haptoglobina. Cuando ocurre la hemólisis a un ritmo rápido, la capacidad de unión de la haptoglobina en la sangre puede ser sobrepasada, causando que el nivel de hemoglobina libre en el plasma se eleve. La hemoglobina libre en el plasma luego se puede filtrar en la orina, causando hemoglobinuria.10 En esta paciente, no se detectó hemoglobinuria en el análisis de orina, lo que sugiere que el sitio de su hemólisis era más probablemente extravascular. La hemólisis extravascular puede ser el resultado de anormalidades intrínsecas de las células rojas  o procesos extrínsecos que aceleran  la destrucción de las células rojas.

CAUSAS INTRÍNSECAS DE DESTRUCCIÓN DE CÉLULAS ROJAS
MEMBRANOPATÍAS DE LAS CÉLULAS ROJAS
Las membranopatías de células rojas, como la esferocitosis  hereditaria y la  eliptocitosis hereditaria, son afecciones hereditarias en los que la  hemólisis es el resultado de  una mayor fragilidad de las células rojas. Aunque las formas leves pueden ser diagnosticadas tardíamente en la vida, estas  enfermedades generalmente se diagnostican en la infancia; los pacientes afectados suelen tener antecedentes familiares de anemia hemolítica. En un paciente con ya sea esferocitosis hereditaria o eliptocitosis hereditaria, yo esperaría en un frotis de sangre periférica abundantes esferocitos en lugar de esferocitos dispersos como  se informaron en este caso. En general, una membranopatía de células rojas es poco probable en esta paciente.

DEFICIENCIA DE GLUCOSA-6-FOSFATO DESHIDROGENASA
Podría esta paciente tener una deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD) que se desenmascara por una enfermedad viral aguda? Los pacientes con esta condición tienen injuria   intracorpuscular en tiempos de estrés oxidativo. A medida que elementos del citoesqueleto son oxidados y la membrana de las células rojas es interrumpida, el glóbulo rojo se vuelve frágil y vulnerable a mecanismos hemolíticos en el bazo e hígado Si este paciente tuviera una deficiencia de G6PD, yo hubiese esperado que se manifestara más tempranamente en su vida, particularmente dado su antecedente de enfermedad de Crohn y contacto frecuente con el sistema médico.

CAUSAS EXTRÍNSECAS DE DESTRUCCIÓN DE GLÓBULOS ROJOS
La malaria y la babesiosis causan clásicamente destrucción de glóbulos rojos. La malaria es poco probable en esta paciente, porque ella vive en el noreste de Estados Unidos  y no ha viajado recientemente. Ella vive en un área en la que Babesia microti es endémica, pero no tiene un historial conocido de exposición a garrapatas o de transfusiones de sangre, 12 y el examen de un frotis de sangre periférica no mostró parásitos intracelulares. Además, ella no tenía evidencia de esplenomegalia en el examen físico, y por lo tanto, condiciones tales como hiperesplenismo y  secuestro esplénico de los glóbulos rojos son improbable.

ANEMIA HEMOLÍTICA AUTOINMUNE
¿Podría este paciente tener una anemia hemolítica autoinmune? La anemia hemolítica autoinmune se clasifica como fría o caliente, de acuerdo a la temperatura óptima a la que los anticuerpos se unen a los glóbulos rojos. En la anemia hemolítica autoinmune fría, como la que se ve en pacientes con infección por Mycoplasma pneumoniae, los autoanticuerpos IgM contra los antígenos de superficie de los eritrocitos causan destrucción de las células rojas. El mecanismo por el que se produce la destrucción  de las células rojas es la fijación del complemento, la  formación relacionada al complejo de ataque de la membrana (MAC), o el envolvimiento de los glóbulos rojos por células fagocíticas en el hígado o el bazo. En pacientes con anemia hemolítica autoinmune fría, no se ven generalmente esferocitos en el frotis de sangre periférica.13
En la anemia hemolítica autoinmune caliente, los autoanticuerpos IgG contra antígenos de superficie de eritrocito se fijan a las membranas de las células rojas, generalmente a una temperatura de 37 ° C. El receptor  Fc de los macrófagos en el bazo interactúa con el   fragmento Fc de la molécula de IgG en la superficie de la célula roja, lo que resulta en fagocitosis. La fagocitosis a menudo es solo parcial, y  el resto del glóbulo rojo que no fue fagocitado  forma un esferocito.  Dado que en esta paciente se vieron  esferocitos en el examen de un frotis de sangre periférica, es probable que tuviera una anemia hemolítica autoinmune por anticuerpos calientes.14 En resumen, sospecho que este paciente tenía una crisis aplásica transitoria debido a infección por  parvovirus B19 que se superpuso a anemia hemolítica autoinmune caliente preexistente. Me gustaría recomendar pruebas para anticuerpos IgM e IgG para parvovirus B19, así como una prueba de ácidos nucleicos y una prueba de antiglobulina directa (Coombs).

