miércoles, 8 de agosto de 2018

VARÓN DE 64 AÑOS CON DEBILIDAD PROGRESIVA EN AMBAS PIERNAS, CAÍDAS RECURRENTES Y ANEMIA.



Un hombre de 64 años se internó por debilidad progresiva en piernas, caídas recurrentes y anemia. El paciente había estado en su estado de salud habitual hasta 8 meses antes, cuando comenzó a fatigarse durante el esfuerzo refiriendo debilidad subjetiva en ambas  piernas. Durante los siguientes 3 meses, la distancia que pudo caminar se hizo progresivamente más corta, y con frecuencia necesitaba parar y descansar; previo a su enfermedad actual el paciente caminaba largas distancias. Cinco meses antes, presentó  hipoestesias intermitentes y parestesias en pies. Cuatro meses antes, dos dientes inferiores se aflojaron y se cayeron, sin trauma previo.También por esa fecha refirió caída en su garaje que atribuyó a que “tropezó un objeto del suelo”. Refirió  no haberse golpeado la cabeza ni haber perdido el conocimiento, ni necesitar ayuda para levantarse. Fue evaluado médico de atención primaria a quien le informó sobre aumento del  consumo de alcohol (hasta 6 o 7 vasos de vino cada noche) y también le contó que hacía tres meses había restringido voluntariamente la ingesta de alimentos para lograr descenso de peso. En dicha consulta, los signos vitales eran normales La altura era de 166.6 cm, y el peso era 128,4 kg (6 meses antes, el peso había sido de 140,6 kg); el índice de masa corporal era de 46. Había  equimosis  en las rodillas. Dos incisivos inferiores estaban ausentes, y había  áreas de sangrado gingival; el resto del examen físico era normal El paciente fue aconsejado sobre el consumo de alcohol, pero se negó a una derivación  a un programa de cese de alcohol para pacientes ambulatorios.
Durante los siguientes 4 meses, la fatiga y la debilidad de las piernas progresaron gradualmente, y el paciente necesitaba usar sus brazos para levantarse desde una posición sentada. Presentó otras  tres caídas, que describió como que sus piernas "cedían" mientras caminaba.
Dos días antes de la actual internación, el paciente se cayó mientras cargaba una bolsa de comestibles y golpeó el lado izquierdo de su cara en el suelo. En ninguna de las caídas hubo  pérdida de conocimiento, mareos, dolor en el pecho, disnea, palpitaciones, náuseas o incontinencia.
El paciente alquiló una silla de ruedas para  evitar caminar largas distancias y consultó al hospital donde refirió dolor leve sobre el ojo izquierdo pero sin dolor de cabeza ni dolor en cuello, espalda, retención urinaria, incontinencia fecal, fiebre, escalofríos, rigidez matutina, dolores musculares, hinchazón muscular, heces oscuras, melena, o hematemesis. Él tenía antecedentes de fibrilación auricular, hipertensión, gota, osteoartritis de rodillas, enfermedad por reflujo gastroesofágico, y  esófago de Barrett, que había sido diagnosticado mediante biopsia 7 años antes de esta internación. Un by pass gástrico en Y de Roux había sido realizado 6 años antes. Los medicamentos que tomaba eran: alopurinol, amlodipina, furosemida, indometacina, losartán, metoprolol, omeprazol, rivaroxaban, bupropion, cianocobalamina, ergocalciferol, y un suplemento de tiamina. El paciente estaba divorciado, vivía solo y trabajaba como gerente de una tienda. No fumaba. Su padre y un hermano  habían muerto de cáncer de esófago.
En la evaluación en la clínica, la temperatura fue 36.3 ° C, la presión arterial 139/81 mm Hg, el pulso 98 latidos por minuto, la  frecuencia respiratoria de 20 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno  98% respirando aire ambiente. El peso fue de 124.3 kg. Había una púrpura equimótica en el lado izquierdo de la cara y la región lumbar. Dos piezas dentarias anteriores  estaban ausentes (Fig. 1A).








Figura 1. Al ingreso, al paciente le faltaban dos dientes inferiores y tenía encías sangrantes (Panel A). Él también tenía afinamiento del pelo y fragilidad capilar con sangrado fácil (Panel B).



El examen cardíaco y respiratorio era normal. Elabdomen era blando depresible e indoloro sin visceromegalias La fuerza era de 3 en 5 bilateralmente en la flexión de caderas y 4 en 5 bilateralmente en la extensión de las caderas; el paciente no podía levantarse de una posición sentada, ni aun utilizando  sus brazos para ayudarse. El resto del examen motor era normal No había atrofia muscular. La  sensibilidad  superficial en las piernas estaba disminuida desde los dedos hasta por encima de las rodillas.   La propiocepción estaba disminuida en los dedos gordos del pie. Los reflejos eran normales, al igual que los resultados de la prueba dedo-nariz. No se evaluaron   signo de Babinski ni la prueba de Romberg. El cabello era delgado y frágil en los brazos y ausente en las piernas. La SOMF era negativa.  El resto del examen físico fera normal. El  laboratorio mostró niveles normales de calcio en la sangre, fósforo, magnesio, proteína total, albúmina, troponina T, creatina quinasa, vitamina B12, 1,25-dihidroxivitamina D, tirotropina y hemoglobina glicosilada. El análisis de orina reveló una densidad de  1.009, un pH de 5 y cetonas, sin proteínas, glucosa, bilirrubina o sangre. Análisis de sangre  para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tipo 1, antígeno p24 y anticuerpos tipo 1 y tipo 2 del VIH fueron negativos; otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. 





Tabla 1.Laboratorio. 

Se obtuvo una TC de cerebro sin contraste EV que fue normal. Una Rx  de tórax fue normal.
Alinternarse en el hospital se comienza una dosis alta de tiamina en  infusión, un suplemento de folato, y un multivitamínico, además de sus medicamentos habituales. Una hora después de internado, la presión arterial era 89/47 mm Hg y la frecuencia cardíaca era de 90 latidos por minuto, mientras que el paciente estaba sentado; al ponerse de pie, la presión arterial caía a 75/40 mm Hg y la frecuencia cardíaca era de 100 por minuto.  Se suspendió amlodipina, furosemida, losartan y metoprolol y se comenzó con líquidos por vía intravenosa. Dos días después, la presión arterial era 124/72 y la frecuencia cardíaca fue de 91 latidos por minuto mientras el paciente estaba sentado; al  ponerse de pie, la presión arterial era 80/50 mm Hg y la frecuencia cardíaca fue de 89 latidos por minuto. Él podía levantarse desde una posición sentada con un uso mínimo de sus brazos. Un área de moretones (10 cm de diámetro)
Se  realizó una prueba diagnóstica.


