viernes, 28 de noviembre de 2008

Un trago amargo...

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

Una mujer de 53 años se presentó a la consulta en un servicio de urgencias por presentar nauseas y vómitos persistentes. La tarde previa, ella había tenido inicio agudo de nauseas que fue seguido de vómitos. Y sensación de mareo y debilidad extremas. El vómito ocurrió cada hora durante 18 horas. Ella tenía un leve disconfort en tórax y abdomen, pero dijo no haber tenido cefalea, fiebre, dificultad respiratoria o sudoración.

Estos síntomas son inespecíficos. La causa más probable es una gastroenteritis o gastritis. Otros trastornos gastrointestinales (incluyendo hepatitis, colecistitis y pancreatitis) son posibles, especialmente si la paciente estuviera febril. La persistencia de náuseas y vómitos también obliga a pensar en obstrucción gastrointestinal. El conocimiento de la calidad y cantidad de la emesis puede ayudar a diferenciar el nivel, si la obstrucción es la causa. Un proceso de sistema nervioso central puede causar náuseas y vómitos; sin embargo, el la paciente no tuvo cefalea ni reportó otros síntomas neurológicos. Siempre existe la preocupación de un síndrome coronario agudo. Las mujeres, más que los hombres, pueden presentarse sin dolor precordial típico, y a veces náuseas y discomfort abdominal pueden ser los síntomas primarios de presentación.

La paciente tenía una historia de colon irritable, déficit atencional, hipercolesterolemia y rinitis alérgica. Su medicación incluía atorvastatin y metilfenidato (Ritalina). Había tenido su menopausia un año antes y actualmente tomaba estrógenos y medroxiprogestreona desde entonces. Un hermano tenía enfermedad arterial coronaria de inicio antes de los 50 años. La paciente había dejado de fumar a los 40 años. Dijo tomar un vaso de vino ocasionalmente, y no refería ingesta reciente de alcohol. Realizaba ejercicios físicos tres horas por semana.

Hay que averiguar siempre la ingesta de medicación no prescripta por médicos, terapias alternativas, hierbas, suplementos dietarios etc, ya que muchos de ellos pueden causar gastritis o tener efectos neurotóxicos que podrían dar estos síntomas. De la medicación que toma, las estatinas estan asociadas a leve aumento del nivel de transaminasas pero raramente inducen hepatitis sintomática. La paciente debe ser interrogada específicamente sobre el uso de aspirina y antiinflamatorios no esteroides, que pueden tener toxicidad gástrica, y acetaminofen (paracetamol) en vista de su toxicidad hepática. El status posmenopáusico de la paciente, su terapia hormonal de reemplazo durante un año y la enfermedad coronaria prematura en un hermano aumentan la probabilidad de evento isquémico agudo.

En el examen físico, la paciente tenía una frecuencia cardiaca de 36 latidos por minuto, con un ritmo regular y una tensión arterial acostada de 110/60 mmHg. Cuando se sentaba, su frecuencia cardiaca se iba a 38 por minuto y su TA caía a 90/50 mmHg. Estaba afebril, y su saturación de O2 era de 98% mientras respiraba aire ambiente. Tenía dolor leve en cuadrante superior derecho del abdomen sin rebote ni reacción peritoneal. El examen cardiaco no reveló soplos, galope ni frote pericárdico. Los pulmones estaban claros a la auscultación. Sus extremidades tenían temperatura normal, los pulsos normales y no había edema. No había trastornos dela memoria ni anormalidades neurológicas.

Con la historia de vómitos y ortostatismo, es sorprendente que la paciente no tenga taquicardia. Quizá, puede tener una enfermedad gastrointestinal con exagerada respuesta vagal. Sin embargo sería una causa inusual de bradicardia persistente. Habría que buscar defectos de conducción que la predispongan a una respuesta vagal exagerada. Aunque la paciente realiza actividad física regular, es muy improbable que la cantidad de ejercicio que ella reporta pueda llevarla a ese grado de bradicardia. El hipotiroidismo puede causar bradicardia sinusal, pero aún con aumento del tono vagal su frecuencia cardiaca es extremadamente baja. Es posible que tenga un síndrome del nódulo sinusal, aunque es demasiado joven para este trastorno.
La paciente puede tener una miocardiopatía infiltrativa con defectos de conducción, tal como enfermedad de Lyme, sarcoidosis, o amiloidosis. Una enfermedad cardiaca congénita no diagnosticada previamente o distrofia muscular con bloqueo, podrían presentarse a esta edad.
Sin embargo la mayor preocupación todavía debiera ser un síndrome coronario agudo, particularmente infarto de cara inferior con bloqueo cardiaco. Si no hay una respuesta vagal exagerada o isquemia activa, la ingestión de drogas (tales como beta bloqueantes, bloqueantes cálcicos, o digoxina) u otro tóxico que cause bradicardia necesita ser considerado, aunque la paciente no reporta ingesta de ninguna sustancia ni droga mas allá de las mencionadas. En este momento se impone realizar un electrocardiograma, colocar un acceso venoso, darle una aspirina y llamar a la ambulancia para trasladarla al hospital.

La paciente fue transferida al departamento de emergencias. A su arribo ella continuaba con una TA de 100/50 mmHg. Un electrocardiograma reveló marcada bradicardia sinusal a una frecuencia de 36 latidos por minuto sin anormalidades del ST-T (Figura 1). Su creatin kinasa inicial fue de 247U/L (normal 27 a 218) con una fracción MB de 5,8 ng por mililitro (normal 0,0 a 5,0); la troponina fue de 0,0 ng/ml. El nivel de potasio sérico fue de 5,2 meq/l, y el magnesio de 1,6 mg/dl; otros electrolitos eran normales, así como el análisis completo de sangre. La urea era de 12 mg/dl, y la creatinina de 0,9 mg/dl. El nivel de calcio fue de 8,6 mg/dl con un nivel de albúmina normal. Los resultados de los tests de función hepática, así como la amilasa y lipasa sérica. El screening toxicológico en suero y orina fue llevado a cabo. Los hallazgos de la Rx de tórax y la ecografía de abdomen fueron normales. La paciente fue admitida al hospital.

El ECG muestra una profunda bradicardia sinusal, depresión difusa del segmento ST y presencia de onda U. No hay ondas Q que sugieran infarto de miocardio y hay una progresión de onda R a nivel de las derivaciones precordiales.
La naturaleza difusa de la depresión del segmento ST sugiere alguna droga o disbalance electrolítico mas que isquemia. También la medida de las enzimas cardiacas obtenidas 12 a 14 horas después del inicio de los síntomas de la paciente es tranquilizadora. Debido a que la paciente está sintomática aún, la realización de ECG seriados, medición de niveles de enzimas cardiacas y monitoreo cardiaco es todavía apropiado, aunque la atención debe estar principalmente en buscar otras causas no isquémicas.
Llama la atención que el potasio sérico está ligeramente elevado en el contexto de vómitos y función renal normal. Sin embargo, la presencia de onda U sugiere, o que el potasio está elevado o el valor inicial de laboratorio fue un error. La onda U puede ser causada también por efecto tóxico de alguna medicación (por ej quinidina) La bradicardia sinusal con depresión del ST de aspecto cóncavo, aumenta las sospechas de efecto tóxico de la digoxina, sin embargo, otras drogas pueden tener ese efecto también.

La paciente continuó teniendo una frecuencia cardiaca de 30 con náuseas y ocasionales vómitos. Se le administró 0,5 mg de atropina intravenosa, que fue seguida de un rápido incremento de la frecuencia cardiaca a 70 latidos por minuto. Detalles adicionales de la historia confirmaron que ella no había tomado ninguna medicación inusual, su médico había repetido las recetas y las píldoras tenían las mismas características de siempre. Reportó no haber viajado recientemente, haber acampado o haber sido mordido por garrapatas. Dijo haber consumido una ensalada con hojas de dandelion de su pequeño jardín-huerta dos días antes de su internación y otra vez el día anterior a la misma.

Con esta información adicional, la ingestión de un tóxico parece más probable. Comer hojas de dandelion es relativamente seguro, especialmente cuando se come como parte de una ensalada. Los dos efectos colaterales mas comunmente reportados con la ingesta de dandelion es aumento de la diuresis y elevación en el nivel de glucosa sanguínea.
Que otra cosa puede la paciente haber consumido o haber estado expuesta y que explique su cuadro clínico? Sus náuseas, discomfort abdominal, y bradicardia pueden indicar envenenamiento por organofosforados. Sin embargo, el inicio de los síntomas de excesiva actividad de acetilcolina puede ocurrir dentro de las 12 horas, mientras que esta pacientecomenzó después de un día después de comer su primera ensalada. Tampoco tiene los síntomas clásicos de la intoxicación por organofosforados, tales como cefalea, calambres abdominales, diarrea, visión borrosa con pupilas pequeñas, sudoración y salivación excesivas.
Debido a que la bradicardia respondió a una pequeña dosis de atropina, no hay indicación urgente para colocación de marcapso transitorio. Si las condiciones hemodinámicas se afectaran y progresara a bloqueo cardiaco, o no tuviera respuesta a la atropina, entonces sería candidata a la colocación de un marcapaso.

La bradicardia y los cambios electrocardiograficos inespecíficos persistieron por dos días después de la internación La noche del segundo día tuvo un episodio sincopal con una pausa de 5 segundos en la telemetría despues del esfuerzo evacuatorio (Figura 2). La medida seriada de las enzimas cardiacas siguieron siendo normales. Repetidos dosages de niveles de potasio y magnesio fueron normales. El screening toxicológico fue negativo. El nivel de tirotrofina fue normal, y el test serológico para enfermedad de Lyme fue negativo. Un ecocardiograma mostró tamaño ventricular derecho e izquierdo normales sin anomalías de la motilidad parietal y con válvulas estructuralmente normales. Un estudio de perfusión cardiaco con stress de ejercicio no reveló isquemia

Cual es el diagnóstico?


Aunque la paciente dijo no haber tomado digoxina, los persistentes cambios electrocardiográficos, y la ausencia de causa clara de su condición se ordenó un test de digoxina el tercer día de hospitalización, el cual mostró un nivel de 1,3 ng/ml.

Porque la paciente tiene digoxina en suero? Las posibilidades incluyen el uso subrepticio de digital por la paciente, envenenamiento intencional provocado por otra persona con fines homicidas, o la ingestión accidental de glucósidos por el consumo de plantas que contienen el compuesto. Otras posibilidades incluyen, error de laboratorio y resultados falsos positivos debido a la presencia de factores inmunorreactivos como se han descripto por ejemplo en pacientes con enfermedad hepática o en aquellos que toman antialdosterónicos tales como espironolactona. Sin embargo, los síntomas y síntomas son consistentes con toxicidad digoxínica, y argumentan fuertemente contra un resultado falso positivo.
Dado la marcada bradicardia y cambios los electrocardiográficos, con una concentración de digoxina sérica de solo 1,3 ng/ml y función renal normal, debieran investigarse otros orígenes de los glucósidos, incluyendo plantas así como hierbas medicinales.