DIAGNÓSTICO CLÍNICO PRESUNTIVO
CRISIS APLÁSTICA TRANSITORIA DEBIDA AL PARVOVIRUS B19 Y ANEMIA  HEMOLÍTICA AUTOINMUNE DE BAJO GRADO POR ANTICUERPOS CALIENTES.


DISCUSIÓN PATOLÓGICA
Se llevaron a cabo  inmunoensayos enzimáticos  para anticuerpos IgM e IgG contra parvovirus B19. Las pruebas fueron positivas en el momento de admisión (nivel de IgM, 14.1 [rango de referencia, menos de 0.9]; Nivel de IgG, 1,4 [rango de referencia, menos  de 0,9]). El nivel de anticuerpos IgM disminuyó rápidamente durante el primer mes y se convirtió en  ligeramente detectable el tercer mes; el nivel de anticuerpos IgG tuvo una tendencia inversa, aumentando durante el primer mes y llegando a una meseta a partir de entonces. Estos hallazgos son consistentes con la seroconversión3. Además, una reacción cualitativa de la cadena de polimerasa (PCR) para el parvovirus B19 fue positiva en el momento de la admisión y se mantuvo positivo a lo largo de todo el curso confirmando el diagnóstico de infección por parvovirus B19.
Realizamos pruebas adicionales para determinar si esta paciente tenía anemia hemolítica subyacente. Dos meses antes de la admisión, la paciente se había sido sometido a pruebas relacionadas con el plan de tratamientos de fertilidad Un panel de detección de anticuerpos (el primer paso en un proceso de detección para detectar la presencia de aloanticuerpos y autoanticuerpos contra los glóbulos rojos) era pan-reactiva. Una prueba de antiglobulina  directa (realizada con el uso de un reactivo anti-IgG y las propias células rojas de la paciente células) fue positiva, lo que confirmó la presencia de un autoanticuerpo.  Sin embargo, en ese momento, el nivel de hemoglobina de la paciente era normal; por lo tanto, estos hallazgos se cree que son más compatibles con un autoanticuerpo caliente contra loss glóbulos rojos a rojo, lo que conduce a una hemólisis mínima (o nula).
En la admisión, otro análisis de panel de anticuerpos fue pan-reactiva, con reactividad aumentada en comparación con el panel anterior. Una repetición de la prueba directa de antiglobulina fue positiva. Pruebas adicionales realizado con autoadsorción (es decir, con el uso de los glóbulos rojos del paciente para eliminar el autoanticuerpo y deja otro diagnóstico potencial anticuerpos en el suero) no mostraron evidencia de un aloanticuerpo subyacente.