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
En este hombre de 64 años, presentó un cuadro de fatiga de esfuerzo, debilidad en las piernas,  seguido de hipoestesias y parestesias en pies. Durante una visita clínica de rutina con su médico   de cabecera, refirió haberse  caído en su casa pero que nunca había había perdido el conocimiento.
Las caídas son un problema común en atención primaria; 30% de adultos mayores de 65 años de edad caen al menos una vez al año.1,2 Al evaluar un paciente que ha presentado una caída, es importante determinar si el evento fue un accidente o si presenta una causa subyacente identificable.

CAÍDAS EN PACIENTES MAYORES
Este paciente atribuyó su caída a tropezar con un objeto en su garaje. Después de una caída, muchos pacientes desarrollan una narración o explicación para normalizar y justificar el evento. Caer siempre es una sorpresa para una persona, a pesar de tropezar o caminar sobre superficies resbaladizas. Mantener el equilibrio después de tropezar o trastabillar depende de la fuerza de los  flexores de la cadera y músculos glúteos, y tal fuerza disminuye gradualmente con el envejecimiento. Cuando los pacientes describen una caída como "solo un tropezón", la pregunta que habría que formular es si se hubiesen caído  si hubiera ocurrido el mismo evento 10 o 20 años antes.  Testear en este momento la fuerza con una prueba de  "levantarse y ponerse en marcha" (“get up and go”), es una forma de medir la movilidad que requieren equilibrio estático y dinámico y que es importante porque ayuda a determinar si el paciente se beneficiará con terapia física con un programa de entrenamiento de fuerza; este test mide el tiempo que toma  levantarse de una silla,caminar 3 m, dar la vuelta, regresar a la silla, y sentarse. Este paciente tenía osteoartritis en rodillas y el dolor en las articulaciones que soportan peso puede también aumenta el riesgo de caídas en adultos mayores.
Por otro lado las pruebas para evaluar la visión de este paciente, función vestibular, y la propiocepción podría ser informativa, ya que disminuciones relacionadas con la edad en estos sistemas sensoriales puede contribuir a la inestabilidad postural.


Test "Get up and go"



Scoring del test Get up and go


HIPOTENSIÓN ORTOSTÁTICA
¿Podrían  las caídas recurrentes de este paciente ser consecuencia de  hipotensión ortostática? Una evaluación para hipotensión ortostática sería útil, ya que estaba recibiendo antihipertensivos y diuréticos y este es  un efectos secundario común en los pacientes que reciben estas drogas que pueden ser causas de caídas en adultos mayores. En el momento de la internación, al paciente se le suministraron  sus medicamentos habituales, así como una multivitamina estándar, un suplemento de folato, y una infusión de tiamina. Dentro de la hora después de la infusión de tiamina, se volvió profundamente hipotenso.  Los antihipertensivos se suspendieron, y se administraron líquidos intravenosos; se descartaron en ese momento  hemorragia gastrointestinal, infarto de miocardio y sepsis. Aunque la presión arterial mejoró en las siguientes 48 horas, siguió con hipotensión ortostática persistente y sustancial por varios días. La infusión intravenosa rápida de tiamina puede causar hipotensión, pero tal hipotensión es transitoria.
 Sin embargo, aunque este paciente tenía factores de riesgo potenciales relacionados con la edad para caerse,  su consumo de alcohol fue el factor de riesgo más preocupante

CAÍDAS EN PACIENTES CON CONSUMO DE ALCOHOL
La primera impresión que despiertan las caídas de este paciente es que ellas hayan estado relacionadas con intoxicación alcohólica, ya que él admitió beber hasta 6 o 7 copas de vino diariamente durante los 3 meses previos a la evaluación.
El bypass gástrico en Y de Roux al que el paciente se había sometido en el pasado, lo predispone  al desarrollo de un alto nivel de alcohol en la sangre en segundos después ingerirlo.3 El trastorno por consumo de alcohol puede ocurrir después del bypass gástrico en Y de Roux  en pacientes  que no tienen un consumo excesivo de alcohol.4 La degeneración cerebelosa  alcohólica también puede conducir a un trastorno de la marcha y  caídas, pero por lo general ocurre después de al menos una década de un alto nivel de consumo de alcohol.5 La neuropatía periférico inducida por el alcohol puede causar parestesias e hipoestesias en los pies, y la pérdida de peso rápida puede conducir a la debilidad de las piernas; cada una de estas condiciones aumenta el riesgo de caerse


CAÍDAS EN PACIENTES CON DEFICIENCIAS NUTRICIONALES
Cuando el paciente regresó a la clínica 4 meses después de la caída inicial, refirió caídas múltiples, con lesiones, y había alquilado una silla de ruedas para realizar con seguridad sus actividades diarias. Su médico de atención primaria realizó un examen neurológico detallado que reveló debilidad en la flexión y la extensión de la cadera y alteraciones en la sensibilidad superficial y la propiocepción, hallazgos que plantearon preocupación por la posibilidad de  degeneración combinada subaguda  combinación subaguda relacionada con una deficiencia nutricional como la deficiencia de vitamina B12. El paciente tenía alto riesgo de deficiencias nutricionales como resultado tanto de la disminución de la ingesta de vitaminas y minerales en el contexto de consumo de alcohol como de la absorción de vitaminas y minerales en el contexto del bypass gástrico previo. El paciente refirió que tomaba los suplementos prescritos de vitamina B12 y vitamina D a diario, y tenía niveles normales de esas vitaminas. Sin embargo, él no estaba tomando el diario el complejo multivitamínico  que se recomienda después de una cirugía bariátrica, y podría haber tenido otras deficiencias El cobre ingerido por ejemplo, necesita ser estabilizado por el ácido gástrico para ser absorbido  absorbido por el estómago y el  intestino delgado proximal. Las deficiencia de cobre después de un bypass gástrico en Y de Roux es cada vez más reconocido como causa de mieloneuropatía que es similar a la deficiencia de vitamina B12. 6,7
El paciente estaba en riesgo de deficiencias de todas las vitaminas del complejo  B, pero refirió que era adherente al suplemento con tiamina y no tenía evidencia de encefalopatía. Por ejemplo, su decisión de alquilar una silla de ruedas mostró un alto funcionamiento ejecutivo. Él no estaba tomando suplementos de ácido fólico, y la deficiencia aislada de ácido fólico es una causa subestimada de neuropatía periférica  lentamente progresiva predominantemente sensitiva.8
Los test de laboratorio que se realizaron en la  internación,  descartan otras causas de neuropatías periféricas, como diabetes, neurosífilis, infección por VIH y enfermedad de Lyme. El nivel de creatina quinasa era normal, lo que descartaba un proceso puramente miopático.
Podría haber sido un dato de confusión el hecho de que los reflejos osteotendinosos profundos de este paciente eran normales, porque este hallazgo es contrario en la mayoría de las causas de neuropatías periféricas.  Es posible que sus reflejos fuesen normales debido a la presencia concomitante de neuropatía periférica(debido al uso de alcohol o deficiencia de folato), que tienden a abolir los reflejos  y la degeneración combinada  subaguda (debido a deficiencia de cobre o de vitamina B12), una condición que generalmente se asocia a hiperreflexia. En un estudio, 32% de los pacientes con alcoholismo crónico tenían evidencia de neuropatía periférica y 24% tenían evidencia de neuropatía autonómica en pruebas  electrofisiológica.9  En pacientes con  alcoholismo, las deficiencias nutricionales más comunes son de ácido fólico, tiamina y vitamina B6.
Dentro de 2 días después de iniciada la suplementación vitamínica, sin otra intervención, el paciente podía estar parado sin ayuda. Su fatiga y la fuerza mejoraron dramáticamente. Solo hay una causa de fatiga de esfuerzo lentamente progresiva y debilidad que responde tan rápidamente a la suplementación vitamínica, y esa causa  es el escorbuto, una condición causada por la deficiencia de vitamina C (ácido ascórbico).