La paciente y su pareja reafirmaron que no había tomado digoxina. Sin embargo, la pareja de la paciente reportó que tenía foxglove plantado en su jardín. La paciente describió que había tomado hojas de dandelion para su ensalada, y además dijo que estas hojas estaban muy cerca de donde crecía la planta de foxglove. El nivel de digitoxina, medido en el tercer día de hospital fue de 43 ng/ml (rango terapéutico 10 a 32)

La digitoxina es el principal agente activo en las hojas de foxglove. Por lo tanto, el nivel de digitoxina es consistente con la reciente ingestión de foxglove. La digitoxina difiere de la digoxina en que la digitoxina tiene mucha mayor absorción absorción gastrointestinal, tiene una mayor vida media (4 a 6 hs en vez de 2), está más unida a proteínas, y es eliminada mucho menos por riñón y metabolizada preferntemente en hígado. Debido a los efectos de la digitoxina persiten mucho más que la digoxina, la paciente debe ser monitoreada en el hospital hasta que la bradicardia se resuelva.
Debe la paciente ser tratada con anticuerpos Fab específicos para digoxina? La indicación generalmente aceptada para esta medicación es la persistente hiperpotasemia, arritmias ventriculares o supraventriculares que pongan en peligro la vida de la paciente, bradicardia hemodinámicamente significativa, bloqueo cardiaco de alto grado que no responde a la atropina y paro cardiaco.

Las náuseas y mareos comenzaron a mejorar, pero la frecuencia cardiaca permaneció baja, a un promedio de 40 latidos por minuto. Hacia el 7º día de internación la frecuencia cardiaca aumentó por encima de 40. La pareja de la paciente trajo una hoja de foxglove al hospital , y la paciente inmediatamente reconoció que era la hoja de la planta que había comido. El análisis de la planta confirmó la presencia de digitoxina. La paciente estuvo perfectamente bien y en condiciones de volver a su casa hacia el 9º día de internación.

Commentario:
La toxicidad accidental por digital asociada con el consumo de plantas que contienen glucósidos cardiacos es rara. (1) Aunque foxglove es una planta indígena que crece a temperaturas templadas, pocas personas la consumen debido a su sabor amargo. (2) La exposición es más común en niños menores de 6 años que en adultos. (1). La ingestión puede también ocurrir por consumo de tagua contaminada que transcurre por tierras donde crecen estas plantas, por preparaciones de hierbas preparadas en forma casera y de jardines hogareños, como ocurrió en este caso.
La toxicidad debido al consumo de hojas la planta de foxglove (Digitalis purpurea) produce hallazgos clínicos similares a los asociados con sobredosis de digoxina. Aunque algúnos pacientes pueden presentarse con efectos colaterales típicos, tales como los gastrointestinales (náuseas, vómitos, anorexia o diarrea), otros pueden tener efectos sobre el sistema nervioso (fatiga, confusión, insomnio o psicosis), efectos visuales (ver halos amarillos, visión borrosa, visión doble, o fotofobia), y efectos cardiacaos (palpitaciones, mareos, o dolor torácico). Tales diversas manifestaciones pueden llevar al clínico a confundir y al retraso en arribar al diagnóstico como ocurrió en esta paciente. Debe considerarse además que los síntomas asociados a toxicidad digitálica no se corresponden necesariamente con la concentración sérica de digoxina, y que hay personas que pueden tener síntomas tóxicos a niveles considerados normales o terapéuticos. (2)
En general, los glucósidos cardiacos derivados de plantas tienen propiedades que afectan al miocardio de una manera similar a la digoxina. Los glucósidos cardiacos mejoran el inotropismo cardiaco por inhibición de la Na/K-ATPasa y aumentando finalmente el calcio intracelular dentro de los cardiomiocitos. (3-4) Además, los glucósidos cardiacos promueven la actividad parasimpática, disminuyendo la frecuencia cardiaca en reposo o la respuesta ventricular a la taquicardia supraventricular. El episodio sincopal de la paciente probablemente ocurrió debido a su mayor tono vagal asociado al esfuerzo evacuatorio que en un momento por la maniobra de Valsalva puede disminuir el retorno venoso a cavidades derechas.
Además de foxglove (Figura 3), varias otras plantas así como hierbas pueden contener glucósidos cardiacos que pueden ser detectados por radioinmunoensayo para digoxina o digitoxina (como en este caso), wooly foxglove (D lanata), oleander ornamental (Nerium olander) lila del valle (Convallaria majalis) y ouabaina (Strofantus gratus) etc. (2) Otro origen de los glucósidos cardiacos son los venenos extraidos de las glándulas de la piel de ciertas especies de sapos (Bufo marinum y B alvarius). Estos compuestos son usados como afrodisíacos en medicaciones chinas (por ej chan su) (5-6) La ingestión puede causar síntomas y hallazgos clínicos similares a la intoxicación digitálica, y se han reportado muertes. (6)
Los pacientes con toxicidad cardiaca por glucósidos derivados de plantas o hierbas así como aquellos con toxicidad derivada de productos farmacéuticos pueden ser tratados inicialmente con carbón activado. Si la toxicidad pone en riesgo la vida, la administración de anticuerpos específicos anti fragmento Fab de la digoxina debe ser considerada para la rápida reversión de las complicaciones cardiacas. Debido al gran volumen de distribución de los glucósidos cardiacos, la diálisis es inefectiva para tratar este tipo de toxicidad digitálica. (2) La consulta temprana con sevicio de toxicología o centros de control de venenos puede ayudar al clínico a identificar el origen toxico y guiar el tratamiento.
Pudo en este caso haberse hecho antes el diagnóstico en este caso? Varias pistas diagnósticas no fueron reconocidas inicialmente. El nivel de potasio estaba elevado, cosa inusual en un contexto de náuseas y vómitos. Además, la combinación de bradicardia persistente otros elementos elctrocardiográficos debieron despertar la sospecha de intoxicación digitálica. Si el diagnóstico se hubiese establecido antes se podría haber tratado el cuadro con anticuerpos específicos dirigidos contra el fragmento Fab. En contraste a la toxicidad digitálica por formas farmacéuticas de la droga, en las que la utilidad de los anticuerpos contra la porción Fab está ampliamente demostrada, hay menos experiencia con esta medicación para los casos en que la toxicidad obedece a la ingestión de hierbas o plantas. Sin embargo, estos tratamientos Fab no tienen contraindicaciones y podrían haber acortado el tiempo de internación.

Fuente de información:
From the Department of Medicine, Harvard Vanguard Medical Associates and Brigham and Women's Hospital (L.S.N., H.E.L.); and the Division of Cardiovascular Medicine, Brigham and Women's Hospital (M.W.F.) — both in Boston.
Address reprint requests to Dr. Newman at Brigham and Women's Hospital, 75 Francis St., Boston, MA 02115, or at
lnewman1@partners.org
'//-->
.
References
Watson WA, Litovitz TL, Rodgers GC Jr, et al. 2002 Annual report of the American Association of Poison Control Centers Toxic Exposure Surveillance System. Am J Emerg Med 2002;21:353-421.
Hoffman BF, Bigger TJ. Digitalis and allied cardiac glycosides. In: Gilman AG, Rall TW, Nies AS, Taylor P, eds. Goodman and Gilman's the pharmacological basis of therapeutics. 8th ed. New York: Pergamon Press, 1990:814-39.

Smith TW, Haber E. Digitalis. N Engl J Med 1973;289:1125-1129.
[Medline]
Hauptman PJ, Kelly RA. Digitalis. Circulation 1999;99:1265-1270.
[Free Full Text]
Kwan T, Paiusco AD, Kohl L. Digitalis toxicity caused by toad venom. Chest 1992;102:949-950.
[Free Full Text]
Gowda RM, Cohen RA, Khan IA. Toad venom poisoning: resemblance to digoxin toxicity and therapeutic implications. Heart 2003;89:e14-e14.
[Free Full Text]
Kelly RA, Smith TW. Recognition and management of digitalis toxicity. Am J Cardiol 1992;69:108G-118G.
[Medline]
Antman EM, Wenger TL, Butler VP Jr, Haber E, Smith TW. Treatment of 150 cases of life-threatening digitalis intoxication with digoxin-specific Fab antibody fragments: final report of a multicenter study. Circulation 1990;81:1744-1752.
[Free Full Text]
Rich SA, Libera JM, Locke RJ. Treatment of foxglove extract poisoning with digoxin-specific Fab fragments. Ann Emerg Med 1993;22:1904-1907.
[CrossRef][ISI][Medline]
Thierry S, Blot F, Lacherade J-C, Lefort Y, Franzon P, Brun-Buisson C. Poisoning with foxglove extract: favorable evolution without Fab fragments. Intensive Care Med 2000;26:1586-1586.
[Medline]

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ateneo Hospital Pintos 26/11/2008. Metástasis cerebrales múltiples de cáncer primario desconocido. Hidatidosis hepática

Paciente de 39 años de edad sin antecedentes personales relevantes que ingresa el día 06/09/20008 por cuadro clínico de cefalea de 2 meses de evolución, frontooccipital, progresiva, que no cedía con AINE y que cedía parcialmente con Migral.
Hace 15 días se agregan a este cuadro vómitos no precedidos de nauseas que ceden con metoclopramida
Se interpreta el cuadro como cefalea tensional.
No presentaba foco neurlógico ni signos meníngeos
Se indica seguimiento por C.E de Neurología
Neurología10/09
Edema de papila bilateral
Se solicita TAC de encéfalo
TAC de encéfalo10/09
Imagen hipodensa de gran tamaño en hemisferio cerebral izquierdo compatible con edema vasogénico con efecto de masa sobre estructuras vecinas con colapso parcial del ventriculo lateral.
Se sugiere completar con RMN
Se indica internación en Sala de Clínica Médica para diagnóstico y eventual tratamiento
Se solicita Rx de tórax, rutina de laboratorio y ECG
Se solicita RNM con gadolinio
Se inicia tratamiento con corticoides y DFH
RMN de cerebro con gadolinio12/09
Se visualizan múltiples imágenes nodulares con realce de contraste, la más significativa en lóbulo parietal izquierdo con realce en anillo con nódulo mural polilobulado con edema y efecto de masa sobre el sistema ventricular homolateral.
Se visualiza otra a nivel corticosubcortical occipital derecho y otra a nivel temporal
Impresión diagnóstica: MTTS cerebrales de primario desconocido
Exámenes complementarios13/09
Laboratorio: G.R: 3700000Hb: 10,9 Hto: 35% Plaquetast: 315000 G.B: 7300 (88/10/2) Eosinófilos: 5% Urea: 58 mg% Creatinina: 1,3 mg% Ionograma: 140/3,8/102 TGO: 28
TGP: 93 FAL: 198 LDH: 208 HIV: negativo
Rx Tx: s/p
ECG: HVI. HTA?
Ecografía de tiroides y cuello16/09
Glándula tiroides de forma, tamaño conservados y ecoestructura algo heterogénea en forma difusa. Sin imágenes focales detectables.
Medidas: Lóbulo derecho: 4,8 X 1,9 X 1,5 Lóbulo izquierdo: 4,3 X 1,7 X 1,6
En el hueco supraclavicular derecho y región lateral derecha de cuello conglomerado adenopático de por lo menos 3 ganglios, el mayor de 2 cm de diámetro
Frotis de Sangre periférica17/09