DISCUSIÓN DEL MANEJO
Se sabía que la paciente había tenido una prueba de antiglobulina directa positiva en el pasado, sin anemia concurrente. Sin embargo, en esta admisión, ella tenía anemia, un elevado nivel de lactato deshidrogenasa, y en un frotis de sangre periférica, presencia de esferocitos. Junto con la prueba de antiglobulina directa positiva, estos hallazgos son consistentes con un diagnóstico de anemia hemolítica autoinmune. La hipótesis es que no se desarrolló una anemia hemolítica autoinmune clínicamente significativa en esta paciente hasta que se infectó con parvovirus B19 y su médula aplásica no pudo compensar la destrucción de glóbulos rojos en la sangre periférica. El Parvovirus B19, además de causar  supresión de médula ósea, puede haber exacerbado directamente un proceso subyacente subyacente de anemia hemolítica autoinmune a través de la inducción de anticuerpos antivirales que tenían  reconocimiento autoantigénico.15,16
Mientras la paciente estaba en el hospital, recibió una transfusión de unidades adicionales de glóbulos rojos, y su anemia disminuyó transitoriamente. Sin embargo, a pesar de recibir apoyo y  cuidados, la paciente continuó teniendo anemia y marcada fatiga. Aunque ella tenía persistencia de la viremia por parvovirus B19, se consideró el tratamiento con glucocorticoides, tratamiento de elección para la mayoría de los pacientes con anemia  hemolítica autoinmune caliente. Después de consultar con el servicio de infectología se inició tratamiento con prednisona. Cuatro semanas después de iniciado este tratamiento fue, el nivel de hemoglobina de la paciente aumentó, y la dosis de prednisona se redujo lentamente. También se administró diariamente ácido fólico para cumplir las mayores demandas de eritropoyesis en el contexto de hemólisis Después de 10 semanas de terapia con prednisona, el nivel de hemoglobina de la paciente, el nivel de lactato deshidrogenasa y el recuento de reticulocitos se  normalizaron. Su fatiga disminuyó, y entonces ella tuvo una consulta con el Servicio de Infecciones Perinatales  para discutir la posibilidad de quedar embarazada
Cuando el Servicio de Infecciones Perinatales vio a la paciente la pregunta que se discutió fue: ¿cuándo es seguro tratar de concebir? Ella estaba esperando proceder con inseminación intrauterina y, si fuese necesario, la fertilización in vitro.
Para abordar esta pregunta, se consideraron dos temas principales. Primero, consideramos la forma por la cual la infección por parvovirus materno afecta al desarrollo del feto y si el momento (timing), de la infección materna  maternidad se correlaciona con el riesgo de transmisión al bebé. En segundo lugar, se consideró la cantidad de tiempo que el parvovirus persiste después una infección sintomática, incluido el efecto de la terapia con prednisona en la duración de la viremia, y si esto está correlacionado con el riesgo de transmisión al bebé.
La infección por parvovirus materno durante el embarazo puede tener varias consecuencias devastadoras para el feto en desarrollo. Muerte fetal intrauterina ocurre a una tasa muy alta (10%) en las madres que se infectan antes de las 20 semanas de gestación y ocurre a una tasa mucho más baja (menos de 1%) en las madres que se infectan a las 20 semanas de gestación o después. Anemia, insuficiencia cardíaca de alto gasto e hidropesía fetal puede ocurrir en el feto como resultado de la destrucción de células precursoras de células rojas fetales y células del miocardio. Si estas condiciones se desarrollan, el riesgo de muerte fetal intrauterina es alto a menos que transfusión intrauterina de glóbulos rojos sea posible.
Se dispone de datos muy limitados sobre los resultados fetales de una infección pre concepcional. El cribado antes del parto de rutina no incluye una prueba de infección reciente por parvovirus. Sin embargo, es probable que algunas mujeres con niños pequeños se infecten entre embarazos, lo que sugiere que la viremia previa a la concepción probablemente no causa morbilidad fetal sustancial. 17 Además, en otras infecciones, como infección por citomegalovirus, el riesgo de infección fetal disminuye con cada semana que transcurre entre la infección materna y la concepción.18 La duración de la viremia por parvovirus B19 en pacientes inmunocompetentes ha sido clásicamente descrito como corto. Sin embargo, en pacientes con inmunosupresión grave, como los pacientes que se han sometido recientemente a un trasplante o quimioterapia o aquellos con infección por VIH avanzada o sin tratamiento a menudo se observa viremia prolongada, usualmente en el contexto de  aplasia prolongada de glóbulos rojos y anemia. En tales pacientes inmunosuprimidos, el uso de glucocorticoides puede prolongar tanto la viremia como la anemia.19,20 Sin embargo, no hay datos sobre el efecto del uso de glucocorticoides en la duración de la viremia en pacientes inmunocompetentes. Vedolizumab, que esta paciente también recibió, es altamente específico para el tracto gastrointestinal y por lo tanto es menos probable que cause inmunosupresión sistémica que muchos otros agentes. En esta paciente, se monitoreó los resultados de ensayos de PCR cuantitativa y cualitativa para parvovirus B19, así como los resultados de las pruebas para IgG y anticuerpos IgM contra el parvovirus B19, a las 24 semanas después de la admisión. A las 24 semanas, la carga viral fue indetectable en la PCR cuantitativa (menos de 100 copias por mililitro de plasma), pero el ensayo de PCR cualitativa se mantuvo positivo.  Se planeó continuar monitoreando los ensayos de PCR, y si siguen siendo negativos o positivos a bajo nivel, la infección por parvovirus B19 no sería una contraindicación para proceder con la inseminación intrauterina o la fertilización in vitro.