ESCORBUTO
La vitamina C está presente en muchas frutas y verduras, pero la preparación adecuada de los alimentos es necesaria para evite degradar el contenido de vitamina C.  Este paciente es el prototipo de persona en riesgo de desarrollar "escorbuto de soltero" (“bachelor scurvy”), una condición que ocurre entre los hombres sin pareja que preparan sus propias comidas o comen fuera  con frecuencia, beben mucho, y no comen  virtualmente ninguna fruta o verduras.10 El tercer National Health and Nutrition  Examination Survey  estimó que el 14% de hombres y el 10% de las mujeres en los Estados Unidos tiene deficiencia de vitamina C.11
A diferencia de la mayoría de los otros mamíferos, los humanos  no sintetizan  vitamina C, un nutriente esencial que es necesario para muchas reacciones enzimáticas en su papel como  donante de electrones y es crítico en la síntesis de catecolaminas.12 Además, los experimentos in vitro han demostrado que la vitamina C se une al receptor alfa-adrenérgico, potenciando su activación con epinefrina.13 Se cree que la inestabilidad vasomotora con shock es  una de las principales causas de muerte súbita en pacientes con escorbuto.14
En este paciente, la hipotensión ortostática, las equimosis, el sangrado gingival con pérdida de dientes, fatiga progresiva y reversión rápida de la debilidad después del inicio de la suplementación multivitamínica fueron todos consistentes con el diagnóstico de escorbuto. Además, el consumo excesivo de alcohol disminuye la absorción de vitamina C, aumentando más la probabilidad de que desarrolle  escorbuto.15
El escorbuto no se asocia con neuropatía periférica, pero otros factores podrían explicar la neuropatía periférica en este paciente, como la deficiencia de ácido fólico y los efectos tóxicos de alcohol en el sistema nervioso periférico y sistema nervioso autónomo. Aunque en un paciente con escorbuto sería esperable  tener anemia macrocítica más pronunciada, este paciente tenía hiponatremia y un bajo nivel de sodio en la orina al ingreso, hallazgos más probablemente expresen  una contracción de volumen. Además, es muy probable que tuviera tanto deficiencia de hierro como deficiencia de folato, dando como resultado un volumen corpuscular medio  falsamente normal. El límite alto del ancho de distribución de células rojas admite la posibilidad que tenía glóbulos rojos con volúmenes variables. La absorción de hierro es facilitada por la vitamina C y es también limitado por el bypass gástrico en Y de Roux. A pesar de que el paciente no tenía manifestaciones cutáneas de la síntesis de colágeno alterada, que es un sello distintivo de  escorbuto, existe una evidencia abrumadora de que  escorbuto haya sido  el diagnóstico más probable en este caso. Dado la deficiencia de vitamina C no explicaría todas las características de la forma de presentación en este paciente, seguramente el paciente  tenía otras deficiencias vitamínicas que fueron causadas por el mismo problema subyacente que había llevado a la deficiencia de vitamina C.  Para establecer el diagnóstico de escorbuto, habría que dosar el nivel de vitamina C en sangre.


DIAGNOSTICO CLINICO PRESUNTIVO
DEFICIENCIA DE VITAMINA C (ESCORBUTO)  CAUSANDO DEBILIDAD PROGRESIVA Y CAÍDAS.
DEFICIENCIAS DE MICRONUTRIENTES CAUSANDO NEUROPATÍA Y ANEMIA.


PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO
Las  pruebas de laboratorio revelaron deficiencias en múltiples vitaminas y minerales. El paciente tenía niveles sanguíneos marcadamente bajos de folato (2 ng por mililitro, rango normal, mayor a 4.7), vitamina B6 (menos de 2 μg por litro, rango normal, 5 a 50), y vitamina C (menos de 0.1 mg por decilitro [menos 6 μmol por litro]; rango normal, 0.4 a 2.0 mg por decilitro [23 a 114 μmol por litro]). El nivel de zinc era levemente bajo, y los niveles de cobre y  selenio estaban en el extremo inferior del rango normal. Los niveles de vitamina B1 (tiamina), vitamina A, vitamina E y 25-hidroxivitamina D no fueron medidos.
Además del bajo nivel de folato sérico, este paciente tenía un bajo nivel de folato en glóbulos rojos. Sin embargo, la Sociedad Americana de Patología Clínica en sus guías recomienda sabiamente no dosar el nivel de folato de glóbulos rojos.16 El nivel de folato en suero puede variar de acuerdo con la ingesta reciente de folato, 17 y por lo tanto un nivel de folato sérico normal no  descarta la deficiencia de folato en un paciente con suplementación reciente o ingesta dietética. En teoría, el nivel de folato de glóbulos rojos tiene una ventaja sobre el nivel de folato sérico en que puede reflejar el nivel de folato a más largo plazo del paciente (durante el período de la vida útil de las células rojas) y puede ser menos sensible a la ingesta reciente de folato Sin embargo, los ensayos de folato de células rojas suelen ser menos precisos que los ensayos de folato sérico, 18 y por lo tanto en la práctica, obtener el nivel de folato de glóbulos rojos por lo general ofrece poca o ninguna ventaja diagnóstica sobre la obtención del nivel sérico de folato.16-18
Aunque el nivel de 25-hidroxivitamina D no se obtuvo, el nivel de 1,25-dihidroxivitamina D, que representa la forma activa de la vitamina D, era normal. Sin embargo, es apropiado obtener el nivel de 25-hidroxivitamina D para demostrar deficiencia de vitamina D.19 Dado que el nivel de la 1,25-dihidroxivitamina D puede ser normal incluso en el contexto de una marcada deficiencia de vitamina D, 20 no es apropiado  obtener el nivel de la 1,25-dihidroxivitamin D para evaluar la deficiencia de vitamina D. La Sociedad de Endocrinología  Elección sabiamente se manifiesta en contra de la obtención del nivel de  1,25-dihidroxivitamina D, excepto  ciertas indicaciones limitadas, como la evaluación de algunos pacientes con hipercalcemia o enfermedad renal.20 Tomado juntos, los diagnósticos patológicos finales en este caso fueron deficiencia de vitamina C (escorbuto), así como deficiencias de folato, vitamina B6 y zinc.