Neutrófilos segmentados: 45% Linfocitos: 42% Eosinófilos: 7% Monocitos: 6%
TAC de cuello, tórax, abdómen y pelvis17/09
Cuello: s/p
Tórax: s/p
Abdómen: Hígado: imágenes quísticas una en lob. Derecho de 40 mm con bordes parcialmente calcificados y otra en lob. Izquierdo de 35 mm.
Riñones: ambos aumentados de tamaño con la presencia de múltiples imágenes quísticas
Pelvis: s/p
Impresión diagnóstica: Enfermedad de von Hippel – Lindau?
P.A.A.F19/09
Material: nódulo cervical
Diagnóstico: células epiteliales con caracteres de atipía consistente con adenocarcinoma
Se deriva a Mar del Plata22/09
En el H.I.G.A. “Dr. Oscar Alende” de Mar del Plata se indica radioterapia holocraneana
El paciente vuelve de la ciudad de Mar del Plata.
Se solicita interconsulta con sevicio de Oncología que indica exéresis del ganglio supraclavicular para estudio anatomopatológico
Biopsia ganglio supraclavicular derecho20/10
Material: adenopatía supraclavicular derecha
Diagnóstico: metástasis ganglionar de carcinoma poco diferenciado
Oncología10/11
Solicita RMN de cerebro, Doble difusión en arco 5 para hidatidosis, inmunohistoquimica e inmunofenotipo de ganglio supraclavicular
Si la inmunohistoquímica no es diagnóstica del origen se realizará biopsia estereotáxica de cerebro
Informe de estudio para hidatidosis11/11
Hemaglutinación indirecta +1/128
Doble Difusión Arco 5 +1/5
Diagnóstico: Hidatidosis
Infectología11/11
Tras interconsulta con Infectología se inicia tratamiento con albendazol
Informe RNM con gadolinio11/11
Múltiples imágenes compatibles con masa ocupante, situadas en lóbulo temporal izquierdo, córtico-subcortical de aspecto macizo que mide 1,5 cm. de diámetro; córtico-subcorticalmedial en lóbulo occipital de 2 cm. de diámetro; córtico-subcortical occipital que presenta imagen quística asociada, siendo en su totalidad de 4 cm., presentando nódulo macizo de 1 cm., en su parte más caudal; imagen puntiforme en cerebelo izquierdo, no definida pudiendo corresponder a igual etiología.
Todas las masas producen realce con gadolinio.
Compatibles con secundarismo neoplásico




Conclusiones:
paciente de 39 años que debuta con cefalea y síntomas de hipertensión endocraneana por metástasis de carcinoma poco diferenciado de primitivo desconocido.
En un momento confundió la positividad de los tests inmunológicos para hidatidosis, seguramente producidos por la imagen quística hepática parcialmente calcificada que seguramente corresponde a etiología parasitaria.
No se consideró necesaria la biopsia cerebral estereotáxica, debido a que el diagnóstico de cancer generalizado se realizó con la biopsia ganglionar de cuello y a que las imágenes no presentan dudas de diagnóstico diferencial con otras entidades.
Por lo tanto se indicó radioterapia holocraneana como primera medida para aliviar la hipertensión endocraneana, mas allá de los cortcosteroides y los anticomiciales. De acuerdo a la respuesta se considerará terapia sistémica posterior.
Presentado por:

Dr Miguel Copello
Médico especialista en neurocirugía

Cual es el diagnóstico? Síndrome de Marfan. Aracnodactilia

Dos simples maniobras pueden ayudar a demostrar aracnodactilia. Primero: el signo del pulgar, que es positivo si el pulgar, cuando es completamente opuesto dentro de la mano cerrada se proyecta mas allá del borde cubital. Segundo: el signo de la muñeca es positivo si la falange distal del 1º y 5º dedo de una mano cuando se colocan rodeando a la muñeca opuesta se superponen


Signo de la muñeca (signo de Walker)



signo del pulgar (signo de Steinberg)




James Bowman, MD, Senior Scholar of Maclean Center for Clinical Medical Ethics, Professor Emeritus, Department of Pathology, University of Chicago; Mary L Windle, PharmD, Adjunct Assistant Professor, University of Nebraska Medical Center College of Pharmacy, Pharmacy Editor, eMedicine.com, Inc; Leonard G Feld, MD, PhD, MMM, Chairman of Pediatrics, Carolinas Medical Center; Chief Medical Officer, Levine Children's Hospital, Carolinas Healthcare System; Paul D Petry, DO, FACOP, FAAP, Clinical Assistant Professor of Pediatrics, University of North Dakota, School of Medicine and Health Sciences; Consulting Staff, Altru Health System; Bruce A Buehler, MD, Professor, Department of Pathology and Microbiology, Director, Hattie B Munroe Center for Human Genetics, Chairman, Department of Pediatrics, University of Nebraska Medical Center

martes, 25 de noviembre de 2008

Cual es el diagnóstico?

El paciente que se presenta es un caso que está actualmente en estudio que es aportado por un colega para diagnóstico diferencial y aporte de ideas, las cuales son bienvenidas.

Paciente italiano sexo masculino, de 81 años con antecedentes de:
EPOC G I medicado con Propavent en aerosol
Hipertiroidismo en el 2000 medicado con danantizol durante un periodo sin controles ni tratamientos posteriores.No tengo diagnóstico si fue un Basedow o Plummer.
HTA leve medicado con Zestril 10 mg diarios.
FA crónica detectada en el 2000 por lo que se encuentra anticoagulado. Medicado con incoril AP 120 1/día.

Motivo de consulta:
En agosto 2008 presenta proctorragia con pujos y tenesmos, por lo que se realizó colonoscopía que demostró colitis ulcerosa con biopsia.
Al mes refiere dolor intercostal izq de características pleuríticas leve que cede con ibuprofeno, por lo que se realizan estudios.Éstos demuestran una TSH baja, anemia normocítica y una RxTx que impresiona de derrame pericárdico, por lo que solicito una TAC de Tx y mediastino y ecocardiograma.Además solicito estudios de funcionalidad tiroidea para determinar bien el origen.


Ex físico:
Peso 75 – Mide 1,67 - Piel gruesa, pálida, con sme posflebítico en ambas piernas con dermatitis ocre y leve edema blando en pantorrillas.Cuello sin adenomegalias con ing yugular y reflujo hepatoyugular positivo.Tolera decubito sin taquipnea.
Tórax con algunos roncus MV conservado sin matidez.
ACV: Pulso irreg, sin soplos.Distales presentes.FC 84 TA 123/80
Abd con hígado palpable, móvil e indoloro, de 2 traveses de dedo.

Ex Complementarios
02/04/2004 Rxtx: enfisema con signos de hipertensión pulmonar Ver foto
Rx de 02/04/08

15/08/2008 Lab: Hemograma normal - glucemia 89 - creat 0,89 - hepatograma normal

28/08/2008 Lab: Hemograma normal - eritro 48 - glucemia 90 - creat 0,9 - úrico 5,7 - colesterol 177 - HDL 53 - LDL 110 - Hepatograma normal - PSA 0,69 - TSH 0,03 - proteinograma normal - orina normal

03/09/2008 Eco abdominal: normal

11/09/2008 Eco de tiroides: Heterogenea.nódulo de 6 mm en lob izq.
Lab: TSH 0,05 - T4 normal 1,6 (0,9-1,7) - T3 0,8 (0,8-2)

30/09/2008 Centello de tiroides: asimetría por aumento del tamaño del lob izq, distribucion heterogenea.
Curva de captacion por debajo de lo normal. Conclusión: tiroiditis
.


20/10/2008 RxTx: HVD (o derrame pericárdico) con leve secuela pleural basal der. Ver foto.Pido Rx anteriores.Pido ecocardiograma.
Rx de 20/10/08
29/10/2008 Eco-doppler cardiaco: Aurícula izquierda levemente dilatada, hipocinesia lateral con buena contractilidad, FSVI normal, insuficiencia aórtica leve, insuf tricuspidea con PAP de 37 mm Hg, AD severamente dilatada.Derrame pericárdico posterior sistodiastólico leve.

10/11/2008 TAC de Tx y mediastino: derrame pericardico y pleural incipiente ascitis
Ex hematologico: Hb 11,5 - Hto 36 - Ferremia 27 ugr disminuido - eritro 101 Sat transferrina 11 % disminuida - Ferritina 358 normal: anemia normocitica - Conclusión: Metabolismo de hierro de inflamacion

Espirometría: CVF (3,2) 3,1 98 % - VEF 2,5 83 % Normal

EVOLUCIÓN
Esta estudios me llevan a estudiar la anemia que si bien es normocítica y podría estar asociada a la colitis ulcerosa, se acompaña de una eritro muy elevada y signos de serositis (pleural y peritoneal), los estudios tiroideos demuestran tiroiditis (curva de captación baja), y signos de HT Pulmonar.Por lo que se agregaron diuréticos a dosis bajas y se solicitaron estudios para descartar actividad inmunológica y otras causas de sobrecarga derecha cardíaca; que son:

12/11/2008 Centello perfusion pulmonar normal

Lab: Hto 32,9 - Hb 10,3 - VCM 85 - GB 5800 - Plaq 267.000 - eritro 70 - glucemia 107 - creat 1 - hepatograma normal - calcio 8,6 - GamaGT 88 (hasta 50) - LDH normal 365 - ANCA neg - TSH 0,16 - T4 L normal - Ac antiroglob neg - Apo normal 21 - FAN neg - prot b Jones neg - Proteinograma normal - orina normal