DIAGNOSTICO FINAL
ANEMIA DEBIDO A LA INFECCIÓN POR PARVOVIRUS B19 Y ANEMIA HEMOLÍTICA AUTOINMUNE.



Fuente:
Case Records of the Massachusetts General Hospital
Case 6-2018: A 35-Year-Old Woman with Headache, Subjective Fever, and Anemia
Steven J. Knuesel, M.D., J. Sawalla Guseh II, M.D., Rebecca Karp Leaf, M.D.,
Andrea L. Ciaranello, M.D., M.P.H., and George M. Eng, M.D., Ph.D


CONCLUSIONES DELCASO
Esta mujer de 35 años se presentó como un rompecabezas para los médicos que la asistieron, los cuales fueron testigos de la instalación dramática de un cuadro de anemia severa con todo el cortejo sintomático del síndrome anémico. Ante un paciente que se anemiza en forma tan rápida como sucedió en este caso lo primero que como acto reflejo intentamos descartar es una anemia por pérdida de sangre. Y es así que el interrogatorio dirigido y a veces reiterado intenta descubrir pistas que orienten a un órgano o sistema responsable. Las causas de anemia por pérdidas de sangre suelen ser evidentes para el paciente ya que se trata en general de la presencia de sangre en forma de sangrado digestivo macroscópico, sangrado ginecológico, epistaxis, hematuria etc. El único sistema que puede conducir a una anemia severa sin evidencias macroscópicas de sangrado es el tubo digestivo en forma de sangre oculta en materia fecal y es por eso que ante la sospecha de anemia por pérdidas sin evidencias de sangrado evidentes, la búsqueda por diferentes métodos de sangre oculta en la materia fecal es un test obligado. En este caso la paciente tenía una enfermedad de Crohn y por lo tanto una causa orgánica de sangrado digestivo estaba potencialmente presente. Sin embargo, la rapidez y severidad de la instalación del cuadro hematológico era demasiado importante para ser explicado por una pérdida oculta digestiva de sangre que no fuese vista por la paciente o fuese evidenciada después del tacto rectal.  De hecho en este caso la SOMF fue positiva pero los clínicos (con buen criterio) relativizaron  este dato como causa única del cuadro.  En este punto, descartado el sangrado como causa,  la siguiente hipótesis diagnóstica ante una anemia de estas características suele ser un proceso hemolítico. Sin embargo, y más allá de que un proceso hemolítico estaba presente, lo que orientó al mecanismo principal de la anemia fue la retículocitopenia con respeto de las otras dos series en el frotis periférico, evidencia de anemia hiporregenerativa probablemente ocasionada por aplasia pura de glóbulos rojos. El antecedente epidemiológico del contacto con parvovirus B19, conocido agente inductor de detención de la maduración eritropoyética, la presencia de un cuadro febril, cefalea y mialgias pusieron sobre la pista del cuadro. Posteriormente el conocimiento de un antecedente de un test de antiglobulina directa positivo en el pasado, brindó explicación al cuadro completo a través de un proceso acelerado de destrucción de glóbulos rojos hasta ese momento subclínico con una médula sana. Existe la hipótesis como se marcó en el ejercicio, que la infección viral  no sólo haya producido una detención madurativa eritropoyética sino también, a través de un estímulo inmunitario inespecífico, una exacerbación  del fenómeno autoinmune de base.
Un caso muy interesante porque permite el repaso de la fisiología de la eritropoyesis y también deducir la fisiopatología involucrada en el proceso patológico con muy pocos elementos básicos del laboratorio, además obviamente  de la clínica.

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