DISCUSIÓN DEL MANEJO
Las  vitaminas esenciales y los nutrientes  se absorben en el estómago, intestino delgado, e intestino grueso, y los pacientes que han sido sometidos a cirugía bariátrica están en riesgo de deficiencias vitamínicas.21 Después de la cirugía bariátrica, los pacientes deben recibir suplementos vitamínicos diarios de por vida, que incluye una multivitaminas, vitamina B12 y citrato de calcio con vitamina D3, así como vitamina D3 sola. Después de la cirugía bariátrica, la mayoría de las deficiencias comunes son en calcio, vitamina B12, vitamina D, e hierro, y las deficiencias menos comunes son de vitamina B1 (tiamina), cobre, y zinc.22
La cirugía bariátrica en Y de Roux , a la que este paciente había sido sometido, fue antes la cirugía bariátrica más común, pero ha sido superada por la gastrectomía en manga.22,23 Al evaluar a un paciente quien se ha sometido a una cirugía bariátrica, el clínico debe estar enterado  del tipo de procedimiento, ya que deficiencias asociadas de vitaminas y micronutrientes varían según el tipo de procedimiento. Por ejemplo, la deficiencia de cobre ocurre en 10 a 20% de los pacientes que se han sometido a un bypass gástrico en Y de Roux, pero solo hay un reporte de caso de deficiencia de cobre después de la gastrectomía en manga.24 Este paciente había estado tomando vitamina D y suplementos B12 y un suplemento de tiamina fue agregado después de que se descubrió el uso de alcohol. Sin embargo, él no había estado tomando un multivitamínico diario y estaba en riesgo de otras deficiencias, como deficiencias en vitamina C y ácido fólico.
Este paciente había estado sobrio durante años, pero comenzó a beber alcohol de nuevo en el contexto del estrés de su divorcio Esta condición pudo haber sido reconocida antes y hubiese alertado a los médicos  sobre las posibles consecuencias en la carencia de determinadas vitaminas.
A los 3 meses después del alta,  el paciente hizo una excelente recuperación y estaba manteniéndose fuera del consumo de alcohol. Caminaba sin  bastón y había vuelto a trabajar en tiempo completo. La hipotensión ortostática y la anemia se resolvieron, y el pelo en sus brazos había vuelto a crecer. Desafortunadamente, 3 meses después de esta visita ambulatoria, tuvo un recaída de su consumo de alcohol, a pesar de participar en  tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol. Durante esta recaída, se cayó mientras estaba intoxicado y murió de una hemorragia cerebral.


DIAGNÓSTICOS FINALES
DEFICIENCIA DE VITAMINA C (ESCORBUTO).
DEFICIENCIAS DE VITAMINA B6, FOLATO, ZINC Y SELENIO.
TRASTORNO POR CONSUMO DE ALCOHOL.




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domingo, 5 de agosto de 2018

VARÓN DE 75 AÑOS CON PÉRDIDA DE MEMORIA Y CONVULSIONES PARCIALES.