El paciente se presenta ahora en noviembre con más palidez, decaimiento, disnea G II/III con menos dolor pleurítico.No aparecieron adeno ni organomegalias; ni ningún otro síntoma asociado.Bajó 3 Kg (diuréticos?) - Peso 72 – TA 120/80
Conclusión:
Se agravó la anemia y empeoró la evolución clínica.Se debe realizar algún otro método diagnóstico que justifique el cuadro clínico? Existe una neoplasia asociada?, hemopatía? Vasculitis? Se debe tratar la tiroiditis con TSH baja? Hay actividad inmunologica? Los Ac dieron todos negativos.
Solicité: TAC de abdomen y retroperitoneo
Nuevo examen hematologico y PAMO (Puncion aspiracion de MO).
Imposible realizar puncion de liquido pleural y/ascitis por la escasez de los mismos.
Agradecería opiniones.
Paciente presentado por el Dr Walter Ressia
Médico especialista en Medicina Interna

domingo, 23 de noviembre de 2008

Cual es el diagnóstico? Apendicitis epiploica

Una mujer de 51 años de edad se presenta a la consulta ambulatoria de cirugía por el dolor abdominal. Ella presentó por primera vez el dolor hace 9 meses. Afirma que el dolor se produce aproximadamente cada 3-4 semanas, y que cada episodio dura 2-3 días. El dolor se describe como "insoportable" cuando se produce, y hace que se doble en un intento de alivio, localizándose en forma difusa , en todo el abdomen. Hay náuseas asociadas con el dolor, pero no se han producido episodios de emesis. Ella no puede citar ninguna forma de aliviar el dolor así como tampoco reconoce desencadenantes. El dolor no mejora después de una evacuación intestinal, y no se han producido cambios en sus hábitos intestinales. El dolor no ha afectado su apetito, y ella niega fiebre, escalofríos, melena, o hematoquecia. Ella no ha experimentado ninguna pérdida de peso reciente. Su historia clínica es importante por enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), síndrome de intestino irritable (IBS), quistes de ovario bilateral, y depresión. El tratamiento que hace actualmente es: esomeprazol, aspirina, bupropión, alprazolam. También toma acetaminofeno / hidrocodona, según sea necesario para el dolor abdominal. Como antecedentes quirúrgicos presenta una histerectomía por vía vaginal hace varios años. No hay otros antecedentes personales ni familiares. En los últimos 9 meses fue sometida a estudios de TAC abdominopélvica y colonoscopía que no mostraron alteraciones excepto los quistes de ovario.El examen físico revela un leve sobrepeso (86 kg) y su altura es de 165 cm. El índice de masa corporal (IMC) es 31,6 (obesidad clase I). Está afebril, y su presión sanguínea es 138/88 mm Hg, su pulso es regular en 75 latidos por minuto, y los ruidos cardiacos son normales, sin soplos, frotes , o galope. Su respiración es normal a una frecuencia de 14 por minuto. Los pulmones se auscultan claros. Examen de cabeza y el cuello es totalmente normal. Su examen abdominal revela un abdomen blando e indoloro a la palpación superficial y profunda, ruidos intestinales normales. No se realizó examen rectal.
La paciente refiere que varios días atrás presentó un episodio de dolor abdominal, por lo que concurrió al departamento de emergencias para ser examinada durante el episodio, tal como había aconsejado su médico de cabecera. En ese momento se le realizaron análisis de laboratorio que incluian sangre y orina, recuento de glóbulos, un panel metabólico completo, amilasa, lipasa los cuales fueron todos normales. También se le realizó una nueva TAC abdominopélvica, que en un informe preliminar le habían adelantado que era normal. Ella trae dicha tomografía a la consulta (Figuras 1A y 2A)



Cual es el diagnóstico?



1) Inflamación de apéndice epiploico
2) Infarto agudo de epiplón
3) Paniculitis mesentérica
4) Apendicitis aguda

Diagnóstico: apendicitis epiploica

Un area de atenuación aumentada dentro de la grasa mesentérica en el cuadrante superior derecho rodeando un área de atenuación disminuída fue notada en zona de colon transverso. El diagnóstico es compatible con el diagnóstico radiológico de inflamación de apéndice epiploico. El apéndice epiploico es una proyecciónde la superficie serosa del colon. Aparecen en el 5º mes de la vida fetal, y cada apéndice contiene una vénula y 1 o 2 arteriolas, ramas de los vasa recta (1,2) Ellos forman 2 raíces paralelos a las tenias (bandeletas) anterior y posterior del colon y van desde el ciego hasta la unión rectosigmoide (1,3) Cada apéndice epiploico es de aproximadamente 1 a 2 cm de grosor y 0,5 a5 cm de largo(1,4) con un promedio de 3 cm de largo (aunque se han descripto apéndices epiploicos de 15 cm de largo) Frecuentemente se encuentran asociado a los divertículos colónicos y son solo visibles en las imágenes cuando están rodeados de líquido inflamatorio.(4)
El término apendicitis epiploica primaria es reservado para los casos que resultan de la torsión espontánea, isquemia o inflamación de un apéndice epiploico (1,2,3) Dos factores centrales contribuyen a la propensión a la torsión del apéndice epiploico seguidos de isquemia y/o infarto: su característica de estar libre y móvil, así como tener capacidad limitada de irrigación sanguínea consistente en dos estrechas arterias terminales y una vena tortuosa que pasan a través de estrecho pedículo(3) La secuencia de eventos clínicos es similar a la apendicitis aguda, a saber: una obstrucción de alguna clase, seguido de isquemia, trombosis y finalmente necrosis. Los signos de torsión y necrosis son raramente vistas durante la laparotomía(6) La apendicitis epiploica secundaria es causada por la inflamación y extensión desde estructuras adyacentes (como diverticulitis, apendicitis o colecistitis) (2,3)
Vesalius fue el primero en reconocer al apéndice epiploico en 1543 pero su potencial significado no fue reconocido hasta 1853 cuando Virchow propuso que su desprendimiento puede ser origen de un cuerpo libre intraperitoneal (5,7,8) Esos apéndices, libres en el peritoneo pueden calcificarse y pueden ser mas tarde vistos como hallazgos incidentales en una laparoscopía. A veces se los ve pegados a otros órganos, llamándoselos en ese caso “apéndices epiploicos parásitos” (8) El rol exacto de los apéndices epiploicos no es conocido, aunque hay varias teorías plausibles. Pueden proteger al colon como un pequeño epiplón; pueden actuar como depósito de sangre durante la contracción del colon; pueden ser depósitos de grasa; y pueden aún tener un rol en la absorción y en la respuesta inmune (1,9,10) También son utilizados en la cirugía para proteger las lineas de sutura y cerrar perforaciones.(10)
El colon sigmoide y el ciego son los más comunes sitios de apendicitis epiploica, y de esas dos, la localización sigmoidea es la más frecuente.(11) Debido a que los apéndices epiploicos tienden a ser mas largos en el sigmoide, no es sorprendente que la apendicitis epiploica y su sintomatología acompañante sean mas a menudo experimentados en el cuadrante inferior izquierdo. Hay al menos 1 caso, sin embargo, de un paciente con un colon sigmoide muy largo y redundante que se presentó con la sintomatología en fosa ilíaca derecha.(1) Hay también un caso reportado de apendicitis epiploica en un saco herniario. (12)
La apendicitis epiploica primaria es mas a menudo confundida con diverticulitis y apendicitis, dependiendo de la localización. Apendicitis epiploica fue el diagnóstico definitivo en 2 a 7% de TAC llevadas a cabo para descartar divericulitis y en 1% de las TAC realizadas para descartar apendicitis (13,14). El dolor también puede simular una hernia, un cólico ureteral, un infarto de epiplón, colecistitis aguda y enfermedad inflamatoria pélvica (EPI) (15).
Aunque una revisión en la literatura no reveló una exacta incidencia, la rareza de la apendicitis epiploica primaria es evidenciada por el hecho que Sand y col encontraron solo 10 pacientes en un estudio de 3 años llevado a cabo en un departamento de emergencias en un centro quirúrgico académico urbano(1) Aunque puede presentarse a cualquier edad, la apendicitis epiploica se presenta mas comúnmente en la 5º década de la vida; adicionalmente, tiene una leve preponderancia masculina. (1,3,16) Hay alguna controversia sobre si se da mas en pacientes con sobrepeso o en pacientes obesos. (2,12,17) Hanson y col reportaron que no solo la apendicitis epiploica es mas comun en pacientes obesos, sino que es mas común en pacientes obesos que recientemente han perdido peso.(18) El ejercicio intensivo o el trabajo físico no acostumbrado es a menudo recordado por los pacientes como evento desencadenante. (9,19,20)
Un paciente con appendicitis epiploica generalmente se presenta con dolor agudo, localizado, no migratorio, mas a menudo en cuadrante inferior izquierdo. El dolor puede ser agravado por los movimientos, tales como respirar profundo o toser.(2) En contraste con otros procesos abdominales agudos , tales como apendicitis o diverticulitis, los pacientes habitualmente no tienen fiebre, anorexia, nauseas o vómitos. Típicamente los valores de laboratorio incluyendo análisis completos de sangre, perfil metabólico y análisis de orina estan dentro de valores normales, sin embargo algunos pacientes pueden presentarse con leucocitosis leve. (1,2) Sand y col reportaron un aumento de PCR en 2 de 10 pacientes en su serie de casos.(1)
Antes del advenimiento de la TAC, el diagnóstico de apendicitis epiploica era hecho por laparotomía exploradora don del apéndie epiploico inflamado era ligado y escindido. (21) La identificación adecuada de esta condición por medios de estudios radiológicos especialmente por TAC abdominopélvica pueden evitar una exploración quirúrgica innecesaria con sus costos y complicaciones agregadas. Un estudio de Rao y col reveló que el costo promedio por error diagnóstico en estas situaciones fue de U$S 4.117. (22) Enla TAC, la apendicitis epiploica está representada por una lesión oval, típicamente de 2-4 cm de diámetro, en cercana aposición a la pared colónica. Más de la mitad de los casos están en el colon sigmoide. Rodeada por la frasa periapendicular y pericólica, la atenuación de la lesión en si misma es similar a la grasa pero a menudo hay un anillo de densidad aumentada. Una sección central de hiperatenuación representando un área de trombosis venosa puede estar intermitentemente presente. (1,4) La pared colónica proximal no está normalmente engrosada, lo que ayuda a diferenciar de la diverticuliyis; sin embargo, el peritoneao visceral adyacente ocasionalmente puede estar engrosado. (1) Es generalmente dificultoso identificar apendicitis epiploica con ecografía, pero el apéndice ha sido descripto como una masa no compresible, oval, e hiperecoica con un fino anillo hiperecoico en el punto de mayor sensibilidad., adyacente al colon. En el Doppler color, hay ausencia de flujo central; este es un elemento importante en difernciar de la apendicitis que muestra un aumento del flujo. (1,20,23,24) La RMN no se lleva a cabo de rutina en pacientes con sospecha de apendicitis epiploica, sin embargo, puede diagnosticarse con este método. En la RMNlas imágenes en T1 y T2 muestran una lesión focal, con una señal de intensidad similar a la grasa. El agregado de contraste a las imágenes en T1 demuestra una lesión grasa con un realce en anillo. (25) Los cambios radiológicos pueden persistir por semanas, (20) pero generalmente se resuelven dentro de los 6 meses del episodio agudo. (4)
El manejo conservador con medicación antiinflamatoria y control del dolor son la piedra angular del tratamiento de la apendicitis epiploica(1) Los síntomas usualmente remiten dentro de 1 a 2 semanas, aunque como se dijo antes, los cambios radiológicos pueden persistir. (1,2) Potenciales complicaciones que han sido reportadas incluyen adherencias, formación de abscesos, intususcepción, cuerpos libres intraperitoneales, obstrucción intestinal, y peritonitis. (4,11) Sand y col opinaron que una intervención quirúrgica fue preferible al manejo expectante ya que 4 de sus 10 pacientes en su estudio tuvieron múltiples episodios antes de hacerse el diagnóstico y en esos casos la intervención quirúrgica temprana puede evitar complicaciones tales como adherencias y formación de abscesos.(1) Ellos también notaron que los clínicos deben considerar los potenciales efectos adversos asociados con múltiples tomografías que generalmente se indican en el seguimiento de los pacientes en los que se elige un tratamiento conservador.(1)
En el caso presentado en esta página, los cirujanos optaron por el manejo conservador, y prescribieron antiinflamatorios y expectación. A la paciente se le aconsejó seguimiento por 3 meses y repetición de estudio tomográfico. Se decidió que si los síntomas persistieran se realizaría una exploración laparoscópica en ese momento


References
[ CLOSE WINDOW ]
References
1. Sand M, Gelos M, Bechara FG, et al. Epiploic appendagitis clinical characteristics of an uncommon surgical diagnosis. BMC Surgery. 2007;7:11.
2. Tutar NU, Ozgül E, Oğuz D, Cakir B, Tarhan NC, Coşkun M. An uncommon cause of acute abdomen-epiploic appendagitis: CT findings. Turk J Gastroenterol. 2007;18:107-110.
Abstract
3. Jain TP, Shah T, Juneja S, Tambi RL. Case of the season: primary epiploic appendagitis: radiological diagnosis can avoid surgery. Semin Roentgenol. 2008;43:4-6.
Abstract
4. Singh A, Gervais DA, Hahn PF, Sagar P, Mueller PR, Novelline RA. Acute epiploic appendagitis and its mimics. Radiographics. 2005;25:1521-34.
Abstract
5. Vinson DR. Epiploic appendagitis: a new diagnosis for the emergency physician. Two case reports and a review. J Emerg Med. 1999;17:827-32.
Abstract
6. Fieber SS, Forman J. Appendices epiploicae: clinical and pathological considerations. AMA Arch Surg. 1953;66:329-38.
Abstract
7. Vesalius A: De humanis corporis fabrica libri septem [Title page: Andreae Vesalii Bruxellensis, scholae medicorum Patauinae professoris De humani corporis fabrica libri septem]. Basileae [Basel, Switzerland]: Ex officina Joannis Oporini: 1543.
8. Klatt EC. Case 96. The Internet Pathology Laboratory for Medication Education. Mercer University School of Medicine, University of Utah Eccles Health Sciences Library. Available at: http://library.med.utah.edu/WebPath/COW/COW096.html.
9. Legome EL, Sims C, Rao PM. Epiploic appendagitis: adding to the differential of acute abdominal pain. J Emerg Med. 1999:17:823-826.
Abstract
10. Sirvanci M, Tekelioglu M, Duran C, Yardimci H, Onat L, Ozer K. Primary epiploic appendagitis: CT manifestations. Clin Imaging. 2000:24:357-61.
Abstract
11. Carmichael DH, Organ CH Jr. Epiploic disorders. Conditions of the epiploic appendages. Arch Surg. 1985;120:1167-72.
Abstract
12. Ozkurt H, Karatag O, Karaarslan E, Basak M. Clinical and CT findings of epiploic appendagitis within an inguinal hernia. Diagn Interv Radiol. 2007;13:23-5.
Abstract
13. van Breda Vriesman AC, Puylaert JB. Epiploic Appendagitis and omental infarction: pitfalls and look-alikes. Abdominal Imaging. 2002;27:20-8.
Abstract
14. Zissin R, Hertz M, Osadchy A, Kots E, Shapiro-Feinberg M, Paran H. Acute epiploic appendagitis: CT findings in 33 cases. Emerg Radiol. 2002;9:262-5.
Abstract
15. Quaas AM, Mueller PR, Kickham JM. Epiploic appendagitis mimicking pelvic inflammatory disease (PID). Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 2007;135:1-2.
Abstract
16. Son HJ, Lee SJ, Lee JH, et al. Clinical diagnosis of primary epiploic appendagitis: differentiation from acute diverticulitis. J Clin Gastroenterol. 2002;34:435-8.
Abstract
17. Lien WC, Lai TI, Lin GS, Wang HP, Chen WJ, Cheng TY. Epiploic appendagitis mimicking acute cholecystitis. Am J Emerg Med. 2004;22:507-8.
Abstract
18. Hanson JM, Kam AW. Paracolic echogenic mass in a man with lower abdominal pain. Is epiploic appendagitis more common than previously thought? Emerg Med J. 2006;23:e17.
19. Pellosie CJ, Goy R, Jacobsen L. Epiploic appendagitis: a possible work-related etiology. J Occup Environ Med. 2007;49:1053.
20. Mollà E, Ripollés T, Martínez MJ, Morote V, Roselló-Sastre E. Primary epiploic appendagitis; US and CT findings. Eur Radiol. 1998;8:435-8.
Abstract
21. Sangha S, Soto JA, Becker JM, Farraye FA. Primary epiploic appendagitis: an underappreciated diagnosis. A case series and review of the literature. Dig Dis Sci. 2004;49:347-50.
Abstract
22. Rao PM, Rhea J, Wittenberg J, Warshaw AL. Misdiagnoses or primary epiploic appendagitis. Am J Surg. 1998;176:81-5.
Abstract
23. Rioux M, Langis P. Primary epiploic appendicitis: clinical, US and CT findings in 14 cases. Radiology. 1994;191:523-6.
Abstract
24. Danse EM, Van Beers BE, Baudrez V, et al. Epiploic appendagitis: color Doppler sonographic findings. Eur Radiol. 2001;11:183-6.
Abstract
25. Sirvanci M, Balci NC, Karaman K, Duran C, Karakas E. Primary epiploic appendagitis: MRI findings. Magn Reson Imaging. 2002;20:137-9.
Abstract
1. Sand M, Gelos M, Bechara FG, et al. Epiploic appendagitis clinical characteristics of an uncommon surgical diagnosis. BMC Surgery. 2007;7:11.
2. Tutar NU, Ozgül E, Oğuz D, Cakir B, Tarhan NC, Coşkun M. An uncommon cause of acute abdomen-epiploic appendagitis: CT findings. Turk J Gastroenterol. 2007;18:107-110.
Abstract
3. Jain TP, Shah T, Juneja S, Tambi RL. Case of the season: primary epiploic appendagitis: radiological diagnosis can avoid surgery. Semin Roentgenol. 2008;43:4-6.
Abstract
4. Singh A, Gervais DA, Hahn PF, Sagar P, Mueller PR, Novelline RA. Acute epiploic appendagitis and its mimics. Radiographics. 2005;25:1521-34.
Abstract
5. Vinson DR. Epiploic appendagitis: a new diagnosis for the emergency physician. Two case reports and a review. J Emerg Med. 1999;17:827-32.
Abstract
6. Fieber SS, Forman J. Appendices epiploicae: clinical and pathological considerations. AMA Arch Surg. 1953;66:329-38.
Abstract
7. Vesalius A: De humanis corporis fabrica libri septem [Title page: Andreae Vesalii Bruxellensis, scholae medicorum Patauinae professoris De humani corporis fabrica libri septem]. Basileae [Basel, Switzerland]: Ex officina Joannis Oporini: 1543.
8. Klatt EC. Case 96. The Internet Pathology Laboratory for Medication Education. Mercer University School of Medicine, University of Utah Eccles Health Sciences Library. Available at: http://library.med.utah.edu/WebPath/COW/COW096.html.
9. Legome EL, Sims C, Rao PM. Epiploic appendagitis: adding to the differential of acute abdominal pain. J Emerg Med. 1999:17:823-826.
Abstract
10. Sirvanci M, Tekelioglu M, Duran C, Yardimci H, Onat L, Ozer K. Primary epiploic appendagitis: CT manifestations. Clin Imaging. 2000:24:357-61.
Abstract
11. Carmichael DH, Organ CH Jr. Epiploic disorders. Conditions of the epiploic appendages. Arch Surg. 1985;120:1167-72.
Abstract
12. Ozkurt H, Karatag O, Karaarslan E, Basak M. Clinical and CT findings of epiploic appendagitis within an inguinal hernia. Diagn Interv Radiol. 2007;13:23-5.
Abstract
13. van Breda Vriesman AC, Puylaert JB. Epiploic Appendagitis and omental infarction: pitfalls and look-alikes. Abdominal Imaging. 2002;27:20-8.
Abstract
14. Zissin R, Hertz M, Osadchy A, Kots E, Shapiro-Feinberg M, Paran H. Acute epiploic appendagitis: CT findings in 33 cases. Emerg Radiol. 2002;9:262-5.
Abstract
15. Quaas AM, Mueller PR, Kickham JM. Epiploic appendagitis mimicking pelvic inflammatory disease (PID). Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 2007;135:1-2.
Abstract
16. Son HJ, Lee SJ, Lee JH, et al. Clinical diagnosis of primary epiploic appendagitis: differentiation from acute diverticulitis. J Clin Gastroenterol. 2002;34:435-8.
Abstract
17. Lien WC, Lai TI, Lin GS, Wang HP, Chen WJ, Cheng TY. Epiploic appendagitis mimicking acute cholecystitis. Am J Emerg Med. 2004;22:507-8.
Abstract
18. Hanson JM, Kam AW. Paracolic echogenic mass in a man with lower abdominal pain. Is epiploic appendagitis more common than previously thought? Emerg Med J. 2006;23:e17.
19. Pellosie CJ, Goy R, Jacobsen L. Epiploic appendagitis: a possible work-related etiology. J Occup Environ Med. 2007;49:1053.
20. Mollà E, Ripollés T, Martínez MJ, Morote V, Roselló-Sastre E. Primary epiploic appendagitis; US and CT findings. Eur Radiol. 1998;8:435-8.
Abstract
21. Sangha S, Soto JA, Becker JM, Farraye FA. Primary epiploic appendagitis: an underappreciated diagnosis. A case series and review of the literature. Dig Dis Sci. 2004;49:347-50.
Abstract
22. Rao PM, Rhea J, Wittenberg J, Warshaw AL. Misdiagnoses or primary epiploic appendagitis. Am J Surg. 1998;176:81-5.
Abstract
23. Rioux M, Langis P. Primary epiploic appendicitis: clinical, US and CT findings in 14 cases. Radiology. 1994;191:523-6.
Abstract
24. Danse EM, Van Beers BE, Baudrez V, et al. Epiploic appendagitis: color Doppler sonographic findings. Eur Radiol. 2001;11:183-6.
Abstract
25. Sirvanci M, Balci NC, Karaman K, Duran C, Karakas E. Primary epiploic appendagitis: MRI findings. Magn Reson Imaging. 2002;20:137-9.
Abstract

viernes, 21 de noviembre de 2008

Paciente masculino de 65 años con confusión y pérdida de memoria

Ateneo anatomo- clínico del Massachusetts General Hospital

Kirk R. Daffner, M.D., Janet C. Sherman, Ph.D., R. Gilberto Gonzalez, M.D., Ph.D., and Robert P. Has si erjian, M.D.