Un paciente médico de 75 años fue atendido debido a la pérdida de memoria y episodios presincopales.
El paciente había estado bien, excepto por la pérdida de memoria leve y gradual hasta 7 meses de la consulta actual, cuando comenzaron a ocurrir intermitentemente episodios de hormigueo difuso y una sensación de sofocos, que duraban aproximadamente un minuto. Cuatro meses antes de la consulta actual agregó mareos y las dificultades con la búsqueda de palabras y episodios presincopales 4 semanas antes de la consulta. El paciente refirió tener un pulso intermitentemente irregular pero ningún otro síntoma sensitivo o motor ni en las esferas del habla o visuales.
El paciente tenía antecedentes de hipertensión límítrofe, enfermedad del disco lumbar, pseudogota y disminución de la audición. Cuatro meses antes, se había resbalado sobre hielo, sin aturdimiento ni pérdida de conciencia, y se había roto el tendón del cuádriceps derecho. Los medicamentos indicados en esa ocasión incluían ibuprofeno o naproxeno, acetaminofén con codeína y diazepam. Usaba audífonos. Era alérgico a la penicilina. Vivía con su esposa y se retiró de su práctica médica un año antes debido a la pérdida de memoria. Refería ansiedad y depresión leve después de la jubilación. Bebía de 30 a 60 ml de alcohol diariamente y había dejado de fumar años antes. Su padre había muerto a los 94 años de edad debido a una enfermedad cerebrovascular, su madre había muerto a los 76 años de un tumor cerebral y dos de sus hermanas habían muerto a los 50 o 60 años de ACV. Otra hermana y sus hijos estaban sanos.
En el examen, la presión arterial era 130/84 mm Hg, y el pulso 64 latidos por minuto. La temperatura, la frecuencia respiratoria y el examen físico general fueron normales. La velocidad de sedimentación de eritrocitos, los resultados de las pruebas de anticuerpos antinucleares y el análisis de orina fueron normales. Un electrocardiograma mostró cambios no específicos en el segmento ST y en la onda T y, por lo demás, era normal. Dos días después, la presión arterial era de 188/96 mm Hg. Un eco Doppler de carótida no mostró estenosis mínima bilateral (1 a 19%) de las arterias carótidas internas. La ecocardiografía reveló una aurícula izquierda ligeramente dilatada, una fracción de eyección del ventrículo izquierdo estimada del 63%, valvas aórticas engrosadas,  insuficiencia aórtica y tricúspide leves, y un tabique interauricular engrosado que se cree que se interpretó compatible con hipertrofia lipomatosa. La resonancia magnética (RM) de cerebro sin la administración de material de contraste reveló focos hiperintensos en T2 dispersos en la sustancia blanca cerebral profunda y subcortical de forma bilateral, lo que sugirió cambios microangiopáticos leves, sin restricción de la difusión asociada. La angiografía por resonancia magnética de la cerebro no mostró estenosis arteriales intracraneales hemodinámicamente significativas.
Doce días después de su visita inicial, el paciente vio a un neurólogo. El paciente, que era diestro, informó que tuvo episodios de desorientación que duraban hasta 1 minuto que fueron precedidos o seguidos por alucinaciones olfativas de alimentos y ocasionalmente sabores anormales. Durante los episodios, notó movimientos anormales del brazo derecho, con una rigidez del hombro derecho y del codo, supinación involuntaria de la mano derecha, flexión de los dedos derechos y sacudidas de la mano derecha al escribir, además de disminución del habla y dificultad para encontrar palabras, parestesias faciales (mayor en el lado derecho) y espasmos faciales en el lado derecho. No hubo alteración de la conciencia o alteración del habla, pero describió sensación de desmayo, mareo, debilidad y, a veces, diaforesis. Su sueño se volvió irregular, con un despertar después de 2 horas, ocasionalmente en medio de un episodio de los mencionados. Los síntomas eran especialmente recurrentes cuando estaba tenso o preocupado. Informó pérdida de memoria a corto plazo, fatiga, anorexia, disfunción eréctil y sudores nocturnos.
En el examen, la presión arterial era de 140/90 mm Hg mientras el paciente estaba sentado, y el pulso 84 latidos por minuto con una extrasístole. Había disminuido la audición bilateral y los reflejos de tobillo era 1+; el resto del examen neurológico era normal. El hematocrito era de 40,7% y la velocidad de sedimentación de eritrocitos de 22 mm por hora; el resto del hemograma completo fue normal, al igual que los niveles séricos de electrolitos, calcio, magnesio, fósforo y glucosa y las pruebas de la función renal. Los resultados  de orina de 24 horas para ácido vanililmandélico, epinefrina, norepinefrina, dopamina y metanefrina, realizados 5 y 7 semanas después de la presentación, fueron normales. Un electroencefalograma ambulatorio (48 horas de duración, con nueve episodios sintomáticos) no mostró actividad convulsiva. Se inició la administración de levetiracetam (500 mg dos veces al día) y se suspendió el diazepam. Los episodios de dificultades para hablar continuaron a diario y aumentaron la fatiga y la ansiedad. Se comenzó la administración de fluoxetina.
Siete semanas después de la presentación inicial, el paciente regresó al neurólogo para control. El hematocrito fue estable. El nivel de cloruro sérico fue 98 mmol por litro, el nivel de calcio 11.0 mg por decilitro y el nivel de albúmina 5.1 g por decilitro; la prueba de sífilis fue negativa. El hemograma completo y las mediciones de electrolitos séricos, glucosa, proteína total, globulina y tirotropina fueron normales, al igual que las pruebas de función renal y hepática. La resonancia magnética cerebral después de la administración de material de contraste reveló las mismas características que las observadas en el estudio anterior, incluido un aumento de la intensidad de señal ponderada en T2 y una leve expansión de la amígdala e hipocampo izquierdos sin realce. También había un cambio leve e inespecífico en la sustancia blanca. La dosis de levetiracetam se aumentó a 1500 mg por día.
El paciente fue derivado a la Unidad de Trastornos de la Memoria. Informó que cada vez le costaba más administrar sus finanzas. Su esposa informó que tenía una mayor pérdida de memoria, dificultad para recordar números de teléfono familiares y mayor irritabilidad. La presión arterial era de 110/60 mm Hg, y el pulso era de 64 latidos por minuto y ocasionalmente irregular. Los resultados del examen no se modificaron.
Las pruebas neuropsicológicas revelaron variabilidad en el rendimiento del paciente en todos los dominios y durante los 2 días de prueba. Hubo declinaciones en la atención, el funcionamiento ejecutivo y la memoria en relación con su funcionamiento estimado premórbido, aunque muchas de sus actuaciones estuvieron dentro del rango promedio. Sus únicas malas performances fueron copiar una figura compleja, recordar una lista de palabras y nombrar objetos en imágenes con y sin indicaciones. Se observaron movimientos en el lado derecho de la cara símil espasmos, disartria y postura de la mano derecha durante la prueba. Un panel de anticuerpos paraneoplásicos fue negativo e incluyó pruebas de anticuerpos de unión al receptor de acetilcolina, anticuerpos neuronales ganglionares del receptor de acetilcolina, anticuerpos del músculo estriado, anticuerpos tipo N-tipo y del canal de calcio tipo P / Q, anticuerpos anfifisina, CRMP-5 (IgG) y anticuerpos anti-neuronales nucleares y anti-células de Purkinje.
Dos semanas más tarde, aproximadamente 11 semanas después de la presentación inicial, la resonancia magnética cerebral después de la administración de material de contraste, espectroscopia de resonancia magnética e imágenes de perfusión no revelaron anomalías espectroscópicas o de perfusión definidas ni cambios en los hallazgos descritos previamente en el lóbulo temporal izquierdo . La tomografía computarizada (TC) del tórax y el abdomen revelaron múltiples quistes renales, un pequeño aneurisma aórtico abdominal infrarrenal que medía 3,3 cm en la dimensión más grande y no había evidencia de cáncer en el tórax, el abdomen o la pelvis.
El paciente fue remitido a la clínica de neurooncología. Durante el examen, se observaron dos episodios paroxísticos de detención del habla que duraron de 10 a 15 segundos y fueron acompañados por sutiles contracciones en el lado derecho de la cara y estallidos emocionales transitorios con una recuperación rápida. Se produjeron espasmos periorbitales persistentes, más en el lado derecho que en el izquierdo, y había un temblor postural, debilidad leve en el brazo derecho y movimientos lentos de los dedos en la mano derecha. El paciente tenía una debilidad menor de las dorsiflexiones del pie derecho y una pérdida irregular de la sensibilidad al pinchazo en la parte inferior de las piernas y los pies bilateralmente. El resto del examen era normal. Se realizó una punción lumbar; los resultados del análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) se muestran en la Tabla 1



Tabla 1. Análisis de líquido cefalorraquídeo


Se comenzó a administrar fenitoína.

La RMN se muestra a continuación



Figura 1: RMN
Figura 1. Imagen de T2  con FLAIR a través de los lóbulos temporales.
El lóbulo temporal medial izquierdo, que incluye el núcleo amígdaloide y el hipocampo anterior, muestra una señal ponderada en T2 ligeramente mayor que las estructuras contralaterales, y hay una leve expansión del núcleo amígdaloide izquierdo (flecha).