Presentación del caso:
Dr Roy Alcalay (neurología): Un hombre diestro de 65 años de edad fue transferido a este hospital por presentar confusión y pérdida de memoria. Él se había sentido bien hasta 4 semanas antes de su internación, cuando comenzó a tener pérdida de energía y cambios en su estado de ánimo. Les dijo a sus familiares que “se sentía como si estuviera viviendo en la niebla”. Tres semanas antes de la internación, se perdió mientras conducía a la casa de su hermana; 9 días antes del ingreso no pudo llegar a la casa de su tía a la que visitaba semanalmente. Cuando regresó a su casa y pudo hablar por teléfono dijo a sus familiares no saber donde había estado. Fue llevado por sus familiares a un hospital local.
En la admisión al hospital, un neurólogo encontró al paciente alerta, pero incapaz de recordar eventos del día y reportó dificultad en encontrar las palabras adecuadas. El examen físico y neurológico fue por lo demás, normal. El nivel de vitamina B 12 era de 222 pg/ml (normal >250 pg/ml), y el test de investigación de anticuerpos para enfermedad de Lyme fue negativo. Los resultados de otros tests de laboratorio fueron negativos, incluyendo análisis completos de sangre y tests de función renal y hepática, nivel de electrolitos, tirotrofina y folato. Un electroencefalograma (EEG) fue normal, y una Rx de tórax mostró hiperinsuflación pulmonar. La TAC de cerebro sin administración de sustancia de contraste mostró cambios atróficos mínimos.
En el segundo día de hospital, una resonancia magnética (RMN) de cerebro mostró cambios en parte media de lóbulos temporales bilateralmente, que no realzaban, sin evidencia de masa, infarto o isquemia. Una punción lumbar fue llevada a cabo; los resultados del líquido pueden verse en la Tabla 1.
El 8º día de hospital, una TAC de tórax reveló una masa mediastínica de 4,1 cm. por 2 cm; placas de calcificación pleural a la altura media del hemitórax; un pequeño nódulo subpleural en la región posterior y media del hemitórax derecho; tres quistes hepáticos; cálculos calcificados; y un nódulo redondo de 2 cm de diámetro de baja densidad (10 a 20 unidades Hounsfield) en la glándula suprarrenal derecha. El cultivo del líquido cefalorraquídeo fue estéril. Se comenzó tratamiento intravenoso con aciclovir; otras medicaciones incluían tiamina administrada por vía intramuscular, así como donepecilo, lorazepan y multivitaminas. La condición del paciente no mejoró y fue derivado a este hospital hacia el 10º día de internación.
El paciente siempre había vivido en el noreste de Nueva Inglaterra. Se había graduado en la escuela secundaria donde había sido un buen estudiante. Nunca se había casado y trabajó como supervisor en un astillero hasta su retiro. No refería alergias y no tomaba medicaciones regularmente, no fumaba y raramente tomaba alcohol. Sus padres habían muerto ancianos, y tenía una tía con enfermedad de Alzheimer, y tres hermanas estaban vivas y sanas.
En el examen neurológico el paciente estaba alerta e interactivo, con un leve estado depresivo y ansioso con un estado de agitación intermitente durante el examen neurológico. Sus signos vitales eran normales. Estaba orientado, respondía a su nombre, y sabía la estación del año pero no el día, mes y año. No sabía que estaba en un hospital en Massachussets. Era capaz de enumerar los meses del año al revés y su lenguaje era fluido sin errores ni parafasias. La lectura y la escritura estaban intactas. El pudo registrar y repetir los nombres de tres objetos, pero no podía recordarlos luego de tres minutos. El reconocía a los miembros de su familia sin dificultad. El primer nervio craneal no fue testeado; los demás nervios craneales eran normales. El reflejo patelar era rápido bilateralmente, el resto de los reflejos eran normales. Había agrandamiento de la región derecha del escroto. El resto del examen era normal
El aciclovir y tiamina fueron continuados parenteralmente, y las multivitaminas se continuaron administrando por vía enteral. En el 2º día de internación se le administró metilprednisona intravenosa y vitamina B12 oral fueron comenzados. La ecografía del escroto reveló testículos normales, y un gran hidrocele. Las imágenes cerebrales de RMN en T2 y FLAIR obtenidas después de la administración de gadolinio mostraron hiperintensidad simétrica que afectaba ambos lóbulos temporales en su sector medio sector basal izquierdo del encéfalo y las regiones insulares bilaterales, en el lado izquierdo mas que en el derecho. No había zonas de realce de contraste anormal ni hemorragia. La TAC de tórax abdomen y pelvis reveló una masa mediastinal de 4 cm por 2 cm; nódulos subpleurales en el lóbulo medio derecho, de 2 mm de diámetro y calcificaciones en la pleura izquierda. La punción lumbar fue repetida (Tabla 1). Los resultados de tests adicionales estaban pendientes.
En el 6º día de hospital, un test neuropsicológico reveló una profunda amnesia anterógrada, y una leve amnesia retrógrada, así como una leve dificultad en la fluencia fonémica y en el procesamiento y construcción visuoespacial (aunque el paciente refería visión borrosa). Su desempeño en el test neuropsicológico estaba por otro lado intacto, con hallazgos indicativos de preservación de la búsqueda de palabras, atención visual y verbal y accionar de la memoria, flexibilidad cognitiva, razonamiento abstracto y velocidad de procesado. Mas tarde ese día se comenzó un curso de 4 días de inmunoglobulina intravenosa (2 Gr/kg de peso corporal).
El 6º día de internación fue llevado a cabo un procedimiento diagnóstico.

Diagnóstico diferencial

Dr. Kirk R. Daffner: Puedo ver los resultados del test neuropsicológico?
Dr. Janet C. Sherman(Psicóloga): En la evaluación de este paciente, nuestro objetivo fue determinar que aspectos de su funcionamiento cognitivo estaba alterado, y cuan extenso era el mismo, y usar esta información para medir la integridad del sistema neural que puede ser afectado diferencialmente por varias condiciones. Para cumplir esto, realizamos una serie de tests validados, en los cuales comparamos el desempeño del paciente y lo comparamos con el promedio de tests llevados a cabo a personas de la misma edad y nivel educativo. Estos tests miden un amplio rango de funciones cognitivas, incluyendo inteligencia global, así como atención, funciones ejecutivas, memoria, lenguaje, y procesamiento visuoespacial.
La performance del paciente indicó que tenía un profundo déficit circunscripto a la memoria, específicamente a la memoria anterógrada, que fue evidenciada por su limitada codificación y su severamente limitada capacidad de consolidación de información. Ese deterioro daba por resultado un fallo en adquirir nuevos datos y consolidar en memoria duradera la información administrada. Por el contrario, el paciente tenía una atención intacta, funciones ejecutivas y funciones nominales, así como conocimiento semántico, indicando que aunque su capacidad de aprendizaje y memoria estaban seriamente afectadas, otros sistemas cognitivos estaban relativamente conservados
Dr. Daffner: Puedo ver los estudios de imágenes?
Dr. R. González (médico radiólogo): una RMN con FLAIR de cerebro (Figura 1 A) muestra una anormalidad simétrica que afecta los lóbulos temporales medios, la amígdala, el hipocampo y el giro parahipocámpico, así como el área subinsular y lóbulos frontales inferiores, particularmente del lado izquierdo. Ninguna de esas anormalidades realza con la administración de contraste. La TAC de tórax muestra una masa mediastinal que está levemente marginada (Figura 1 B)



Análisis del Dr. Daffner

Dr. Daffner. : El hallazgo saliente de la presentación clínica de este paciente es su síndrome amnésico. El síndrome amnésico tiene dos componentes centrales que son la amnesia anterógrada, o incapacidad de codificar información nueva, y la amnesia retrógrada en que la memoria codificada más recientemente en el tiempo es más vulnerable a la injuria, mientras que la memoria remota es mas resistente a la misma (ley de Ribot); y tiene además este paciente la atención y el conocimiento semántico relativamente conservados.
Este patrón de déficit neuropsicológico es fuertemente sugestivo de disfunción del sistema límbico cerebral que incluye el hipocampo y sus conexiones (1,2,3,4)


Causas de anormalidades del Sistema Límbico:


Varias condiciones médicas que injurian típicamente el sistema límbico pueden conducir al síndrome amnésico. El síndrome de Wernicke-Korsakoff, debido a déficit de tiamina (vitamina B1), generalmente causado por alcoholismo crónico, pero también puede ser visto asociado con desnutrición, síndrome de malabsorción, y en cuadros de aumento de las demandas metabólicas. Este paciente no tiene historia conocida de alcoholismo; no hay reportados en la historia anormalidades oculomotoras o ataxia que están asociados con encefalopatía de Wernicke aguda. Mas aún, las anormalidades de la regiones mediales de los lóbulos temporales vistos en RMN T2, y FLAIR no son las que típicamente se ven en la encefalopatía de Wernicke –Korsakoff, en que los cambios son vistos en la sustancia gris periacueductal y el tercer ventrículo en FLAIR. Después de un tiempo, el cuadro de encefalopatía de Wernicke-Korsakoff evoluciona al síndrome de Korsakoff, donde puede verse una hiperintensidad a nivel de los cuerpos mamilares en FLAIR y realce con contraste en T1, nada de lo cual es observado en este paciente.
La injuria cerebral traumática puede dañar las estructuras paralímbicas del lóbulo temporal anterior y la corteza orbitofrontal y causar deterioro de la memoria. Este paciente no tiene historia de trauma cefálico conocido. También con la injuria cerebral traumática habría que ver daño que afecte a la corteza temporal anterior y orbitofrontal o revelar elementos de daño axonal difuso que no son vistos en las neuroimágenes en este caso.

En forma similar la injuria hipóxico-isquémica (debida a paro cardiaco, sofocación, intoxicación por monóxido de carbono) puede dañar las neuronas del hipocampo, que son particularmente vulnerables al insulto hipóxico. Sin embargo, el paciente no tiene antecedentes de tales eventos y el daño hipóxico-isquémico no da cambios en la señal en regiones medias temporales ni lóbulos frontales inferiores como tiene este paciente.
Los infartos en territorio de la arteria cerebral posterior pueden estar asociados con strokes que afectan estructuras hipocámpicas que pueden ocurrir cuando eventos tromboembólicos del sistema vertebrobasilar afectan ramas de las cerebrales posteriores bilateralmente.

La ruptura de un aneurisma de la arteria cerebral anterior puede destruir parte del cerebro anterior que es una fuente importante de acetilcolina para las estructuras límbicas, pero los estudios de RMN en este paciente no mostraron evidencias de hemorragia subaracnoidea, haciendo que la ruptura de un aneurisma de la cerebral anterior sea altamente improbable.
En la enfermedad de Alzheimer, las estructuras temporales mediales, incluyendo el hipocampo y la corteza entorhinal, están entre las primeras áreas afectadas, conduciendo a pérdida de memoria. Sin embargo, en la enfermedad de Alzheimer, el inicio y el curso es insidiosamente progresivo, mientras que en este caso, tiene un curso subagudo. Además, en procesos degenerativos como la enfermedad de Alzheimer la RMN revela pérdida de tejido en las regiones temporales medias, en vez de edema como en este caso.
Otras entidades pueden presentarse con cambios bilaterales de la señal de lóbulos temporales en la RMN; sin embargo parece improbable que expliquen los hallazgos de este paciente. Por ejemplo, el linfoma primario del sistema nervioso central tiende a realzar en forma homogénea con el contraste. (5,6) Los gliomas infiltrativos del sistema límbico tienden a crecer en el tálamo y la corteza insular. (5) Ninguna de estas condiciones produciría anormalidades tan llamativamente simétricas como en este caso. Esta presentación sería altamente inusual para un proceso inflamatorio tal como la neurosarcoidosis, que más a menudo afecta las meninges y menos comúnmente el quiasma óptico, glándula pituitaria o el hipotálamo. Una encefalopatía que responde a los corticoides, asociada a tiroiditis autoinmune (7) ocasionalmente se ha presentado con compromiso bilateral de los lóbulos temporales mediales.(8) Sin embargo, este diagnóstico no es consistente con los resultados con el resto de la evaluación de este paciente. Finalmente, los hallazgos anormales en lóbulos temporales en la RMN se observan después de una actividad convulsiva prolongada; se presume que son por edema vasogénico relacionado con la ruptura de la barrera hematoencefálica o a la injuria por excitotoxicidad.(9,10,11) Este paciente no tiene historia de convulsiones, y el EEG es normal.