La figura 1 correspondiente a una RMN axial en  T2 a través de los lóbulos temporales, muestra  configuración normal del cerebro y señal normal en la mayoría del cerebro. En el lóbulo temporal medio izquierdo, hay una expansión leve y una hiperintensidad anormal potenciada en T2 que no se apreció inicialmente pero que se identificó en un examen de seguimiento. No había restricción de la difusión  o realce  anormal.
Se realizó una prueba diagnóstica


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Para resumir, este hombre presentó una enfermedad neurológica progresiva caracterizada por síntomas episódicos de alucinaciones olfativas, disautonomía,  dificultad para encontrar palabras, postura anormales del brazo derecho y espasmos del lado derecho de la cara superpuestos a una  declinación progresiva en la memoria y la función ejecutiva.

EPILEPSIA ADQUIRIDA
Los síntomas episódicos de este paciente son consistentes con actividad convulsiva, que probablemente surja del lóbulo temporal izquierdo. Un electroencefalograma ambulatorio (EEG) (registro continuo de EEG durante ≤72 horas) fue normal, pero este resultado no excluye el diagnóstico de actividad convulsiva focal, especialmente si la zona de irritabilidad es relativamente pequeña y está situada profundamente. Aproximadamente el 50% de los pacientes con epilepsia tendrán un EEG de rutina normal, 1 aunque el EEG ambulatorio puede conferir una menor tasa de falsos negativos.2 Además, la experiencia con el uso de electrodos foramen ovale (es decir, electrodos insertados a través de foramen oval) en pacientes con epilepsia evidencia convincente de que en algunos pacientes, las convulsiones que surgen de estructuras mesiales profundas en el lóbulo temporal pueden no tener una representación clara del EEG registrado en el cuero cabelludo.
Un amplio diagnóstico diferencial de epilepsia adquirida y pérdida de memoria se enumera en la Tabla 2




Tabla 2. Causas de convulsiones adquiridas asociadas a deterioro cognitivo.


Las dos causas posibles de convulsiones adquiridas y deterioro cognitivo están detalladas en la tabla 2, pero el curso rápido de la enfermedad de este paciente y la evaluación esencialmente normal, a excepción de los hallazgos en la RMN y los cambios inflamatorios moderados en el LCR, nos dejan con solo dos posibles categorías de enfermedades: neoplásica y autoinmune. El curso de su enfermedad, junto con las pruebas realizadas, descarta de manera efectiva muchas causas comunes, que incluyen enfermedades neurodegenerativas vasculares, metabólicas, tóxicas, infecciosas, genéticas, congénitas y crónicas (por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer).

ENFERMEDADES NEOPLÁSICAS
La enfermedad neoplásica es una consideración seria en este paciente. La enfermedad metastásica en el cerebro parece poco probable en vista de la detección exhaustiva de un tumor primario, que fue negativo, y la aparición del cerebro en las imágenes, con una dilatación aislada del hipocampo y la amígdala sin realce. Las neoplasias primarias del sistema nervioso central, como el glioma de bajo grado, pueden presentarse con un curso subagudo y cambios de imagen sutiles. Este paciente es más viejo que la edad mediana de los pacientes con gliomas de alto grado, que está en los 60s; la mediana de edad es aún menor para los pacientes con gliomas de grado bajo.3 En el grupo de edad del paciente, los linfomas primarios del sistema nervioso central se pueden manifestar por una amplia variedad de síntomas; los pacientes se presentan típicamente con lesiones periventriculares con realce muy significativo, y la enfermedad puede ser rápidamente progresiva, en contraste con los hallazgos en este caso.

ENFERMEDADES AUTOINMUNES
La categoría de enfermedad más probable a considerar es autoinmune. De hecho, la presentación de este paciente es típica de una encefalitis límbica.4,5 La encefalitis límbica puede ser paraneoplásica (es decir, asociada con un tumor) o un proceso autoinmune no paraneoplásico primario.6 Aunque existe un amplio rango de progresión temporal entre las encefalitis límbicas la enfermedad paraneoplásica generalmente tiene un curso más rápido que el observado en este paciente; la enfermedad no paraneoplásica puede tener un curso más crónico, que se observó en este paciente. La falta de potenciación del contraste y la pleocitosis mínima y el nivel de proteína moderadamente elevado en el LCR son típicos de las encefalitis autoinmunes, independientemente de si son paraneoplásicas o no paraneoplásicas

ENCEFALITIS LÍMBICA AUTOINMUNE
La encefalitis límbica es un proceso inflamatorio centrado en el sistema límbico. Resulta en una disfunción límbica que se manifiesta por síntomas conductuales y psiquiátricos, disfunción cognitiva y de la memoria, como se observa en este paciente, y convulsiones, también observadas en este paciente.7 La RM es típicamente anormal, con anormalidades temporales mesiales en la imagen FLAIR , mientras que las características de difusión suelen ser normales, como en este caso. Puede haber un realce muy leve (a menudo asimétrico y, a veces, desigual) o, más comúnmente, sin realce, como en este caso. El LCR suele ser incaracterístico, pero puede tener niveles proteicos limítrofes o levemente elevados, como en este caso, y una pleocitosis mínima con predominio linfocítico, que también se observa en este caso. El EEG no es útil como herramienta de diagnóstico, ya que los pacientes pueden tener descargas interictales, ataques francos, ralentización focal o un EEG normal, como lo hizo este paciente.
Cuando hay una sospecha clínica de encefalitis límbica, es esencial considerar qué anticuerpos podrían estar involucrados, ya que esto apunta a un posible tumor asociado8. Las encefalitis autoinmunes paraneoplásicas y no paraneoplásicas se pueden dividir en aquellas que están relacionadas con antígenos intracelulares ( ej., Hu y Ma) y aquellos que están relacionados con antígenos de membrana neuronal. Tres ejemplos prominentes son los canales de potasio dependientes de voltaje, el receptor de N-metil-D-aspartato (NMDA) y los receptores de tipo γ-aminobutírico tipo B (GABAB). Más recientemente, se han encontrado anticuerpos contra el receptor del ácido α-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazol propiónico (AMPA) en algunos pacientes.9 Los pacientes con anticuerpos dirigidos contra antígenos específicos pueden tener presentaciones particulares. Por ejemplo, la encefalitis asociada con receptores anti-NMDA se ve casi exclusivamente en mujeres jóvenes, se asocia con tumores ováricos y tiene una presentación rápida y dramática.10 Sin embargo, debido a la superposición considerable entre las presentaciones, es importante seleccionar un  amplio rango de anticuerpos. Se probaron varios anticuerpos en este paciente, pero un grupo seleccionado no lo estuvo (tal vez porque la prueba no estaba disponible en ese momento). Tres anticuerpos importantes que no estaban presentes en el panel inicial fueron Ma2, receptor GABAB y el canal de potasio dependiente de voltaje. La presentación clínica y las pruebas son consistentes con la presencia de uno de estos anticuerpos, a pesar de que no se descubrieron tumores en investigaciones extensas.

RESUMEN
En resumen, el diagnóstico presuntivo es una encefalitis límbica, muy probablemente secundaria a un proceso autoinmune, posiblemente paraneoplásico. El próximo paso de diagnóstico debería ser una investigación serológica más extensa para buscar la presencia del canal de potasio dependiente de voltaje, el receptor GABAB y los anticuerpos anti-Ma.

DIAGNOSTICO CLÍNICO PRESUNTIVO
ENCEFALITIS LÍMBICA AUTOINMUNE, PARANEOPLÁSICA O NO PARANEOPLÁSICA.


DISCUSIÓN PATOLÓGICA
El suero del paciente mostró una intensa reactividad con la superficie de las neuronas del hipocampo de rata disociadas y cultivadas. Estudios inmunohistoquímicos adicionales mostraron que la reactividad era similar a la atribuida a los anticuerpos contra los canales de potasio dependientes de voltaje, que con mucha frecuencia se asocian con encefalitis límbica5,11. Sin embargo, recientemente hemos encontrado que el antígeno diana en casos de encefalitis límbica con este patrón de reactividad es una proteína neuronal llamada proteína rica en leucina secretada  inactivada por glioma 1 (LGI1) .12 Pruebas adicionales del suero de este paciente mostraron que contenía anticuerpos contra LGI1 en el momento de la presentación (Figura 2A, 2B y 2C).



Figura 2. Detección de anticuerpos en el suero del paciente.
Las células HEK293 (de riñones embrionarios humanos) transfectados con LGI1 se trataron con el suero del paciente (paneles A, D y G, fluoresceína). En los paneles B, E y H (rodamina), se usa un anticuerpo comercial contra LGI1 para mostrar las células transfectadas. Los paneles C, F e I (fluoresceína y rodamina, núcleos celulares teñidos con dihidrocloruro de 4 ', 6-diamidina-2-fenilidole) muestran la colocalización de las reactividades de los anticuerpos del paciente con el anticuerpo comercial LGI1. El suero del paciente tenía anticuerpos detectables a LGI1 en la presentación (paneles A, B y C). Una prueba repetida realizada más tarde en el curso del trastorno (Paneles D, E y F) muestra anticuerpos persistentes. Después de una recuperación clínica sustancial, 17 meses después de la presentación (Paneles G, H e I), no hubo anticuerpos detectables (método de inmunofluorescencia).


Detección de anticuerpos en el suero del paciente. Este hallazgo confirma que el paciente tenía encefalitis límbica asociada a anticuerpos contra LGI1, previamente atribuida a canales de potasio dependientes de voltaje (este paciente se incluyó en el estudio publicado12). Los pacientes con este trastorno presentan de la misma manera que este paciente, con cambios en el estado de ánimo y el comportamiento, convulsiones y problemas de memoria. La hiponatremia a menudo se desarrolla. La mayoría de los pacientes con anticuerpos LGI1, incluido este paciente, no tienen un tumor subyacente.
LGI1 interactúa con las proteínas presinápticas y postsinápticas relacionadas con la epilepsia (proteína 23 que contiene el dominio metaloproteinasa y desintegrina [ADAM23] y ADAM22) y muy probablemente organiza un complejo proteínico transináptico que incluye los canales presinápticos de potasio dependiente del voltaje Kv1.1 y los plegamientos postsinápticos del receptor  AMPA.13 Las mutaciones de LGI1 causan una epilepsia parcial autosómica dominante con características auditivas 14-16, también conocida como epilepsia autosómica dominante lateral del lóbulo temporal (ADLTE) .17 Un modelo de ratón transgénico que expresa un mutante truncado LGI1 encontrado en ADLTE humano mostró inhibición de los brotes  dendríticos (pruning) y  aumento de la densidad de la espina dorsal, lo que aumenta la transmisión sináptica excitatoria.18 Ratones mutantes nulos en LGI1 tienen un fenotipo epiléptico letal caracterizado por ataques mioclónicos.13,19 Se ha sugerido que la disrupción de LGI1 mediada por anticuerpos causa una mayor excitabilidad, lo que resulta en convulsiones y otros síntomas de encefalopatía límbica.12 Estos anticuerpos también pueden La función de las proteínas asociadas con LGI1, como ADAM22 y ADAM23, da como resultado un fenotipo diferente del causado por mutaciones en LGI1.
Durante la evaluación diagnóstica inicial, se realizó una tomografía por emisión de positrones (PET) corporal total. El examen de una muestra de una biopsia por aspiración con aguja fina de un nódulo (3,5 cm de diámetro) en la tiroides izquierda fue negativo para cáncer. El paciente fue tratado con fenitoína y sus ataques disminuyeron. Pruebas de laboratorio de rutina adicionales revelaron hiponatremia.
Después de recibir los resultados de las pruebas del laboratorio, el paciente fue tratado con un ciclo de 5 días de inmunoglobulina intravenosa y glucocorticoides intravenosos pulsados ​​durante cuatro ciclos mensuales. Tuvo una mejoría clínica moderada y pérdida residual de memoria a corto plazo. La decisión fue tomada para iniciar la administración de rituximab; recibió seis dosis mensuales. Durante el curso del tratamiento con rituximab, tuvo una recuperación clínica adicional (aunque aún incompleta).
El examen del cerebro con el uso de 18F-fluorodesoxiglucosa (FDG) -PET, realizada después de recibir el resultado de la prueba diagnóstica, reveló un foco de hipermetabolismo anormal en el lóbulo temporal medio izquierdo (Figura 3A).




Figura 3. Exploraciones del cerebro con tomografía de emisión de 18F-fluorodesoxiglucosa-positrón (FDG-PET).
Cada panel muestra la fusión de un examen FDG-PET con imágenes de FLAIR en T2 a partir de un examen de resonancia magnética de cerebro. El primer escaneo PET (Panel A) se obtuvo poco después de recibir el resultado de la prueba de diagnóstico y muestra hipermetabolismo, representado por el área de color amarillo claro blanco en el lóbulo temporal medio izquierdo (en el punto de mira en los cinco paneles). La anormalidad en el lóbulo temporal izquierdo parece empeorar en el examen de seguimiento 2 meses después (Panel B) y luego mejor a los 6 meses (Panel C) y 10 meses (Panel D); los lóbulos temporales izquierdo y derecho son casi simétricos en el examen final, cuando los síntomas del paciente habían mejorado (Panel E). Estas imágenes muestran la aparición y disminución de las anomalías observadas en el examen PET, que coincidió aproximadamente con la aparición y disminución de los signos y síntomas del paciente.