Encefalitis Límbica:

Una consideración final es la encefalitis límbica, una familia de trastornos asociados a inflamación de componentes del sitema límbico, que pueden ser debidos a procesos infecciosos y no infecciosos (por Ej. inmunomediados). Los hallazgos anormales en la RMN vistos en este paciente, afectando las estructuras temporales mediales son fuertemente sugestivas de encefalitis límbica.
La causa infecciosa mas común de encefalitis límbica es el virus del herpes simplex (HSV), pero el herpesvirus humano 6 (HHV-6), un virus neurotrópico ubicuo, latente en la mayoría de los adultos, puede en raros casos producir una encefalitis límbica similar a la causada por HSV, (12) así como también el virus de la varicela-zoster (VZV) (13) El testeo de ácidos nucleicos para virus varicela-zoster en líquido cefalorraquídeo fue negativo en este paciente. La encefalitis causada por HHV-6 o VZV tiende a ocurrir en inmunocomprometidos. Este paciente no parece estar inmunocomprometido. La encefalitis límbica puede ser debido a presentaciones atípicas de neurosífilis. En este paciente la VDRL en líquido cefalorraquídeo fue negativa. El origen mas probable de la encefalitis límbica de este paciente es, ya sea encefalitis por HSV o encefalitis límbica paraneoplásica.

Encefalitis por HSV (virus del Herpes simplex)

La encefalitis por HSV da cuenta del 10 a 20% de los casos de encefalitis aguda.(17) El inicio es agudo o subagudo (ocurriendo en el curso de menos de 1 semana); la fiebre y la cefalea son comunes, como lo son las alteraciones en el estado mental, incluyendo un nivel disminuido de conciencia, trastornos de memoria, lenguaje, y alteraciones de la personalidad. Los déficit neurológicos focales tales como hemiparesia ocurren en la mitad de los casos de encefalitis por HSV, y las convulsiones en 2/3 de los casos. (17,18,19)
Este paciente no tiene antecedentes de fiebre, cefalea ni déficit neurológicos focales, o convulsiones. En pacientes con encefalitis por HSV, el examen del líquido cefalorraquídeo típicamente revela pleocitosis linfocitaria leve, aumento de proteínas, y niveles de glucosa normal, como se vio en este paciente. Los glóbulos rojos se ven en el 40% de los casos pero no estaban presentes en este paciente. La RMN comúnmente muestra anormalidades de la señal uni o bilateralmente en lóbulos temporales en T2, FLAIR e imágenes de difusión, (20,21) como se vieron en este paciente, y anormalidades de señal extratemporales (por Ej. en la ínsula y lóbulo frontal inferior), también vistos en este paciente. El EEG es anormal en aproximadamente 85% de los casos, con enlentecimiento focal o descargas epileptiformes de la región afectada, en contraste con los hallazgos de este caso.
El test de ácidos nucleicos en líquido cefalorraquídeo tiene una sensibilidad de 95% y una especificidad de 100% (18), pero pueden darse resultados falsos negativos en las fases tempranas de la enfermedad, o en sus estadios mas tardíos. Es por lo tanto razonable repetir el test de ácidos nucleicos para HSV y tratarlo presuntivamente para encefalitis por HSV. Sin embargo, el test de ácidos nucleicos fue negativo en dos ocasiones, descartando prácticamente el diagnóstico.

Encefalitis Límbica Paraneoplásica


El diagnóstico más probable en este paciente es encefalitis límbica paraneoplásica debido a una respuesta inmune dirigida contra antígenos compartidos por el tumor mediastinal y el sistema nervioso. Los elementos que se requieren para establecer un diagnóstico clínico y de laboratorio están resumido en la tabla 2. (22,23,24,25) La presentación es usualmente subaguda como en este paciente, con alteraciones prominentes en el estado mental, que frecuentemente incluyen pérdida de memoria episódica, confusión y otras alteraciones cognitivas, como se vieron en este paciente. Los síntomas psiquiátricos son comunes, y pueden ocasionar cambios en el humor o conductuales así como alucinaciones. Las convulsiones ocurren aproximadamente en 50% de los pacientes con encefalitis límbica paraneoplásica, y son más a menudo temporolímbicas en su inicio, pero pueden generalizarse. La disfunción hipotalámica (por Ej. hipertermia, somnolencia o anormalidades endócrinas) ocurren en alrededor de 20% de los pacientes.
El líquido cefalorraquídeo en pacientes con encefalitis límbica paraneoplásica tiende a ser anormal, con leve pleocitosis, leve elevación del nivel de proteínas, y niveles de glucosa normal, elementos que presentaba este paciente. Bandas oligoclonales o un elevado índice de IgG pueden estar presentes. El EEG puede revelar enlentecimiento focal o generalizado y actividad epileptiforme, especialmenteafectando las regiones temporales. La RMN revela anormalidades en aproximadamente 65% de los casos de encefalitis límbica paraneoplásica y típicamente muestra señal aumentada en lóbulos temporales (uni o bilateralmente) en T2 o en FLAIR, como se observó en este caso. (25) Signos anormales pueden ser vistos en otras estructuras límbicas (por Ej. La ínsula o la corteza frontal inferior).
La encefalitis límbica paraneoplásica está asociada con una variedad de anticuerpos y tumores de base (Tabla 3) (24,26,27,28,29,30,31,32,33,) La presencia d esos anticuerpos implica un trastorno paraneoplásico y es mandatario de la búsqueda de un tumor maligno oculto, que incluya TAC de tórax abdomen y pelvis. Como este paciente tiene una masa en mediastino, es bastante lógico considerar que tiene un tumor mediastínico asociado a encefalitis paraneoplásica; ello incluye un tumor metastático, un timoma y un tumor de células germinales. (34,35,36) En vista de la edad de este paciente y la apariencia bien circunscripta, el timoma es el diagnóstico más probable. (36)
Tests adicionales incluyen la obtención de tejido de la masa mediastinal anterior para diagnóstico anatomopatológico, que probablemente fue el procedimiento diagnóstico que se hizo en este paciente. También deben realizarse estudios en líquido cefalorraquídeo y suero para la identificación de los anticuerpos relacionados con el síndrome paraneoplásico. Si el diagnóstico de encefalitis límbica es correcto, el manejo debe ser agresivo en cuanto al tumor primario, además del uso de inmunoterapia tal como inmunoglobulina intravenosa, plasmaféresis y corticosteroides, con o sin agentes inmunosupresores. (24,37) Desafortunadamente, aún con terapia agresiva la probabilidad de recuperación es relativamente baja.
Dr. Alcalay: Nuestra hipótesis de trabajo fue encefalitis límbica paraneoplásica debido a tumor en mediastino anterior. El paciente fue por lo tanto tratado con metilprednisona intravenosa e inmunoglobulina intravenosa. Se realizó una estereotomía mediana y la escisión de la masa con propósito diagnóstico y terapéutico.
Diagnóstico clínico de a sala:
Encefalitis límbica paraneoplásica

Diagnóstico del Dr. Kirk R. Daffner:
Encefalitis límbica paraneoplásica debida a tumor mediastinal, probablemente timoma.
Discusión patológica:

Dr. Robert P. Hasserjian: Se realizó escisión de la masa mediastínica, llevándose a cabo timectomía y pericardiectomía parcial. El tumor era de 5,5 cm por 5,0 cm, por 1,5 cm bien circunscripto y con una cápsula fina (Figura 2 A). Histológicamente, el tumor estaba compuesto principalmente por nidos de células epitelioides con núcleos ovales y abundante citoplasma granular eosinofílico (Figura 2B) No había necrosis y las figuras mitóticas eran raras. Algunas áreas tenían una arquitectura difusa con citología consistente con núcleos grandes y ocasional necrosis (Figura 2B). Esos hallazgos morfológicos son consistentes con tumor neuroendocrino. El tumor no invadía pericardio, y los márgenes de resección eran negativos. De acuerdo al análisis inmunohistoquímico, las células eran positivas para el marcador epitelial citoqueratina (Figura 2 C) y para marcadores neuroendocrinos como cromogranina, sinaptofisina y enolasa neurona específica (Figura 2D). La microscopía electrónica mostró que las células tumorales contenían densos gránulos neurosecretorios y aislados filamentos intermedios (Figura 2E). Estos hallazgos son diagnósticos de tumor neuroendocrino que afecta el timo.
Los tumores neuroendocrinos tímicos histológicamente e inmunofenotipicamente recuerdan los tumores neuroendocrinos de otros sitios. Ellos pueden ocurrir junto con timomas o con carcinomas tímicos. Por esta razón, son considerados neoplasias tímicas primarias, y probablemente comparten con los timomas, derivar de una célula tímica epitelial precursora. (38,39) Los tumores tímicos neuroendocrinosse clasifican en carcinomas bien diferenciados (tumores carcinoides típicos y atípicos) y carcinomas pobremente diferenciados (carcinomas neuroendocrinos de pequeñas células y de células grandes). (40) Aunque en este caso las figuras mitóticas eran escasas y no había necrosis geográfica, la presencia de áreas de patrón de crecimiento sólido con necrosis frecuente de células únicas y moderada atipía celular favorece la clasificación de tumor carcinoide atípico, (41) y para mi conocimiento, la encefalitis límbica paraneoplásica no ha sido reportada asociada a tumor carcinoide tímico.
Dr Alcalay: Un panel para anticuerpos paraneoplásicos en líquido cefalorraquídeo y suero fueron negativos. Sin embargo, otros estudios subsecuentes fueron llevados a cabo en el laboratorio de investigación del Dr. Joseph Dalmau, en la Universidad de Pensilvania, donde se encontró un anticuerpo que reaccionaba con el citoplasma de las neuronas en el cerebro y en las células de Purkinje en el cerebelo, confirmando el diagnóstico de encefalitis límbica paraneoplásica.
El paciente se recuperó de la operación sin complicaciones, pero su memoria no mejoró. En un centro de rehabilitación 2 semanas después del alta, el paciente refería mareos y marcha insegura, y desarrolló nistagmus con la mirada vertical. Se realizó otra RMN que mostró disminución de la señal de hiperintensidad en FLAIR y pérdida de volumen en lóbulos temporales. Ulteriores tratamientos con metilprednisona y ciclofosfamida resultaron solo una respuesta mínima. La reestadificación con PET y centelleograma con octreotide no mostraron lesiónes metastásicas. El paciente fue derivado a una unidad de pacientes crónicos, cerca de su casa y de sus familiares. Seis meses después del comienzo de su enfermedad, sufrió una caída y se golpeó la cabeza. Pocos días después fue incapaz de reconocer a su hermana. Murió una semana después. Desafortunadamente,no se obtuvo de sus familiares, permiso para realizar una autopsia.
Dr. Andrew J. Cole (Neurología): Que se sabe de la neuropatología de la encefalitis límbica?
Dr. E. Tessa Hedley-Whyte (Patología): los cambios en el cerebro consisten en una meningoencefalitis, predominantemente en el lóbulo temporal medial, con marcada pérdida neuronal, y proliferación de la microglia y astrocitaria con infiltración linfocitaria perivascular en todo el cerebro incluyendo tronco cerebral..
Diagnóstico anatómico
Tumor carcinoide atípico (carcinoma neuroendocrino bien diferenciado) de timo, asociado a encefalitis límbica paraneoplásica