Una neoplasia cerebral primaria se puede considerar en el diagnóstico diferencial, pero tales neoplasias tienden a ser menos activas metabólicamente que el cerebro normal relativamente hipermetabólico. Los hallazgos de imagen en este paciente serían inusuales para un tumor metastásico, especialmente uno que no realza y que progresa tan poco. La actividad convulsiva puede dar lugar a hipermetabolismo, pero eso normalmente se correlaciona con el hallazgo clínico de convulsión y no explicaría la expansión en el lóbulo temporal medio. La inflamación, particularmente un proceso mediado por autoanticuerpos, explica más fácilmente los hallazgos de imagen.
El paciente tenía niveles más bajos de anticuerpos 6 meses después de la presentación (Figura 2D, 2E y 2F). No hubo anticuerpos séricos detectables después de una recuperación clínica sustancial, 17 meses después de la presentación (Figura 2G, 2H y 2I). Estos hallazgos se correlacionan bien con los estudios de FDG-PET.

El paciente permaneció clínicamente estable durante 2 años después del ciclo de 6 meses de rituximab. Se presentó en el departamento de emergencias de este hospital 3 semanas antes de esta conferencia debido a 3 días de empeoramiento de la inestabilidad de la marcha y una confusión cada vez mayor, y fue admitido en el hospital. Los familiares revelaron que el paciente pudo haber sufrido un par de meses de deterioro más insidioso de la cognición. Sus exámenes al ingreso y en los días posteriores a la admisión fueron notables por el aumento y la disminución dramáticos de la confusión y el letargo (características consistentes con un delirio) y una marcha inestable de base amplia. Los resultados de los estudios de laboratorio mostraron hiponatremia. La resonancia magnética cerebral no fue notable. Las pruebas de CSF revelaron un nivel elevado de proteína, un bajo nivel de glucosa y 350 glóbulos blancos, predominantemente linfocitos. Múltiples estudios microbianos del LCR fueron negativos, incluidos tinción de Gram, cultivo, antígeno criptocócico y tinción con bacilos ácido-alcohol resistentes, así como pruebas de ácido nucleico para el virus del herpes simple (tipo 1, tipo 2 y tipo 6), varicela-zoster virus, virus de Epstein-Barr y citomegalovirus. Una repetición PET-CT no mostró evidencia de tumor maligno. Un panel  comercial de anticuerpos paraneoplásicos  fue negativo, incluida la prueba de canales de potasio dependientes de voltaje. Las pruebas de suero y LCR  para anticuerpos LGI1 también fueron negativas. El paciente fue tratado con aciclovir durante 5 días hasta que volvieron los resultados de la prueba serológica, y luego se administró inmunoglobulina intravenosa y metilprednisolona para tratar una posible recaída de encefalitis autoinmune. Tuvo una mejoría clínica rápida pero incompleta después de 3 días de tratamiento.
Neurología: Tengo curiosidad acerca de por qué estos procesos autoinmunes pueden ser tan asimétricos.
Imágenes: La percepción de la asimetría puede ser el resultado de las limitaciones de las pruebas. La FDG-PET a menudo revela áreas de afectación que no se ven en la RMN y, como se ha encontrado en otras formas de encefalitis límbica, los estudios patológicos a menudo muestran cambios inflamatorios más extensos (bilaterales o multifocales) de los que se predijo clínica o radiológicamente.
Neurología: La epilepsia del lóbulo temporal familiar con características auditivas, debido a una mutación en el gen LGI1, se asocia con síntomas unilaterales, a pesar de lo que debe ser una anormalidad estructural o bioquímica generalizada. Además, en pacientes con encefalitis límbica autoinmune, las lesiones en sitios distantes del lugar de la convulsión pueden revelarse en la autopsia, lo que indica que puede haber una disociación entre la anormalidad neuropatológica y la anormalidad funcional predominante.
Psiquiatría: Fue interesante que cuando se discutían cuestiones emocionales con el paciente, se producía una exacerbación notable de los problemas de búsqueda de palabras y espasmos de la mano derecha, lo cual estaba absolutamente relacionado con el contenido de la conversación.
El paciente está aquí en la conferencia y le gustaría comentar.
El paciente: “es extraordinariamente raro que una persona participe como participante en uno de estos ejercicios y como sujeto de otro.
El síntoma que más me molesta es la pérdida de memoria. Casi puedo fechar el inicio de un corte nítido de memoria reciente y problemas variables con la memoria distante. La pérdida es extrañamente selectiva. Por ejemplo, estoy harto y cansado de hacer "sietes en serie"; He estado contando de 100 por siete a lo largo de toda mi vida y todavía no tengo problemas con eso. Pero si me das un número de teléfono, tendré suerte si puedo recordar más de tres de los dígitos. Dejé voluntariamente la práctica clínica debido a la disminución de mi función intelectual. El tratamiento con rituximab fue notable, ya que noté una mejoría aguda en mis síntomas al principio del primer ciclo.
Este episodio reciente fue sorprendentemente diferente. Pasé de ser relativamente normal a estar en la tierra de la-la (la-la land), dentro de las 48 horas. No recuerdo nada de los primeros 3 o 4 días que estuve en el hospital, con restricciones de cuatro puntos, con mis amigos cuidándome. Ese delirio ha pasado, y una vez más tengo problemas de memoria, probablemente un poco peor que antes, y problemas de equilibrio, que son nuevos pero que responden notablemente bien a la terapia física.
Es fascinante haber estado en ambos lados de este podio. Me considero afortunado de haber trabajado en una institución donde alguien había visto un caso como el mío.”

El tratamiento con rituximab se comenzó semanalmente durante 8 semanas, poco después del alta del paciente del hospital. Su condición continuó mejorando y volvió a su línea base de preadmisión. Un año después, continúa recibiendo infusiones mensuales de rituximab y no ha tenido más actividad convulsiva ni episodios de confusión. Los problemas de memoria a corto plazo siguen siendo su síntoma predominante.


DIAGNÓSTICO ANATÓMICO
ENCEFALITIS LÍMBICA CON ANTICUERPOS CONTRA LEUCINA, INACTIVADO POR GLIOMA 1 (LGI1).


Fuente:
“A 75-Year-Old Man with Memory Loss and Partial Seizures”
Sydney S. Cash, M.D., Ph.D., Mykol Larvie, M.D., Ph.D., and Josep Dalmau, M.D., Ph.D.
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