Dr. Gonzalez reports receiving lecture fees from Bayer and General Electric. No other potential conflict of interest relevant to this article was reported.
Fuente
From the Division of Cognitive and Behavioral Neurology, Brigham and Women's Hospital (K.R.D.); the Psychology Assessment Center (J.C.S.) and the Departments of Psychiatry (J.C.S.), Radiology (R.G.G.), and Pathology (R.P.H.), Massachusetts General Hospital; and the Departments of Neurology (K.R.D., J.C.S.), Radiology (R.G.G.), and Pathology (R.P.H.), Harvard Medical School — all in Boston.
References
1)Scoville WB, Milner B. Loss of recent memory after bilateral hippocampal lesions. J Neuropsychiatry Clin Neurosci 2000;12:103-113. [Free Full Text]
2)Squire LR, Stark CE, Clark RE. The medial temporal lobe. Annu Rev Neurosci 2004;27:279-306.
[CrossRef][ISI][Medline]
3)Budson AE, Price BH. Memory dysfunction. N Engl J Med 2005;352:692-699.
[Free Full Text]
4)Mesulam MM. Behavioral neuroanatomy: large-scale networks, association cortex, frontal syndromes, the limbic system, and hemispheric specializations. In: Mesulam MM, ed. Principles of behavioral and cognitive neurology. Oxford, England: Oxford University Press, 2000:1-120.

5)Urbach H, Soeder BM, Jeub M, Klockgether T, Meyer B, Bien CG. Serial MRI of limbic encephalitis. Neuroradiology 2006;48:380-386.
[CrossRef][ISI][Medline]
6)Gultekin SH, Rosenfeld MR, Voltz R, Eichen J, Posner JB, Dalmau J. Paraneoplastic limbic encephalitis: neurological symptoms, immunological findings and tumour association in 50 patients. Brain 2000;123:1481-1494.
[Free Full Text]
7)Ferracci F, Carnevale A. The neurological disorder associated with thyroid autoimmunity. J Neurol 2006;253:975-984.
[CrossRef][ISI][Medline]
Mccabe DJH, Burke T, Connolly S, Hutchinson M. Amnesic syndrome with bilateral mesial temporal lobe involvement in Hashimoto's encephalopathy.
8)Neurology 2000;54:737-739. [Erratum, Neurology 2000;54:1876.] [Free Full Text]
9)Chan S, Chin SM, Kartha K, et al. Reversible signal abnormalities in the hippocampus and neocortex after prolonged seizures. AJNR Am J Neuroradiol 1996;17:1725-1731.
[Abstract]
10)Flacke S, Wullner U, Keller E, Hamzei F, Urbach H. Reversible changes in echo planar perfusion- and diffusion-weighted MRI in status epilepticus.
11)Neuroradiology 2000;42:92-95. [CrossRef][Medline]
12) Stübgen JP. Nervous system lupus mimics limbic encephalitis. Lupus 1998;7:557-560.
[Free Full Text]
14)Gorniak RJ, Young GS, Wiese DE, Marty FM, Schwartz RB. MR imaging of human herpesvirus-6-associated encephalitis in 4 patients with anterograde amnesia after allogeneic hematopoietic stem-cell transplantation. AJNR Am J
15)Neuroradiol 2006;27:887-891. [Free Full Text]
16)Tattevin P, Schortgen F, de Broucker T, Dautheville S, Wolff M. Varicella-zoster virus limbic encephalitis in an immunocompromised patient. Scand J
17)Infect Dis 2001;33:786-788. [CrossRef][ISI][Medline]
18)Boivin G. Diagnosis of herpesvirus infections of the central nervous system.
19)Herpes 2004;11:Suppl 2:48A-56A. [Medline]
20)Szilak I, Marty F, Helft J, Soeiro R. Neurosyphilis presenting as herpes simplex encephalitis. Clin Infect Dis 2001;32:1108-1109.
[CrossRef][ISI][Medline]
21)Bash S, Hathout GM, Cohen S. Mesiotemporal T2-weighted hyperintensity: neurosyphilis mimicking herpes encephalitis. AJNR Am J Neuroradiol 2001;22:314-316.
[Free Full Text]
22)Levitz RE. Herpes simplex encephalitis: a review. Heart Lung 1998;27:209-212.
[CrossRef][ISI][Medline]
23)Whitley RJ, Lakeman F. Herpes simplex virus infections of the central nervous system: therapeutic and diagnostic considerations. Clin Infect Dis 1995;20:414-420.
[ISI][Medline]
24)Domingues RB, Fink MC, Tsanaclis AM, et al. Diagnosis of herpes simplex encephalitis by magnetic resonance imaging and polymerase chain reaction assay of cerebrospinal fluid. J Neurol Sci 1998;157:148-153.
[CrossRef][ISI][Medline]
25)Kapur N, Barker S, Burrows EH, et al. Herpes simplex encephalitis: long term magnetic resonance imaging and neuropsychological profile. J Neurol Neurosurg 26)Psychiatry 1994;57:1334-1342.
[Free Full Text]
27)Demaerel P, Wilms G, Robberecht W, et al. MRI of herpes simplex encephalitis. 28)Neuroradiology 1992;34:490-493.
[CrossRef][ISI][Medline]
29)Corselis JA, Goldberg GJ, Norton AR. "Limbic encephalitis" and its association with carcinoma. Brain 1968;91:481-496.
[Free Full Text]
30)Alamowitch S, Graus F, Uchuya M, Reñé R, Bescansa E, Delattre JY. Limbic encephalitis and small cell lung cancer: clinical and immunological features.
31)Brain 1997;120:923-928. [Free Full Text]
32)Graus F, Keime-Guibert F, Reñé R, et al. Anti-hu-associated paraneoplastic encephalomyelitis: analysis of 200 patients. Brain 2001;124:1138-1148.
[Free Full Text]
33)Lawn ND, Westmoreland BF, Kiely MJ, Lennon VA, Vernino S. Clinical, magnetic resonance imaging, and electroencephalographic findings in paraneoplastic limbic encephalitis. Mayo Clin Proc 2003;78:1363-1368.
[ISI][Medline]
34)Ohshita T, Kawakami H, Maruyama H, Kohriyama T, Arimura K, Matsumoto M. Voltage-gated potassium channel antibodies associated limbic encephalitis in a patient with invasive thymoma. J Neurol Sci 2006;250:167-169.
[CrossRef][ISI][Medline]
35)Vernino S, Lennon VA. New Purkinje cell antibody (PCA-2): marker of lung cancer-related neurological autoimmunity. Ann Neurol 2000;47:297-305.
[CrossRef][ISI][Medline]
36)Chan KH, Vernino S, Lennon VA. Anna-3 anti-neuronal nuclear antibody: marker of lung cancer-related autoimmunity. Ann Neurol 2001;50:301-311.
[CrossRef][ISI][Medline]
37)Lucchinetti CF, Kimmel DW, Lennon VA. Paraneoplastic and oncologic profiles of patients seropositive for type 1 antineuronal nuclear autoantibodies. Neurology 1998;50:652-657.
[Free Full Text]
38)Ances BM, Vitaliani R, Taylor RA, et al. Treatment-responsive limbic encephalitis identified by neuropil antibodies: MRI and PET correlates. Brain 2005;128:1764-1777.
[Free Full Text]
39)Dropcho EJ. Antiamphiphysin antibodies with small-cell lung carcinoma and paraneoplastic encephalomyelitis. Ann Neurol 1996;39:659-667.
[CrossRef][ISI][Medline]
40)Pozo-Rosich P, Clover L, Saiz A, Vincent A, Graus F. Voltage-gated potassium channel antibodies in limbic encephalitis. Ann Neurol 2003;54:530-533.
[CrossRef][ISI][Medline]
41)Dalmau J, Graus F, Villarejo A, et al. Clinical analysis of anti-Ma2-associated encephalitis. Brain 2004;127:1831-1844.
[Free Full Text]
42)Davis RD Jr, Oldham HN Jr, Sabiston DC Jr. Primary cysts and neoplasms of the mediastinum: recent changes in clinical presentation, methods of diagnosis, management, and results. Ann Thorac Surg 1987;44:229-237.
[Abstract]
43)Strollo DC, Rosado-de-Christenson ML. Primary mediastinal malignant germ cell neoplasms: imaging features. Chest Surg Clin N Am 2002;12:645-658.
[Medline]
44)Case Records of the Massachusetts General Hospital (Case 16-2007). N Engl J Med 2007;356:2185-2193.
[Free Full Text]
45)Benyahia B, Liblau R, Merle-Béral H, Tourani JM, Dalmau J, Delattre JY. Cell-mediated autoimmunity in paraneoplastic neurological syndromes with anti-Hu antibodies. Ann Neurol 1999;45:162-167.
[CrossRef][ISI][Medline]
46)Muller-Hermelink HK, Engel P, Kuo TT, et al. Tumours of the thymus: introduction. In: Travis WD, Brambilla E, Muller-Hermelink HK, Harris CC, eds. Tumors of the lung, pleura, thymus and heart. Lyon, France: IARC Press, 2004:148-51.

Wick MR, Ritter JH. Neuroendocrine neoplasms: evolving concepts and terminology. Curr Diagn Pathol 2002;8:102-12.

Marx A, Shimosato Y, Kuo TT, Chan JKC, Wick MR. Thymic neuroendocrine tumours. In: Travis WD, Brambilla E, Muller-Hermelink HK, Harris CC, eds. Tumors of the lung, pleura, thymus and heart. Lyon, France: IARC Press, 2004:188-95.

Harloff A, Hummel S, Kleinschmidt M, Rauer S. Anti-Ri antibodies and limbic encephalitis in a patient with carcinoid tumour of the lung. J Neurol 2005;252:1404-1405.
[CrossRef][ISI][Medline]